Pobladores definen estrategias

17/10/2001
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Con la participación de 600 delegados de once países latinoaméricanos, representando a pobladores de barrios populares, organizaciones sociales, además de técnicos y autoridades gubernamentales, del 1 al 6 de octubre se realizó en Montevideo el Seminario Internacional: "Producción Social del Hábitat y Neoliberalismo: el capital de la gente versus la miseria del capital", donde se adoptó la "Declaración de Montevideo" que dice así: En las últimas décadas los pobladores y técnicos comprometidos del continente hemos edificado millones de metros cuadrados de ciudad, hemos extendido las redes de servicio comunitario y los equipamientos colectivos. Nos hemos ocupado de que nuestros lugares sean seguros y sanos y -en la medida de nuestras posibilidades- transformamos la árida tierra en afable morada. Hemos ido construyendo la Vida en los territorios urbanos, con nuestros saberes, culturas y viejas memorias a cuestas. Hemos ido acumulando generaciones de manos callosas y prestas a la pelea en la defensa de nuestro lugar en el mundo. También hemos sabido mirarnos y reconocernos, poner nuestra mirada sobre el resto del mundo para que cada vez sea menos ancho y menos ajeno. Sin embargo para nuestros gobiernos no pasamos de ser una estadística, una prebenda electoral, una atención clientelar o simplemente los pobretones, pelones, lixo da periferia, guasos, rotos, rostros sin nombre, indocumentados que pueden pasar del festín electoral al desalojo violento sin etapas intermedias. La expansiva onda neoliberal va arrastrando a su paso la acumulación de años de trabajo de nuestra gente. El mercado transformado en amo y señor del universo determina las reglas de juego, violentando toda referencia a la cultura, la historia y lo que de particular puedan tener nuestros pueblos. El Imperio sigue siendo el imperio. Las incipientes articulaciones regionales son absorbidas por la voracidad del ALCA. Las venas continúan abiertas drenando nuestras riquezas hacia las metrópolis, empobreciendo nuestros pueblos hasta niveles que nunca hubiéramos pensado. Cada día mueren cuatro mil niños en nuestro continente, tres de cuatro familias no tienen empleo o se encuentran a punto de peder el que tienen. Al caer la última campanada en la medianoche de esta jornada se habrán contabilizado unos veinte mil desalojos, gente en la calle, para morir de frío, hambre, o simplemente muerte sin rótulos, bajo las narices cómplices de los gobiernos cipayos. Hoy el mundo occidental y poco cristiano se apresta a la guerra, se celebran los ritos de combate y se afilan las bayonetas. Un poco más atrás de las cámaras de la CNN, los traficantes de armas cuentan las ganancias por minuto. Es una pena que este despliegue no se realizara durante los genocidios de los Videlas, los Pinochets, Stroessner, la infamia secular del Plan Cóndor. Debajo de otras ruinas, nosotros también hemos perdido a muchos de nuestros hermanos, y los seguimos buscando -sin equipos sofisticados- simplemente con un pañuelo blanco en la cabeza cana. Los Pobladores y técnicos aquí reunidos celebramos nuestro encuentro en la Esperanza. Nos celebramos en el compromiso de ratificar el rol del Estado nacional como articulador de las políticas y las decisiones sobre las necesidades de la gente. Nos negamos a la expropiación compulsiva de los apetitos privatizadores. Reclamamos atención prioritaria en la provisión de factores sustanciales a la vida, como la salud, la educación y la vivienda. Subrayamos la instancia fundamental del Trabajo, como dador de vida y dignidad, como elemento dinamizador de las economías y eje insustituible para el justo reparto de la riqueza. Los Pobladores reunidos en Montevideo, redescubrimos nuestra capacidad de constructores y promoveremos una ejemplar consulta a través del Grupo de Trabajo sobre la producción social del hábitat. Dicho grupo articulado a través la Coalición Internacional del Hábitat y su oficina de México, propenderá en el corto plazo de los nuevos eventos a sistematizar las experiencias de nuestro continente y hacer más visible nuestra propuesta. En el próximo Foro Social Mundial de Porto Alegre haremos oír nuestra Voz, y nos reuniremos nuevamente para sacar las conclusiones. Para avanzar en el camino de la lucha debemos aprender de nuestras prácticas cotidianas. Para combatir la exclusión y la miseria debemos pasar a la ofensiva en el terreno estratégico y el plano ideológico. Para ello nos hemos propuesto desarrollar el instrumento de acción que es la SELVIP, fortaleciendo desde la base hasta las nuevas articulaciones que surjan. Hemos acordado la creación de una Escuela Internacional de Formación Ideológica que contribuirá de gran manera al desarrollo del proceso organizativo de los pobladores, habilitará un intenso intercambio de experiencias y nos permitirá pasar a la ofensiva en el plano de las ideas y la generación de sentido y cultura. Hoy concluimos una semana de trabajo duro y volvemos a nuestros puestos de lucha de cada día. Volvemos fortalecidos en el descubrimiento de nuevos horizontes y en la confirmación de nuestras certezas. La Historia no ha terminado, muy por el contrario las luchas de los trabajadores dentro y fuera de las fábricas y talleres, sigue alimentando los ciclos históricos y nosotros nos hemos asignado la responsabilidad de acumular y construir Poder Popular. Nos hemos propuesto la edificación de una nueva hegemonía con los trabajadores a la cabeza de un Bloque Popular Alternativo, que abra las alamedas de una sociedad mejor. Avancemos para derrotar la corrupción, la moral de utilería, el cinismo y el doble discurso. Seamos claros en el trazado de la estrategia y no nos dejemos engañar por los cantos de sirena que llaman a limar los filosos ángulos del capitalismo. Sólo una transformación radical del actual orden puede garantizar la convivencia solidaria y democrática, la constitución de una sociedad basada en los valores y el amor a la vida y la naturaleza. (...)
https://www.alainet.org/es/articulo/107208
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