Declaración

Alianza Reformada Mundial ante la posible guerra contra Iraq

20/02/2003
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La delegación de la Alianza Reformada Mundial acaba de regresar de una visita pastoral a Iraq. Pudimos sentir el dolor del pueblo de Iraq y ver la devastación ocasionada por las guerras que han debido soportar y las sanciones aún vigentes. Todo esto habla del sin sentido y la crueldad de la guerra que ahora se está preparando. Las víctimas serán la población civil pobre e inocente de Iraq y de la región. Todos los días, de cada rincón de la Tierra, la Alianza Reformada Mundial recibe declaraciones de sus iglesias miembros en las que expresan su oposición a una posible guerra en Iraq. Las iglesias reformadas, incluidas las de los Estados Unidos de América y las del Reino Unido, están contra esa guerra. Y no estamos solos. Las iglesias y los cristianos de todas las tradiciones están unidos en su rechazo a la guerra. La Alianza Reformada Mundial apoya la voz unánime de la opinión cristiana internacional y se identifica con ella. Una guerra contra Iraq violaría el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Ninguna nación puede arrogarse el derecho de atacar a otra. La alusión a una estrategia preventiva de autodefensa por parte de los Estados Unidos y el Reino Unido no tiene justificación alguna en el derecho internacional, sobre todo cuando no hay pruebas suficientes de un presunto ataque por parte de Iraq. Habida cuenta de la Carta de las Naciones Unidas en la que es inequívoco el compromiso con la búsqueda de soluciones pacíficas, difícil es imaginar la legitimidad que pueda tener una resolución de la ONU que permita a una nación y sus aliados atacar Iraq. La guerra contra Iraq sería simplemente un acto inicuo. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Alianza Reformada Mundial basándose en la fe y la tradición cristianas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas resolvió que el Gobierno de Iraq debe desarmarse eliminando todas las armas de destrucción masiva que posea. Los inspectores que ha enviado a Iraq con ese objetivo tienen que poder llevar a buen término su cometido. Si se han puesto en marcha mecanismos para verificar la existencia de armas de destrucción masiva en una nación y destruirlas, es moralmente inaceptable que desde cualquier otra fuente se bombardee a esa nación con otras armas de destrucción masiva. La Alianza Reformada Mundial no defiende en modo alguno a Sadam Husein. La Alianza tiene una larga tradición de defensa de los derechos humanos que se remonta al genocidio de los nativos americanos en los Estados Unidos en el siglo XIX. Aunque el objetivo de nuestra visita a Bagdad no era hacer una evaluación del liderazgo de Sadam Husein o de su régimen, sabemos por su actuación que es un tirano. El trato dado a su propio pueblo es una violación flagrante de los derechos humanos, como lo fue su guerra de agresión contra Kuweit. Pero la guerra en la que se obstinan el Sr. Bush y el Sr. Blair no hará sino aumentar el sufrimiento del pueblo de Iraq y la violencia en el mundo en lugar de lograr la salida democrática deseada para el pueblo de Iraq o una mayor paz y seguridad en el mundo. Una guerra en Iraq afectará gravemente a la vida de la población. Y aumentará la violencia y la inseguridad en el mundo. Los niños, las niñas, los jóvenes, las mujeres y los hombres de Iraq han sufrido demasiado y no necesitan padecer la devastación de otra guerra. Es responsabilidad de todos los creyentes recordar a los dirigentes políticos el carácter sagrado de la vida pues parecen haber olvidado que la vida pertenece a Dios. En la Biblia la visión a la que están llamados los creyentes de apartarse del mal y hacer el bien incluye la búsqueda y el seguimiento de la paz (1 Pedro 3:11). No se trata de una actitud pasiva: significa hacer todo lo posible por evitar la guerra y buscar la paz. Esta vocación de paz ha inducido a la Alianza Reformada Mundial a hacer un llamamiento a los dirigentes mundiales para que abandonen el camino de la guerra, busquen la paz y la sigan. Esta misma vocación indujo a la Alianza Reformada Mundial a enviar una delegación a Iraq para expresar solidaridad a nuestros hermanos y hermanas en Iraq. Nos preocupan los niños, las niñas, los jóvenes, las mujeres y los hombres de Iraq - los musulmanes, los cristianos y los creyentes de otras religiones que viven en Iraq. Nuestra fe nos exhorta a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. La guerra que están impulsando el Sr. Bush y el Sr. Blair no es ciertamente la de una religión contra otra. En solidaridad con el pueblo de Iraq, oramos por que se eviten la guerra y sus sufrimientos. Nuestro llamamiento Hacemos un llamamiento a nuestras iglesias miembros, y a los cristianos de todas las partes del mundo, para que oren constantemente y se opongan a la guerra. Oramos por el pueblo de Iraq, por todos los dirigentes que toman decisiones hoy para que escuchen atentamente el llamamiento de Dios y los clamores del pueblo de Iraq, y que opten por la vida y no por la muerte. Hacemos un llamamiento a las Naciones Unidas - especialmente a las quince naciones representadas en el Consejo de Seguridad - para que hagan prevalecer las exigencias del derecho internacional, el compromiso perdurable de las Naciones Unidas de optar por soluciones pacíficas, y el valor de la vida sobre sus intereses nacionales egoístas. Hacemos un llamamiento a los gobiernos de los Estados Unidos de América y del Reino Unido para que se aparten del camino de la destrucción y la muerte. "Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios." * La Alianza Reformada Mundial (ARM) agrupa a más de 75 millones de cristianos de más de 100 países de todo el mundo. Es una comunidad de más de 200 iglesias congregacionalistas, presbiterianas, reformadas y unidas que tiene sus raíces en la Reforma del siglo XVI encabezada por Juan Calvino, John Knox y otros.
https://www.alainet.org/es/articulo/107006
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