Principios de economía solidaria
28/08/2002
- Opinión
Johanesburg, Agosto 2002
"Realidad y mito han demostrado
que la historia no es suficiente
para el hombre; el hombre solo
cabe en la utopia".
Ernesto Sábato. I. El Debate sobre la Crisis de la Humanidad Ninguna propuesta sobre el futuro de la civilización humana puede desestimar que lo que verdaderamente está en entredicho es el problema del hombre. Cuando cayó el muro de Berlín, la humanidad cantó loas al advenimiento del modelo Neoliberal llamado, según sus propulsores, a reinar por siempre, pues, supuestamente, ya no habría en el futuro la posibilidad de introducir una propuesta mejor en la historia de las ideas humanas. Empezó el apogeo del pensamiento "único", del pensamiento "uniforme". Pero tal celebración contrasta con la desazón que hoy, nada más que una década después, cunde por todo el mundo. El diario The New York Times, en el pasado mes de Julio recoge en forma precisa lo que ocurre, al expresar que "la crisis del capitalismo la han provocado los propios capitalistas". Es que para nadie puede pasar inadvertido que tras de la crisis del modelo neoliberal - que era previsible si se hubiese entendido que en su cofrontación dialéctica con el comunismo, ambas partes, y no solo esta última, "debían" entrar en crisis -, hoy aparece en plenitud el drama de la pobreza que afecta a cuatro quintas partes de la humanidad; y con ella, todas las formas de violencia posibles: la corrupción en las más altas esferas del poder público y privado; el narcotráfico y las mafias que controlan enormes segmentos de la economía mundial; el "capitalismo aventurero" que ha inflado burbujas especulativas para favorecer a unos cuantos burócratas bancarios privados; el terrorismo que es expresión caótica de la crisis de ideas; la migración de los desposeídos como reacción al injusto orden internacional; las guerras que proliferan ante la pérdida de vigencia del diálogo; el rompimiento de la familia como núcleo de la sociedad; la secularización de las sociedades que han sustuído a Dios por el poder del dinero. J. Gevaert resume el problema con exactitud: "Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la existencia y se plantean por su propio peso. No es en primer lugar el hombre el que suscita problemas; es el propio hombre el que se hace problemático debido a la vida y a la condición en que vive. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga a tomar posiciones" II. Crítica a la Cientificidad de la Economía Aunque Adam Smith pretendió ubicar la economía como parte de la filosofía moral, esta fue ubicada más bien como parte de las ciencias positivas, según las cuales la economía obedece a leyes inmutables. Según Milton Friedman "La Economía Positiva es en principio independiente de cualquier posición ética...[Como dice Keynes], se refiere a "lo que es", no a "lo que debería ser"... Su funcionamiento ha de ser juzgado por la precision, alcance y conformidad de las predicciones que suministra con la experiencia. En resumen, la Economía Positiva es, o puede ser, una ciencia "objetiva", precisamente en el mismo sentido que cualquiera de las ciencias físicas" Según esta interpretación restringida, el ser humano procede en sus relaciones de intercambio orientado exclusivamente por motivaciones materiales: la maximización de la satisfacción, o de la "utilidad sicológica" individual, en tanto en cuanto las personas actúan como individuo-consumidor; y la maximización de la "utilidad pecuniaria " en la producción, en tanto en cuanto las personas actúan como empresarios. En la version latina, la palabra utilidad deviene del concepto de "útil", es decir de lo que le es conveniente a un individuo en el "uso" de los bienes y servicios que necesita consumir y/o producir. En el consumo, maximiza su utilidad individual cuando consume más y más de algún bien o servicio que le provee de alta satisfacción. Esta es pues una reacción sensorial que puede también llamarse saciedad material. En la producción , el concepto de utilidad representa la satisfacción que representa para el individuo- empresario el perpetuo "aumento de excedentes" de bienes producidos, una vez que ha cubierto los costos de los bienes y servicios intermedios que ha utilizado para explotar o transformarlos. Modernamente, para representar esta satisfacción material del empresario, tanto en las lenguas latinas como en las anglosajonas se utiliza más comunmente la expresión "beneficio". En todo caso, esta última también proviene de la expresión latina que significa satisfacción sicológica, saciedad individual, obtención de provecho; es decir, "conveniencia" sicológica individual. En la historia económica, el proceso de cuantificación de la utilidad o beneficio se gestó primero en la teoría de la producción o de la oferta, pues, gracias al desarrollo de las ciencias matemáticas y contables, los bienes y servicios producidos podían ser contados con exactitud. Al final de un período se podía, pues, saber y calcular cuánto se había producido y cuanto se había pagado a los proveedores de materias primas y productos intermedios. Bastaba deducir lo pagado de lo producido y se podia establecer el monto y valor del excedente y, por tanto, establecer la utilidad o beneficio material del productor. Mientras más altos los excedentes, mayor la utilidad o satisfacción "tangible" del empresario. Esta valoración se consideraba científica pues el excedente, siendo tangible, podía ser observado y constatado. Podía pues constuirse en una ley de la producción, cumpliendo asi el requisito indispensable para que esta se transforme en una teoría de la oferta. Friedman lo ratifica diciendo: "bajo un amplio marco de circunstancias, las empresas individuales se comportan como si estuviesen buscando racionalmente maximizar sus rendimientos esperados (denominados generalmente, pero de forma desorientadora, "beneficios")" Pero lo que parecía "relativamente" apropiado y sensato para diseñar la teoría de la oferta, no fue tan claro cuando se trató de elaborar la teoría de la demanda. Sus autores, Alfred Marshall principalmente, dibujaron la curva de demanda siguiendo los mismos principios metodológicos que los de la oferta, y concibieron como "posible" el "medir" el grado de utilidad o satisfacción de los consumidores, a través del uso de los mismos ejes cartesianos, cuyor valores de incremento de la satisfacción positiva ascendía conforme crecían las cantidades consumidas. De acuerdo al principio de que las gentes aumentan su satisfacción mientras más consumen de los bienes y servicios ( es decir, mayor satisfacción a mayor consumo), se supuso que mientras existiese deseo de consumir la utilidad aumentaba hacia arriba y solo si hubiese insatisfacción las medidas podían ser negativas hacia abajo. La teoría presupone que el límite para consumir y producir solo se podia encontrar - en el corto plazo, se entiende - en el mercado, una vez que consumidores y productores se encuentren. Si en este hubiese escasez porque los productores no abasteciesen suficientemente, los consumidores aumentarían su necesidad de cubrir su satisfacción, es decir su "sensación" de saciarse, la misma que se conseguiría solo si los productores aumentan su oferta de dichos bienes o servicios. Si, al contrario, existiese sobreproducción, es decir exceso de bienes disponibles para el consumo, los consumidores no sentirían escasez y por tanto no demandarían con mayor ansiedad porque no tendrían la "sensación" de escasez. Mientras la economía se vio abocada a resolver problemas de necesidades reales, las sensaciones vinculadas a la satisfacción o utilidad podrían haber sido consideradas aceptables como guía para la actuación de los individuos. Queda por supuesto, la severa duda de si la curva de demanda puede ser considerada científica en la forma que fue elaborada. ¿Es que se puede verdaderamente "medir" el grado de satisfacción o utilidad de las personas? La discusión no es nueva. Hay economistas, empresarios, filósofos y sicólogos que han cuestionado su fundamentación epistemologica. Como se verá más adelante, hoy se cuestiona a la motivación psicológica de la utilidad o satisfacción como las únicas que motivan al "ser humano". No obstante, sobre este pilar se contruyó toda la teoría de formación de los precios, hoy tan exaltada por la escuela neoliberal. Uno de sus máximos representantes, también de la escuela de Chicago, Ludwig von Misses, consideró que esta forma de cálculo era la única y auténtica, por considerar que solo en un mercado libre las personas podían expresar sus auténticas motivaciones. Según él, no había otra forma de cálculo posible que no sea la de establecer el valor de las cosas en un mercado en donde los seres humanos puedan dar rienda suelta a sus "sensaciones" provenientes del grado de escasez. De lo cual deriva el argumento de que si no es posible otra forma de cálculo, no era posible otro sistema económico. Supuestamente, solo en un mercado libre la economía podia ser científica y, por tanto, posible. En otras palabras, solo en aquellas sociedades en donde los individuos puedan expresar ilimitadamente sus sensaciones derivadas de la escasez relativa es posible una economía científica, tangible y cuantificable; observable y medible. Solo así podían construirse leyes de aplicación universal; solo asi podia cumplirse el requisito de toda ciencia positiva: que a partir de estas leyes debidamente comprobadas en el mercado puedan extrapolarse o "deducirse" predicciones futuras. Si la economía podia de este modo predecir el futuro - porque las leyes, por ser tales, tenían que ocurrir del mismo modo en el futuro - entonces se podia "anticipar" dichos sucesos, ya sea para incentivarlos o para evitarlos. Obviamente, se sobreentendía en todos estos análisis que todo lo que no pueda ser testeado o comprobado no era científico.Así, pues, se desechó toda posiblidad de que la economía pueda recoger juicios de valor de cualquier especie. Supuestamente, las ideas de justicia, equidad, solidaridad, entre otras, no formaban parte de los hechos o fenómenos físicos "observables" en el mundo del consumo y de la producción y, por tanto, debían ser descartados. Tampoco se aceptaba como pertinente el aceptar que en el mercado las personas podian concurrir con acervos distintos de riqueza o de poder para influir en la formación de la demanda y la oferta. La economía dejó de ser humana, social y política y pasó a convertirse en una más de las ciencias positivas: los hechos son como son y no como deben ser. La economía se hizo aética. Todo esto en las mentes de los economistas neoclásicos más interesados en emular la metodología científica de las ciencias naturales antes que en honrar el objetivo fundamental de la economía: asignar los recursos "apropiadamente" entre los seres humanos. Por ahora, baste haber insinuado, el propósito fundamental de la economía de los economistas neoclásicos que influyeron en el actual modelo neoliberal. De la construcción de las curvas de demanda y oferta depende todo el andamiaje de la teoría económica. De cómo se armó la microeconomía, es decir la teoría de formación de los precios relativos depende la macroeconomía, es decir, los agregados económicos y los sectores hacia donde se distribuyen los recursos. La Economía del Equilibrio General y la Teoría de la Determinación del Ingreso Nacional se sustentan fundamentalmente en la forma como se comportan los individuos cotidianamente. Incluso las cuentas fiscales dependerán de dicho comportamiento. Finalmente, las propias relaciones internacionales. Por ello es importante aclarar cuál es la situación actual del mundo para comprender que de la forma cómo los seres humanos se relacionan para determinar los precios en los mercados depende en gran parte, también, la forma cómo los seres humanos deciden la suerte del mundo. Los pensadores más renombrados, de todas las vertientes, han criticado, por una parte, el absolutismo de las ciencias positivas, y, por otra, el absolutismo de sostener que la economía es parte de las ciencias positivas. Según Juan José Tamayo, para Nietzche, la democracia moderna y el socialismo son formas decadentes. Las instituciones liberales causan gravísimos perjuicios a la libertad. El liberalismo no significa otra cosa que "animalización gregaria". Y, según el mismo Tamayo, uno de los más severos golpes asestados contra el neopositivismo lógico viene de K. Popper, un egregio defensor de la sociedad abierta, quien cuestiona de raíz el principio de verificación y aduce que "los positivistas, en sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan junto con ella la ciencia natural. Pues tampoco las leyes científicas pueden reducirse lógicamente a enunciados elementales de experiencia, como reclama el neopositivismo". III. La Globalización y la Guerra de las Galaxias: una Metáfora de Nuestro Tiempo Las críticas al modelo neoliberal han empezado a levantarse, inclusive por parte de personas que están dentro del sistema. Michelle Camdessus, el ex Director-Gerente del FMI durante la década de auge del neoliberalismo, a fines de 1998 mencionó en Panamá que para que no se produzcan crisis del mercado " hay que evitar las relaciones incestuosas entre Estados, banqueros y empresarios". Y, según la revista italiana Presenza, en marzo de 2000, en Roma, dijo que: "Debemos lograr dominar a la globalización, debemos poder humanizarla, para evitar que se haga más sensible la diferencia de ingresos entre ricos y pobres..." Y, sorprendentemente, uno de los mayores beneficierios del capitalismo aventurero, George Soros, sostuvo en un artículo aparecido en Le Nouvel Observateur en febrero de 1997: " se tiene en cuenta cada vez más el dinero y el éxito como criterios de valor... Lo que constituía medio de intercambio ha usurpado el lugar de los valores fundamentales, invirtiendo las relaciones postuladas por la teoría económica. El culto del éxito ha reemplazado la creencia en los principios. La sociedad ha perdido su anclaje.... si nuestra visión no es moderada por el reconocimiento de un interés común superior a los intereses individuales, nuestro sistema actual - que aunque imperfecto puede definirse como sociedad abierta - corre el peligro de hundirse... una sociedad abierta puede ser amenazada por un exceso de individualismo, por un exceso de competencia y una falta de cooperación. Yo no clasifico el "laisser-faire" capitalista en la misma categoría que el fascismo y el comunismo. Las ideologías totalitarias buscan destruir deliberadamente la sociedad abierta. Las políticas del "laisser-faire" la ponen en peligro, pero por inadvertencia...considero la amenaza del laisser-faire como más real, actualmente, que aquella de las ideologías totalitarias". Y a propósito de la crisis por la que altraviesa la propia economía norteamericana, el ex vicepresidente Al Gore acaba de denunciar en días recientes al New York Times que está en serio peligro "el capitalismo democrático" y que en la campaña del 2000 sostuvo que la fórmula Bush- Cheney era "financiada por una nueva generación de intereses especiales, gestores de poder que no desearían nada mejor que un presidente dócil, capaz de torcer la política pública y acomodarla al servicio de sus propósitos y ganancias". Aseveró también que "algunos consideraron que esa advertencia era contraria a la actividad económica y los negocios. Nada de eso. Creo ahora, como dije entonces, que cuando intereses poderosos tratan de aprovecharse del pueblo norteamericano, a menudo son otras empresas las que resultan perjudicadas en el proceso... Creo que junto con Bill Clinton tuvimos razón en sostener, durante nuestra campaña electoral de 1992, que debíamos luchar en favor de "la olvidada clase media" y en contra de las fuerzas de la codicia. Defender "al pueblo y no a los poderosos" era la alternativa correcta en el 2000". En resumen, ubicó el problema de la siguiente manera: " Una vez más estamos en un momento como ésos. Un poder fuera de lo común se combinó con una codicia fuera de lo común para generar inmensas pérdidas y decepciones. Millones de norteamericanos comunes y corrientes han sido víctimas...Es necesario corregir a fondo el rumbo de nuestra nación. Ha llegado el momento en que todos los norteamericanos hagan frente a los poderosos en beneficio del pueblo". Dentro de este contexto, resultan proféticas las expresiones del propio Adam Smith, el lllamado Padre de la economía de mercado, cuando en su libro "la Riqueza de las Naciones" aseveró que: "La caprichosa ambición de reyes y ministros no ha sido tan fatal para la paz de Europa, en el siglo presente y en el anterior, como el impertinente celo de comerciantes y empresarios industriales ( manufacturers ). La violencia y la injusticia de los gobernantes de la humanidad es un mal antiguo, y tememos que, dada la naturaleza de los asuntos humanos, no se pueda encontrar remedio alguno a ese mal. Pero la rapacidad mezquina y el espíritu de monopolio que prevalecen entre comerciantes y empresarios industriales (que por otra parte no están llamados a ser los directores de la humanidad, ni tienen por qué serlo), aunque no puedan probablemente corregirse, sí puede evitarse que perturben la tranquilidad de otros" La Globalización, según las personas mencionadas, tiende al totalitarismo mientras la economía se encuentre conducida por estos grupos, que, ahora está más claro, son quienes manejan "incestuosamente" la economía mundial, orientándola según sus oscuros intereses individuales privados. Aparentemente, tal propósito no tiene rostro identificable a simple vista, por eso es necesario indagar cómo es esta y donde se ubica pues se sabe a ciencia cierta de la existencia de un "Senado Imperial" - parafraseando el guión de la película de George Lucas "La Guerra de las Galaxias"- que maneja los hilos siderales de la economía y de las finanzas del mundo, que rebasa a los mismos estados nacionales. Dentro de los mecanismos más socorridos y promocionados por la filosofía de los cultores de la Globalización - los que se parapetan detrás del Imperio - encontramos la proliferación de monoplios y oligopolios, que se los justifican teóricamente bajo el pretexto del aprovechamiento del principio de las economías de escala. Y la privatización no es otra cosa sino otro eufemismo para lograr lo mismo pero desmembrando a las empresas públicas de las naciones. Si: ¡el Imperio ataca de nuevo restaurando el monopolio como eje de la economía de mercado! Los mercaderes del dinero en épocas modernas - los "jawas" de la pelicula de Lucas - han pasado a constituir los supuestos vendedores de ilusiones de la población desposeída. Contradiciendo el objetivo fundamental de lo que a su tiempo se llamó el verdadero "espíritu del capitalismo", según el trabajo de Max Weber, por ejemplo, que, en términos resumidos, proponía como la base del progreso y la felicidad el arduo trabajo y la frugalidad de las personas - convertidos en sacrificados empresarios - extendida a todas las relaciones económicas y humanas, los "financistas siderales" de nuestro tiempo prometen a sus fieles seguidores el bienestar anticipado del "viaje a las estrellas". Pero, a diferencia de los abnegados puritanos de tiempos remotos para los cuales el objetivo último de toda actividad económica del individuo debía ser el de que sea el ahorro de la comunidad el que financiara la inversión real, la inversión productiva, los financistas de épocas actuales, en tiempos de globalización, dejaron de discriminar lo que era productivo o especulativo. Desde entonces, el mecanismo utilizado por los "mecenas" del mundo también contempla el financiamiento, a través de un mayor endeudamiento, del consumo de las personas. Y así, lo que inicialmente era considerado como la "bondad" del sistema de mercado - el que era promocionado por Benjamín Franklin, por ejemplo -, de que a través de la posposición del consumo presente se podía incrementar el consumo futuro (se entiende de las personas y de las sociedades), se trastocó en un curioso postulado en el que ahora lo "bueno" consiste en incrementar ( y aún exacerbar) el consumo presente en detrimento del consumo futuro - puesto que, en la práctica, el consumo es una función sustitutiva de la inversión -. La tarjeta de crédito que todo lo vende a plazo bajo el lema "¡no pague, difiéralo!" ha penetrado en todas las clases sociales como un auténtico símbolo de "status". Quien no posee una de ellas en la sociedad globalizada simplemente "no existe". Las grandes tarjetas internacionales promueven el consumo de las personas a través de intermediarios financieros domésticos que definen los sectores más propicios para asegurar su posicionamiento. Se cierra de este modo el círculo de prestamistas globalizados. En buenas cuentas el Imperio, del que forman parte los especuladores internacionales, decidió modificar los supuestos epistemológicos de lo que antes era considerado ciencia económica, cuyo requisito para ser tal, como se sabe, era que tenga carácter universal y que sus leyes fueran permanentes mientras no se cambien los supuestos y circunstancias. De este modo, la ortodoxia liberal, la madre de la economía de mercado, la que fue concebida por los pensadores clásicos dentro de fundamentos éticos preestablecidos, ha sido sustituida por una burda teoría neoliberal de carácter globalizante en donde la ley y único punto de referencia es el que pragmáticamente determina el monopolio: el más grande absorbe al mediano y pequeño. ¡Es Darwin redivivus! La deuda es, sin duda, la forma más conspicua a través de la cual se somete a quienes osan recurrir a ella, especialmente cuando quienes la conceden están amparados por políticas de estado que favorecen su otorgamiento indiscriminado y permiten cualquier clase de condicionamiento "en nombre de la libre empresa". Para los países pobres, la deuda es "la estrella letal" del guión de la Guerra de las Galaxias, "con poder para destruir un planeta entero". Son los países ricos y sus enclaves financieros criollos dentro de los países pobres los que han consolidado su posición, mientras las mayorías hoy están peor que antes. Pero la película de ciencia-ficción de La Guerra de las Galaxias sugiere también la clave para desbaratar ese o cualquier otro tipo de imperio. La batalla final la efectúan los "Caballeros de la Orden del Jedi" que cuentan con la "Fuerza" para conseguir el objetivo de "paz y justicia" para todos los que pretenden vivir en "libertad", fuera de toda atadura, en la Galaxia. Posiblemente, el mensaje más bello de la película sea el de que no puede alcanzarse una verdadera libertad ni conseguirse la anhelada paz, si previamente no se instaura la justicia en el universo. En otras palabras ¡no pueden haber auténticas libertad y paz sin justicia social! Un aspecto no menos importante que el escritor y director de la película recalca constantemente, en boca de sus personajes Obi-Wan Kenobi y Luke Skywalker es que para derrotar al Imperio el arma más importante no es el material bélico de que pueden disponer juntándose todos los planetas de la galaxia, sino el tener fe en la Fuerza, pues solo así en el enfrentamiento contra las huestes totalitarias ¡nada ni nadie prevalecerán contra Ella! IV. Los Avances de las Ciencias Relacionadas con la Economía La Economía desde su origen recibió contribuciones de otras disciplinas. Interesa repasar brevemente cuales son los últimos desarrollos de las ciencias cercanas para saber por donde deben dirigirse los esfuerzos de su propia renovación. a) Los avances en la Física. Roger Penrose demuestra que algunas de las tesis científicas que a su debido tiempo fueron consideradas leyes inmutables han ido cediendo espacio a nuevas y mejores formas de interpretar el mundo. Según él, Galileo, transformó el antiguo misticismo de la ciencia . Más tarde, Newton, Maxwell y Einstein contribuyeron a su desarrollo hasta explicar el"enigmático"comportamiento de los cuerpos cuando se mueven a la velocidad de la luz. Modernamente es aceptado que estas teorías también son importantes para explicar nuestros procesos mentales. En la actualidad, con los aportes de la física cuántica se ha llegado a entender en mejor forma el modo de operar del propio cerebro. Por otro lado, Guy Sorman advierte que nuestra concepción del mundo está influída por las ciencias físicas, que consideran a nuestro universo como un reloj que obedece a reglas previsibles e inmutables. Así, tanto la psicología como la política y la economía están igualmente regidas por leyes. Y también nos presenta también la radical controversia entre Ilya Prigoguin y René Thom. Para el primero, "esta vision mecanicista del universo no tiene ningún carácter científico", sino que la auténtica está basada en la probabilidad; ...el mundo es una serie de acontecimientos, es caótico, imprevisible". Al igual que las ciencias humanas, las ciencias físicas solo serían , en opinion de Prigoguin, una suma de casualidades. Pero René Thom replica que el actual reino del caos no es más que una moda pasajera, " la ciencia ya no piensa!" Según Penrose, mucho del pensamiento sobre la física estaba fuertemente influído por el pensamiento matemático que, desde Platón, pertenece al mundo de las ideas. El mundo de Platón consta no de objetos tangibles sino de "objetos matemáticos". Este mundo no nos es accessible del modo físico ordinario sino por la vía del intelecto. La siguiente frase de Penrose no puede ser más expresiva: "El mundo ideal se consideraba diferente y más perfecto que el mundo material de nuestra experiencia externa, pero tan real como este" (!!!!!!!!!!) Ahora bien, actualmente, los aportes de la mecánica cuántica están empezando a influir para revertir la vieja tendencia heredada de los griegos y de Newton. Un científico de la universidad de Australia, Ping Koy Lam logró desaparecer el estado cuántico de una partícula y de desmaterializar un rayo laser para teletransportarlo a un metro de distancia. Ningún ser humano puede desmaterializarse así como así; pero no sucede lo mismo con las partículas elementales. Según el físico ecuatoriano Anibal Cruz, el estado cuántico es como "el alma" del ser humano, la personalidad, sus conocimientos, sus paradigmas, su manera de ver la vida, en definitiva su background, aunque en realidad es un alma puramente energética: una cierta clase de energía que está como "sombra" tras de la figura de cada cuerpo material, que incluso les permite teletransportarse hacia otras dimensiones. Bajo esta perspectiva, ¡si la economía va a continuar indagando en los misterios de las relaciones materiales deberá aprehender del método cuántico para explicar con mayor rigor las verdaderas motivaciones que están detrás de las decisiones de consumir y producir. El mantener como "únicos" los criterios de maximización de beneficio y de la satisfacción individual ya no se sostiene más! b) Los avances en la Psicología. Luego de haberse mantenido por décadas como absolutas las tesis de Freud para explicar las motivaciones humanas, sustentadas básicamente en las sensaciones que causan "satisfacción" o "frustración" a las personas, es decir, reacciones puramente sensoriales, en los ultimos años, otros investigadores han realizado nuevos aportes para entenderlas. Maslow (1908-1970) identificó una jerarquía de necesidades que motiva la conducta humana, según la cual, "Solamente cuando las personas han satisfecho sus necesidades elementales luchan por llenar necesidades superiores, las que tienen que ver con la seguridad personal; la aceptación; la búsqueda del amor , estima y realización personales. Una persona autoactualizada muestra altos niveles de autocontrol hasta alcanzar una variedad en la riqueza de reaciones emocionales, frecuencia en la experimentación de grandes emociones, identificación con otros seres humanos, estructura democrática de carácter, creatividad y sentido de los valores". Desde este punto de vista, la motivación más elevada de la que es capaz la persona humana es dar rienda suelta a sus sentimientos, que resultan ser motivaciones mucho más completas y elevadas que las simples satisfacción o frustración, reacciones puramente sensoriales. MASLOW'S HIERARCHY OF NEEDS (after Maslow, 1956) Lower, or Deficit, 1. Physiological needs (need for food, water, and sex): homeostatic and Needs organic. 2. Safety needs (need for security and protection from pain, fear, anxiety, and disorder); need for order, lawfulness, and discipline. 3. Need for belongingness and love (need for love, tenderness, and togetherness). 4. Esteem needs (need for achievement, respect, and approval). Higher, or 5. Self-actualization needs (need for self-fulfillment, for realizing one's Growth, Needs potential, for understanding and insight). __________________________________________________________ Goleman, por su parte, introduce el sugestivo y provocativo concepto de la inteligencia emocional, que es "un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones". Por su parte, David MacClelland, propone a la "necesidad de logro" que las personas tienen en su acción cotidiana, como una motivación que para los individuos tiende a prevalecer por sobre otras motivaciones, inclusive la de ganar dinero o maximizar las ganancias. Para este pensador, la necesidad de reconocimiento ante sus congéneres es mucho más importante que cualquier meta cuantitativa que pueda alcanzar En todo caso, lo que es relevante para la economía es que la determinación de las decisiones de consumir y producir no pueden reducirse a la mera satisfacción sicológica sino que la persona humana puede llegar tan alto como anteponer el sentimiento a cualquier reacción química subalterna. c) Los avances en la Biología Luego de haber reinado por un siglo y medio la teoría de "El Origen de las Especies" de Charles Darwin, en la que propusiera su interpretación de que los seres vivos han evolucionado "por selección natural" influidos por "las variaciones en el medio ambiente" y dentro de un entorno competitivo, han sido puestas en duda por Jay Gould, a través de la reciente publicación de su libro póstumo "La Estructura de la Teoría de la Evolución", según la cual son "los cambios que el genoma genera desde dentro" la clave de la evolución, y, por tanto, el ambiente externo queda relegado a un papel secundario. De este modo, la propia hipótesis de la "selección natural" queda en entredicho. Los efectos que esta nueva teoría puede tener para la hermenéutica economca seguramente serán importantes, puesto que, eventualmente, ya no se podrá seguir justificando la existencia del monopolio y la competencia monopolística como una tendencia "natural" de la empresa competitiva. También dentro de la empresa pueden producirse cambios de comportamiento endógeno que lleven al empresario a una postura diferente en el mercado, que no sea su mero afán de dominación sobre los demás. d) Los avances de la Filosofía Luego de un enorme lapso de vigencia de escuelas filosóficas de los maestros de la existencia, de la materia y de la sospecha, ha recobrado actualidad el pensamiento de los filósofos del sentimiento. Al racionalismo cartesiano responde Pascal con un mensaje que enfatiza la lógica del corazón, sin por ello renunciar a la lógica de la razón. Según J.J. Tamayo, su postura no cae en el irracionalismo: "Esa puede ser la impresión primera...La fe, el corazón, el sentimiento, no desembocan en una actitud contraria a la razón; son una verdadera forma de saber y tienen su lógica. Lo que hace Pascal es llamar la atención sobre los límites de la razón y del racionalismo y distanciarse tanto del escepticismo como del dogmatismo...El dogmatismo dice que es contrario a la razón humana" Para Miguel de Unamuno , "este hombre concreto, de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía. [Esta] responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción. Pero resulta que ese sentimiento, en vez de ser consecuencia de aquella concepción, es causa de ella. Nuestra filosofía, esto es, nuestro modo de comprender o de no comprender el mundo y la vida, brota de nuestro sentimiento respecto a la vida misma". Unamuno va más allá aún: "El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón" A su vez, J.Gevaert sostiene que "el rasgo más criticable de los materialismos actuales es su pretension de cientificidad. Por un lado, rechazan como incompatible con las ciencias la interpretación espiritualista (en cualquier sentido); por otro, se afirma que el materialismo se ve sostenido y demostrado por las ciencias. No se trata de negar que las ciencias puedan decir algo sobre todas las manifestaciones del hombre. En efecto, el hombre expresa y realiza toda la riqueza de su ser en el mundo material, y como tal lo hace también accessible a consideraciones e investigaciones de orden científico. El problema decisivo es más bien el hecho de que a priori y dogmáticamente se toma un aspecto (verdadero y real) como si fuera el todo". Para este autor, "todo esto es de derecho de las ciencias, con tal que no se tranforme un principio metodológico en una tesis metafísica que niega absolutamente lo que no cae bajo la captación de las ciencias empíricas. Semejante negación no puede pretender nunca un carácter científico. Las ciencias no pueden pretender formular juicios metafísicos sobre la subjetividad espiritual del hombre. El materialismo de cualquier especie lleva dentro de sí el principio del totalitarismo.... cualquiera que se sienta como expresión objetiva y real de la totalidad, tendrá derecho a "usar" de los individuos en función de la totalidad, ya que en ultimo análisis los individuos son para la totalidad. De esta vision del hombre a la afirmación concreta de un totalitarismo ideológico, politico o militar la distancia es muy pequeña". Por otro lado, "la consideración del misterio del espíritu supera tanto a la antítesis con la materia (inmaterial) como a la afinidad con la materia (espíritu objetivo y racional), concediendo decididamente la primacía al encuentro interpersonal. La idea de espíritu en este contexto no indica ya en primer lugar cualidades o propiedades diversas de las materiales, sino la alteridad de los sujetos o de las personas, que cada uno existe como sujeto, como persona, como "alguien", como un Yo frente a un Tu...hay que tener presente que que el pensamiento, la voluntad, la libertad, etc., no existen por cuenta propia. Son abstracciones. Lo que existe es una persona concreta e inconfundible que piensa, quiere, ama, etc. Por eso mismo, el problema del espíritu no se refiere en primer lugar a la inmaterialidad de las facultades intelectivas o volitivas, sino a la alteridad o unicidad de las personas". "Las antropologías modernas comparten todas ellas la convicción de que el hombre no ha llegado aún a ser completo. A nivel personal e histórico todavía está por realizar en eun sentido muy amplio.Todo ser humano tiene que llegar a ser hombre, ir creciendo luego en humanidad y acercarse cada vez más a las posibilidades prefiguradas en cierto modo en el mismo hombre. En las filosofías humanistas, todavía ampliamente difundidas, este mismo tema surge bajo el título de libertad. La característica fundamental y la meta principal de la existencia es la liberación del hombre de toda forma de esclavitud, con vistas a una existencia vivida enteramente bajo el signo de la libertad de pensamiento y de valores. La tarea suprema del hombre es la búsqueda y la realización de una perfecta libertad para todos los hombres. Por consiguiente, el hombre se revela como un ser que está fundamentalmente orientado hacia el futuro, que se mueve bajo una llamada; es un ser de esperanza, incluso en donde los razonamientos (falaces) enseñan que la esperanza es imposible e ilusoria. El hombre está por hacer. Todo ser humano está en cambio: homo viator". V. Los Sofismas del Modelo Neoliberal En la historia de la filosofía, los sofistas eran reconocidos por utilizar un lenguaje técnico, elegante y aparentemente verdadero. Pero pronto se supo que tras la presentación retórica, muchas veces hábil para convencer a los auditorios, se encontraban graves distorsiones o transgresiones a la verdad. En otras palabras, para poder develar la verdad que hay tras los discursos, es menester primero detectar las distorsiones de los silogismos utilizados, pues ello es precisamente lo que significa un sofisma: la alteración premeditada de la verdad. En este trabajo no se pretende agotar todas las transgresiones existentes, sino solo aquellas que son relevantes para entender el problema. En tal sentido, nos limitaremos a enunciar, o mejor denunciar, las más notables desde el punto de la teoría económica y desde la ética. 1. El Sofisma del Mercado Libre. 2. El argumento central de la teoría de Adam Smith consistía en que para lograrn asignar los recursos más eficientemente que en cualquier otro sistema, se requería que existan un número ilimitado de compradores y vendedores; que la información esté perfectamente al alcance de todos; que no haya injerencia de ningún agente externo, ya sea público o privado; todo lo anterior, siempre y cuando el intercambio se realice entre productos homogéneos. Lamentablemente, hoy se ha demostrado que estas condiciones casi nunca se cumplen. Joan Robinson demostró que las economías modernas tienden al monopolio y, en el mejor de los casos, a la competencia monopolística. Joseph Stiglitz demostró que la provisión de información era asimétrica; y John Nash estableció que la eficiencia no podía alcanzarse por medio de la simple competencia a menos que todos los participantes buscaran un objetivo común. 2. El Sofisma de la Soberanía del Consumidor. Para que el juego de decisiones respecto a la asignación de recursos sea óptimo, es un requisito sine qua non que las personas tomen sus decisiones sin interferencia de ninguna naturaleza. Paradójicamente, en las economías modernas las técnicas de mercadeo se han convertido en un instrumento de dominio de las conciencias de los individuos. Es evidente que esta condición básica se ha transformado en la soberanía de los productores y no del consumidor, distorsionando todo el sistema de formación de los precios relativos. 3. El Sofisma de la Asignación Eficiente de los Recursos. Si en el funcionamiento del mercado no existe plena libertad ex ante de los consumidores; si los productores alteran la homogeneidad de los bienes en su fabricación; si la información acude asimétricamente a los agentes económicos; si la atomización de los oferentes ha sido reemplazada por el monopolio y por la competencia monopolística; si, como se infiere del análisis realizado anteriormente, son constantes los vínculos e influencia de los empresarios con los gobiernos en las decisiones micro y macroeconómicas esenciales, es más que evidente que el mercado no puede funcionar conforme a los fundamentos epistemológicos de la teoría del mercado libre y, por tanto, no puede asignar los recursos eficientemente. 4. El Sofisma de que la Competencia lleva al Progreso Más allá de lo discutible que resulta resaltar a la "competencia" como un elemento antropológico "natural" en la economía, se ha comprobado hasta la saciedad que la competencia entre desiguales lleva a un mayor fortalecimiento de la dotación de recursos del más fuerte y, consiguientemente, a una mayor ineficiencia privada y social en la asignación de recursos. En tal calidad, la empresa competitiva es la "antítesis" del monopolio, el cual, por naturaleza, excluye a las demás. Dicho de otro modo, si, en la carrera de la competencia, el monopolista excluye a los demás, la sociedad como un todo ha escogido el peor de los mundos. La competencia es pues un mito y, por tanto, no puede llevar al progreso 5. El Sofisma de la Estabilidad como el Objetivo Primordial de la Política Económica En la teoría económica el concepto de restauración de los equilibrios es esencial, pero este siempre ha sido considerado un problema coyuntural, de corto plazo. Lo paradójico es que en los países en desarrollo la inestabilidad se ha convertido en un problema estructural y por tanto su corrección ha derivado, por obra y gracia de los economistas neoliberales, en un problema de la política económica de largo plazo. De tanto entregar "antibióticos" a la economía para estabilizarla, pretendiendo superar la inflación, lo que se ha logrado es más bien que los elementos patógenos causantes de la misma se nutran de tales antibióticos y agraven la situación: en la mayoría de las economías en desarrollo se observa la confluencia del fenómeno inflacionario con el de la recesión, que se representa por una baja de la producción global y un incremento constante del desempleo .Por este motivo fundamental es que se observa a la pobreza en el mundo como un símbolo lacerante de nuestro tiempo. 6. El Sofisma de que los Empresarios Practican la Posposición del Consumo Presente para Aumentar el Consumo en el Futuro. El ahorro consiste en la actitud de las personas y empresas de posponer el consumo presente para consumir más en el futuro. Lo paradójico es que, en tiempos modernos, este principio fundamental de la ciencia económica se ha ido perdiendo paulatinamente: hoy predominan las doctrinas consumistas y desahorradoras. Si en los países, los que no tienen no ahorran, y tampoco lo hacen los que sí pueden, ¿cómo se va a financiar el consumo del futuro? 7. El Sofisma de que el Ahorro de los Ricos es la Fuerza Impulsora del Desarrollo. Siempre se ha creído que son los sectores de ingresos altos de la sociedad los que están en mayor capacidad de ahorrar. Pero, en la práctica, este sano objetivo funciona diferente: los grandes empresarios prefieren depositar sus ahorros en el exterior, percibiendo rentas en forma especulativa, antes que confiar sus ahorros al riesgo de la inversión productiva en países que, aparentemente, no les brindan garantías suficientes. 8. El Sofisma de que el Crecimiento Económico Resuelve el Problema del Desempleo Desde siempre la teoría económica estableció que mientras más aumenta la producción de un país se genera una mayor demanda de insumos, entre ellos el empleo de la fuerza de trabajo. Pero en tiempos modernos tal aseveración no es necesariamente automática: para poder competir con posibilidades.en el mercado internacional hoy es necesario incorporar innovaciones tecnológicas a los procesos productivos, que generalmente desincentivan la demanda de mano de obra. Los beneficios del crecimiento usualmente acuden a quienes tienen mayores proporciones en la propiedad de las unidades productivas que generalmente son monopolistas. El resultado concreto es que, paradójicamente, las economías de los países pueden efectivamente crecer pero no demandar los suficientes niveles de empleo. 9. El Sofisma de que el Subdesarrollo se Debe a la Escasa Productividad del Trabajo. Los empresarios agrupados en poderosos gremios siempre han ubicado a la "ignorancia" y a la "vagancia" de la gente pobre como la causa del subdesarrollo, pues, supuestamente, por esos motivos las economías no tienen una alta productividad. Si bien es verdad que con programas educativos más intensos en favor de la población más pobre su rendimiento sería más elevado, no puede dejar de decirse que, paradójicamente, si no fuera por la enorme contribución que actualmente hacen quienes trabajan en el sector informal y los migrantes las economías de una inmensa mayoría de países pobres se habrían derrumbado estrepitosamente. En una época en que la inflación y la recesión conviven y afectan dramáticamente a las comunidades pobres, la mayor parte de la población tiene que desempeñar dos o más trabajos simultáneamente para poder sobrevivir. 10. El Sofisma de que el Riesgo País Dificulta el Financiamiento de la Inversión y la Recuperación Económica. Desde que en el esquema de globalización el poder económico internacional pasó de los gobiernos a los grandes bancos, los grandes centros financieros internacionales empezaron a utilizar el concepto de "riesgo país" para determinar las dificultades de servicio de la deuda bancaria de los países pobres que, paradójicamente, ellos mismos habían otorgado. Lo curioso es que, internamente, en los países fueron los bancos locales los que también se apoderaron de este concepto para exigir a sus clientes el fiel cumplimiento de sus obligaciones. Ante el argumento de un supuesto riesgo de su propio país, los banqueros criollos han aplicado tasas de interés de usura a los préstamos dirigidos a los productores y consumidores. Y como, debido precisamente a dichas condiciones de usura los prestatarios no pueden pagar a los prestamistas, el incumplimiento se generaliza, y la economía se deprime. Si acaso el argumento del riego país tuviese algún fundamento, es evidente que quienes deberían reclamar los mayores retribuciones deberían ser los ahorristas que invierten fiduciariamente en las instituciones bancarias y no, como ahora sucede en nuestros países, que son los banqueros privados los que aumentan sus márgenes de ganancia a costa del productor, del ahorrista y del consumidor. ¿Y todavía hace falta más argumentos para explicar el por qué nuestras sociedades son cada día más pobres, mientras cada vez menos individuos aumentan desmedidamente su riqueza? 11. El Sofisma de que el Mercado Libre Propicia la Equidad Se ha sostenido que el mercado libre, además de ser el mejor mecanismo para asignar eficientemente los recursos, también propicia la equidad puesto que, en última instancia, todos los consumidores satisfarán sus deseos y los productores venderán la parte de la producción que cubra sus costos; y puesto que en el límite el punto hasta el cual estarían dispuestos a vender su producción es aquel en los ingresos cubren los costos sin dejar ganancia, se ha dicho que, de ese modo, toda la producción agregada disponible en el mercado se "reparte equitativamente" entre los empresarios; de lo cual se deriva que también la demanda de recursos productivos también alcanza su nivel máximo. Lamentablemente, fuera de los libros de texto, en la realidad lo que sucede es que, por una parte, según se vio anteriormente, los requisitos indispensables no se cumplen y por tanto la auténtica competencia no se realiza en el mercado; y, por otro, así se cumpliese, la equidad nunca podría alcanzarse porque al mercado los consumidores y productores acuden con dotaciones de riqueza radicalmente diferentes, aspecto que claramente actúa a favor de los más ricos y en detrimento de los más pobres. 12. El Sofisma de que la Economía es una Ciencia Aética Durante más de dos siglos fue una creencia generalizada que la teoría económica presuponía dejar de lado la ética. Últimamente, algunos investigadores han desvirtuado tal acerto, y han señalado que el filósofo escocés dejó sugerida su propuesta axiológica a través del concepto de "simpatía" con que el asumía los agentes económicos debían proceder en sus actos mercantiles. Pero, tal vez, más importante sea el sostener que la ética implícita en su teoría sea la de que él en el en el fondo aspiraba a una sociedad más justa al plantear que, como fruto de la competencia en el mercado, al final los empresarios minimizarían sus ganancias y, por tanto, compartirían los frutos del producto social. Fue en el objetivo económico de justicia donde Smith colocó su objetivo ético; de lo que se sigue que su obra sí era una propuesta científica con carácter ético. Sea lo que fuese, lo cierto es que el neoliberalismo y sus grandes propulsores empresariales del mundo financiero siempre interpretaron que la economía es una ciencia aética. Ahora bien, es evidente que la discrepancia existe y la confusión continúa porque el pensamiento de Smith fue concentrado como si este solo hubiese estado representado en el libro La Riqueza de las Naciones. Pero, si se hubiese penetrado su pensamiento en el libro que él consideraba el más importante, La Teoría de los Sentimientos Morales, la interpretación interesada de los grandes financistas del mundo ya no habría sido la misma. En ella clarísimamente ubica a la economía como parte de la filosofía moral. VI. La Etica o el Habitat Natural de la Economía. Gracias al "marketing", las sociedades modernas identifican a la economía con el mercado. Pero no siempre fue así. En el origen, existe evidencia de que una vez que el homo sapiens superó la fase nómada, se agrupó en comunidades sedentarias, a partir de las cuales empezó su desarrollo ya no en forma individual sino en forma precisamente comunitaria, en familia. Dentro de todo el período de millones de años desde que el homínido "sabe" (sapiens), es decir, tiene "conciencia" y "piensa", en los últimos cinco mil años desarrolló sus auténticas facultades humanas: la protección "amorosa" de los padres a sus críos; la fidelidad de los cónyuges para "mantener" la familia; la relación armoniosa entre sus miembros; el desarrollo del diálogo como medio de resolver problemas y disputas; el programar y repartir el trabajo "emprendido comunitariamente"; el "compartir" equitativamente el fruto del trabajo social; el aceptar la autoridad paterna y la sujeción de los vástagos a dicha autoridad. En suma, fue dentro de la familia donde los primeros homínidos superiores empezaron a "entender" y a "sentir" que podían "trascender". La trascendencia implicaba el "entendimiento" (o la conciencia) de que podían ser más eficientes que los demás miembros de su especie cuando actuaban juntos que cuando luchaban separados; pero sobre todo -y aquí lo más relevante -, el "sentir" que las cargas y dificultades del grupo eran más llevaderas actuando solidariamente que cuando lo hacían separadamente. Simbólicamente, era alrededor del hogar, alrededor del fuego que encendían en la noche para protegerse del frío, cuando los miembros de la familia sentían que el trabajo con una finalidad común les traía más "felicidad" a "todos". Era, pues, posible, trabajar, producir, consumir y distribuir comunitariamentre de una forma armónica que traía felicidad. Se respetaba las reglas establecidas dentro del hogar o "morada" común, y, de ese modo, se "habituaron" a ese respeto común. Lo conviertieron en el verdadero "ethos" de su comunidad. Hicieron, pues, de esas normas, su auténtico "habitat", su verdadera "morada". De dichas prácticas se puede perfectamente decir que las primeras familias se regían por normas de conducta "éticas" y "morales" que les traían felicidad. Cuando se analiza la etimología de estos conceptos se encuentran aspectos no solo interesantes sino reveladores del proceso de evolución humano. La palabra ética proviene del griego "ethos" que significa hábito, costumbres, carácter.Y la palabra moral proviene de la expresión latina "mos moris" que significa morada. De lo cual se puede inferir que "la conducta ética o moral son el conjunto de todos aquellos hábitos o costumbres que se adquieren en la morada". O, de otro modo, que "todo lo que se aprende y practica dentro de la morada se convierte en hábito, en costumbre". Aún más - quizás lo más importante -: que todos esos hábitos que se practican en la morada producen felicidad y, por tanto, se puede suponer que son "buenos" hábitos, pues solo lo que es bueno causa felicidad a los "verdaderamente" humanos. El homo sapiens ahora no solo piensa que existe sino que siente que su existencia es feliz, y por tanto está en una etapa superior de su evolución. Es la conducta ética cultivada y practicada en comunidad la que le lleva a convertirse él mismo en un "homo trascendentalis". He aquí la clave para resolver el dilema del hombre: simplemente comprender qué es lo que le hace verdaderamente trascendente, es decir, vedaderamente ser humano. Porque el hombre solo es tal y se diferencia de los demás homínidos en cuanto "siente" y supera, por tanto, su mera conciencia. El ser humano solo es tal cuando alcanza a complementar el "logos" con el "pathos", el "eros y el ágape". Si de verdad exiten auténticos deseos de cambio en la humanidad, esta debe fortalecer sus mejores valores para nutrirse de la auténtica sabia que permita al ser humano ser realmente tal. Y para serlo algunos todavían deben superar la etapa evolutiva que todavía les mantiene simplemente como homínidos superiores. En otras palabras, para el cambio, ni siquiera es necesario inventar una nueva teoría social, política o económica - como la que muchos andan buscando deseperadamente -, sino, simplemente, que el ser humano se de cuenta de que tiene, ahora, esas capacidades para convertirse en un auténtico ser humano. Para ello, "debe darse cuenta" de que debe superar la etapa del "homo sapiens" y consolidar la etapa del "homo trascendentalis". VII. De la Economía de las Sensaciones a la Economía de los Sentimientos Navegando hacia la etimología de la palabra economía encontramos que esta proviene de las raíces griegas "oikos" y "nomos", que significan la forma de organizar la casa. Se trata pues de resolver los problemas que existen en la casa, en la morada, en el hogar. ¿Por quién? Por los miembros de la familia, a través de la utilización de los mejores medios de que se disponga: programando adecuadamente "el trabajo de todos"; distribuyendo equitativamente el fruto del trabajo común; aceptando las reglas de justicia emanadas de la autoridad paterna, de por sí competente y compasiva; resolviendo las disputas por medio del diálogo que garantice el derecho de todos por igual. Acercándose, pues, al concepto de democracia practicada en familia, tal como la entendieron los griegos. Lo expuesto explica la aseveración de que no fue el mercado el lugar primigenio donde los primeros humanos organizados resolvieron sus problemas económicos. Todo el sistema organizativo de las primeras comunidades nacieron en la familia y su necesidad de resolver los problemas del entorno y con sus semejantes en forma comunitaria. Fue la práctica de los valores lo que dio pleno sentido y cohesion a sus miembros. La economía nació bajo el mismo techo que la ética. Adam Smith conocía perfectamente que una organización adecuada de la casa no podia estar alejada de la ética. Sabía de todas las apetencias que tratarían de desorganizar el sistema económico y por eso consideró que la economía debía ser tratada como una ciencia axiológica, como economía política. Las siguientes frases suyas expresan mucho más que cualquier otro concepto moderno que todavía pretenda sostener lo contrario: "Esta disposición a admirar y casi a idolatrar a los ricos y poderosos, y a despreciar o como mínimo ignorar a las personas pobres y de modesta condición, aunque necesaria para establecer y mantener la distinción de rangos y el orden social, es al mismo tiempo la mayor y más extendida causa de corrupción de nuestros sentimientos morales". No deja de ser sorprendente que esta expresión, tan central en su pensamiento, lleva implícita una grave contradicción: ubica la causa de la corrupción en las sociedades modernas pero, al mismo tiempo, declara que hay que aceptarla, que hay que convivir con ella para mantener el sistema de injusticia. A partir de esta contradicción se explica por qué la economía está repleta de sofismas que socavan la propia existencia de esta ciencia. Es menester interpretar el auténtico significado de una verdadera ciencia con sentimientos morales. Y para ello simplemente lo que corresponde hacer es completar lo que Smith no quiso o no pudo hacer: incorporar el sentimiento como eje central de las motivaciones de la persona, no ya del individuo. Nadie como Leonardo Boff para expresarlo mejor: recién ahora, luego de miles de años de exilio de valores como el sentimiento, el hombre por fin discierne acerca de la necesidad de recuperarlo como eje de las motivaciones de las personas, absolutamente indispensable para avanzar hacia un mejor humanismo. Desde este punto de vista, el sentimiento no debe concebirse simplemente como una actitud exógena, complementaria al acto humano, sino, fundamentalmente, como parte esencial del comportamiento de las personas, ya sea frente a sí mismo, como ante sus semejantes y su entorno. Como parte de la antropología filosófica, el sentimiento es parte de la sustancia del ser de la persona, y, por tanto no puede ser considerada como algo externo o complementario. Es desde dentro de cada ser que el sentimiento aflora en todos los actos humanos, y, por supuesto, en los económicos. En otras palabras, el sentimiento es superior a la mera sensación alrededor de la cual se ha levantado toda la estructura "científica" de la economía. Sin el concepto de sentimiento esta teoría se queda en una categoría pseudo-científica, es reduccionista, pues excluye al elemento central que tipifica al ser humano. Lamentablemente, la economía positiva que lleva a la determinación de las teorías de la demanda y de la oferta, se redujo a considerar que en los actos humanos solo se podía considerar a las sensaciones obtenidas a partir de la maximización del beneficio sicológico en el momento del consumo y la producción como la "única" motivación del individuo. Nunca siquiera se pensó que podían haber otras motivaciones a pesar de que, como se ha visto, las teorías de desatacados sicólogos como Maslow, Goleman y MacClelland han aportado significativamente en tiempos modernos para aclarar que la satisafcción puramente material de las necesidades era solamente una de las fases de la motivación humana en sus primeras etapas. Si se las hubiera acogido en el desarollo del pensamiento económico, se hubiese podido promover sociedades más justas que no busquen únicamente exacerbar las satisafcciones materiales como ocurre ahora. Si hay algo que se ha transformado en distitintivo de las sociedades llamadas desarrolladas es que sus habitantes ya no saben hasta donde pueden llegar para saciar sus "pasiones materiales" en todos los campos. La razón última de la violencia en el mundo de hoy radica en esto: los seres humanos son llamados a competir por ver quien alcanza un punto más alto en la escala de la pasión material, es decir de una mayor exacerbación de las mismas. La competencia ha conducido a exaltar la codicia. De ese modo, se trastoca las normas mismas de convivencia pacífica. De esta manera el ser humano se aleja totalmente al otro extremo de lo que es verdaderamente su destino. La competencia entendida de este modo se convierte en la antítesis de lo que es esencial y aunténtico en el hombre: la solidaridad. Asi, pues, mientras más se llama al hombre a competir en el mercado, en realidad más compiten unos a otros para excerbar la violencia. El ser humano se ha degradado, se ha deshumanizado. Para que la economía pueda ser considerada veraderamente científica debe, en primer lugar, reubicarse como parte de las ciencias filosófico-morales y no como parte de las ciencias positivas. En segundo lugar, debe incorporar al sentimiento como parte esencial del comportamiento humano, comandando las pasiones y su reflejo sicológico: las sensaciones. Así, pues, el sentimiento debe pasar a ser lo que verdaderamente tipifique los actos humanos en su comportamiento económico, de una doble manera: en forma ex ante, como categoría superior a la sensación; y en forma ex post para corregir los excesos que provocan los desequilibrios sociales. Lo anterior es válido para toda persona ya sea que actúe como consumidor, usando su libertad para limitar el consumo a lo extrictamente indispensable; ya como productor para producir "eficientemente", tanto desde el punto de vista privado como social, lo que sea estrictamente necesario para que todas las personas alcancen una vida digna; ya como funcionario público, definiendo con claridad las prioridades que nacen de las valoraciones sociales comunitarias, y garantizando los derechos a que los bienes y servicios se distribuyan equitativamente. En este contexto, tanto la libertad como la equidad, en forma inseparable, deben ser los principios que guíen los actos de todas las personas en la jurisdicción que les corresponda. Los seres humanos deben pues ser "personas" en cada una de las circustancias que les corresponda, y para serlo, deben exigirse a practicar en sociedad tanto la libertad como la solidaridad, en todo momento. Para mejorar la calidad del ser humano no hay empeño que pueda ser considerado pequeño. En resumen: la nueva axiología debe expresarse no solo como un pensamiento renovado de los valores humanos esenciales sino sobre todo como práctica personal dentro de la sociedad, es decir, pasar de una ética individual a la ética de "lo público". Desde esta perspectiva, todos somos responsables de la suerte de los demás. El concepto de alteridad implica que todos podamos rendir cuentas ante nuestros semejantes en todos los actos que desempeñmos en nuestra respectiva jurisdicción. Así, por ejemplo, los banqueros que tienen a su cargo los depósitos de los ahorristas, están llamados a practicar una ética "de lo público", es decir, responder en forma escrupulosa y transparente por los recursos "públicos" a ellos confiados. Desde esta perspectiva, son responsables de lo público, no solo los burócratas que ocupan una función pública sino todos los que tienen que responder por personas y recursos a ellos encomendadas. Y aquí la cadena es infinita: los maestros , los empresarios, los médicos, los jueces, etc., todos tienen que responder ante la sociedad por el manejo de derechos de terceros. Es hora ya de que los ciudadanos que se lavan las manos culpando a "los otros" por las quiebras éticas que han ahondado la corrupción y la violencia en las sociedades modernas afronten con entereza su propia responsabilidad, pues del estado del mundo somos "todos" responsables. * ECONOMIA SOLIDARIA II, Principios de economía solidaria, Resumen (para discusión). Eduardo Valencia Vásquez, PUCE - IJND, Johanesburg, Agosto 2002
que la historia no es suficiente
para el hombre; el hombre solo
cabe en la utopia".
Ernesto Sábato. I. El Debate sobre la Crisis de la Humanidad Ninguna propuesta sobre el futuro de la civilización humana puede desestimar que lo que verdaderamente está en entredicho es el problema del hombre. Cuando cayó el muro de Berlín, la humanidad cantó loas al advenimiento del modelo Neoliberal llamado, según sus propulsores, a reinar por siempre, pues, supuestamente, ya no habría en el futuro la posibilidad de introducir una propuesta mejor en la historia de las ideas humanas. Empezó el apogeo del pensamiento "único", del pensamiento "uniforme". Pero tal celebración contrasta con la desazón que hoy, nada más que una década después, cunde por todo el mundo. El diario The New York Times, en el pasado mes de Julio recoge en forma precisa lo que ocurre, al expresar que "la crisis del capitalismo la han provocado los propios capitalistas". Es que para nadie puede pasar inadvertido que tras de la crisis del modelo neoliberal - que era previsible si se hubiese entendido que en su cofrontación dialéctica con el comunismo, ambas partes, y no solo esta última, "debían" entrar en crisis -, hoy aparece en plenitud el drama de la pobreza que afecta a cuatro quintas partes de la humanidad; y con ella, todas las formas de violencia posibles: la corrupción en las más altas esferas del poder público y privado; el narcotráfico y las mafias que controlan enormes segmentos de la economía mundial; el "capitalismo aventurero" que ha inflado burbujas especulativas para favorecer a unos cuantos burócratas bancarios privados; el terrorismo que es expresión caótica de la crisis de ideas; la migración de los desposeídos como reacción al injusto orden internacional; las guerras que proliferan ante la pérdida de vigencia del diálogo; el rompimiento de la familia como núcleo de la sociedad; la secularización de las sociedades que han sustuído a Dios por el poder del dinero. J. Gevaert resume el problema con exactitud: "Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la existencia y se plantean por su propio peso. No es en primer lugar el hombre el que suscita problemas; es el propio hombre el que se hace problemático debido a la vida y a la condición en que vive. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga a tomar posiciones" II. Crítica a la Cientificidad de la Economía Aunque Adam Smith pretendió ubicar la economía como parte de la filosofía moral, esta fue ubicada más bien como parte de las ciencias positivas, según las cuales la economía obedece a leyes inmutables. Según Milton Friedman "La Economía Positiva es en principio independiente de cualquier posición ética...[Como dice Keynes], se refiere a "lo que es", no a "lo que debería ser"... Su funcionamiento ha de ser juzgado por la precision, alcance y conformidad de las predicciones que suministra con la experiencia. En resumen, la Economía Positiva es, o puede ser, una ciencia "objetiva", precisamente en el mismo sentido que cualquiera de las ciencias físicas" Según esta interpretación restringida, el ser humano procede en sus relaciones de intercambio orientado exclusivamente por motivaciones materiales: la maximización de la satisfacción, o de la "utilidad sicológica" individual, en tanto en cuanto las personas actúan como individuo-consumidor; y la maximización de la "utilidad pecuniaria " en la producción, en tanto en cuanto las personas actúan como empresarios. En la version latina, la palabra utilidad deviene del concepto de "útil", es decir de lo que le es conveniente a un individuo en el "uso" de los bienes y servicios que necesita consumir y/o producir. En el consumo, maximiza su utilidad individual cuando consume más y más de algún bien o servicio que le provee de alta satisfacción. Esta es pues una reacción sensorial que puede también llamarse saciedad material. En la producción , el concepto de utilidad representa la satisfacción que representa para el individuo- empresario el perpetuo "aumento de excedentes" de bienes producidos, una vez que ha cubierto los costos de los bienes y servicios intermedios que ha utilizado para explotar o transformarlos. Modernamente, para representar esta satisfacción material del empresario, tanto en las lenguas latinas como en las anglosajonas se utiliza más comunmente la expresión "beneficio". En todo caso, esta última también proviene de la expresión latina que significa satisfacción sicológica, saciedad individual, obtención de provecho; es decir, "conveniencia" sicológica individual. En la historia económica, el proceso de cuantificación de la utilidad o beneficio se gestó primero en la teoría de la producción o de la oferta, pues, gracias al desarrollo de las ciencias matemáticas y contables, los bienes y servicios producidos podían ser contados con exactitud. Al final de un período se podía, pues, saber y calcular cuánto se había producido y cuanto se había pagado a los proveedores de materias primas y productos intermedios. Bastaba deducir lo pagado de lo producido y se podia establecer el monto y valor del excedente y, por tanto, establecer la utilidad o beneficio material del productor. Mientras más altos los excedentes, mayor la utilidad o satisfacción "tangible" del empresario. Esta valoración se consideraba científica pues el excedente, siendo tangible, podía ser observado y constatado. Podía pues constuirse en una ley de la producción, cumpliendo asi el requisito indispensable para que esta se transforme en una teoría de la oferta. Friedman lo ratifica diciendo: "bajo un amplio marco de circunstancias, las empresas individuales se comportan como si estuviesen buscando racionalmente maximizar sus rendimientos esperados (denominados generalmente, pero de forma desorientadora, "beneficios")" Pero lo que parecía "relativamente" apropiado y sensato para diseñar la teoría de la oferta, no fue tan claro cuando se trató de elaborar la teoría de la demanda. Sus autores, Alfred Marshall principalmente, dibujaron la curva de demanda siguiendo los mismos principios metodológicos que los de la oferta, y concibieron como "posible" el "medir" el grado de utilidad o satisfacción de los consumidores, a través del uso de los mismos ejes cartesianos, cuyor valores de incremento de la satisfacción positiva ascendía conforme crecían las cantidades consumidas. De acuerdo al principio de que las gentes aumentan su satisfacción mientras más consumen de los bienes y servicios ( es decir, mayor satisfacción a mayor consumo), se supuso que mientras existiese deseo de consumir la utilidad aumentaba hacia arriba y solo si hubiese insatisfacción las medidas podían ser negativas hacia abajo. La teoría presupone que el límite para consumir y producir solo se podia encontrar - en el corto plazo, se entiende - en el mercado, una vez que consumidores y productores se encuentren. Si en este hubiese escasez porque los productores no abasteciesen suficientemente, los consumidores aumentarían su necesidad de cubrir su satisfacción, es decir su "sensación" de saciarse, la misma que se conseguiría solo si los productores aumentan su oferta de dichos bienes o servicios. Si, al contrario, existiese sobreproducción, es decir exceso de bienes disponibles para el consumo, los consumidores no sentirían escasez y por tanto no demandarían con mayor ansiedad porque no tendrían la "sensación" de escasez. Mientras la economía se vio abocada a resolver problemas de necesidades reales, las sensaciones vinculadas a la satisfacción o utilidad podrían haber sido consideradas aceptables como guía para la actuación de los individuos. Queda por supuesto, la severa duda de si la curva de demanda puede ser considerada científica en la forma que fue elaborada. ¿Es que se puede verdaderamente "medir" el grado de satisfacción o utilidad de las personas? La discusión no es nueva. Hay economistas, empresarios, filósofos y sicólogos que han cuestionado su fundamentación epistemologica. Como se verá más adelante, hoy se cuestiona a la motivación psicológica de la utilidad o satisfacción como las únicas que motivan al "ser humano". No obstante, sobre este pilar se contruyó toda la teoría de formación de los precios, hoy tan exaltada por la escuela neoliberal. Uno de sus máximos representantes, también de la escuela de Chicago, Ludwig von Misses, consideró que esta forma de cálculo era la única y auténtica, por considerar que solo en un mercado libre las personas podían expresar sus auténticas motivaciones. Según él, no había otra forma de cálculo posible que no sea la de establecer el valor de las cosas en un mercado en donde los seres humanos puedan dar rienda suelta a sus "sensaciones" provenientes del grado de escasez. De lo cual deriva el argumento de que si no es posible otra forma de cálculo, no era posible otro sistema económico. Supuestamente, solo en un mercado libre la economía podia ser científica y, por tanto, posible. En otras palabras, solo en aquellas sociedades en donde los individuos puedan expresar ilimitadamente sus sensaciones derivadas de la escasez relativa es posible una economía científica, tangible y cuantificable; observable y medible. Solo así podían construirse leyes de aplicación universal; solo asi podia cumplirse el requisito de toda ciencia positiva: que a partir de estas leyes debidamente comprobadas en el mercado puedan extrapolarse o "deducirse" predicciones futuras. Si la economía podia de este modo predecir el futuro - porque las leyes, por ser tales, tenían que ocurrir del mismo modo en el futuro - entonces se podia "anticipar" dichos sucesos, ya sea para incentivarlos o para evitarlos. Obviamente, se sobreentendía en todos estos análisis que todo lo que no pueda ser testeado o comprobado no era científico.Así, pues, se desechó toda posiblidad de que la economía pueda recoger juicios de valor de cualquier especie. Supuestamente, las ideas de justicia, equidad, solidaridad, entre otras, no formaban parte de los hechos o fenómenos físicos "observables" en el mundo del consumo y de la producción y, por tanto, debían ser descartados. Tampoco se aceptaba como pertinente el aceptar que en el mercado las personas podian concurrir con acervos distintos de riqueza o de poder para influir en la formación de la demanda y la oferta. La economía dejó de ser humana, social y política y pasó a convertirse en una más de las ciencias positivas: los hechos son como son y no como deben ser. La economía se hizo aética. Todo esto en las mentes de los economistas neoclásicos más interesados en emular la metodología científica de las ciencias naturales antes que en honrar el objetivo fundamental de la economía: asignar los recursos "apropiadamente" entre los seres humanos. Por ahora, baste haber insinuado, el propósito fundamental de la economía de los economistas neoclásicos que influyeron en el actual modelo neoliberal. De la construcción de las curvas de demanda y oferta depende todo el andamiaje de la teoría económica. De cómo se armó la microeconomía, es decir la teoría de formación de los precios relativos depende la macroeconomía, es decir, los agregados económicos y los sectores hacia donde se distribuyen los recursos. La Economía del Equilibrio General y la Teoría de la Determinación del Ingreso Nacional se sustentan fundamentalmente en la forma como se comportan los individuos cotidianamente. Incluso las cuentas fiscales dependerán de dicho comportamiento. Finalmente, las propias relaciones internacionales. Por ello es importante aclarar cuál es la situación actual del mundo para comprender que de la forma cómo los seres humanos se relacionan para determinar los precios en los mercados depende en gran parte, también, la forma cómo los seres humanos deciden la suerte del mundo. Los pensadores más renombrados, de todas las vertientes, han criticado, por una parte, el absolutismo de las ciencias positivas, y, por otra, el absolutismo de sostener que la economía es parte de las ciencias positivas. Según Juan José Tamayo, para Nietzche, la democracia moderna y el socialismo son formas decadentes. Las instituciones liberales causan gravísimos perjuicios a la libertad. El liberalismo no significa otra cosa que "animalización gregaria". Y, según el mismo Tamayo, uno de los más severos golpes asestados contra el neopositivismo lógico viene de K. Popper, un egregio defensor de la sociedad abierta, quien cuestiona de raíz el principio de verificación y aduce que "los positivistas, en sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan junto con ella la ciencia natural. Pues tampoco las leyes científicas pueden reducirse lógicamente a enunciados elementales de experiencia, como reclama el neopositivismo". III. La Globalización y la Guerra de las Galaxias: una Metáfora de Nuestro Tiempo Las críticas al modelo neoliberal han empezado a levantarse, inclusive por parte de personas que están dentro del sistema. Michelle Camdessus, el ex Director-Gerente del FMI durante la década de auge del neoliberalismo, a fines de 1998 mencionó en Panamá que para que no se produzcan crisis del mercado " hay que evitar las relaciones incestuosas entre Estados, banqueros y empresarios". Y, según la revista italiana Presenza, en marzo de 2000, en Roma, dijo que: "Debemos lograr dominar a la globalización, debemos poder humanizarla, para evitar que se haga más sensible la diferencia de ingresos entre ricos y pobres..." Y, sorprendentemente, uno de los mayores beneficierios del capitalismo aventurero, George Soros, sostuvo en un artículo aparecido en Le Nouvel Observateur en febrero de 1997: " se tiene en cuenta cada vez más el dinero y el éxito como criterios de valor... Lo que constituía medio de intercambio ha usurpado el lugar de los valores fundamentales, invirtiendo las relaciones postuladas por la teoría económica. El culto del éxito ha reemplazado la creencia en los principios. La sociedad ha perdido su anclaje.... si nuestra visión no es moderada por el reconocimiento de un interés común superior a los intereses individuales, nuestro sistema actual - que aunque imperfecto puede definirse como sociedad abierta - corre el peligro de hundirse... una sociedad abierta puede ser amenazada por un exceso de individualismo, por un exceso de competencia y una falta de cooperación. Yo no clasifico el "laisser-faire" capitalista en la misma categoría que el fascismo y el comunismo. Las ideologías totalitarias buscan destruir deliberadamente la sociedad abierta. Las políticas del "laisser-faire" la ponen en peligro, pero por inadvertencia...considero la amenaza del laisser-faire como más real, actualmente, que aquella de las ideologías totalitarias". Y a propósito de la crisis por la que altraviesa la propia economía norteamericana, el ex vicepresidente Al Gore acaba de denunciar en días recientes al New York Times que está en serio peligro "el capitalismo democrático" y que en la campaña del 2000 sostuvo que la fórmula Bush- Cheney era "financiada por una nueva generación de intereses especiales, gestores de poder que no desearían nada mejor que un presidente dócil, capaz de torcer la política pública y acomodarla al servicio de sus propósitos y ganancias". Aseveró también que "algunos consideraron que esa advertencia era contraria a la actividad económica y los negocios. Nada de eso. Creo ahora, como dije entonces, que cuando intereses poderosos tratan de aprovecharse del pueblo norteamericano, a menudo son otras empresas las que resultan perjudicadas en el proceso... Creo que junto con Bill Clinton tuvimos razón en sostener, durante nuestra campaña electoral de 1992, que debíamos luchar en favor de "la olvidada clase media" y en contra de las fuerzas de la codicia. Defender "al pueblo y no a los poderosos" era la alternativa correcta en el 2000". En resumen, ubicó el problema de la siguiente manera: " Una vez más estamos en un momento como ésos. Un poder fuera de lo común se combinó con una codicia fuera de lo común para generar inmensas pérdidas y decepciones. Millones de norteamericanos comunes y corrientes han sido víctimas...Es necesario corregir a fondo el rumbo de nuestra nación. Ha llegado el momento en que todos los norteamericanos hagan frente a los poderosos en beneficio del pueblo". Dentro de este contexto, resultan proféticas las expresiones del propio Adam Smith, el lllamado Padre de la economía de mercado, cuando en su libro "la Riqueza de las Naciones" aseveró que: "La caprichosa ambición de reyes y ministros no ha sido tan fatal para la paz de Europa, en el siglo presente y en el anterior, como el impertinente celo de comerciantes y empresarios industriales ( manufacturers ). La violencia y la injusticia de los gobernantes de la humanidad es un mal antiguo, y tememos que, dada la naturaleza de los asuntos humanos, no se pueda encontrar remedio alguno a ese mal. Pero la rapacidad mezquina y el espíritu de monopolio que prevalecen entre comerciantes y empresarios industriales (que por otra parte no están llamados a ser los directores de la humanidad, ni tienen por qué serlo), aunque no puedan probablemente corregirse, sí puede evitarse que perturben la tranquilidad de otros" La Globalización, según las personas mencionadas, tiende al totalitarismo mientras la economía se encuentre conducida por estos grupos, que, ahora está más claro, son quienes manejan "incestuosamente" la economía mundial, orientándola según sus oscuros intereses individuales privados. Aparentemente, tal propósito no tiene rostro identificable a simple vista, por eso es necesario indagar cómo es esta y donde se ubica pues se sabe a ciencia cierta de la existencia de un "Senado Imperial" - parafraseando el guión de la película de George Lucas "La Guerra de las Galaxias"- que maneja los hilos siderales de la economía y de las finanzas del mundo, que rebasa a los mismos estados nacionales. Dentro de los mecanismos más socorridos y promocionados por la filosofía de los cultores de la Globalización - los que se parapetan detrás del Imperio - encontramos la proliferación de monoplios y oligopolios, que se los justifican teóricamente bajo el pretexto del aprovechamiento del principio de las economías de escala. Y la privatización no es otra cosa sino otro eufemismo para lograr lo mismo pero desmembrando a las empresas públicas de las naciones. Si: ¡el Imperio ataca de nuevo restaurando el monopolio como eje de la economía de mercado! Los mercaderes del dinero en épocas modernas - los "jawas" de la pelicula de Lucas - han pasado a constituir los supuestos vendedores de ilusiones de la población desposeída. Contradiciendo el objetivo fundamental de lo que a su tiempo se llamó el verdadero "espíritu del capitalismo", según el trabajo de Max Weber, por ejemplo, que, en términos resumidos, proponía como la base del progreso y la felicidad el arduo trabajo y la frugalidad de las personas - convertidos en sacrificados empresarios - extendida a todas las relaciones económicas y humanas, los "financistas siderales" de nuestro tiempo prometen a sus fieles seguidores el bienestar anticipado del "viaje a las estrellas". Pero, a diferencia de los abnegados puritanos de tiempos remotos para los cuales el objetivo último de toda actividad económica del individuo debía ser el de que sea el ahorro de la comunidad el que financiara la inversión real, la inversión productiva, los financistas de épocas actuales, en tiempos de globalización, dejaron de discriminar lo que era productivo o especulativo. Desde entonces, el mecanismo utilizado por los "mecenas" del mundo también contempla el financiamiento, a través de un mayor endeudamiento, del consumo de las personas. Y así, lo que inicialmente era considerado como la "bondad" del sistema de mercado - el que era promocionado por Benjamín Franklin, por ejemplo -, de que a través de la posposición del consumo presente se podía incrementar el consumo futuro (se entiende de las personas y de las sociedades), se trastocó en un curioso postulado en el que ahora lo "bueno" consiste en incrementar ( y aún exacerbar) el consumo presente en detrimento del consumo futuro - puesto que, en la práctica, el consumo es una función sustitutiva de la inversión -. La tarjeta de crédito que todo lo vende a plazo bajo el lema "¡no pague, difiéralo!" ha penetrado en todas las clases sociales como un auténtico símbolo de "status". Quien no posee una de ellas en la sociedad globalizada simplemente "no existe". Las grandes tarjetas internacionales promueven el consumo de las personas a través de intermediarios financieros domésticos que definen los sectores más propicios para asegurar su posicionamiento. Se cierra de este modo el círculo de prestamistas globalizados. En buenas cuentas el Imperio, del que forman parte los especuladores internacionales, decidió modificar los supuestos epistemológicos de lo que antes era considerado ciencia económica, cuyo requisito para ser tal, como se sabe, era que tenga carácter universal y que sus leyes fueran permanentes mientras no se cambien los supuestos y circunstancias. De este modo, la ortodoxia liberal, la madre de la economía de mercado, la que fue concebida por los pensadores clásicos dentro de fundamentos éticos preestablecidos, ha sido sustituida por una burda teoría neoliberal de carácter globalizante en donde la ley y único punto de referencia es el que pragmáticamente determina el monopolio: el más grande absorbe al mediano y pequeño. ¡Es Darwin redivivus! La deuda es, sin duda, la forma más conspicua a través de la cual se somete a quienes osan recurrir a ella, especialmente cuando quienes la conceden están amparados por políticas de estado que favorecen su otorgamiento indiscriminado y permiten cualquier clase de condicionamiento "en nombre de la libre empresa". Para los países pobres, la deuda es "la estrella letal" del guión de la Guerra de las Galaxias, "con poder para destruir un planeta entero". Son los países ricos y sus enclaves financieros criollos dentro de los países pobres los que han consolidado su posición, mientras las mayorías hoy están peor que antes. Pero la película de ciencia-ficción de La Guerra de las Galaxias sugiere también la clave para desbaratar ese o cualquier otro tipo de imperio. La batalla final la efectúan los "Caballeros de la Orden del Jedi" que cuentan con la "Fuerza" para conseguir el objetivo de "paz y justicia" para todos los que pretenden vivir en "libertad", fuera de toda atadura, en la Galaxia. Posiblemente, el mensaje más bello de la película sea el de que no puede alcanzarse una verdadera libertad ni conseguirse la anhelada paz, si previamente no se instaura la justicia en el universo. En otras palabras ¡no pueden haber auténticas libertad y paz sin justicia social! Un aspecto no menos importante que el escritor y director de la película recalca constantemente, en boca de sus personajes Obi-Wan Kenobi y Luke Skywalker es que para derrotar al Imperio el arma más importante no es el material bélico de que pueden disponer juntándose todos los planetas de la galaxia, sino el tener fe en la Fuerza, pues solo así en el enfrentamiento contra las huestes totalitarias ¡nada ni nadie prevalecerán contra Ella! IV. Los Avances de las Ciencias Relacionadas con la Economía La Economía desde su origen recibió contribuciones de otras disciplinas. Interesa repasar brevemente cuales son los últimos desarrollos de las ciencias cercanas para saber por donde deben dirigirse los esfuerzos de su propia renovación. a) Los avances en la Física. Roger Penrose demuestra que algunas de las tesis científicas que a su debido tiempo fueron consideradas leyes inmutables han ido cediendo espacio a nuevas y mejores formas de interpretar el mundo. Según él, Galileo, transformó el antiguo misticismo de la ciencia . Más tarde, Newton, Maxwell y Einstein contribuyeron a su desarrollo hasta explicar el"enigmático"comportamiento de los cuerpos cuando se mueven a la velocidad de la luz. Modernamente es aceptado que estas teorías también son importantes para explicar nuestros procesos mentales. En la actualidad, con los aportes de la física cuántica se ha llegado a entender en mejor forma el modo de operar del propio cerebro. Por otro lado, Guy Sorman advierte que nuestra concepción del mundo está influída por las ciencias físicas, que consideran a nuestro universo como un reloj que obedece a reglas previsibles e inmutables. Así, tanto la psicología como la política y la economía están igualmente regidas por leyes. Y también nos presenta también la radical controversia entre Ilya Prigoguin y René Thom. Para el primero, "esta vision mecanicista del universo no tiene ningún carácter científico", sino que la auténtica está basada en la probabilidad; ...el mundo es una serie de acontecimientos, es caótico, imprevisible". Al igual que las ciencias humanas, las ciencias físicas solo serían , en opinion de Prigoguin, una suma de casualidades. Pero René Thom replica que el actual reino del caos no es más que una moda pasajera, " la ciencia ya no piensa!" Según Penrose, mucho del pensamiento sobre la física estaba fuertemente influído por el pensamiento matemático que, desde Platón, pertenece al mundo de las ideas. El mundo de Platón consta no de objetos tangibles sino de "objetos matemáticos". Este mundo no nos es accessible del modo físico ordinario sino por la vía del intelecto. La siguiente frase de Penrose no puede ser más expresiva: "El mundo ideal se consideraba diferente y más perfecto que el mundo material de nuestra experiencia externa, pero tan real como este" (!!!!!!!!!!) Ahora bien, actualmente, los aportes de la mecánica cuántica están empezando a influir para revertir la vieja tendencia heredada de los griegos y de Newton. Un científico de la universidad de Australia, Ping Koy Lam logró desaparecer el estado cuántico de una partícula y de desmaterializar un rayo laser para teletransportarlo a un metro de distancia. Ningún ser humano puede desmaterializarse así como así; pero no sucede lo mismo con las partículas elementales. Según el físico ecuatoriano Anibal Cruz, el estado cuántico es como "el alma" del ser humano, la personalidad, sus conocimientos, sus paradigmas, su manera de ver la vida, en definitiva su background, aunque en realidad es un alma puramente energética: una cierta clase de energía que está como "sombra" tras de la figura de cada cuerpo material, que incluso les permite teletransportarse hacia otras dimensiones. Bajo esta perspectiva, ¡si la economía va a continuar indagando en los misterios de las relaciones materiales deberá aprehender del método cuántico para explicar con mayor rigor las verdaderas motivaciones que están detrás de las decisiones de consumir y producir. El mantener como "únicos" los criterios de maximización de beneficio y de la satisfacción individual ya no se sostiene más! b) Los avances en la Psicología. Luego de haberse mantenido por décadas como absolutas las tesis de Freud para explicar las motivaciones humanas, sustentadas básicamente en las sensaciones que causan "satisfacción" o "frustración" a las personas, es decir, reacciones puramente sensoriales, en los ultimos años, otros investigadores han realizado nuevos aportes para entenderlas. Maslow (1908-1970) identificó una jerarquía de necesidades que motiva la conducta humana, según la cual, "Solamente cuando las personas han satisfecho sus necesidades elementales luchan por llenar necesidades superiores, las que tienen que ver con la seguridad personal; la aceptación; la búsqueda del amor , estima y realización personales. Una persona autoactualizada muestra altos niveles de autocontrol hasta alcanzar una variedad en la riqueza de reaciones emocionales, frecuencia en la experimentación de grandes emociones, identificación con otros seres humanos, estructura democrática de carácter, creatividad y sentido de los valores". Desde este punto de vista, la motivación más elevada de la que es capaz la persona humana es dar rienda suelta a sus sentimientos, que resultan ser motivaciones mucho más completas y elevadas que las simples satisfacción o frustración, reacciones puramente sensoriales. MASLOW'S HIERARCHY OF NEEDS (after Maslow, 1956) Lower, or Deficit, 1. Physiological needs (need for food, water, and sex): homeostatic and Needs organic. 2. Safety needs (need for security and protection from pain, fear, anxiety, and disorder); need for order, lawfulness, and discipline. 3. Need for belongingness and love (need for love, tenderness, and togetherness). 4. Esteem needs (need for achievement, respect, and approval). Higher, or 5. Self-actualization needs (need for self-fulfillment, for realizing one's Growth, Needs potential, for understanding and insight). __________________________________________________________ Goleman, por su parte, introduce el sugestivo y provocativo concepto de la inteligencia emocional, que es "un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones". Por su parte, David MacClelland, propone a la "necesidad de logro" que las personas tienen en su acción cotidiana, como una motivación que para los individuos tiende a prevalecer por sobre otras motivaciones, inclusive la de ganar dinero o maximizar las ganancias. Para este pensador, la necesidad de reconocimiento ante sus congéneres es mucho más importante que cualquier meta cuantitativa que pueda alcanzar En todo caso, lo que es relevante para la economía es que la determinación de las decisiones de consumir y producir no pueden reducirse a la mera satisfacción sicológica sino que la persona humana puede llegar tan alto como anteponer el sentimiento a cualquier reacción química subalterna. c) Los avances en la Biología Luego de haber reinado por un siglo y medio la teoría de "El Origen de las Especies" de Charles Darwin, en la que propusiera su interpretación de que los seres vivos han evolucionado "por selección natural" influidos por "las variaciones en el medio ambiente" y dentro de un entorno competitivo, han sido puestas en duda por Jay Gould, a través de la reciente publicación de su libro póstumo "La Estructura de la Teoría de la Evolución", según la cual son "los cambios que el genoma genera desde dentro" la clave de la evolución, y, por tanto, el ambiente externo queda relegado a un papel secundario. De este modo, la propia hipótesis de la "selección natural" queda en entredicho. Los efectos que esta nueva teoría puede tener para la hermenéutica economca seguramente serán importantes, puesto que, eventualmente, ya no se podrá seguir justificando la existencia del monopolio y la competencia monopolística como una tendencia "natural" de la empresa competitiva. También dentro de la empresa pueden producirse cambios de comportamiento endógeno que lleven al empresario a una postura diferente en el mercado, que no sea su mero afán de dominación sobre los demás. d) Los avances de la Filosofía Luego de un enorme lapso de vigencia de escuelas filosóficas de los maestros de la existencia, de la materia y de la sospecha, ha recobrado actualidad el pensamiento de los filósofos del sentimiento. Al racionalismo cartesiano responde Pascal con un mensaje que enfatiza la lógica del corazón, sin por ello renunciar a la lógica de la razón. Según J.J. Tamayo, su postura no cae en el irracionalismo: "Esa puede ser la impresión primera...La fe, el corazón, el sentimiento, no desembocan en una actitud contraria a la razón; son una verdadera forma de saber y tienen su lógica. Lo que hace Pascal es llamar la atención sobre los límites de la razón y del racionalismo y distanciarse tanto del escepticismo como del dogmatismo...El dogmatismo dice que es contrario a la razón humana" Para Miguel de Unamuno , "este hombre concreto, de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía. [Esta] responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción. Pero resulta que ese sentimiento, en vez de ser consecuencia de aquella concepción, es causa de ella. Nuestra filosofía, esto es, nuestro modo de comprender o de no comprender el mundo y la vida, brota de nuestro sentimiento respecto a la vida misma". Unamuno va más allá aún: "El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón" A su vez, J.Gevaert sostiene que "el rasgo más criticable de los materialismos actuales es su pretension de cientificidad. Por un lado, rechazan como incompatible con las ciencias la interpretación espiritualista (en cualquier sentido); por otro, se afirma que el materialismo se ve sostenido y demostrado por las ciencias. No se trata de negar que las ciencias puedan decir algo sobre todas las manifestaciones del hombre. En efecto, el hombre expresa y realiza toda la riqueza de su ser en el mundo material, y como tal lo hace también accessible a consideraciones e investigaciones de orden científico. El problema decisivo es más bien el hecho de que a priori y dogmáticamente se toma un aspecto (verdadero y real) como si fuera el todo". Para este autor, "todo esto es de derecho de las ciencias, con tal que no se tranforme un principio metodológico en una tesis metafísica que niega absolutamente lo que no cae bajo la captación de las ciencias empíricas. Semejante negación no puede pretender nunca un carácter científico. Las ciencias no pueden pretender formular juicios metafísicos sobre la subjetividad espiritual del hombre. El materialismo de cualquier especie lleva dentro de sí el principio del totalitarismo.... cualquiera que se sienta como expresión objetiva y real de la totalidad, tendrá derecho a "usar" de los individuos en función de la totalidad, ya que en ultimo análisis los individuos son para la totalidad. De esta vision del hombre a la afirmación concreta de un totalitarismo ideológico, politico o militar la distancia es muy pequeña". Por otro lado, "la consideración del misterio del espíritu supera tanto a la antítesis con la materia (inmaterial) como a la afinidad con la materia (espíritu objetivo y racional), concediendo decididamente la primacía al encuentro interpersonal. La idea de espíritu en este contexto no indica ya en primer lugar cualidades o propiedades diversas de las materiales, sino la alteridad de los sujetos o de las personas, que cada uno existe como sujeto, como persona, como "alguien", como un Yo frente a un Tu...hay que tener presente que que el pensamiento, la voluntad, la libertad, etc., no existen por cuenta propia. Son abstracciones. Lo que existe es una persona concreta e inconfundible que piensa, quiere, ama, etc. Por eso mismo, el problema del espíritu no se refiere en primer lugar a la inmaterialidad de las facultades intelectivas o volitivas, sino a la alteridad o unicidad de las personas". "Las antropologías modernas comparten todas ellas la convicción de que el hombre no ha llegado aún a ser completo. A nivel personal e histórico todavía está por realizar en eun sentido muy amplio.Todo ser humano tiene que llegar a ser hombre, ir creciendo luego en humanidad y acercarse cada vez más a las posibilidades prefiguradas en cierto modo en el mismo hombre. En las filosofías humanistas, todavía ampliamente difundidas, este mismo tema surge bajo el título de libertad. La característica fundamental y la meta principal de la existencia es la liberación del hombre de toda forma de esclavitud, con vistas a una existencia vivida enteramente bajo el signo de la libertad de pensamiento y de valores. La tarea suprema del hombre es la búsqueda y la realización de una perfecta libertad para todos los hombres. Por consiguiente, el hombre se revela como un ser que está fundamentalmente orientado hacia el futuro, que se mueve bajo una llamada; es un ser de esperanza, incluso en donde los razonamientos (falaces) enseñan que la esperanza es imposible e ilusoria. El hombre está por hacer. Todo ser humano está en cambio: homo viator". V. Los Sofismas del Modelo Neoliberal En la historia de la filosofía, los sofistas eran reconocidos por utilizar un lenguaje técnico, elegante y aparentemente verdadero. Pero pronto se supo que tras la presentación retórica, muchas veces hábil para convencer a los auditorios, se encontraban graves distorsiones o transgresiones a la verdad. En otras palabras, para poder develar la verdad que hay tras los discursos, es menester primero detectar las distorsiones de los silogismos utilizados, pues ello es precisamente lo que significa un sofisma: la alteración premeditada de la verdad. En este trabajo no se pretende agotar todas las transgresiones existentes, sino solo aquellas que son relevantes para entender el problema. En tal sentido, nos limitaremos a enunciar, o mejor denunciar, las más notables desde el punto de la teoría económica y desde la ética. 1. El Sofisma del Mercado Libre. 2. El argumento central de la teoría de Adam Smith consistía en que para lograrn asignar los recursos más eficientemente que en cualquier otro sistema, se requería que existan un número ilimitado de compradores y vendedores; que la información esté perfectamente al alcance de todos; que no haya injerencia de ningún agente externo, ya sea público o privado; todo lo anterior, siempre y cuando el intercambio se realice entre productos homogéneos. Lamentablemente, hoy se ha demostrado que estas condiciones casi nunca se cumplen. Joan Robinson demostró que las economías modernas tienden al monopolio y, en el mejor de los casos, a la competencia monopolística. Joseph Stiglitz demostró que la provisión de información era asimétrica; y John Nash estableció que la eficiencia no podía alcanzarse por medio de la simple competencia a menos que todos los participantes buscaran un objetivo común. 2. El Sofisma de la Soberanía del Consumidor. Para que el juego de decisiones respecto a la asignación de recursos sea óptimo, es un requisito sine qua non que las personas tomen sus decisiones sin interferencia de ninguna naturaleza. Paradójicamente, en las economías modernas las técnicas de mercadeo se han convertido en un instrumento de dominio de las conciencias de los individuos. Es evidente que esta condición básica se ha transformado en la soberanía de los productores y no del consumidor, distorsionando todo el sistema de formación de los precios relativos. 3. El Sofisma de la Asignación Eficiente de los Recursos. Si en el funcionamiento del mercado no existe plena libertad ex ante de los consumidores; si los productores alteran la homogeneidad de los bienes en su fabricación; si la información acude asimétricamente a los agentes económicos; si la atomización de los oferentes ha sido reemplazada por el monopolio y por la competencia monopolística; si, como se infiere del análisis realizado anteriormente, son constantes los vínculos e influencia de los empresarios con los gobiernos en las decisiones micro y macroeconómicas esenciales, es más que evidente que el mercado no puede funcionar conforme a los fundamentos epistemológicos de la teoría del mercado libre y, por tanto, no puede asignar los recursos eficientemente. 4. El Sofisma de que la Competencia lleva al Progreso Más allá de lo discutible que resulta resaltar a la "competencia" como un elemento antropológico "natural" en la economía, se ha comprobado hasta la saciedad que la competencia entre desiguales lleva a un mayor fortalecimiento de la dotación de recursos del más fuerte y, consiguientemente, a una mayor ineficiencia privada y social en la asignación de recursos. En tal calidad, la empresa competitiva es la "antítesis" del monopolio, el cual, por naturaleza, excluye a las demás. Dicho de otro modo, si, en la carrera de la competencia, el monopolista excluye a los demás, la sociedad como un todo ha escogido el peor de los mundos. La competencia es pues un mito y, por tanto, no puede llevar al progreso 5. El Sofisma de la Estabilidad como el Objetivo Primordial de la Política Económica En la teoría económica el concepto de restauración de los equilibrios es esencial, pero este siempre ha sido considerado un problema coyuntural, de corto plazo. Lo paradójico es que en los países en desarrollo la inestabilidad se ha convertido en un problema estructural y por tanto su corrección ha derivado, por obra y gracia de los economistas neoliberales, en un problema de la política económica de largo plazo. De tanto entregar "antibióticos" a la economía para estabilizarla, pretendiendo superar la inflación, lo que se ha logrado es más bien que los elementos patógenos causantes de la misma se nutran de tales antibióticos y agraven la situación: en la mayoría de las economías en desarrollo se observa la confluencia del fenómeno inflacionario con el de la recesión, que se representa por una baja de la producción global y un incremento constante del desempleo .Por este motivo fundamental es que se observa a la pobreza en el mundo como un símbolo lacerante de nuestro tiempo. 6. El Sofisma de que los Empresarios Practican la Posposición del Consumo Presente para Aumentar el Consumo en el Futuro. El ahorro consiste en la actitud de las personas y empresas de posponer el consumo presente para consumir más en el futuro. Lo paradójico es que, en tiempos modernos, este principio fundamental de la ciencia económica se ha ido perdiendo paulatinamente: hoy predominan las doctrinas consumistas y desahorradoras. Si en los países, los que no tienen no ahorran, y tampoco lo hacen los que sí pueden, ¿cómo se va a financiar el consumo del futuro? 7. El Sofisma de que el Ahorro de los Ricos es la Fuerza Impulsora del Desarrollo. Siempre se ha creído que son los sectores de ingresos altos de la sociedad los que están en mayor capacidad de ahorrar. Pero, en la práctica, este sano objetivo funciona diferente: los grandes empresarios prefieren depositar sus ahorros en el exterior, percibiendo rentas en forma especulativa, antes que confiar sus ahorros al riesgo de la inversión productiva en países que, aparentemente, no les brindan garantías suficientes. 8. El Sofisma de que el Crecimiento Económico Resuelve el Problema del Desempleo Desde siempre la teoría económica estableció que mientras más aumenta la producción de un país se genera una mayor demanda de insumos, entre ellos el empleo de la fuerza de trabajo. Pero en tiempos modernos tal aseveración no es necesariamente automática: para poder competir con posibilidades.en el mercado internacional hoy es necesario incorporar innovaciones tecnológicas a los procesos productivos, que generalmente desincentivan la demanda de mano de obra. Los beneficios del crecimiento usualmente acuden a quienes tienen mayores proporciones en la propiedad de las unidades productivas que generalmente son monopolistas. El resultado concreto es que, paradójicamente, las economías de los países pueden efectivamente crecer pero no demandar los suficientes niveles de empleo. 9. El Sofisma de que el Subdesarrollo se Debe a la Escasa Productividad del Trabajo. Los empresarios agrupados en poderosos gremios siempre han ubicado a la "ignorancia" y a la "vagancia" de la gente pobre como la causa del subdesarrollo, pues, supuestamente, por esos motivos las economías no tienen una alta productividad. Si bien es verdad que con programas educativos más intensos en favor de la población más pobre su rendimiento sería más elevado, no puede dejar de decirse que, paradójicamente, si no fuera por la enorme contribución que actualmente hacen quienes trabajan en el sector informal y los migrantes las economías de una inmensa mayoría de países pobres se habrían derrumbado estrepitosamente. En una época en que la inflación y la recesión conviven y afectan dramáticamente a las comunidades pobres, la mayor parte de la población tiene que desempeñar dos o más trabajos simultáneamente para poder sobrevivir. 10. El Sofisma de que el Riesgo País Dificulta el Financiamiento de la Inversión y la Recuperación Económica. Desde que en el esquema de globalización el poder económico internacional pasó de los gobiernos a los grandes bancos, los grandes centros financieros internacionales empezaron a utilizar el concepto de "riesgo país" para determinar las dificultades de servicio de la deuda bancaria de los países pobres que, paradójicamente, ellos mismos habían otorgado. Lo curioso es que, internamente, en los países fueron los bancos locales los que también se apoderaron de este concepto para exigir a sus clientes el fiel cumplimiento de sus obligaciones. Ante el argumento de un supuesto riesgo de su propio país, los banqueros criollos han aplicado tasas de interés de usura a los préstamos dirigidos a los productores y consumidores. Y como, debido precisamente a dichas condiciones de usura los prestatarios no pueden pagar a los prestamistas, el incumplimiento se generaliza, y la economía se deprime. Si acaso el argumento del riego país tuviese algún fundamento, es evidente que quienes deberían reclamar los mayores retribuciones deberían ser los ahorristas que invierten fiduciariamente en las instituciones bancarias y no, como ahora sucede en nuestros países, que son los banqueros privados los que aumentan sus márgenes de ganancia a costa del productor, del ahorrista y del consumidor. ¿Y todavía hace falta más argumentos para explicar el por qué nuestras sociedades son cada día más pobres, mientras cada vez menos individuos aumentan desmedidamente su riqueza? 11. El Sofisma de que el Mercado Libre Propicia la Equidad Se ha sostenido que el mercado libre, además de ser el mejor mecanismo para asignar eficientemente los recursos, también propicia la equidad puesto que, en última instancia, todos los consumidores satisfarán sus deseos y los productores venderán la parte de la producción que cubra sus costos; y puesto que en el límite el punto hasta el cual estarían dispuestos a vender su producción es aquel en los ingresos cubren los costos sin dejar ganancia, se ha dicho que, de ese modo, toda la producción agregada disponible en el mercado se "reparte equitativamente" entre los empresarios; de lo cual se deriva que también la demanda de recursos productivos también alcanza su nivel máximo. Lamentablemente, fuera de los libros de texto, en la realidad lo que sucede es que, por una parte, según se vio anteriormente, los requisitos indispensables no se cumplen y por tanto la auténtica competencia no se realiza en el mercado; y, por otro, así se cumpliese, la equidad nunca podría alcanzarse porque al mercado los consumidores y productores acuden con dotaciones de riqueza radicalmente diferentes, aspecto que claramente actúa a favor de los más ricos y en detrimento de los más pobres. 12. El Sofisma de que la Economía es una Ciencia Aética Durante más de dos siglos fue una creencia generalizada que la teoría económica presuponía dejar de lado la ética. Últimamente, algunos investigadores han desvirtuado tal acerto, y han señalado que el filósofo escocés dejó sugerida su propuesta axiológica a través del concepto de "simpatía" con que el asumía los agentes económicos debían proceder en sus actos mercantiles. Pero, tal vez, más importante sea el sostener que la ética implícita en su teoría sea la de que él en el en el fondo aspiraba a una sociedad más justa al plantear que, como fruto de la competencia en el mercado, al final los empresarios minimizarían sus ganancias y, por tanto, compartirían los frutos del producto social. Fue en el objetivo económico de justicia donde Smith colocó su objetivo ético; de lo que se sigue que su obra sí era una propuesta científica con carácter ético. Sea lo que fuese, lo cierto es que el neoliberalismo y sus grandes propulsores empresariales del mundo financiero siempre interpretaron que la economía es una ciencia aética. Ahora bien, es evidente que la discrepancia existe y la confusión continúa porque el pensamiento de Smith fue concentrado como si este solo hubiese estado representado en el libro La Riqueza de las Naciones. Pero, si se hubiese penetrado su pensamiento en el libro que él consideraba el más importante, La Teoría de los Sentimientos Morales, la interpretación interesada de los grandes financistas del mundo ya no habría sido la misma. En ella clarísimamente ubica a la economía como parte de la filosofía moral. VI. La Etica o el Habitat Natural de la Economía. Gracias al "marketing", las sociedades modernas identifican a la economía con el mercado. Pero no siempre fue así. En el origen, existe evidencia de que una vez que el homo sapiens superó la fase nómada, se agrupó en comunidades sedentarias, a partir de las cuales empezó su desarrollo ya no en forma individual sino en forma precisamente comunitaria, en familia. Dentro de todo el período de millones de años desde que el homínido "sabe" (sapiens), es decir, tiene "conciencia" y "piensa", en los últimos cinco mil años desarrolló sus auténticas facultades humanas: la protección "amorosa" de los padres a sus críos; la fidelidad de los cónyuges para "mantener" la familia; la relación armoniosa entre sus miembros; el desarrollo del diálogo como medio de resolver problemas y disputas; el programar y repartir el trabajo "emprendido comunitariamente"; el "compartir" equitativamente el fruto del trabajo social; el aceptar la autoridad paterna y la sujeción de los vástagos a dicha autoridad. En suma, fue dentro de la familia donde los primeros homínidos superiores empezaron a "entender" y a "sentir" que podían "trascender". La trascendencia implicaba el "entendimiento" (o la conciencia) de que podían ser más eficientes que los demás miembros de su especie cuando actuaban juntos que cuando luchaban separados; pero sobre todo -y aquí lo más relevante -, el "sentir" que las cargas y dificultades del grupo eran más llevaderas actuando solidariamente que cuando lo hacían separadamente. Simbólicamente, era alrededor del hogar, alrededor del fuego que encendían en la noche para protegerse del frío, cuando los miembros de la familia sentían que el trabajo con una finalidad común les traía más "felicidad" a "todos". Era, pues, posible, trabajar, producir, consumir y distribuir comunitariamentre de una forma armónica que traía felicidad. Se respetaba las reglas establecidas dentro del hogar o "morada" común, y, de ese modo, se "habituaron" a ese respeto común. Lo conviertieron en el verdadero "ethos" de su comunidad. Hicieron, pues, de esas normas, su auténtico "habitat", su verdadera "morada". De dichas prácticas se puede perfectamente decir que las primeras familias se regían por normas de conducta "éticas" y "morales" que les traían felicidad. Cuando se analiza la etimología de estos conceptos se encuentran aspectos no solo interesantes sino reveladores del proceso de evolución humano. La palabra ética proviene del griego "ethos" que significa hábito, costumbres, carácter.Y la palabra moral proviene de la expresión latina "mos moris" que significa morada. De lo cual se puede inferir que "la conducta ética o moral son el conjunto de todos aquellos hábitos o costumbres que se adquieren en la morada". O, de otro modo, que "todo lo que se aprende y practica dentro de la morada se convierte en hábito, en costumbre". Aún más - quizás lo más importante -: que todos esos hábitos que se practican en la morada producen felicidad y, por tanto, se puede suponer que son "buenos" hábitos, pues solo lo que es bueno causa felicidad a los "verdaderamente" humanos. El homo sapiens ahora no solo piensa que existe sino que siente que su existencia es feliz, y por tanto está en una etapa superior de su evolución. Es la conducta ética cultivada y practicada en comunidad la que le lleva a convertirse él mismo en un "homo trascendentalis". He aquí la clave para resolver el dilema del hombre: simplemente comprender qué es lo que le hace verdaderamente trascendente, es decir, vedaderamente ser humano. Porque el hombre solo es tal y se diferencia de los demás homínidos en cuanto "siente" y supera, por tanto, su mera conciencia. El ser humano solo es tal cuando alcanza a complementar el "logos" con el "pathos", el "eros y el ágape". Si de verdad exiten auténticos deseos de cambio en la humanidad, esta debe fortalecer sus mejores valores para nutrirse de la auténtica sabia que permita al ser humano ser realmente tal. Y para serlo algunos todavían deben superar la etapa evolutiva que todavía les mantiene simplemente como homínidos superiores. En otras palabras, para el cambio, ni siquiera es necesario inventar una nueva teoría social, política o económica - como la que muchos andan buscando deseperadamente -, sino, simplemente, que el ser humano se de cuenta de que tiene, ahora, esas capacidades para convertirse en un auténtico ser humano. Para ello, "debe darse cuenta" de que debe superar la etapa del "homo sapiens" y consolidar la etapa del "homo trascendentalis". VII. De la Economía de las Sensaciones a la Economía de los Sentimientos Navegando hacia la etimología de la palabra economía encontramos que esta proviene de las raíces griegas "oikos" y "nomos", que significan la forma de organizar la casa. Se trata pues de resolver los problemas que existen en la casa, en la morada, en el hogar. ¿Por quién? Por los miembros de la familia, a través de la utilización de los mejores medios de que se disponga: programando adecuadamente "el trabajo de todos"; distribuyendo equitativamente el fruto del trabajo común; aceptando las reglas de justicia emanadas de la autoridad paterna, de por sí competente y compasiva; resolviendo las disputas por medio del diálogo que garantice el derecho de todos por igual. Acercándose, pues, al concepto de democracia practicada en familia, tal como la entendieron los griegos. Lo expuesto explica la aseveración de que no fue el mercado el lugar primigenio donde los primeros humanos organizados resolvieron sus problemas económicos. Todo el sistema organizativo de las primeras comunidades nacieron en la familia y su necesidad de resolver los problemas del entorno y con sus semejantes en forma comunitaria. Fue la práctica de los valores lo que dio pleno sentido y cohesion a sus miembros. La economía nació bajo el mismo techo que la ética. Adam Smith conocía perfectamente que una organización adecuada de la casa no podia estar alejada de la ética. Sabía de todas las apetencias que tratarían de desorganizar el sistema económico y por eso consideró que la economía debía ser tratada como una ciencia axiológica, como economía política. Las siguientes frases suyas expresan mucho más que cualquier otro concepto moderno que todavía pretenda sostener lo contrario: "Esta disposición a admirar y casi a idolatrar a los ricos y poderosos, y a despreciar o como mínimo ignorar a las personas pobres y de modesta condición, aunque necesaria para establecer y mantener la distinción de rangos y el orden social, es al mismo tiempo la mayor y más extendida causa de corrupción de nuestros sentimientos morales". No deja de ser sorprendente que esta expresión, tan central en su pensamiento, lleva implícita una grave contradicción: ubica la causa de la corrupción en las sociedades modernas pero, al mismo tiempo, declara que hay que aceptarla, que hay que convivir con ella para mantener el sistema de injusticia. A partir de esta contradicción se explica por qué la economía está repleta de sofismas que socavan la propia existencia de esta ciencia. Es menester interpretar el auténtico significado de una verdadera ciencia con sentimientos morales. Y para ello simplemente lo que corresponde hacer es completar lo que Smith no quiso o no pudo hacer: incorporar el sentimiento como eje central de las motivaciones de la persona, no ya del individuo. Nadie como Leonardo Boff para expresarlo mejor: recién ahora, luego de miles de años de exilio de valores como el sentimiento, el hombre por fin discierne acerca de la necesidad de recuperarlo como eje de las motivaciones de las personas, absolutamente indispensable para avanzar hacia un mejor humanismo. Desde este punto de vista, el sentimiento no debe concebirse simplemente como una actitud exógena, complementaria al acto humano, sino, fundamentalmente, como parte esencial del comportamiento de las personas, ya sea frente a sí mismo, como ante sus semejantes y su entorno. Como parte de la antropología filosófica, el sentimiento es parte de la sustancia del ser de la persona, y, por tanto no puede ser considerada como algo externo o complementario. Es desde dentro de cada ser que el sentimiento aflora en todos los actos humanos, y, por supuesto, en los económicos. En otras palabras, el sentimiento es superior a la mera sensación alrededor de la cual se ha levantado toda la estructura "científica" de la economía. Sin el concepto de sentimiento esta teoría se queda en una categoría pseudo-científica, es reduccionista, pues excluye al elemento central que tipifica al ser humano. Lamentablemente, la economía positiva que lleva a la determinación de las teorías de la demanda y de la oferta, se redujo a considerar que en los actos humanos solo se podía considerar a las sensaciones obtenidas a partir de la maximización del beneficio sicológico en el momento del consumo y la producción como la "única" motivación del individuo. Nunca siquiera se pensó que podían haber otras motivaciones a pesar de que, como se ha visto, las teorías de desatacados sicólogos como Maslow, Goleman y MacClelland han aportado significativamente en tiempos modernos para aclarar que la satisafcción puramente material de las necesidades era solamente una de las fases de la motivación humana en sus primeras etapas. Si se las hubiera acogido en el desarollo del pensamiento económico, se hubiese podido promover sociedades más justas que no busquen únicamente exacerbar las satisafcciones materiales como ocurre ahora. Si hay algo que se ha transformado en distitintivo de las sociedades llamadas desarrolladas es que sus habitantes ya no saben hasta donde pueden llegar para saciar sus "pasiones materiales" en todos los campos. La razón última de la violencia en el mundo de hoy radica en esto: los seres humanos son llamados a competir por ver quien alcanza un punto más alto en la escala de la pasión material, es decir de una mayor exacerbación de las mismas. La competencia ha conducido a exaltar la codicia. De ese modo, se trastoca las normas mismas de convivencia pacífica. De esta manera el ser humano se aleja totalmente al otro extremo de lo que es verdaderamente su destino. La competencia entendida de este modo se convierte en la antítesis de lo que es esencial y aunténtico en el hombre: la solidaridad. Asi, pues, mientras más se llama al hombre a competir en el mercado, en realidad más compiten unos a otros para excerbar la violencia. El ser humano se ha degradado, se ha deshumanizado. Para que la economía pueda ser considerada veraderamente científica debe, en primer lugar, reubicarse como parte de las ciencias filosófico-morales y no como parte de las ciencias positivas. En segundo lugar, debe incorporar al sentimiento como parte esencial del comportamiento humano, comandando las pasiones y su reflejo sicológico: las sensaciones. Así, pues, el sentimiento debe pasar a ser lo que verdaderamente tipifique los actos humanos en su comportamiento económico, de una doble manera: en forma ex ante, como categoría superior a la sensación; y en forma ex post para corregir los excesos que provocan los desequilibrios sociales. Lo anterior es válido para toda persona ya sea que actúe como consumidor, usando su libertad para limitar el consumo a lo extrictamente indispensable; ya como productor para producir "eficientemente", tanto desde el punto de vista privado como social, lo que sea estrictamente necesario para que todas las personas alcancen una vida digna; ya como funcionario público, definiendo con claridad las prioridades que nacen de las valoraciones sociales comunitarias, y garantizando los derechos a que los bienes y servicios se distribuyan equitativamente. En este contexto, tanto la libertad como la equidad, en forma inseparable, deben ser los principios que guíen los actos de todas las personas en la jurisdicción que les corresponda. Los seres humanos deben pues ser "personas" en cada una de las circustancias que les corresponda, y para serlo, deben exigirse a practicar en sociedad tanto la libertad como la solidaridad, en todo momento. Para mejorar la calidad del ser humano no hay empeño que pueda ser considerado pequeño. En resumen: la nueva axiología debe expresarse no solo como un pensamiento renovado de los valores humanos esenciales sino sobre todo como práctica personal dentro de la sociedad, es decir, pasar de una ética individual a la ética de "lo público". Desde esta perspectiva, todos somos responsables de la suerte de los demás. El concepto de alteridad implica que todos podamos rendir cuentas ante nuestros semejantes en todos los actos que desempeñmos en nuestra respectiva jurisdicción. Así, por ejemplo, los banqueros que tienen a su cargo los depósitos de los ahorristas, están llamados a practicar una ética "de lo público", es decir, responder en forma escrupulosa y transparente por los recursos "públicos" a ellos confiados. Desde esta perspectiva, son responsables de lo público, no solo los burócratas que ocupan una función pública sino todos los que tienen que responder por personas y recursos a ellos encomendadas. Y aquí la cadena es infinita: los maestros , los empresarios, los médicos, los jueces, etc., todos tienen que responder ante la sociedad por el manejo de derechos de terceros. Es hora ya de que los ciudadanos que se lavan las manos culpando a "los otros" por las quiebras éticas que han ahondado la corrupción y la violencia en las sociedades modernas afronten con entereza su propia responsabilidad, pues del estado del mundo somos "todos" responsables. * ECONOMIA SOLIDARIA II, Principios de economía solidaria, Resumen (para discusión). Eduardo Valencia Vásquez, PUCE - IJND, Johanesburg, Agosto 2002
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Del mismo autor
- Principios de economía solidaria 28/08/2002
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