Acceso a recursos productivos en el marco de una política de desarrollo rural y una estrategia de reducción de la pobreza
08/05/2003
- Opinión
Hace quince meses el Grupo Consultivo se reunió en Washington
donde resolvió que dos de los nueve compromisos adquiridos
fueron dedicados a solucionar urgentemente la problemática
agraria y rural del país.
Hoy concluimos que poco se ha avanzado y, en cambio, la
situación se ha agravado como resultado de la crisis política
y económica. Por un lado, la sociedad guatemalteca no
encuentra los caminos necesarios e ineludibles para
reestructurar al Estado tampoco se aborde un modelo de
desarrollo integral de la economía, la pobreza y la
desigualdad.
Esta compleja situación, lejos de encontrar cauce en el marco
de los Acuerdos de Paz, se agudizó como producto del
secuestro del Estado por los poderes fácticos y tradicionales
que no quieren la democracia, la justicia y la paz.
En el caso de los derechos humanos manifestamos:
- El deterioro expresado por medio de amenazas,
intimidaciones y asesinatos a dirigentes de distintos
sectores sociales.
- La remilitarización mediante la reorganización de las
Patrullas de Autodefensa Civil y aumento de la presencia
del Ejército en la seguridad interna y civil.
- El fortalecimiento de la impunidad evidenciada por la
falta de justicia en los casos de Monseñor Gerardi y Myrna
Mack.
En el caso de la situación agraria, las comunidades rurales
hoy se ven amenazadas por la pobreza que ha llegado a sus
límites máximos, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria,
la resolución de conflictos ancestrales y aumentado la
confrontación ante la impunidad laboral.
De lo anterior se constata:
1. La agudización de la conflictividad agraria y laboral. Se
estima que en la región de las Verapaces existen cerca de 75
conflictos. Veintiséis son ocupaciones de fincas por
problemas laborales (retención de salarios y prestaciones
laborales). En San Marcos y Quetzaltenango se reportan cerca
de 30 casos de conflictos por acceso a la tierra y laborales.
Además, en Izabal se registraron asesinatos de dirigentes
campesinos del Comité de Unidad Campesina.
2. El deterioro de las condiciones económicas y sociales de
miles de trabajadores, micro y pequeños productores
vinculados a la caficultura. Según la FAO, por la crisis del
café han desaparecido entre 60 mil y 90 mil puestos de
empleos. En las fincas de café se paga un 30% por debajo de
lo establecido por la ley. Además, se registró un 50% menos
de ingresos que el año anterior. La población más afectada es
la de familias rurales, ex trabajadores de las fincas y del
altiplano.
3. En Guatemala la crisis del café evidencia la estructura
agraria latiminifundista agroexportadora de productos
primarios que carece de mecanismos para reducir la dramática
situación de pobreza rural y no garantiza los derechos
económicos, sociales y culturales de las mayorías.
4. La población afectada por la crisis del café combina
varios mecanismos:
-Trabajar más (migra a las ciudades, México, USA, y cambia
sus ocupaciones)
-Reducir el gasto
-Liquidar activos (descapitalización)
-Utilizar el capital natural
A seis años de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera,
la institucionalidad creada para empujar las reformas
socioeconómicas, específicamente las demandas de acceso a la
tierra, de políticas públicas de desarrollo rural y
resolución de conflictos, se muestra endeble e incapaz de
reducir las tendencias crecientes de conflictividad en el
agro del país:
- El Fondo de Tierras, en los cuatro años de su
funcionamiento, sólo ha respondido a un 5% de las
demandas, a causa de su presupuesto limitado, la no
existencia de un mercado de tierras, el sobre precio de
tierras y anomalías en la administración, entre otras
debilidades.
- La administración actual ha propiciado inestabilidad y
discrecionalidad en el manejo de la mínima
institucionalidad existente. Por ejemplo, la Unidad
Presidencial de Resolución de Conflictos (UPRECO) sólo ha
resuelto conflictos puntuales y no los de trascendencia
nacional.
- El anteproyecto de Ley de Catastro se encuentra entre el
Ejecutivo y el Congreso y se afirma que contiene
alteraciones significativas a su propuesta original. Sería
grave que se traslade un anteproyecto que cercene el
carácter público de un Sistema Nacional de registro y
catastro, y establezca una institución no acorde a la
complejidad de la propiedad y seguridad jurídica en
Guatemala. Su aprobación es urgente, pero debe responder a
los contenidos consensuados por la sociedad civil. El
Estado ha mostrado su falta de compromiso con el catastro
al no asignar fondos para que se realicen los proyectos
pilotos.
Tanto la CNOC como la Plataforma Agraria, en el marco de la
Emergencia Agraria, vienen realizando una serie de
diligencias para que el Estado aborde la conflictividad desde
un enfoque integrador. En tanto, el sector privado, junto con
las instituciones de Gobierno, ha propiciado la penalización
de la conflictividad, eludiendo la responsabilidad del Estado
de construir un andamiaje jurídico y constitucional que
garantice los derechos humanos, según los convenios
internacionales, los Acuerdos de Paz y la Constitución
nacional.
La CNOC y la Plataforma Agraria creemos que es URGENTE
evaluar profundamente la implementación de los Acuerdos de
Paz en materia agraria y rural. No se puede avanzar en la
discusión de la agenda agraria y rural, si no hay una
revisión profunda sobre su cumplimiento.
Como sociedad civil se tiene hoy la expectativa de discutir
la política de desarrollo rural, por medio de la convocatoria
que hace OEA-PNUD y el Gobierno. Para CNOC y Plataforma
Agraria la política de desarrollo rural pasa por re-definir
la política agraria y articularla con la política económica y
social. Es decir, hacer un enlace entre el corto y largo
plazo, lo que significa responder al hambre, desempleo y
conflictividad.
CNOC y Plataforma Agraria consideran inapropiado e
inconsistente que caminen de forma paralela y desarticulada
la estrategia de erradicación de la pobreza, las
negociaciones comerciales, acuerdos regionales, los fondos
sociales y la política de desarrollo rural.
Por lo anterior, un aspecto crucial a resolver es la
participación diversa y plural, el uso de mecanismos que
aseguren el equilibrio en el ejercicio del poder y una
conducción política que trasciendan las iniciativas de los
gobiernos.
EN CONCLUSIÓN, CNOC Y PLATAFORMA AGRARIA SOLICITAN AL GRUPO
CONSULTIVO
1. Condicionar al actual y futuros Gobiernos la asignación de
fondos y apoyo a proyectos de financiamiento, para que se
sujeten a la problemática rural y agraria del país, esto
implica:
1.1. Una política de acceso a tierra que trascienda los
mecanismos de mercado y se atienda a los Acuerdos de
Paz y propuestas vigentes en las realidades
latinoamericanas.
1.2. El acceso a la tierra debe acompañarse con
políticas y programas para asegurar el acceso a otros
recursos productivos y enmarcarse en una política
integral de desarrollo rural.
1.3. Hacer una revisión cualitativa de la incipiente
institucionalidad derivada de los Acuerdos de Paz,
asumiendo los errores y vacíos para construir una
institucionalidad que brinde acceso al desarrollo
social de las comunidades rurales.
1.4. Cumplir con los compromisos de la Reforma
Cafetalera y del Plan de Atención Social a la crisis
del café, para dar solución inmediata a la situación de
hambre, desnutrición, pobreza e iniciar el cambio del
modelo económico vigente.
1.5. CNOC y Plataforma Agraria respaldan la creación de
la Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y
Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS), para el
combate a la impunidad. Asimismo, respaldamos las
demandas de la Coordinadora de Organizaciones Sociales
con relación al cumplimiento en espíritu y letra de los
Acuerdos de Paz.
https://www.alainet.org/es/articulo/107514