Líderes evangélicos a los cristianos
22/04/2003
- Opinión
La Habana, 23 de abril de 2003.
A las iglesias, consejos de iglesias, líderes eclesiales,
organizaciones ecuménicas y no gubernamentales de inspiración
cristiana.
Hermanos y hermanas:
Como discípulos y discípulas de Jesucristo, cual caminantes
de Emaús, "las cosas que han sucedido" han avivado la
necesidad del acompañamiento de Aquel Tercer Peregrino que, a
partir de las Escrituras, "comenzando con Moisés y
continuando con los Profetas", ilumine nuestras mentes y
apasione nuestros corazones, en un renovado encuentro con la
comunidad de fe y con el pueblo en medio del cual Dios nos ha
colocado como Iglesia.
En las últimas semanas hemos visto con profundo dolor y
preocupación cómo el gobierno de los EE.UU. y su presidente,
sin tener en cuenta el reclamo abrumadoramente mayoritario de
la opinión pública internacional, de los líderes de muchas
iglesias, incluyendo la de su propia denominación, desoyendo
voces honestas de su propio pueblo, desconociendo a la
Organización de Naciones Unidas y las normas del derecho
internacional, desató una innecesaria guerra de exterminio y
ocupación en Iraq, que provocó angustias, sufrimientos y
muerte a miles de civiles. Lo verdaderamente preocupante es,
sobre todo, el comportamiento de EE.UU. como potencia
hegemónica, sin control ni límites algunos.
Por otro lado, hemos observado cómo la actual administración
norteamericana recrudece su hostilidad hacia Cuba al
incluirla en la lista de naciones que auspician el
terrorismo y al acusarla injustamente, hace sólo unos meses,
de estar fabricando armas biológicas. Todo esto nos preocupa.
Asimismo, en declaraciones recientes el embajador
estadounidense en República Dominicana, Hans Hertell
manifestó abiertamente que la intervención en Iraq es "una
señal muy positiva y es muy bueno el ejemplo para Cuba", al
tiempo que agregó que las acciones en el país árabe era solo
el comienzo de "una cruzada liberadora que abarcaría a todos
los países del mundo, incluido Cuba". Mas aún, el Secretario
de Defensa de ese propio país, respondiendo a la pregunta si
habría una guerra contra Cuba, dijo: "Por ahora, no". Los
grupos de la extrema derecha radicados en Miami están
pidiendo a la Administración Bush un bloqueo naval al mismo
tiempo que salen a las calles de esa ciudad con la consigna:
"Iraq ahora, Cuba después".
Todo esto, sumado a los sucesos de los últimos días,
secuestro de dos aviones, de un barco y otros intentos
fallidos, junto a las actividades del Jefe de la Oficina de
Intereses de EE.UU. en La Habana alentando a grupos que
reciben financiamiento, apoyo y protección del gobierno
norteamericano, organizando personalmente partidos políticos
de oposición, dan razones para suponer que se está
articulando un clima de opinión, a través de los medios de
comunicación y de la propaganda de los grupos de extrema
derecha en EE.UU., favorable a una agresión directa a Cuba,
aplicando la misma política de "golpe preventivo" y de acción
para "un cambio de régimen" que es realmente lo que han hecho
en Iraq.
Creemos que nos encontramos en un momento de grave amenaza
para la seguridad e integridad de nuestra nación. Creemos
también que lo que se gesta es buscar pretextos para desatar
otra guerra de agresión. Ante nuestros ojos se despliega una
política de guerra no declarada, de reforzamiento del
bloqueo, de subversión y de provocaciones, de instigación a
actos terroristas y de estimulación a la emigración ilegal
masiva con vista a crear condiciones favorables para la
intervención militar.
Nosotros como Iglesia no sólo tenemos la responsabilidad de
velar por nuestras congregaciones y feligreses, sino también
la de cumplimentar la misión a la que Dios nos ha llamado en
nuestra Patria. Tratamos de actuar, como Iglesia de
Jesucristo, con sentido de responsabilidad y discernimiento,
acompañando pastoralmente al pueblo del que formamos parte y
con el que compartimos estos tiempos difíciles.
Nos empeñamos en ejercer nuestra misión evangelizadora y
profética criticando todo lo que a nuestro juicio está mal
hecho, de modo que podamos contribuir al mejoramiento de
nuestra sociedad. Lo hemos hecho también en esta ocasión,
utilizando los espacios de diálogo con nuestro pueblo y
nuestras autoridades, que siempre han estado abiertos a
nosotros y no sólo a las iglesias cubanas, sino también a los
hermanos y hermanas de todo el mundo que nos han acompañado
durante estos años.
Asimismo como parte intrínseca de esa misma misión
evangelizadora y profética, intentamos dar testimonio de las
señales del Reino entre nosotros, de la vida y de la
esperanza en Jesucristo, que en primera instancia, consiste y
consistirá siempre en defender y proclamar la Verdad y la
Justicia.
Lamentamos profundamente los actos de violencia de las
últimas semanas y sentimos, en el amor de Cristo, compasión
por los numerosos detenidos y condenados y por sus
familiares. Estamos dispuestos, como lo hacemos con otras
personas que están en la cárcel, a dar consuelo espiritual
como imperativo evangélico.
También las Sagradas Escrituras nos llaman a la comprensión
pastoral y profética de quienes nos gobiernan y velan por los
destinos de nuestro país, que en lo peligroso y dramático de
la situación han aplicado severamente las leyes vigentes.
Casi coincidentemente a los procesos judiciales seguidos a
personas acusadas de actividades al servicio de una potencia
extranjera y vinculadas a la Oficina de Intereses de EE.UU.
en La Habana, se juzgó a los secuestradores de un barco de
pasajeros, tres de los cuáles fueron condenados a muerte.
Algunos poderosos medios de prensa internacionales no han
diferenciado adecuadamente la naturaleza que distingue a
ambos sucesos, originando confusión en no pocas personas. Es
de apego a la verdad establecer que se trata de delitos de
distinto carácter que han recibido tratamiento judicial y
sanciones diferentes.
Rechazamos la pena de muerte y lamentamos profundamente que
al aplicarse se haya roto la moratoria que en la práctica el
gobierno cubano mantenía; así lo hemos expresado a las
autoridades. Nos identificamos con el dolor de los
familiares. La vida es un don de Dios y nadie tiene derecho a
quitarla.
Reconocemos la extrema gravedad de los delitos de piratería y
terrorismo, sobre todo para los niños, mujeres, ancianos y
enfermos víctimas de los secuestros y las implicaciones de
estos en la coyuntura en que se realizaron.
Queridos hermanos y hermanas, vivimos tiempos sumamente
peligrosos. Debemos, todos los que amamos la Vida, la Paz y
la Justicia, actuar con sabiduría y amor para intentar evitar
los desastres que nos acechan.
Nuestro sentido de responsabilidad nos impide sumarnos a la
campaña de algunos medios masivos de comunicación la cual
responde a las intenciones de la potencia que quiere dominar
al mundo. Es en esencia, una sinfonía de guerra. La
sabiduría evangélica que exigen los tiempos presentes, nos
llevan a reconocer que las transnacionales de la información
que han convertido en guerra santa lo que es un genocidio;
que se han empeñado en escondernos las consecuencias reales y
dramáticas de la guerra contra el pueblo iraquí; que jamás se
hacen eco de los reclamos de las personas e instituciones de
buena voluntad, incluido el generalizado rechazo a la guerra,
ahora juntan despiadadamente declaraciones de todos aquellos
que honestamente o no han vertido su opinión sobre los
recientes sucesos en Cuba, para alimentar un clima de opinión
favorable a sus intereses y que niegan el Dios de Paz que
confesamos.
Desde nuestra realidad cubana, y como cristianos y cristianas
que intentamos cada día proclamar y vivir el Evangelio de
Jesucristo en nuestro país y en medio de nuestro pueblo,
llamamos a todas nuestras hermanas y todos nuestros hermanos
en el mundo, a la reflexión pastoral y discernimiento del
Espíritu sobre los peligros que acechan al pueblo cubano, a
que continúen acompañándonos con su comprensión y sus
oraciones y a realizar un esfuerzo común para alertar al
gobierno de Estados Unidos de las consecuencias
imprevisibles de una agresión a nuestro país. Estamos
dispuestos a recibirlos en nuestras congregaciones,
reflexionar bíblica y teológicamente juntos y juntas bajo la
dirección del Espíritu Santo, y a la luz de "las cosas que
han sucedido entre nosotros".
¡Oremos y trabajemos juntos y juntas por la Paz!
Dr. Reinerio Arce-Valentín, Presidente del Consejo de
Iglesias de Cuba (CIC).
Lic. María Yi Reina, Primera Vicepresidenta del CIC.
Rev. Obed Martínez , Vicepresidente del CIC.
Lic. Rhode González Zorrilla, Vicepresidenta del CIC.
Pbro. Pedro Jiménez Celorio, Vicepresidente del CIC
Rev. Miguel Marcial Hernández, Secretario Ejecutivo del CIC
Rev. Esther Quintero Labrada, Secretaria de Actas y Organización del CIC.
Rev. Pedro Mayor, Tesorero del CIC
Pbro. Orestes González Cruz, Presidente de Honor del Consejo de Iglesias de Cuba, Vice Moderador del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba
Honorable Canónigo Oden Marichal Rodríguez, Pasado Presidente del CIC y Rector de la Parroquia Episcopal Fieles a Jesús.
Rev. Dr. Pedro Triana, Director del Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba.
Rev. Raúl Suárez Ramos, Director del Centro Memorial Martin Luther King Jr.
Pbra. Dora Arce Valentín, Moderadora del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba.
Pbra. Dra. Ofelia Ortega Suárez, pastora de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba.
Muy Rev. Juan Ramón de la Paz, Dean de la Catedral Episcopal Santísima Trinidad.
Rev. Raimundo García Franco, Director del Centro Cristiano de Reflexión y Dialogo.
Rev. Estela Hernández Márquez, pastora de la Iglesia Bautista "William Carey" y Directora del Centro "Juan Francisco Naranjo", Directora Brigada Frank País.
Dr. Sergio Arce Martínez, pastor retirado de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, profesor emérito del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas.
Pbro. Carlos M. Piedra López, Director del Centro de Información Ecuménica "Augusto Cotto"
Rev. Nerva Cot, Canóniga de la Catedral Episcopal
Ing. Joel Suárez Rodes, Coordinador General Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr.
Rev. Erelio Martínez García, Vicepresidente Iglesia Cristiana Reformada en Cuba.
Lic. Rhode Tabares Espinosa, Presidenta Nacional del Movimiento Estudiantil Cristiano.
Lic. María Yi Reina, Primera Vicepresidenta del CIC.
Rev. Obed Martínez , Vicepresidente del CIC.
Lic. Rhode González Zorrilla, Vicepresidenta del CIC.
Pbro. Pedro Jiménez Celorio, Vicepresidente del CIC
Rev. Miguel Marcial Hernández, Secretario Ejecutivo del CIC
Rev. Esther Quintero Labrada, Secretaria de Actas y Organización del CIC.
Rev. Pedro Mayor, Tesorero del CIC
Pbro. Orestes González Cruz, Presidente de Honor del Consejo de Iglesias de Cuba, Vice Moderador del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba
Honorable Canónigo Oden Marichal Rodríguez, Pasado Presidente del CIC y Rector de la Parroquia Episcopal Fieles a Jesús.
Rev. Dr. Pedro Triana, Director del Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba.
Rev. Raúl Suárez Ramos, Director del Centro Memorial Martin Luther King Jr.
Pbra. Dora Arce Valentín, Moderadora del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba.
Pbra. Dra. Ofelia Ortega Suárez, pastora de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba.
Muy Rev. Juan Ramón de la Paz, Dean de la Catedral Episcopal Santísima Trinidad.
Rev. Raimundo García Franco, Director del Centro Cristiano de Reflexión y Dialogo.
Rev. Estela Hernández Márquez, pastora de la Iglesia Bautista "William Carey" y Directora del Centro "Juan Francisco Naranjo", Directora Brigada Frank País.
Dr. Sergio Arce Martínez, pastor retirado de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, profesor emérito del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas.
Pbro. Carlos M. Piedra López, Director del Centro de Información Ecuménica "Augusto Cotto"
Rev. Nerva Cot, Canóniga de la Catedral Episcopal
Ing. Joel Suárez Rodes, Coordinador General Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr.
Rev. Erelio Martínez García, Vicepresidente Iglesia Cristiana Reformada en Cuba.
Lic. Rhode Tabares Espinosa, Presidenta Nacional del Movimiento Estudiantil Cristiano.
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