Presentación de Ben Quiñones al Taller ' Finanzas Solidarias ' Foro Social Mundial III, Porto Alegre, 24 de enero de 2003. Les saludo cordialmente a todas y todos de parte de los defensores y trabajadores de las finanzas solidarias de Asia, y del taller Finanzas Solidarias (FinSol) de la Alianza para un mundo Responsable, Plural y Solidario que represento yo en este foro. Tengo sólo un mensaje para llevar a usted hoy que es la proposición de establecer un Sistema Financiero Mundial Solidario (SFMS). ¿Cuál es este nuevo sistema financiero y por qué es necesario? Muchos de ustedes son conscientes que el sistema financiero tradicional no ha logrado alcanzar a los pobres. Más bien, ha contribuido al ahondar la crisis, y cada vez, los pobres se ponen más pobres. ¿Nosotros podemos influir y reformar el sistema existente para que se pusiera más sensible a las necesidades de aquéllos que son excluidos ? Es posible. De hecho, varias iniciativas para reformar el sistema financiero internacional están implementadas por ahora. Pero yo creo que un enfoque más radical es necesario y factible. Es factible debido a la presencia y al número creciente de iniciativas de finanzas solidarias en todas las partes del mundo. Es necesario porque los valores y la base ética del sistema tradicional difieren substancialmente de los que conlleva el sistema financiero solidario. Permítame citar unos ejemplos para elucidar esto. En cuanto a los propósitos, el sistema tradicional intenta aumentar al máximo el valor agregado económico a través del crecimiento del PIB priorizando los préstamos a los "jugadores grandes" (big players). El sistema financiero solidario énfatisa el rol de la solidaridad y la usa como un medio para alcanzar a los excluidos. En cuanto a los derechos de propiedad, el sistema tradicional pertenece a los jugadores grandes. Los pequeños actores económicos - los pequeños productores y los pequeños ahorristas - no tienen nada de influencia para poder incidir sobre este sistema. Al contrario, el sistema financiero solidario pertenece a las personas, reunidas en grupos de solidaridad y redes, que los jugadores grandes excluyen del sistema tradicional. En cuanto a la infraestructura institucional y al proceso de toma de decisiones, el sistema tradicional es muy centralizado. Las reglas del juego son determinadas por los jugadores grandes que poseen y controlan el sistema. Los dueños del sistema tradicional crean términos y condiciones que apenas pueden cumplir algunos pequeños productores. En comparación, el sistema financiero solidario es muy descentralizado por esencia puesto que comprende a redes locales y autónomas con sus propios mecanismos y procesos de decisión. El Sistema Financiero Mundial Solidario es una combinación e integración de redes autónomas y respeta por eso las innovaciones, las culturas y las prácticas locales. En cuanto al reparto de los riesgos, el sistema tradicional trata a las personas y a los grupos solidarios como fuentes de ahorro pero los excluye del proceso de préstamos. Además, los pequeños ahorristas o sea ustedes o yo- corren el riesgo que enfrenta este sistema si los jugadores grandes no reembolsan sus préstamos. Al contrario, el sistema financiero solidario involucra a las personas y a los grupos solidarios en actividades de ahorro y de crédito, y porque están así comprometidos, comparten entre todos la responsabilidad de asegurar la viabilidad financiera del sistema financiero solidario así como el bienestar de las personas y de sus empresas. Para concluir , en cuanto a las bases del poder, el sistema tradicional está impulsado por el dinero capitalista, y el papel central del dinero y de las variables financieras se ven reforzadas por lo que se llama "la ley de hierro de las tasas de interés." Al contrario, el sistema financiero solidario se impulsa por la solidaridad. Sólo puede desarrollarse a través de la solidaridad, o se ahoga si viene a faltar la solidaridad. Por estas razones y otras más, es imprescindible que nosotros apoyemos la elaboración de un sistema financiero mundial solidario. E igualmente importante que basemos ese apoyo en valores compartidos y una ética que van más allá de las meras consideraciones financieras para que los profesionales de las finanzas solidarias puedan aceder a fondos para desarrollar sus actividades. Al concluir, permítame informarles que nosotros en Asia -en solidaridad con todos nuestros amigos de América Latina, Africa, y Europa vamos a retomar la propuesta de establecer un sistema financiero mundial solidario en la Conferencia Regional Asia-Pacífico sobre Políticas y Gobernancía en Microfinanzas y Gobernación que tendrá lugar en junio del 2004, en Putra World Trade Center en Kuala Lumpur, Malasia. Le invito a todas y todos muy cordialmente a este evento y espero que juntos continuaremos el trabajo que nosotros empezamos en este tercer Foro Social Mundial en Porto Alegre. * Benjamin R. Quinones, Jr.
Programme Coordinator
Asian and Pacific Development Centre