Carta a nuestros Obispos

18/04/2002
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Apreciados Señores Obispos de Venezuela: Nosotros, militantes cristianos, casi todos integrantes de Comunidades Cristianas de los Barrios de Petare, reunidos en el día de la Fiesta Nacional 19 de Abril, aniversario de la Declaración de la Independencia, deseamos expresarles con respeto, dolor, y seria preocupación, lo que sigue. Las frases que vienen a continuación no sólo son el reflejo de nuestros sentimientos, sino las palabras casi siempre exactas de lo que se discutió en el curso de la reunión. - Sentimos y lamentamos que se ha producido una fractura importante en toda nuestra sociedad. Nuestra Iglesia, no ha salido muy bien parada de esta confrontación, todo lo contrario. - Esta misma fractura que divide al país en dos mitades, pasa también en medio de la Iglesia. Pareciera, para un observador superficial, que "los fieles" le agradecen al Cardenal**, al obispo Porras***, al sacerdote Viana****, etc., su postura frente al presidente: solicitar su renuncia, participar en su deposición, contribuir a la instalación de un nuevo poder presidencial y ejecutivo. No hay duda de que esto corresponde a cierta sensibilidad dentro de la Iglesia; pero gran parte de los cristianos del medio popular no comparten este sentimiento. - Al contrario, en la clase popular existe la honda convicción de que "la Iglesia ha sido parcial", se ha parcializado en exceso. Por una parte, las personas de la Iglesia que han acaparado el protagonismo y han llegado con mayor facilidad a los medios de comunicación (sobre todo a la televisión), han sido de una sola orilla política; y por otra parte, si acaso fueron - excepcionalmente - portadores de un mensaje de apoyo al presidente y su gobierno (así la misa celebrada por tres sacerdotes en Catia el día 23 de Enero pasado), estos agentes de pastoral fueron severa e insistentemente descalificados por la "autoridad" de la Iglesia: por "no representar" a la Iglesia. - La palabra "representar", "representación", en este caso, es ambigua; viene del vocabulario político, en especial del bagaje de la democracia "representativa". Ahora bien, si es cierto que la Iglesia no es una "democracia", ?por qué utilizar este vocabulario? pues nadie, en la Iglesia católica, ha recibido un mandato de origen popular. Pero si se trata de ser significativo de cierta "sensibilidad" dentro del pueblo de Dios, estimamos que sí fueron "representativos" los tres sacerdotes que celebraron el 23 de Enero; así como son "representativos" de una sensibilidad muy distinta los sacerdotes y obispos que lograron tener acceso frecuente a los medios de comunicación para expresar un mensaje de contenido distinto. - Frente a una situación de división factual de la sociedad y de la misma Iglesia; frente a la urgencia de los retos; frente al carácter altamente peligroso de una situación virtualmente explosiva en la sociedad venezolana de hoy, tenemos sentimientos mezclados que oscilan entre la indignación, el dolor, la decepción, la preocupación, la angustia, y el hondo deseo de participar en una transformación de la sociedad, transformación que incluya la conversión de nuestros propios sentimientos, palabras, juicios, descalificaciones, que no correspondan al espíritu del Evangelio. A continuación, queremos recoger de manera fiel algunas de las palabras y consideraciones que se intercambiaron de manera libre, pero dentro de un espíritu común de fidelidad al Evangelio. + Numerosos cristianos se han sentido, más que nunca en los últimos meses, "huérfanos": sin nadie que realmente los represente a la faz de la opinión pública. Nos han "herido", o "indignado", frecuentemente, las opiniones e intervenciones públicas de Mons. Baltazar Porras. Estimamos que él, y otros sacerdotes, "han golpeado nuestra fe". A menudo, nuestros vecinos/as o compañeros/as de trabajo, nos interpelan con ironía o indignación sobre las posturas de la "Iglesia", como si Mons. Porras "representara" la opinión de todos los cristianos. + Cosa ciertamente muy delicada: veríamos con buenos ojos "que nuestro Señor Cardenal? pida perdón a todos, por haber firmado como primer co-firmante el acta inconstitucional de instalación de un poder ilegítimo", y finalmente dictatorial; y por haber insistido frente al Presidente para conseguir su renuncia. + Por otra parte, hemos constatado con dolor y envidia que la postura pública de los pastores evangélicos ha sido mucho más cercana a nuestra sensibilidad que la de nuestros obispos y sacerdotes. Además, han invitado a orar y seguir luchando juntos, cosa que no hemos oído de nuestros propios pastores. Varias veces, hemos oído en la calle gente que nos criticaba por ser católicos, en la coyuntura actual de abandono de parte de nuestra "Iglesia". + En Petare, hemos tenido, además, un ejemplo especialmente lamentable presentado por el sacerdote de la parroquia principal: peleando físicamente con servidores de la Iglesia evangélica, el día Jueves Santo, insultándoles continuamente, para finalmente, en el mismo viernes 12 de Abril, allanar la alcaldía de Petare y acaparar el protagonismo anti-presidencial. Este contra-ejemplo ha calado muy negativamente en la mente de mucha gente, añadiéndose a todo lo anterior. + Pedimos que nuestros obispos "lleven el verdadero evangelio, de la reconciliación y de la paz, a todos los sectores". Que "dejen de parcializarse". Que "revisen sus discursos y sus actos". Que "si quieren parcializarse, lo hagan a favor de los más pobres". Cosa "que no han hecho, porque no tienen sensibilidad hacia el pueblo". + Pedimos "que haya mayor democracia en la Iglesia" (aun si nos dicen que la Iglesia no es una democracia). Que los obispos contribuyan a "crear espacios de diálogo y enlace con los cristianos que viven en los barrios". "Cuando hay duda, que los obispos callen y consulten". + Pedimos que nuestros obispos "fomenten la unión del pueblo", cosa que no hemos sentido. Varios de las personas reunidas han hablado del tremendo peligro de una guerra civil. Dios quiera que jamás! pero " si acaso estallara, los curas tendrían una gran responsabilidad en ese tremendo error", por acción y omisión. Los obispos tienen que hacer "un llamado sincero a la unión pacífica de todos", y tomar parte personalmente en ese esfuerzo. + "?Que nuestros obispos se den cuenta de la gran deuda que tienen frente a la injusticia social!" . "Sin justicia social, no habrá paz ni unión en el país". "Nos han enseñado Medellín y Puebla. ?Qué lejos estamos de estos concilios!". "La pobreza es grande, la distribución de la riqueza es muy poco equitativa". "?No son los pobres los que han practicado la fuga de capitales en los últimos meses!". + Sí: apoyamos la constitución de una "comisión de la verdad" frente a los tiroteos criminales del 11 de Abril. No, no estamos nada de acuerdo con los saqueos, que son cosa de malandros. Sí, deseamos que se haga justicia con los que rompieron el hilo constitucional. No, no estamos de acuerdo con la retaliación, ni con los juicios abruptos. + En especial, en cuanto a los francotiradores del 11 A.: ? quiénes fueron? ?autorizados por quién? Antes de cualquier examen serio, las acusaciones violentas se han transformado en certezas sin encuesta ni juicio: de antemano, fueron "chavistas". "?Quién, en la Iglesia, se atreve a reaccionar contra este juicio temerario?" . Pero, sobre el mismo capítulo: "?Quién tomó, o quiénes tomaron, la decisión criminal de desviar la marcha del 11 A", de Chuao donde se debía quedar, a Miraflores, donde se producía otra concentración?... + Algunos de nosotros recordaron los numerosos muertos del 27 F y días siguientes: ojalá hubiera habido, después, tal ola de indignación como la de hoy. Pero no; no hubo ni encuesta oficial, ni juicio imparcial, ni "sociedad civil" "para interesarse por los cientos de muertos de la clase popular"... Hasta el día de hoy. + Es bueno que se le haya pedido al presidente Chávez que modere el tono agresivo y las maneras violentas de su discurso. Estamos de acuerdo. "Que dialogue y escuche." Pero, ?quién, por fin, le va a decir a los medios de comunicación que ellos también tienen que cambiar y modificar su tono?". Pues estimamos que tienen una gran parte de la responsabilidad en los odios y rencores acumulados. Hasta el momento, no parecen haber entendido ni aceptado esto. "Nos siguen presentando, a los pobres, como si fuéramos puros malandros, delincuentes, saqueadores". "Siguen mostrando sin discontinuar los saqueos, y los tiros de los francotiradores del 11 de Abril", y estimamos que esto nada conviene para apaciguar las pasiones y las venganzas, aun cuando nosotros también desaprobamos estos hechos. "Los medios siguen insistiendo en la violencia", cultivan la muerte, y ?qué vocero de la Iglesia les dice algo?... + "?Qué ha hecho la Iglesia para promover una información veraz y objetiva?"...Aparentemente nada. Pero sí: "felicitamos a Radio Fe y Alegría por sus posturas valientes". Pero en cuanto a nuestros obispos, "existe el peligro de que los cristianos ya no crean en ellos". + Nuestros obispos "no parecen tener mucha reflexión ni meditación sobre la relación entre el evangelio y el poder", y sobre el poder como servicio, según Jesús. + De hecho, VARIOS DE LOS PARTICIPANTES EXPRESARON EXPLÍCITAMENTE SU PROFUNDO ESCEPTICISMO EN CUANTO A LA UTILIDAD DE LA PRESENTE: "DE TODA MANERA, (LOS OBISPOS) NO NOS VAN A HACER CASO". Señores Obispos, el enviarles esta carta es una reacción de esperanza contra este desánimo. Probablemente les parezcan muy duras, y tal vez injustas, algunas de estas afirmaciones. Sin embargo, se las entregamos, así como vinieron, sin maquillarlas mucho. Creemos que reflejan el dolor de nuestras almas, y la urgente necesidad de : - revisar declaraciones y actos de aquellos que "representan" la Iglesia, - crear espacios de diálogo con los más pobres, - promover en la Iglesia y en toda la sociedad venezolana - y no sólo con puras palabras, como se lo reprochan al Presidente de la República - una auténtica cultura de la paz, la justicia social, y la fraternidad: "Padre Nuestro...", - inventar los mecanismos concretos adecuados para tales objetivos. En la espera de su posible respuesta, y no sólo de puras palabras, nos despedimos, deseando la paz. En nombre de las Comunidades Cristianas de las cuales provenimos, firmamos: Petare, 19 de Abril de 2002 * (Sectores populares del Oeste de la Ciudad de Caracas)
**Cardenal de Caracas, Ignacio Velasco
***Presidente Comisión Episcopal Venezolana
****Jesuita, Universidad Católica Andrés Bello
https://www.alainet.org/es/articulo/105826
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