Libre comercio que asfixia
01/11/2002
- Opinión
Cuba convoca a un segundo encuentro hemisférico de lucha contra el
ALCA -- del 25 al 28 de noviembre en La Habana -- como parte de la
cada vez más pujante lucha popular por hacer conciencia a los
pueblos del verdadero carácter anexionista de ese engendro.
Para ello cuenta con el apoyo de la Alianza Social Continental, que
encabeza esta batalla, y de la cual la nación caribeña es integrante.
Acerca de la cita y de la posición actual de los latinoamericanos
ante este proceso, habló para JR el presidente del Comité
Organizador del evento, Osvaldo Martínez, director del Centro de
Investigaciones de la Economía Mundial.
JR: ¿Qué pasos se han dado desde el Primer Encuentro Hemisférico de
Lucha contra el ALCA?
OM: Hay un movimiento popular de resistencia contra el ALCA en la
región. Ha sido muy importante, como parte del plan de acción del
primer encuentro efectuado en La Habana, la realización de
plebiscitos nacionales sobre el ALCA. Uno muy significativo fue el
que tuvo lugar en Brasil recientemente, en el cual participaron más
de diez millones de personas.
También ha habido protestas contra esa propuesta en el foro social
mundial de Porto Alegre, celebrado a comienzos de este año y el cual
incluyó una marcha en esa ciudad con unas 50 000 personas. También
hay que dar cuenta de movimientos de diferentes signos en forma de
jornadas de protestas, marchas, forum, en países como Ecuador y
Bolivia.
Yo diría que está tomando cuerpo en la región la resistencia frente
ese proyecto, enfrentada, por supuesto, al desconocimiento de los
pueblos acerca del verdadero significado del mismo, aparentemente
técnico, inocente, dirigido únicamente a crear un área de libre
comercio. Pero en la medida en que los pueblos van conociendo qué es
realmente, y su propósito anexionista, se va produciendo una
reacción.
También en el año transcurrido el ALCA ha tenido ocasión de ir
mostrando su verdadero rostro a los latinoamericanos. Se ha
acentuado enormemente la contradicción entre el discurso retórico de
las ventajas y bondades del libre comercio y la realidad concreta de
la política norteamericana hacia América Latina. Hay dos acciones muy
claras en este sentido: una, las medidas proteccionistas
norteamericanas referentes al acero, que han significado el cierre
del mercado de Estados Unidos y la abierta discriminación contra
productores latinoamericanos como Brasil, Argentina y otros países.
Es decir, la negación absoluta de la supuesta apertura de mercado.
La otra acción es la nueva ley agrícola norteamericana, llena de
medidas proteccionistas que lesionan intereses exportadores de países
latinoamericanos. Creo que estas dos medidas de política concreta
dicen más sobre la verdadera naturaleza del ALCA que muchos
discursos. Permiten conocer cuál es la verdad detrás de la retórica,
y esa verdad muestra que la propuesta no es más que un proyecto
mediante el cual Estados Unidos pretende la apertura irrestricta de
los mercados latinoamericanos para penetrarlos con sus productos y
aún más, con sus capitales.
El ALCA ha sido creado para que los países latinoamericanos se
desarmen arancelariamente y para que solo entren al mercado
norteamericano, muy selectivamente, aquellos productos que les
interesen a ellos."
JR: Usted me ha hablado de avances en los movimientos populares y
¿qué hay de la posición de los gobiernos?
OM: Se ha manifestado por una parte cierta resistencia de los países
caribeños de habla inglesa, países pequeños, con pocas posibilidades
frente a los Estados Unidos, y que no obstante han estado dando una
batalla en torno a la conservación del principio de trato
preferencial a las naciones más pequeñas. Como bien sabemos, ese
trato preferencial no encaja dentro de la filosofía y la política
del ALCA, que es la de la reciprocidad absoluta.
Excepciones dignas de mencionar son las de los gobiernos de Venezuela
y Brasil. El primero defiende la necesidad de una consulta popular,
el segundo ha planteado con cierta fuerza que la participación
brasileña en el ALCA depende de que este no sea un esquema de
proteccionismo disimulado norteamericano, sino una verdadera
apertura comercial."
JR: ¿A qué cree que se deba esa posición mantenida hasta ahora por la
mayoría de los gobiernos latinoamericanos de no estimar que llevan a
sus pueblos a la ruina?
OM: Pienso que es el reflejo del dominio imperial sobre estos países.
Reflejo que va desde la ideología, de llegar a creer que realmente el
único camino posible es el camino neoliberal trazado por el ALCA,
hasta la resignación ante el poderío norteamericano. Aceptar el ALCA
indica ante todo renuncia a una integración propia, latinoamericana.
Es aceptar como definitiva la situación de apéndice de Estados Unidos
y consagrar jurídicamente el neoliberalismo, ya no solamente como
política económica practicada por un gobierno, sino convertir el
neoliberalismo en un compromiso jurídico internacional, consagrado
en un acuerdo internacional.
No es simplemente el planteo de un esquema de un área de libre
comercio, sino, en lo esencial, la consagración jurídica de un tipo
de política económica que es la política neoliberal en su variante
de Consenso de Washington. Entonces, aceptar el ALCA es aceptar ese
tipo de política, lo cual es muy grave, porque se trata de ceder
importantes espacios de soberanía nacional. Es lo que el Comandante
en Jefe Fidel Castro decía respecto a que el ALCA no es más que un
proyecto para la anexión de América Latina.
No obstante, miro las cosas con optimismo. Pienso que se está
agrupando una resistencia. Por un lado, la resistencia popular de la
que te hablé, a la cual le doy una gran importancia. Se advierte un
crecimiento de la conciencia anti ALCA. Y cada vez más, las
organizaciones en América Latina, sindicales, religiosas, de
mujeres, de jóvenes y de campesinos, están tomando esa lucha como
una lucha central. Se puede apreciar también en el creciente interés
de participar en este segundo encuentro en La Habana. Por otro lado,
en las posiciones de los gobiernos hemos visto cómo además de la
postura venezolana está la de Brasil y sus posibles perspectivas.
Obviamente, si hablamos de Brasil estamos considerando prácticamente
el 40 por ciento de la economía de América Latina. O sea, un ALCA sin
Brasil, país capaz, además, de agrupar en torno a él a las naciones
del MERCOSUR, es extremadamente difícil.
También, como elemento que alimenta mi optimismo, están las propias
acciones de Estados Unidos, en las cuales, por un lado, la política
real desmiente lo que ellos promulgan que será el ALCA y por otro, se
han embarcado en su política supuestamente contra el terrorismo, que
se han convertido en su prioridad y le han restado relieve a la
campaña a favor del ALCA. Por todo esto pienso que la situación de
hoy contra el ALCA es mejor que la que había cuando se desarrolló el
encuentro del pasado año."
JR: Entonces, ¿se ha frustrado el objetivo inicial de Estados Unidos
de adelantar la aprobación del ALCA para el año 2003?
OM: Sí, definitivamente fue frustrado ese intento de acelerar al
extremo la negociación. Gobiernos como los de Brasil y Venezuela
plantearon que era demasiado precipitado, y frenaron ese intento de
arrastrar a la región, tras una ola de retórica aperturista, a una
negociación a marcha forzada que implicaba aceptar sin más examen la
propuesta del gobierno norteamericano.
* Marta Veloz es periodista de Juventud Rebelde. Tomado del diario cubano Juventud Rebelde.
https://www.alainet.org/es/articulo/106547
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