Mensaje de Observatorio de Medios

21/11/2002
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Observatorio Global de Medios (capítulo Venezuela) a la Opinión Pública Los venezolanos y, en forma especial, los periodistas, vivimos, desde hace más de un año, en condiciones de extrema tensión y de permanente confrontación que amenazan seriamente la normalidad de nuestras vidas, nuestros trabajos y nuestra salud mental. Reconocemos que los acontecimientos políticos que han tenido lugar en el país constituyen el origen de ese preocupante estado de cosas. Sin embargo, consideramos que la intensidad de comportamientos agresivos en nuestra mutua relación social, su extensión a amplias capas de la población y las manifestaciones de intolerancia fuera de todo control son producto directo de la acción de los medios de comunicación social. Defendemos el derecho de los ciudadanos a asumir la defensa de sus posiciones políticas e ideológicas como también su derecho a desarrollar una acción proselitista acorde con sus convicciones, siempre en el marco de las normas que rigen en un sistema democrático. Los medios de comunicación social, los periodistas y los colaboradores tienen el derecho de expresar sus creencias políticas en los espacios reservados a los contenidos de opinión, respetando las reglas de tolerancia y los valores humanos que defiende la sociedad venezolana. Asimismo, tantos los periodistas como los editores de los medios están obligados a cumplir con el derecho constitucional de los receptores a obtener una información imparcial, oportuna y plural. Nada de eso ha sido respetado por la mayoría de los medios venezolanos durante más de un año. Con diferentes grados de intensidad, la orientación informativa y opinática de esos medios, de algunos periodistas y articulistas se ha dirigido a exacerbar las actitudes de intolerancia de la población a extremos nunca vistos en el país. La manipulación de los medios ha llevado a grandes grupos de ciudadanos a perder la capacidad de percibir en su justa medida los acontecimientos nacionales y los está impulsando a asumir comportamientos que atentan tanto contra su propio equilibrio psicológico como contra la seguridad de otros ciudadanos. Al repetir con insistencia mensajes en el sentido de un inminente cambio de gobierno, sin analizar honestamente las condiciones objetivas, los medios han ido creando, en ciertos estratos de la población, una profunda sensación de frustración al no cumplirse la predicción mediática en el tiempo prometido, lo que los impulsa a adoptar comportamientos desesperados, agresivos y de manifiesta intolerancia. Los reporteros, quienes enfrentan condiciones de trabajo en extremo peligrosas, son víctimas de rechazo y de agresión por parte de ambos polos de la división política existente. Aún en condiciones de trabajo que no tienen la misma peligrosidad de enfrentamientos armados, como sucedió durante los acontecimientos del pasado mes de abril, estos periodistas arriesgan su seguridad personal al ser identificados como voceros de determinado grupo de medios. Al asumir actitudes exacerbadas y descontroladas, los grupos de activistas políticos no están en condiciones psicológicas para percibir a los periodistas en su condición de trabajadores ni a respetar su labor profesional. El Observatorio Global de Medios, Capítulo Venezuela, tiene como función el seguimiento sistemático de las informaciones que sobre los hechos de trascendencia nacional publican los medios impresos y difunden los medios radiales y audiovisuales. En las mediciones y análisis realizados hasta ahora aparecen las siguientes constantes: la tergiversación de los hechos, ocultamiento de datos y referencias, manipulación de las declaraciones, desbalance en la escogencia de las fuentes y una permanente tendencia a presentar el desarrollo de los acontecimientos desde una perspectiva tendenciosamente apocalíptica. Esto es más evidente en la forma de titulación, donde a menudo se tergiversa la información presente en el texto. Muchos periodistas han planteado ante el Observatorio su preocupación por las condiciones de trabajo imperantes en los medios. Consideran que, en ocasiones, se ven enfrentados al dilema de conservar su fuente de trabajo a expensas de la ética profesional. En los editoriales, columnas y artículos de opinión se recurre a calificativos que atentan contra la dignidad de la persona humana y que generan, por una parte, la indignación del grupo societario que se siente aludido, y por la otra, modelan o refuerzan los prejuicios y los estereotipos en el otro sector de la población. En los espacios de opinión, esta actitud de los editores se manifiesta también en la cada vez más notoria tendencia a eliminar aquellos colaboradores que no concuerdan con su política editorial. De forma que la pluralidad de opiniones, una de las condiciones que requiere el sistema democrático para su funcionamiento, ha sido prácticamente eliminada. En una situación de extrema división política y social como la que se vive en Venezuela, este comportamiento de los medios masivos implica que se está buscando generar una matriz de opinión y de comportamientos proclives a aceptar como válidas las más peligrosas decisiones políticas cuyas consecuencias, para la preservación de la paz social y la convivencia ciudadana, son impredecibles. Los promotores de esta actitud de los medios de comunicación social parecen ignorar, frente al futuro del país, la responsabilidad que les corresponde, como órganos llamados a cumplir una función social, al generar ese proceso de manipulación de las mentes y de las voluntades de los venezolanos. Tampoco pareciera preocuparles la suerte de los periodistas que están a su servicio. Todo lo contrario: el sentido profesional de nuestros reporteros es aprovechado por los directivos de los medios en forma perversa: mientras mayores sean los peligros y más evidentes las agresiones que sufran los reporteros, mayores serán las ganancias para sus fines proselitistas. El Observatorio Global de los Medios se solidariza con los periodistas, sin distinción del medio para el cual trabajan, que hayan sido o puedan ser víctimas de las agresiones en el desempeño de su labor como reporteros y rechaza todas las actitudes que atentan contra su seguridad como personas y como profesionales. Asimismo, ponemos nuestra organización a su servicio. Hacemos un llamado a todas aquellas personas e instituciones preocupados por la situación generada por los medios masivos - a los periodistas, a sus organismos gremiales, a todos los Colegios profesionales, a las ONG vinculadas a la defensa de los derechos humanos, a las Iglesias, a las Escuelas de Comunicación Social, sus profesores y estudiantes, a las organizaciones de los usuarios de los medios, a los profesionales de la salud mental - para formar un bloque de opinión que pueda influir en las instancias decisorias de los medios de comunicación social, tanto públicos como privados, para que modifiquen su tendencia proselitista y cumplan con su deber de informar imparcialmente con el fin de evitar las confrontaciones, preservar la salud mental de los venezolanos y lograr la seguridad y el respeto para nuestros reporteros. Caracas, 21 de noviembre 2002 Por el Observatorio Global de los Medios, capítulo Venezuela
Rafaela Cusati
Coordinadora General
E-mail: rafaelacusaticusati@cantv.net
https://www.alainet.org/es/articulo/106617
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