Deuda ilegítima o criminalidad financiera contra el desarrollo humano
06/01/2002
- Opinión
La historia político-financiera pone en evidencia una preocupante
correlación entre criminalidad financiera, endeudamiento y pobreza. En los
cuatro puntos cardinales, diferentes actores han puesto en marcha un
sistema bien aceitado de descapitalización tendiente a hacer quebrar a los
estados y por ende toda política pública que garantice el bienestar de las
poblaciones.
Frente a esta constante, nada gratificante por cierto se plantea la
pregunta: ¿podrá el siglo XXI ver primar la justicia por sobre la
institucionalización de la acumulación de ganancias fraudulentas?
Un caso ejemplificador: Argentina
Argentina es conocida por ser una de las alumnas privilegiadas del FMI
(Fondo Monetario Internacional) Desde los años 80 el país aplicó
rigurosamente las cartas de intención de los expertos de Washington.
Los objetivos de estos programas son bien conocidos por todos: desendeudar
al país y ajustarlo estructuralmente al mercado mundial con el objeto de
destruir definitivamente las políticas "dirigistas" del pasado,
responsable de la crisis de la deuda desde comienzos de los 80.
Siguiendo la teoría neoliberal "enflaqueció" el poder público, vendió las
empresas a los capitales extranjeros, abrió sus puertas a los capitales
internacionales y a las multinacionales. Hoy en día en que el 90% de los
bancos y el 40% de la industria se hallan en manos de capitales
internacionales, el país se halla desde julio de 1998 en la más grave de
las recesiones.
Su deuda externa pasó de 43 a 133 mil millones de dólares entre 1983 y el
2000, la salud y la educación están hechas jirones y el salario medio solo
alcanza a la mitad del de 1974. El fracaso es dramático, tanto económica
como socialmente.
La razón, aunque casi no se menciona, es evidente: el FM I y el gobierno
argentino no han resuelto los verdaderos problemas y han aplicado
contrariamente medidas que los han agravado. Abundan las pruebas, surgidas
de un juicio que por 18 años planteó el periodista Alejandro Olmos, a
partir de 1982: la crisis argentina de la deuda tiene por origen un
mecanismo de dilapidación y de desvío de fondos del que son responsables
el Gobierno argentino, el FMI, los banco privados del Norte y la Reserva
Federal Estadounidense. Por esta razón la Corte Suprema de Justicia
argentina declaró "ilegítima" la deuda contraída por el régimen Videla,
porque contraría la Constitución y la legislación del país.
La Corte Suprema ha recomendado al Congreso utilizar esta sentencia para
negociar la anulación de esta odiosa deuda.
Un muy aceitado mecanismo de descapitalización.
En 1976, la Junta Militar de Videla tomó el poder e instauró una dictadura
que dduró hasta junio de 1983. Durante dicho período la deuda exterior
argentina se multiplicó por cinco (pasando de 8 a 43 mil millones de
dólares) mientras que la parte salarial en el PNB (Producto Nacional
Bruto) pasó del 43 al 22%.
La dictadura condujo a la crisis de la deuda y a la entrada oficial del
FMI a la conducción financiera del país, con los resultados conocidos. La
sentencia del tribunal argentino, de una extensión de 192 páginas, detalla
la historia de este original endeudamiento. Varios actores condujeron el
proceso: por un lado Videla en el rol principal, junto a su ministro de
Economía, recomendado por el Consejo de Empresarios, Martínez de Hoz y el
presidente del Banco Central, Domingo Caballo.
Inmediatamente, a partir de 1976, el FMI otorgó un importantísimo préstamo
a la Argentina planteando como garantía ante los bancos occidentales que
la Argentina es un lugar privilegiado para reciclar el exceso de
petrodólares. Pero el papel del FMI no se agota allí y pues se sigue
encontrando a lo largo de toda la dictadura a Dante Simone, funcionario
del FMI al servicio del régimen.
El FMI lo justificaba diciendo que le había otorgado una licencia al señor
Simone y que este se había puesto a disposición del Banco Central del país
(P.127 de la sentencia) De modo que este último pagaba así los gastos de
estada y los viáticos del experto. Queda por saber quién pagaba el
salario. Quienquiera que sea Dante Simone le dirigió un informe a Domingo
Caballo al Banco Central (se encontró su copia en el FMI) en que le
aseguraba que aún existían importantes márgenes para el endeudamiento
antes de que pudiera sobrevenir un mayor peligro económico (p.31 de la
sentencia).
El papel del señor Simone fue sin duda la búsqueda de importantes y
discretas financiaciones externas. En realidad estas financiaciones
externas no eran difíciles de conseguir dado que los bancos occidentales
regurgitando petrodólares imposibles de ubicar, debido a la crisis, en los
países ricos del Norte, estaban ávidos de encontrar nuevos
emplazamientos.
La investigación muestra también que el banco Central argentino pudo
colocar discrecionalmente dichos fondos en los bancos estadounidenses, sin
siquiera el acuerdo del ministro de economía, pero apoyado en la generosa
intermediación de la Reserva Federal de los EEUU!
Tal acuerdo hubo entre los diferentes protagonistas que los prestamos
bancarios que le fueron otorgados al país, jamás llegaron a él. Sino que
fueron derivados a los paraísos fiscales en nombre de sociedades pantalla.
Por lo tanto la deuda no benefició a la población local sino tan solo a
los banqueros del Norte y al régimen dictactorial, sostenida por una
importante ingeniería financiera. Parte de los fondos fueron dilapidados
en generosas subvenciones a grandes grupos privados amigos del ministro
Martínez de Hoz.
A pesar de los resultados positivos del juicio, el poder legislativo no
abre la boca. Continua deliberando sobre el país empujado a extremos
inéditos durante los años 90 por los sucesivos gobiernos de Carlos Menem,
actualmente detenido, en compañía de cuatro de sus antiguos ministros, por
una causa de tráfico internacional de armas durante la primera parte de su
mandato (1991 a 1995) En lugar de usar la sentencia para repudiar la
ilegitimidad de la deuda que mantiene al pueblo y a su economía en
situaciones insostenibles el presidente De la Rua llamó de urgencia para
nombrarlo como titular del Ministerio de Economía a Domigo Caballo, el
mismo que dirigía el Banco Central bajo Videla y luego "super ministro" de
economía de Carlos Menem durante los años 90, antes de que fuera
desplazado en las lecciones presidenciales de 1998, frente a De la
Rua!!!
Una cultura bien anclada
Si bien dicha sentencia muestra el carácter ilegítimo de la deuda
argentina, el hecho de que la investigación haya durado 18 años, implica
que los responsables permanecerán impunes, protegidos por la prescripción
de los hechos. La imprescriptibilidad de los crímenes económicos debe ser
un objetivo jurídico del siglo naciente. Pero no es el único.
El mecanismo que viera la luz en la Argentina no es, lamentablemente, una
excepción. Los Mobutu en el Zaire, Suharto en Indonesia, Houphouêt-Boigny
en Costa de Marfil, Moussa Traoré en Mali, Marcos en Filipinas y Pinochet
en Chile son ejemplos bien conocidos de jefes de estado a la cabeza de
imperios financieros construidos con la ayuda de los bancos y a través de
los paraísos fiscales. Todos estos países soportan hoy en día deudas
insostenibles y están en manos de los neoliberales del FMI desde hace
decenios.
En cuanto a las poblaciones no tienen en su mayoría mucho que esperar,
dado que una cultura ya muy bien anclada se ha visto fortalecida por la
total apertura de las fronteras económicas y la supresión de los
controles.
Uno de los países más representativos en la materia es Rusia que pasó en
un decenio de la esperanza de una emancipación democrática al pillaje
institucionalizado.
Diagnósticos convergentes
La globalización de los mercados financieros liberalizados y la
proliferación de paraísos fiscales han facilitado la descapitalización de
los Estados de todo el mundo. Miles de millones de dólares han sido
desviados y blanqueados con toda impunidad, a expensas de los ciudadanos y
ciudadanas que deben sufrir los golpes de la austeridad presupuestaria.
Combatir un tal estado de cosas no es fácil, por diferentes razones: La
complicidad de los bancos: las operaciones de desvío de dinero se basan en
una ingeniería financiera muy elaborada que solo poseen los bancos:
sociedades pantalla, sociedades offshore, cambio de identidades monetarias
y jurídicas, diversificación de las "colocaciones" en productos
financieros complejos, etc. De modo que cuando las elites corruptas
construyen un imperio financiero fraudulento, solo pueden hacerlo con el
apoyo logístico de los bancos, largamente, pagados para hacerlo.
La rapidez de ejecución de las investigaciones: siendo limitada a pocos
meses la duración de un secuestro, la justicia se ve obligada a a trabajar
con urgencia lo que permite a los criminales de cuello blanco reaccionar
rápidamente si están bien organizados. Esto sucedió con el malí Moussa
Traoré que a principios de los 90 pudo alertar a su cómplice embajador de
Ginebra, quién en su representación pudo contactarse con el banco cantones
suizo, de modo que este pudo transferir rápidamente los fondos hacia
lugares más seguros ( leer " Africa: abolir la dette pour libérer le
development" bajo la dirección de A. Zacharie y Eric Toussaint, 2001,
p.235).
La impotencia de la justicia: mientras que se necesita muy poco tiempo
paraa desviar fondos a los paraísos fiscales, a un juez le hace falta no
menos de dos años y medio para seguir la traza de una operación. Frente a
esta ecuación a la justicia le resulta difícil responder eficazmente a
este mecanismo de descapitalización globalizado. La falta de transparencia
informativa: mientras que un banquero puede identificar fácilmente quién
es el titular de una cuenta, con qué sociedad pantalla, con qué montaje
financiero, etc. Normalmente se calla cuando se realiza una
investigación.
La razón es muy simple: las operaciones de desvío de dinero son
fuertemente remunerativas para los bancos y se ha desarrollado una fuerte
competencia. De modo que a un banco que cooperase con la justicia, sus
clientes fraudulentos le darían la espalda en provecho de bancos más
"comprensivos".
La complejidad de los procedimientos: el hecho de que un procedimiento es
largo y complejo (primera instancia, segunda instancia, etc.) permite a
los criminales estar protegidos por la prescripción de los hechos.
Pistas para una justicia financiera internacional
Establecer un justicia financiera internacional se ha convertido en una
necesidad para la subsistencia de los Estados.
Requiere avances jurídico-económicos en los niveles nacional e
internacional. Pueden explorarse ciertas pistas, aunque si en el panorama
político actual, puedan parecer aleatorias. La deuda odiosa es ilegítima
pero como vimos en el caso de la Argentina pueden realizarse
investigaciones para determinar la ilegitimidad de la deuda externa de los
países.
Según el derecho internacional una deuda es ilegítima cuando ha sido
contraída por un régimen no democrático, no ha beneficiado a las
poblaciones locales y con la colaboración de los acreedores. Aunque el
impacto de estas investigaciones pueda ser limitado por las razones
invocadas anteriormente, pueden al menos permitir la toma de conciencia
ciudadana e impulsar finalmente a los poderes legislativos a reaccionar.
La Convención de Roma de 1998: cuando la Convención haya sido ratificada
por una suficiente cantidad de estados, la Corte Penal Internacional
entrará en vigor y cualquier estado podrá querellar a otro. Desde marzo de
1991 el ECOSOC (Consejo económico y social) considera el desvío de bienes
públicos como una violación de los Derechos Humanos.
De modo que se podrá perseguir la descapitalización como un delito
internacional, aun cuando las denuncias estarán reservadas a los estados y
no darán derecho a daños ni intereses civiles (hasta la sanción del
delito). Poner bajo tutela internacional a las sociedades de clearing: se
vio en el caso del Menadep, la utilización de cuentas secretas ofrecidas
por una cámara de compensaciones internacional como Clearstream, que
vuelve menos transparentes todavía cualquier operación de desvío de
dinero. Como lo destaca el Llamado por una Justicia Financiera
Internacional, lanzado el 30 de mayo pasado en Bélgica.
Todos lo movimientos de fondos a partir de los paraísos fiscales pueden
ser fácilmente reconstruidos lo que constituye un útil necesario a la
lucha contra la criminalidad Financiera y los Paraísos fiscales. La
tasación de las transacciones financieras estableciendo una tasa tipo
Tobin, apoyada por muchas organizaciones, posibiltaría mayor transparencia
y "trazabilidad" en las transacciones que podrían ser controladas por los
poderes públicos y la justicia.
Finalmente, los derechos económicos deben ser defendidos tanto como los
civiles y políticos. Esto implica adoptar un protocolo como el solicitado
en 1993 por la Conferencia de Viena para poder juzgar los crímenes
económicos como crímenes contra la humanidad - imprescriptibles por
naturaleza. (CADTM, septiembre de 2001)
Informe completo
http://www.transnationale.org/castillan/dossiers/tiersmonde/dette_profit...
* Boletín de información del observatorio de las transnacionales, FRANCE, http://www.transnationale.org, Domingo 6 de enero de 2002
https://www.alainet.org/es/articulo/105688