Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) - Consejo Mundial de
Iglesias (CMI): Consulta Latinoamericana sobre Fe, Economía y
Sociedad "Globalizar la vida plena"
CARTA DE LA CONSULTA
En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz
brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.
Evangelio Según San Juan 1,5
A las iglesias de los Estados Unidos, Canadá y Europa
Apreciados hermanos y apreciadas hermanas:
¡Paz y bien!
Delegados y representantes de las iglesias latinoamericanas y
caribeñas hemos estado reunidos en la ciudad de Buenos Aires,
República Argentina, del 28 de Abril al 1º de Mayo. Convocados por
el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y el Consejo Mundial
de Iglesias (CMI), reflexionamos juntos y juntas frente al enorme
desafío que nos plantea la actual situación impuesta por una
globalización que nos ha traído más conflictos que soluciones. Con
la ayuda de especialistas y animados por profundas y motivadoras
celebraciones litúrgicas, hemos trabajado sobre los desafíos que
plantea a nuestra fe y a la pastoral de nuestras iglesias la
problemática de la riqueza y la pobreza, el enorme y fraudulento
endeudamiento externo de nuestras economías y las expectativas que
abren los acuerdos de cooperación económica, entre otros.
Compartiendo con hermanos y hermanas provenientes de vuestros países
que nos han acompañado a lo largo de todas las jornadas, tomamos
conocimiento sobre vuestro compromiso en favor de la paz y la
justicia. Compromiso especialmente reafirmado en la clara posición
que la mayoría de ustedes han adoptado recientemente contra la
invasión al pueblo iraquí por fuerzas militares aliadas. Este hecho
nos hermana en la búsqueda de una globalización que se deje inspirar
por el sueño de la solidaridad entre nuestros pueblos que nuestras
iglesias promueven y aspiran, más que por la fuerza de la
fragmentación e idolatría que los actuales intentos globalizadores
imponen a débiles y empobrecidos pueblos mediante la militarización
de los conflictos sociales, políticos y económicos de nuestro
tiempo.
Por lo dicho, entonces, queremos llegar hasta ustedes con nuestro
reconocimiento por vuestro decidido y claro testimonio en favor de
la vida. A ello unimos nuestras voces en la búsqueda de globalizar
la vida plena que nos fuera prometida en nuestro común Señor
Jesucristo y anunciada en su resurrección que, en común y con
particular intensidad, celebramos en estas semanas.
Soli gloria Deo!
Buenos Aires, 30 de Abril de 2003.