La "Sociedad de la Información": un antecedente penal

11/06/2002
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La llamada "sociedad de la información" - brotada de esa maraña de bits, chips, frecuencias, cables, satélites, lenguajes y redes que ha unificado electrónicamente todos los códigos permitiendo el crecimiento exponencial de la mensajería y de la "infosfera" en que flotamos - será elevada en diciembre 2003 a los honores de una Cumbre Mundial que le dedica nada menos que la Organización de las Naciones Unidas, con la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la UIT, de principal anfitrión.

De aquí a allá, con tres Conferencias Preparatorias de por medio y los fabricantes de equipos, programas y canales lamiéndose los bigotes, una catarata de panegíricos, himnos, hosannas, apologías y demás alabanzas a la tal Sociedad volverá a llover sobre nosotros, mayor de la que se desató en 1998, cuando se nos quiso hacer creer que Internet acabaría pronto con el subdesarrollo, la pobreza y el hambre en el mundo. Todo eso conforma la leyenda dorada de lo que hasta hace poco se llamó the network age y que - si a ver vamos de manera desapasionada - es alabanza en buena parte merecida, porque es a partir de su revolución tecnológica que los standards de producción, conservación y distribución de los saberes quedaron radicalmente ensanchados y en alguna medida democratizados.

Pero, como en toda historia que se respete, aquella oleografía de la "sociedad de la información" tiene en su reverso una leyenda negra que las partes interesadas nos quieren escamotear, pero que no debemos olvidar a la hora de la Cumbre. Ella se esconde en sus ni tan oscuros recovecos económicos, y es la que vamos a narrar aquí; y si la narramos no es con la intención maniquea de destruir la leyenda dorada pintándola de negro, sino de ayudar a ponderar con mayores conocimientos de causa su pro y sus contra, aquello que dentro de la tal "sociedad de la información" debe conservarse y lo que hemos de desechar e ir a Ginebra a denunciar. Nos referimos, concretamente, a dos gigantescas especulaciones económicas, en buena parte dolosas, generadas por quienes ya han acaparado la "sociedad de la información" poniendo en jaque su normal desarrollo, empobreciendo a millones de personas, hipotecando los costos futuros de sus servicios y generando una crisis en la entera economía mundial que, según ciertos analistas, pudiera ser peor que la de 1929. Porque una cosa podemos dar por cierta: al igual que la "aldea global", la "sociedad de la información" ya tiene dueños y caciques, y la Cumbre está bajo la muy real amenaza de reforzar - tras el disfraz de los debates democáticos - la ya supina adaptación del universo consumidor a la voluntad de las grandes multinacionales (el verbo "adaptar" figura en los textos oficiales de la UIT)

* * *

El libre y autoregulado mercado, se nos instruye, es perfectamente virtuoso, y es la máxima expresión de lo que el siglo XIX llamaba las "armonías económicas"... salvo cuando hace tilt por sobrecalentamiento inducido, o manifiesta síndrome de priapismo especulativo. Su prologada crisis iniciada en 2000 y aún cinconclusa estalló en el compartimiento hight -tech, (léase Info-Comunicaciones) astutamente promovido a "nueva economía" y "e-business" para inflar más rápidamente la burbuja, y sigue amenazando hoy la vieja economía cuyos índices rebosaban salud. Estalló, es importante recordarlo, mucho antes del 11-S. Nada extraño, rememoraba un editorial de Le Monde: el desarrollo del ferrocarril en 1840 y la electrificación universal en 1.920 generaron especulaciones análogas. Pero en aquellas más modestas épocas la inmensa mayoría de la humanidad vivía y moría sin saber lo que era la Bolsa (en 1.929 sólo el 1% de los norteamericanos poseía acciones, contra más del 50% de hoy)

La mayoría de las innovaciones tecnológicas del sector información/comunicación que hoy disfrutamos en nuestros hogares nacieron en laboratorios militares, ante cuyas puertas esperan las empresas civiles la "desclasificación" para convertirlas en negocios. Así sucedió con el Arpanet del Pentágono que devino Internet, con uno de los proyectos reaganianos de la Guerra de las Galaxias que dio nacimiento al proyecto Iridium de telefonía celular satelital, o con el Global Positioning System del Ejército, hoy banalizado a buscador de autos robados. Convertir descubrimientos en negocios constituye a menudo la sola vía de poner al alcance de todos innovaciones que sin la componente mercado quedarían inexplotadas. Pero este vez el auri sacra fames, la execrable avidez de dinero exasperada por la tecnología de comunicaciones llegó demasiado lejos, y sólo fue detenida por pérdidas económicas incalculables (las más grandes de la historia de la economía mundial), y por toda una serie de promesas incumplidas. Recuérdense las de hace pocos años: telefonía banalizada y casi gratuita para todos, inminente televisión de alta definición TVHD en pantalla cinerama, amplia y real multimedialidad, comercio internet en exponencial crecimiento por billones de dólares anuales.

Ya iniciado el siglo XXI, el cuadro mundial es de muy otro color. La telefonía creció, y la celular llegó a superar numéricamente la cableada, pero básicamente para saturar zonas ya conectadas y de grandes consumidores (en los barrios y zonas marginales de muchos lugares del mundo la situación es la misma de hace decenios); las tarifas permanecen escandalosamente cartelizadas, y altísimas en el tercer mundo que financia lo sustantivo del crecimiento de las multinacionales, las cuales disponen de un cash-flow impresionante que les permite crecer y comprarse una con otra; Iridium (celular mundial satelital) quebró en 474 días por ofrecer una pseudo-necesidad, con cinco millardos de dólares de deudas y 55 mil subscriptores en lugar del 1,6 millones previstos (está tratando de reflotarla...el Depto de la Defensa USA), y a Globalstar, tras patéticos intentos, le tocó finalmente un mismo destino. La telefonía celular montó una especulación tan colosal y a todas luces fraudulenta con sus tecnologías de tercera generación, que merece una consideración a parte. La TVHD y la digitalización de las señales archivadas, oficialmente por retardos en la tecnología de compactación de la imagen, con una buena mitad de operadores europeos de TV casi a la quiebra por las exageradas inversiones que requirió. De toda evidencia, los colosales intereses en juego pusieron la tan publicitada "multimedialidad" a marcar el paso; los PC con telefonía vocal desaparecieron misteriosamente del mercado; alguna "autority" sigue atrasando el matrimonio de TV con PC. Internet sobrevive (gracias a su parte sana y útil) a la voracidad de quienes quisieron montar en ella la madre de todas las especulaciones; pero la red está comprometida hasta la coronilla con la actual crisis de los "índices tecnológicos" bursátiles. Doscientas de sus empresas mayores quebraron sólo en los Estados Unidos entre 2.000 y 2.001, y 2.002 - lo habían predicho con acierto las empresas clasificadoras - "será una catástrofe".

El diagnóstico es unánime: el malestar actual de la economía mundial se ha originado en una colosal burbuja especulativa – sostenida por varios gobiernos – alrededor de dos grandes avances tecnológicos secuestrados por el mercado: Internet y las nuevas Telecomunicaciones.

A) La especulación Internet fue una mezcla arquetípica de delirio bursatil con maquiavelismo político. Su origen: Norteamérica, el país propietario de facto de la red Internet (norteamericanos son los 13 principales abastecedores mundiales de enlaces, el monopolio Cisco de conmutadores o "routers" para la red, la mayoría de los casi dos millardos de sitios y el 70% - reservadas por adelantado - de todas las direcciones electrónicas hoy disponibles bajo el código IPv4 , la asignación a escala mundial de direcciones e identificaciones, los sistemas Echelon, Carnivore, Fluent y Oasis que espían prácticamente todos sus contenidos y, aunque cueste creerlo, las plataformas del 95% de los enlaces intra-europeos e intra-asiáticos). Momentos hubo en que su monolítico combinado Industria-Gobierno-Bolsa-Medios, con el presidente Clinton a la cabeza, lanzó una acosante ofensiva para hacerle creer a la humanidad que el futuro se llamaba Internet y que hacia ésta se desplazarían todas las inversiones, que no habría más que "e-business" en crecimiento exponencial y - por intermedio de los obsecuentes PNUD y Banca Mundial - que hasta la salvación de los pobres ya no pasaba por asegurarles agua y bistec sino un enlace a la red. Comenzó una carrera al gigantismo sin precedentes en la historia no sólo de las telecoms sino de la economía en general. Entre 1.998 y 1.999 seis de las doce principales megafusiones, por 465,3 millardos de dólares, concernieron empresas vinculadas a Internet. Microsoft llegó en 1.999 a capitalizar 471 millardos, Intel 285, Lucent 211, Yahoo 188, AO 164, MCI 162, Oracle 85...; Cisco alcanzó en marzo del mismo año la monstruosidad (¡qué otro adjetivo cabe!) de 555 millardos de capitalización, la mitad del PIB anual de Francia, volviendo enanas empresas de la old economy, de las que se decía antaño que resfriaban el país con un estornudo. Los tycoons de la new economy se jactaban en aquellos meses de haber acelerado por cuatro la velocidad de las grandes bolsas del mundo Había resurgido, a dimensiones delirantes, el mito norteamericano de otro far-west, de otras libertades a conquistar. Lo secundó el intento político-económico de satelizar definitivamente la economía mundial alrededor de Wall Street.

Aquel gigantismo duró escasos meses. En enero 2.001 Walt Disney Co. - todo un símbolo - cierra su portal Go.com, que reagrupaba todas las actividades de la empresa, tras contabilizar una pérdida neta de un millardo de dólares. El 24 de abril, para endulzar la amarga píldora de doce mil despidos impuestos por la pérdida de 400 de aquellos 555 millardos, John Chambers, manager de Cisco, reduce a 1 dólar simbólico su salario de 157 millones anuales. Las acciones de Lucent se vuelven bonos chatarra, 210 empresas norteamericanas "punto com" van a la quiebra; empresas especulativas "muerde y huye" dejan millones de ahorristas sin sus ahorros. Un verdadero "e-crac", titulaba Le Monde, en enero de ese año, uno de sus editoriales. La catástrofe no se detiene y tiende más bien a agravarse: empresas como Teligent, 360Networks, PSInet, Covas, Exodus y Excite@Home: tienen que acogerse en 2.001 al cap. 11 de la ley norteamericana sobre quiebras, y 2.002 se estrena con una suerte análoga para Qwest, Carrier 1, Level 3, Viatel y Globalstar (mientras Alcatel anuncia pérdidas por 4,96 millardos de Euros en 2.001 (la más grande de la historia de la economía francesa), Vivendi Universal (el recién nacido pantagruel franco-norteamericano) una deuda acumulada de más de 19 millardos de euros para abril 2.002, y AOL-Time - el grupo mediático más grande de la tierra - una pérdida en el primer trimestre de 2.002 de... 54,24 millardos de dólares, el déficit más elevado de la historia de la economía norteamericana. A mediados de 2.002, los optimistas estimaban en mil millardos los dólares evaporados en especulaciones "nasdaq"; los pesimistas (como Scientific American en su número de mayo) en cuatro mil millardos... Cifras de tan descomunal tamaño otorgan ciertos visos de verosimilitud a la hipótesis de que la Cumbre pudiera hasta representar un intento de la ONU (ahora imbuída de afanes privatizadores) de prestar alguna ayuda al cuaternario para reflotar sus otrora pingües negocios.

Todo aquello pareciera tener su super-símbolo en el caso Enron, la superestrella energética de la new economy que protagonizó el caso más gigantesco de bancarrota fraudulenta en la historia norteamericana Ese mismo mes (diciembre de 2001) también había depositado sus cuentas Global Crossing, el coloso de los 165.000 kilómetros de autopistas de fibra óptica en doscientas ciudades de 27 países. Su quiebra es - por el momento - la más importante del sector telecom norteamericano y la cuarta más grande de la economía de aquel país. Ese meteoro especulativo (es el caso de decirlo) creado en 1.997 apenas, llegó a capitalizar cincuenta millardos de dólares en 2.000 y alcanzó a ser considerado uno de los protagonistas más respetables de la nueva economía. El 28.01.2.002, tras declarar pérdidas de 4,6 millardos de dólares y deudas por 12,4 millardos en los primeros nueve meses de 2.001, sus acciones que valían 65 dólares llegaron a valer 30 céntimos. Todos los escenarios de salvamento - he aquí una de las funestas lecciones que la "sociedad de la información" debe aprender - prevén que los accionistas perderán la totalidad de sus inversiones (en Enron fue peor: casi todos sus jefes, culpables de inside trading o "delito de iniciados", estimulaban a sus empleados a comprar acciones de la empresa mientras vendían las propias). Al igual que en otros casos, también en el de Global Crossing aparecen la figura de un Director General, en este caso Gary Winnick, vendiendo acciones de su propia empresa poco antes de la declaración de quiebra y, lupus in fabula, también aparece la empresa auditora Arthur Andersen, cuya afición al delito de iniciados, evasión de impuestos y destrucción de montañas de documentos comprometedores había quedado demostrada semanas antes., justamente con motivo de la escandalosa quiebra de Enron. William Cohen, exSecretario de Estado, era miembro del Consejo de Administración de Global Crossing; Joseph Perrone, su Vice-presidente, había sido jefe de control de empresas telecom... en Andersen. Y por si fuera poco, varios de los grandes bancos que saldrán salpicados de las averiguaciones eran simultáneamente acreedores, accionistas y consultantes de las empresas a la quiebra. Esos mega-escándalos financieros, con complicidades entre empresas contraloras y controladas, terminaron por llamar la atención del mundo entero sobre tres grandes y otrora respetadísimos grupos económico-financieros:

a) los Bancos de Inversiones: Merril Lynch, el primer banco norteamericano de inversiones, aportó 400 millones de dólares de los ahorristas a una Enron que sabía en plena disolución.Una de sus vedettes, Henry Blodget, clasificaba en sus memos internos de pieces of crap (pedazos de mierda) las acciones de Excite@Home, mientras recomendaba a los confiados ahorristas de comprarlas (Merryll trató recientemente de recuperar algo de su prestigio incorporando como consultante a Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York, y en mayo de 2.002 - mediante una de esas transacciones tribunalicias en que los norteamericanos son maestros - logró "sanearse" mediante pago de una multa de 100 millones de dólares);

b) los grandes y muy escuchados Analistas Financieros: dieciseis de los diecisiete más importantes seguían recomendando comprar acciones Enron en septiembre 2.001, con Goldman Sachs, Lehman Brothers y otros insistiendo con su recomendación aún después que la empresa anunciara sus primeros 600 millones de pérdidas, y

c) las celebérrrimas firmas norteamericanas de Auditoría y Consejo Financiero: los cinco colosos mundiales del audit/consejo,. empresas hasta ahora consideradas irreprochables: Pricewaterhouse Cooper (22,3 millardos de dólares de ingresos en 2.000), KMPG (13,5m.), Deloitte Touche Tohmatsu (12,4m.), Ernst&Young (9,9m.) y Arthur Andersen (9,3m.) han sido todos ellos hallados culpables en años recientes de complicidades delictivas.

Un antiguo jefe de contabilidad de la Security Exchange Commission SEC , el guardián de la bolsa norteamericana, declaró que se había tratado de un "verdadero atraco a mano armada", estimando que en los seis últimos años los inversionistas pudieron haber perdido unos doscientos millardos de dólares imputables a irregularidades y actos fraudulentos de las grandes empresas auditoras. Las bancarrota Enron, en particular, amenaza con crear a plazo un gigantesco tsunami financiero de aterradoras consecuencias. Esa empresa, que facturaba cien millardos de dólares anuales y de la que hoy se sabe que actuó en forma gangsteril (creaba escasez y congestiones fantasmas de electricidad para elevar precios, exportaba y reimportaba energía a California para cobrar su transporte, apagaba plantas para fingir escasez etc.), se derrumbó en seis semanas en medio de escandalosas complicidades entre la propia empresa, sus banqueros, sus abogados, sus contralores y la propia SEC . Todo esto, por no hablar de los partidos que financió y de la mismísima Casa Blanca, la cual desde 1.997 se estaba haciendo la vista gorda. Para completar este aberrante cuadro de complicidades cruzadas, 212 de los 248 congresales miembros de las ocho Comisiones de encuesta del caso Enron resultaron haber recibido en algún momento ayudas financieras para sus campañas electorales ... de la empresa que encuestaban, incluyendo al Secretario de Justicia Ascroft quien declaró haber sido gratificado con 57 mil dólares. A falta de tribunales internacionales que condenen a sus responsables, esta mega-especulación ha daso lugar a toda una literatura, en que ya destacan obras como Boo-hoo, una historia punto.com desde su concepción a la catástrofe, de Esnst Malmsten, Millardarios por un día de Grégoire Biseau, o Como fallé mi start.up de Nicolas Roiu. Quedan dos hechos: a) las especulaciones de la "sociedad de la información" fueron las más grandes de la historia de la economía y arruinaron a millones de personas; b) los usuarios de la red pagaremos de nuestro bolsillo aquellos delirios especulativos; los costos no bajarán en muchos años, ya que los proveedores de servicios hoy gratuitos se están viendo en la obligación, uno tras otro, de cobrarlos. Los pobres ¡qué pena! tendrán que esperar una generación más los efectos de la amortización para tener más amplio acceso a la red.

B) Si la especulación Internet fue un coctel "tio Sam" de mitomanía con hegemonismo, su gemela en telecom fue hija de la peor codicia europea.

La Internet que conocemos no existiría, obviamente, sin el boom de las telecom. En 1.990 había unos 530 millones de teléfonos en el mundo (fijos y móviles confundidos), en 2.000 ya eran 1.720 millones (+325%) y deben andar ya rondando los dos mil millones. La telefonía invierte hoy $320 millardos anuales e ingresa $900 millardos. En diez años se instalaron más cables submarinos que en un siglo, cientos de millones de kilómetros de fibra óptica y cientos de satélites civiles. El PNUD indica en su Informe del Desarrollo Humano 2.001 que un cable de fibra actual despacha en un solo segundo más información de la que circuló mensualmente por la red Internet en 1.997. (No olvidemos empero que, simultáneamente, muchos pobres en comunicaciones se empobrecían paradójicamente más: Suiza exhibe hoy una densidad telefónica de 99x100hab., Cambogia descendió a 0,07x100hab., ¡una relación de 7000 a 1!)

Esta vez, los "cisco" de la telefonía fija y sobre todo móvil eran europeos; una ocasión para el viejo continente de imponer sus reglas del juego en un importante y ganancioso sector telecom. Europa toma la delantera en inalámbrico con su digital GSM, superior a los norteamericanos, hoy standard también en Asia y Australia. Las acciones de Nokia, Ericsson, Alcatel, Siemens y congéneres vuelan; las bolsas de Londres, París, Francfort y Milán crean su "nasdaq" local para acciones tecnológicas. A imitación de los self-made-men sajones, un empleado sardo crea de la nada el coloso Tiscali, próximamente el segundo proveedor de celulares e Internet del viejo continente. Fuerte de su telefonía, y con Silicon Valley dormitada en su Internet fija, Europa va planificando una superioridad de largo plazo, Su euforia bursatil corre pareja a la de Wall Street.

En 1.997 la industria del harware telefónico principalmente europea, que fabrica a la sazón la barrabasada de 550 millones de celulares al año (la sola Nokia controla el 40% de las ventas mundiales), se halla ante mercados saturados y de mera reposición. Urgen nuevas tecnologías para despertarlos. El "next step" es, obviamente, poner Internet dentro de los celulares, un paso ya dado por el cuasi-monopolio japonés NTT DoMoCo con su tecnológia I-mode (de decepcionantes resultados) y que los europeos deciden igualmente dar con dos tecnologías intermedias, WAP y GPRS, mientras afinan un definitivo Universal Mobile Telecommunications System UMTS, que les aseguraría superioridad global en multimedial (una superioridad sin embargo ya parcialmente amenazada antes de nacer por la tecnología WLAN de acceso nómada inalámbrico a Internet). Tras fracasar en su intento de que Europa adopte el standard japonés, el lobby Nokia/Ericsson obtiene de Bruselas que los quince países de la Unión liciten licencias UMTS cual si su comercialización fuese inminente. Las virtuosas Suecia y Finlandia las atribuyen gratuitamente; los demás codiciosos gobiernos olfatean el negocio y las subastan a precios vertiginosos. Trescientos catorce millardos de dólares son puestos delirantemente en las mesas para asegurarse licencias UMTS en ámbitos telefónicamente muy saturados; los ganadores de las pujas llegan a pagar, en Inglaterra, la enormidad de $652xhab., en Alemania de $620, en España de $361, en Francia de 270 y en Italia de 242 (por comparación, la CANTV venezolana fue subastada en 1.991 con monopolio total asegurado en telefonía fija por nueve años, en apenas $75xhab.). A los pocos meses, la debacle: cientos de empresas a la quiebra, Nokia descapitalizada al 60%, Telecom Francia al 72%, Telekom Alemania el 75%, Ericsson con pérdidas de 1,7 millardos de dólares... Hoy, pese al silencio impuesto sobre aquel escándalo más nunca mencionado, nada extraño tiene que British Telecom y Deutsche Telekom sigan en plena crisis. El 16 de mayo 2.002, la empresa telefónica alemana anunciaba el despido de 30 mil de sus 260.000 asalariados: sus acciones, que en marzo 2.000 valían más de 100 euros, habían bajado a 13,10; sus deudas alcanzaron el primer trimestre de 2.002 la faraónica suma de 67,2 millardos de euros, más elevadas pues que las de AOL-Time, y por consiguientes las más altas de la historia de la economía, ... a no ser que la alcance France Telecom, la cual anuncia en junio 2.002 que las propias pudieran llegar a 70 millardos de euros. En aquellos días, el 29.05.2.002, el inglés Vodaphone , el mayor operador de telefonía móvil del mundo, anunciaba igualmente pérdidas por 19,7 millardos de dólares en su último año fiscal. Por coincidencia, tres de los países que más caro pagaron la licencia UMTS , tiene ahora la telefonía más endeudada del mundo.

¿Qué pasó realmente en la sección europea de la "sociedad de la información"? Un hoy hipotético pero cada día más necesario Tribunal Económico Internacional, con poder de sancionar los grandes delitos económicos contra el consumidor, el ahorrista y el pensionado, hubiese seguramente condenado por delictiva aquella fuga hacia delante. Lo que los escandinavos habían vendido a la Comunidad Europea, la Comunidad a sus 15 Estados, y los Estados a los operadores era ... humo, vale decir una tecnología UMTS teórica, operativa tal vez en 2.004, más probablemente en 2.008, y sin mercado asegurado (la sensatez indica que la verdadera Internet nunca podrá emigrar a la minipantalla de un celular). Sólo dos empresas francesas olfatearon la superchería y retiraron a tiempo sus ofertas.

Hace pocos años se pronosticaba que una hora de teléfono USA-Europa llegaría pronto a costar un dólar, y una diezmilésima de dólar la hora el uso por los grandes operadores de cables submarinos ¡A engavetar sueños! Al igual que sus colegas de Internet, los telefónicos tratarán ahora de recuperar a como dé lugar los cientos de millardos de dólares perdidos. Adios telefonía barata; nosotros y nuestros hijos seguiremos pagando de nuestros bolsillos las dos especulaciones más colosales de la historia de la economía, y si somos del tercer mundo y por colmo latinoamericanos, a un precio más elevado que en el Norte, al que siempre terminamos financiando. Conforme a un análisis conjunto del Economist Intelligence Unit y de Eurodata de febrero 2.002, Venezuela Argentina y México encabezan en efecto la lista de países con la telefonía internacional más costosa del mundo, con la doble agravante de un precio desorbitado para el usuario, y de unas jugosas plusvalías que ahora emigran a las arcas de las multinacionales dueñas de las redes locales.

Al menos en su vital capítulo económico, la Sociedad de la Información arrancó mal. El católico Mc Luhan había configurado su "aldea global" como un reino de reciprocidades, sin caciques ni especuladores. Desmesuradas burbujas especulativas del género Internet y manejos francamente maliciosos tipo UMTS; quiebras fraudulentas, arruinantes e hiper-corruptas modelo Enron o Global Crossing; grandes conflictos de competencias formato Berlusconi, con abusos de posición dominante en comunicaciones propias y públicas; gigantescas y antipluralistas concentraciones en la capacidad de producir, emitir y espiar mensajes, amén de otros detalles menos importantes, ya ponen en entredicho la posibilidad de que la "sociedad de la información" pueda llegar a ser una sociedad democrática. A la vez, indican la conveniencia de ir pensando seriamente (y la Cumbre puede ser la ocasión) en la necesidad de una suerte de Tribunal Internacional de la Información y la Comunicación, con poderes amplios y suficientes para juzgar crímenes económicos, contra el pluralismo y la privacidad, que pudieren seguirse cometiendo en el ámbito de una "sociedad de la información". Porque a la "globalización" habrá que pedirle eso también, que se mundialice por igual el poder judicial, y que la administración de la justicia llegue a ser universal y democrática.

* Antonio Pasquali, ExSubdirector General de las Unesco para el sector de la Comunicación.

** Conferencia Magistral dictada en Quito el 12 de junio de 2002. Evento organizado por la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI y la Universidad Andina Simón Bolívar.

https://www.alainet.org/es/articulo/105990?language=es
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