La corrupción del Estado y de la sociedad
09/05/2003
- Opinión
Un análisis político de la situación de los derechos humanos
Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en los Estados Unidos
(GHRC/USA)
Fundación para los Derechos Humanos de Guatemala (FHRG)
Oficina de Nueva York de la Fundación Rigoberta Menchú Tum Red por
la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)
Carta a los participantes en el grupo consultivo de donantes al
Proceso de Paz de Guatemala
Guatemala, 10 de mayo de 2003
Distinguidos Delegados:
En nombre de la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en los
Estados Unidos (GHRC/USA), con sede en Washington DC, la Fundación
para los Derechos Humanos en Guatemala (FHRG), con sede en
Chicago, la Oficina de Nueva York de la Fundación Rigoberta Menchú
Tum y la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), una
red de guatemaltecos y amigos de Guatemala en el Canadá, México y
los Estados Unidos, tenemos el gusto de dirigirnos a ustedes con
relación a la próxima reunión del Grupo Consultivo de Donantes al
proceso de paz de Guatemala. El propósito de esta carta es
someter a su consideración el documento titulado "Guatemala: La
corrupción del Estado y de la sociedad. Un análisis político de
la situación de los derechos humanos", en español e ingles, que
las cuatro organizaciones arriba mencionadas hemos preparado
conjuntamente.
Aunque el documento que presentamos se centra particularmente en
la situación de los derechos humanos, también destacamos las
consecuencias de la situación política sobre dos cuestiones de
interés para el Grupo de Donantes al proceso de paz de Guatemala:
la necesidad de controlar la violencia y las violaciones de los
derechos humanos; y la necesidad de reactivar el proceso de
aplicación de los Acuerdos de Paz. Con independencia de todas las
excusas y justificaciones que el Gobierno de Guatemala pueda
presentar en la próxima reunión, el hecho es que el Presidente
Portillo y el Estado de Guatemala, en su totalidad, han tenido un
paupérrimo desempeño con relación a estas cuestiones esenciales.
Debido a este hecho, y pese al documento que el Gobierno de
Guatemala ha circulado --"January 2000-February 2003. Advances
and Perspectives of the National Agenda"-- el proceso de paz no
muestra ningún progreso significativo y la situación de los
derechos humanos sigue en retroceso. De manera particular,
llamamos su atención a la Sección V de nuestro documento, en donde
presentamos algunas conclusiones y proponemos recomendaciones
específicas.
Instamos a la comunidad internacional a ejercer presiones firmes
sobre el Gobierno de Guatemala, así como a enviar un mensaje claro
de apoyo a la sociedad civil de Guatemala. Luego de casi 7 años
de gozar del apoyo irrestricto de parte de los donantes y de la
comunidad internacional en su conjunto, los dos gobiernos que han
dirigido los destinos de Guatemala desde 1996 no han respondido de
forma adecuada ni a la confianza desde el exterior ni a las
expectativas de la población guatemalteca. La paz está nuevamente
en riesgo en Guatemala y la comunidad internacional debe
desempeñar una vez más un papel muy importante en el país.
Agradecemos su amable atención y quedamos a la espera de su
respuesta a nuestro documento.
Atentamente,
Phil Anderson, GHRC/USA, Washington DC
David Lindstrom, FHRG, Chicago
Raúl Molina-Mejía, Oficina de Nueva York, Fundación Rigoberta
Menchú Tum
Carlos Gómez, RPDG, Canadá, Estados Unidos y México
****
Guatemala: la corrupción del Estado y de la sociedad
Un análisis político de la situación de los derechos humanos
Mayo de 2003
Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en los Estados Unidos
(GHRC/USA)
Fundación para los Derechos Humanos de Guatemala (FHRG)
Oficina de Nueva York de la Fundación Rigoberta Menchú Tum Red por
la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)
I. Presentación
Este es un análisis político de la situación de los derechos
humanos en Guatemala, que cubre algunos acontecimientos de 2002 y
las percepciones sobre los mismos, así como los hechos más
significativos de la primera parte de 2003*. Presentan este
documento la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en los
Estados Unidos, con sede en Washington DC, la Fundación de
Derechos Humanos en Guatemala, con sede en Chicago, la Oficina de
Nueva York de la Fundación Rigoberta Menchú Tum y la Red por la
Paz y el Desarrollo de Guatemala. Las cuatro organizaciones han
venido aumentando sus esfuerzos por defender los derechos humanos
en Guatemala, teniendo en cuenta que durante los últimos tres años
la violencia generalizada y las violaciones de los derechos
humanos se han incrementado. Para nosotros, es evidente que el
gobierno actual del Frente Republicano Guatemalteco (FRG),
presidido por Alfonso Portillo, no solamente ha demostrado su
incapacidad de brindar seguridad a sus ciudadanos, sino carece
también de la voluntad de ejercer control sobre la delincuencia
común y política.
El propósito principal de este análisis es alertar a la comunidad
internacional acerca de la situación de los derechos humanos que
rápidamente sufre retrocesos. Subrayamos el hecho de que éste es
un análisis de las causas esenciales de la violencia y de las
violaciones de los derechos humanos que han ocurrido durante 2002
y los primeros meses de 2003; no es, en esencia, un "informe" de
la situación de los derechos humanos. Este documento se
presentará ante el Grupo Consultivo de los donantes que
contribuyen al proceso de ejecución de los Acuerdos de Paz. Este
grupo se reunirá en Guatemala, a principios de mayo de 2003, para
evaluar el cumplimiento por parte del Gobierno de las exigencias
que se le presentaron el año pasado con relación a la aplicación
de medidas urgentes para cumplir plena y prontamente con los
Acuerdos de Paz, así como respetar plenamente los derechos humanos
y las libertades fundamentales. El documento también se
presentará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el
sistema de las Naciones Unidas, incluyendo las instituciones
financieras, las organizaciones internacionales de derechos
humanos, otras organizaciones internacionales y regionales,
organizaciones de iglesia, fundaciones y ONG.
Este análisis se centra en la violencia con motivaciones
políticas, que es apenas la punta del iceberg conr respecto a
todas las violaciones de derechos humanos que siguen ocurriendo en
Guatemala. Hay irrespeto de la situación de los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales, y la situación de
los derechos colectivos, tales como los derechos de la niñez, de
las mujeres y de los pueblos indígenas, es aún peor. De hecho,
Guatemala debería convertirse en el foco de atención de los
relatores temáticos y los grupos de trabajo de las Naciones
Unidas, que deberían aprovechar la invitación permanente del
estado de Guatemala de vigilar constantemente la situación.
Estamos convencidos de que al permitirse que la violencia, las
acciones represivas ilícitas y violaciones graves de los derechos
humanos continúen en Guatemala solamente puede llevar a la
reactivación de los conflictos internos y al final del proceso de
consolidación de la paz.
Para nosotros, la aplicación de los Acuerdos de Paz o la falta de
aplicación de los mismos tiene consecuencias, en cualquiera de los
casos, con respecto a la situación de los derechos humanos. Por
ejemplo, si no se desmilitarizan el estado y la sociedad como lo
establecen los Acuerdos de Paz, las fuerzas armadas reforzarán su
posición, aumentando su poder y conservando su impunidad. Si no
se atienden los problemas de tierra en forma apropiada, los
campesinos y los pobladores seguirán ocupando tierras ociosas,
solamente para ser expulsados por la fuerza, reprimidos y
perseguidos por los terratenientes y la fuerzas de seguridad. Si
no se ejecutan programas sociales, con el objetivo de paliar los
efectos de la aplicación de las políticas neoliberales, los
sindicatos seguirán recurriendo a la huelga y a las medidas de
confrontación para buscar algunas condiciones esenciales y normas
laborales mínimas.
Aun más, la profundización de la pobreza llevará a niveles mayores
de delincuencia común, lo cual a su vez producirá mayor represión
estatal. De seguir ausente el respeto por la identidad y los
derechos de los pueblos indígenas, la población mayoritaria
indígena (70%, según las organizaciones indígenas) seguirán
percibiendo que viven en un apartheid de hecho y lucharán contra
el mismo con todos los medios. Según el Informe de Desarrollo
Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), Guatemala ha caído de la posición 117 en la lista, en el
año 1999, a la posición 120, en 2002. Debemos recordar que el
conflicto armado interno de 36 años de duración, que terminó en
1996, fue la respuesta a la represión, la opresión, la
discriminación y la explotación, cuatro condiciones que están
todavia por erradicarse de la Guatemala de hoy.
II. La situación en materia de derechos humanos en 2002
2.1 El frente de batalla en el ámbito de los derechos humanos en
2002 y 2003
Los científicos políticos han reconocido ampliamente que la
violencia de origen político aparece en una sociedad cuando
ciertos sectores poderosos tratan de detener los movimientos
sociales y/o políticos que amenazan sus privilegios. Se utilizan
a la intimidación y el miedo como herramientas de control para
demostrar la vulnerabilidad de la gente común mediante una
combinación de amenazas, hostigamiento y ataques. Al comienzo los
ataques son selectivos, perfectamente elegidos de acuerdo con las
repercusiones que pueden tener en la sociedad, y luego, si los
sectores poderosos se sienten verdaderamente amenazados, comienzan
los ataques masivos. Guatemala esta atravesando nuevamente la
primera etapa, pero el número de víctimas y las características de
las acciones revelan un nivel de violencia cada vez mayor que
puede pronto quedar fuera de control.
Por ese motivo, es importante reconocer cual es hoy el frente de
batalla en Guatemala. Creemos que los problemas más apremiantes
que provocan los sectores violentos son los siguientes: el pedido
de impunidad en los casos de violaciones de derechos humanos que
ocurrieron en el pasado; el pedido de impunidad para la actual
violencia; los problemas relacionados con las tierras y los
recursos naturales; y las acciones de "depuración social" contra
los sectores vulnerables de la sociedad.
2.1.1 Impunidad de los crímenes cometidos durante el conflicto
armado interno
Los responsables de más de 200.000 muertes en Guatemala entre los
años 1960 y 1996, entre ellos 45.000 "detenidos-desaparecidos", no
han logrado protegerse a sí mismos al amparo de una amnistía. Los
Acuerdos de Paz no contemplan ninguna amnistía ni perdon, y ni
siquiera la Ley Nacional de Reconciliación, que fue promulgada en
1997 por el Congreso, prevé el perdón o el "olvido". A pesar de
que el FRG domina el Congreso desde el año 2000, hasta ahora no se
ha propuesto aprobar ley de amnistía alguna. En este sentido, la
única manera en que los responsables de anteriores violaciones
graves y sistemáticas de los derechos humanos pueden lograr la
impunidad es hacer que quienes se atreven a exigir justicia queden
envueltos en un clima de intimidación y temor. Como se expresa en
un artículo sobre la impunidad de 1999: "Si el pueblo cree que no
puede haber justicia, se resigna a las realidades políticas, se
adaptan y se ajustan con el fin de sobrevivir" (The Struggle
agaisnt Impunity in Guatemala, Raúl Molina Mejía, en Justicia
Social, Vol.26, N°4, (1999) sobre la Impunidad en América Latina)
Todos los esfuerzos por exigir verdad y justicia con relación al
genocidio y las amplias violaciones de los derechos humanos que
tuvieron lugar durante el conflicto armado interno (1960-1996)
recibieron respuestas violentas. El signo más visible fue el
brutal asesinato de Monseñor Juan Gerardi el 26 de abril de 1998,
dos días después de presentar el informe de la Iglesia Católica
"Nunca Más", el primer informe exhaustivo sobre delitos motivados
por razones políticas durante ese período. Actualmente, todas las
organizaciones y las personas que intentan buscar la paz y la
justicia sufren constantemente amenazas, hostigamiento y ataques,
desde los antropólogos forenses que excavan tumbas colectivas en
busca de restos de personas asesinadas en masacres, hasta los
testigos y los fiscales en casos de violaciones graves de los
derechos humanos, incluidos los juicios por genocidio contra Ríos
Montt, Lucas García y otros tramitados en tribunales guatemaltecos
y extranjeros. Las fronteras no son una limitación, como
demuestra la experiencia de Barbara Boceck, un testigo de Amnesty
International en Guatemala, que denunció haber sufrido un ataque
violento en el estado de Washington, y Otoniel de la Roca, un
testigo clave en el caso de Jennifer Harbury contra el Estado de
Guatemala, que ha recibido reiteradas amenazas en su domicilio, en
los Estados Unidos.
Las organizaciones de derechos humanos, las cuales respaldan o
realizan actividades para aclarar las violaciones a los derechos
humanos del pasado, han estado trabajando en un clima de
intimidación. En el curso del año, la inmensa mayoría de las
organizaciones de derechos humanos sufrieron allanamientos de sus
sedes, sus archivos y sus computadoras fueron robados y todos sus
dirigentes recibieron amenazas de muerte. Los esfuerzos de Helen
Mack para obtener justicia por el asesinato de su hermana -la
antropóloga Myrna Mack, asesinada el 11 de septiembre de 1990- han
sufrido marcados altibajos, en que los buenos resultados quedan
anulados por crueles retrocesos. En el primer semestre de 2002,
los miembros de la Asociación de Antropología Forense de Guatemala
fueron obligados a exilarse. Entre las decenas de ataques contra
las organizaciones de derechos humanos se destacan dos casos: el
asesinato de Guillermo Ovalle de León, de la Fundación Rigoberta
Menchú Tum, por un escuadrón de la muerte en Guatemala el mediodía
del 29 de abril; y el caso de Álvaro Pop, un abogado y defensor de
los derechos indígenas, que en octubre fue secuestrado en Alta
Verpaz. Su cuerpo fue hallado en un pozo el 17 de diciembre de
2002.
2.1.2 Impunidad por los crímenes en el presente
La impunidad de las violaciones de los derechos humanos que
tuvieron lugar en el pasado se ha convertido en impunidad de los
actos de violencia que se cometen en la actualidad. La defensa de
quienes participaron en el asesinato de Gerardi ha sido intensa,
tanto desde el punto de vista jurídico como extrajurídico. Se
apeló la sentencia original que se dictó contra tres oficiales del
ejército y un sacerdote, lo que obligó al sistema judicial a
reabrir la causa y suscitó temores de que el fallo fuera anulado.
Queremos subrayar que se está atancando a todo el sistema
judicial, ya sea por medio de la violencia como de la infiltración
y la corrupción; cualquier reapertura de la causa tiene lugar en
condiciones aún más dificiles. Muchos jueces han sido asesinados,
atacados, amenazados u obligados a exilarse. Muchos testigos en
causas importantes han buscado refugio en los Estados Unidos o en
el Canadá o ya han muerto, asesinados a veces en motines
carcelarios. En febrero pasado, hubo un motín en la prisión más
importante de la ciudad de Guatemala, con el resultado de que
cinco personas fueron decapitadas, entre ellas, el Sr. Obdulio
Villanueva. Éste había sido declarado culpable de participación
en el asesinato del Obispo Gerardi, e insinuó que tenía pruebas
contra personas que seguían prófugas. Los fiscales, así como las
víctimas y sus familares, a menudo viven en un clima de miedo
constante, ya que son víctimas de amenazas y hostigamiento, y
debido a que ni el Gobierno ni el sistema judicial les brindan la
protección necesaria.
2.1.3 Ataques contra los sectores que cuestionan los abusos de
poder
Los personajes políticos que han criticado al Gobierno también han
sufrido ataques o han tenido extraños accidentes, como el
accidente automovilístico que sufrió el General Julio Balconi a
fines de año, causado por otro vehículo, y que provocó la muerte
de su hija. El testigo principal contra el Vicepresidente Reyes
en un caso muy difundido de abuso de poder, fue asesinado en
circunstancias muy misteriosas. Jorge Rosal Zea, un dirigente del
Partido Patriota, fue asesinado en la Ciudad de Guatemala el 16 de
marzo de 2002; en los primeros meses de 2001, el General Otto
Pérez Molina, fundador de ese partido, y sus parientes cercanos,
sufrieron una serie de ataques armados. Algunos periódicos han
desafiado a Portillo y el FRG, haciendo públicos casos de
corrupción y de abuso de poder y denunciando los esfuerzos que
realizan los agentes estatales para garantizar la impunidad de
todo tipo de delitos. Han tenido que enfrentar una intensa
reacción por parte de las "fuerzas oscuras", y muchos periodistas
han sufrido ataques.
Los campesinos siguen haciendo frente a la represión de los
sectores poderosos. La cuestión de la tierra y los recursos
naturales es el eje de los conflictos permanentes en Guatemala. A
pesar de la intensificación de la crisis económica debido a la
caída del precio del café en los mercados internacionales, los
terratenientes siguen aferrados a sus tierras, más por razones
ideológicas que por los beneficios comerciales. Hace años que en
Guatemala es necesaria una reforma agraria para dar respuesta a la
presión que proviene del vasto sector campesino de la población,
que padece los niveles más altos de hambruna en América Latina.
Si bien en los Acuerdos de Paz no se menciona la "reforma
agraria", se establece en ellos una serie de disposiciones para
abordar la injusta, desequilibrada e inhumana situación agraria.
Sin embargo, tanto el Gobierno de Arzú como el de Portillo han
tomado muy pocas medidas relativas a la cuestión de la tierra y
los recursos naturales. Existen importantes conflictos en todo el
país, y en la mayoría de los casos los campesinos tienen
documentos que prueban que las tierras son suyas. No obstante,
los tribunales y el poder ejecutivo prefieren ignorar sus
exigencias y beneficiar a los terratenientes. Por lo tanto, los
campesinos se han organizado en grandes movimientos tales como el
CUC, el CONIC y el CNOC, y han ejercido presión ocupando tierras,
tomando carreteras y desfilando en las calles. La violencia
criminal y la represión policial con sanción legal han sido las
respuestas que recibieron sus reclamos.
2.1.4 Sectores vulnerables de la sociedad guatemalteca
Los "grupos marginales" de la sociedad guatemalteca, en especial
los "niños de la calle", los trabajadores del sexo, los "maras"
(jóvenes pandilleros guatemaltecos), las personas encarceladas,
los delincuentes menores, los migrantes de otros países de paso
hacia México y los Estados Unidos, y otros ciudadanos siguen
perteneciendo al submundo de los que carecen de derechos. Los
agentes del Estado y ciertos sectores privilegiados de la sociedad
consideran que habría que eliminar a esos grupos y los hacen
objeto de violencia y malos tratos. La MINUGUA ha señalado en
repetidas oportunidades que la mayoría de las violaciones a los
derechos humanos, es decir, las acciones de los agentes del Estado
que violan los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos de
Guatemala, son perpetrados por la policía, entre otras, el
asesinato de "niños de la calle" dormidos en las calles de la
ciudad de Guatemala. Cuando en Guatemala se menciona a los "niños
de la calle", es preciso tener en cuenta que no se trata de un
fenómeno reducido. Intervida, uno organización no gubernamental
guatemalteca, señaló en un informe en marzo último que, para poder
sobrevivir, 800.000 niños (1 de cada 8 niños) venden mercaderías
en las calles, trabajan en empresas peligrosas y de poca monta,
rescatan deshechos o participan en la prostitución. Todos ellos
están en peligro constante, tanto en cuanto a su vida como a su
integridad personal. Esa situación ha abierto la puerta a los
negocios ilícitos tales como el robo y el tráfico de niños, ya sea
para la adopción o para el tráfico de órganos.
2.1.5 La responsabilidad del FRG
La conclusión evidente es que además del delito común y la
delincuencia organizada, y bajo su cortina de humo, los sectores
de poder han tomado como blanco a ciertos sectores de la sociedad
por una razón política fundamental: mantener el poder y los
privilegios para perpetuar la impunidad de sus acciones pasadas y
presentes. Esos sectores, que actúan mediante grupos clandestinos
y estructuras ilícitas de seguridad, han logrado ubicar a cuadros
y establecer vínculos en el Gobierno y otras instituciones del
Estado, a fin de asegurarse acceso a la información, recursos
abundantes, mecanismos de intimidación y, lo que es más
importante, la impunidad por medio de la protección, el
encubrimiento y la obstaculización de la investigación y del
procesamiento. Es evidente que el FRG, incluido sus dirigentes
Ríos Montt y Portillo, el actual Presidente de Guatemala, no han
hecho practicamente nada para combatir estos grupos poderosos.
Más conflictiva aún es la opinión generalizada que existe en
Guatemala de que el FRG y los dirigentes del Estado mantienen
relaciones con estos grupos y alientan sus operaciones, opinión
que tiene sus fundamentos en numerosos informes que se presentan
más adelante, en este documento.
2.2 El papel actual de los Estados Unidos en Guatemala
2.2.1 Un manto de confianza
Según todos los testimonios en Guatemala, Alfonso Portillo
disfrutó de una estrecha relación con la ex Embajadora de los
Estados Unidos de América en Guatemala, la Sra. Barbara Bushnell.
Por ese motivo, el Gobierno de los Estados Unidos y Alfonso
Portillo trataron de cooperar en muchos ámbitos, a pesar del
deterioro evidente de los derechos humanos y del estancamiento en
la aplicación de los Acuerdos de Paz de Guatemala. De hecho,
cuando CACIF (la principal organización del sector privado, que
tradicionalmente disfrutó de un considerable respaldo en los
Estados Unidos) lanzó una ofensiva política contra Alfonso
Portillo y el FRG por abusos de poder, y esperó que Washington
ejerciera una presión adicional, la respuesta se centró más bien
en desactivar el movimiento. Una posible explicación para esto en
el caso de Guatemala es que el país se ha convertido en una
herramienta útil en el ámbito de las relaciones exteriores de los
Estados Unidos.
2.2.2 Leve cambio de posición de los Estados Unidos
En junio, ante un nuevo aumento de las violaciones de derechos
humanos y la continuación de importantes niveles de corrupción que
originaron duras críticas de la comunidad internacional, el
gobierno de los Estados Unidos comenzó a transimitir algunas
señales de preocupación. En la segunda mitad de 2002, la
reaparición de las ex-PAC, la falta de una buena gestión pública y
la libertad de movimiento de la delincuencia organizada, en
particular en asuntos relativos al tráfico de drogas, obligaron a
la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala a manifestar
críticas más abiertas. Al final de 2002, el Gobierno de los
Estados Unidos negó su certificación a Guatemala por no cooperar
lo suficiente en la lucha contra el tráfico de drogas y rescindió
las visas de ciudadanos guatemaltecos que presuntamente
participaban en tales actividades ilícitas. Sin embargo, debido a
los planes para invadir al Iraq y la necesidad de contar con un
apoyo incondicional de los países dependientes, como los países de
América Central, la decisión de no otorgar la certificación a
Guatemala no entrañó sanción concreta alguna; se trató más bien de
un tenue llamado de atención.
Sin embargo, la evaluación más reciente de la situación de los
derechos humanos en Guatemala por el Departamento de Estado, que
analizaremos en este documento, representa una posición muy
crítica y puede marcar la decisión de abandonar al FRG en las
próximas elecciones. Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad
de que los Estados Unidos decidan utilizar una vez más un enfoque
dual, aceptando y apoyando al FRG, así como a otro partido de la
derecha política.
2.3 La participación de la comunidad internacional
2.3.1 Crítica creciente al Gobierno de Guatemala
La comunidad internacional ha expresado una posición más crítica
respecto de la situación de los derechos humanos gracias a las
declaraciones y los informes oportunos formulados por la MINUGUA,
las iniciativas de ciertos defensores de derechos humanos
guatemaltecos y de sus contrapartes y partidarios internacionales,
así como la permanente preocupación de los Estados que están
apoyando las iniciativas de consolidación de la paz en Guatemala.
El año pasado, una primera medida concreta fue la decisión que el
Grupo Consultivo de Donantes adoptó en su última reunión celebrada
en Washington. Entre otras cosas, éste pidió abiertamente al
Gobierno de Guatemala que garantizara la vida y la seguridad de
los defensores de derechos humanos y que mejorara la situación
general de los derechos humanos. La Unión Europea formuló también
importantes declaraciones, y los órganos del sistema
interamericano de derechos humanos adoptaron decisiones sobre la
necesidad de poner fin a las violaciones de derechos humanos,
resolver los abusos anteriores de los derechos humanos y resarcir
a las víctimas de graves violaciones de derechos humanos.
En diciembre último, por primera vez desde la firma de los
Acuerdos de Paz de fines de 1996, la Asamblea General de las
Naciones Unidas incluyó proecupaciones y disposiciones concretas
en materia de derechos humanos en la resolución aprobada para
ampliar el mandato de la MINUGUA para 2003. El mecanismo de las
Naciones Unidas para la defensa de los derechos humanos, una vez
más, está avanzando quizás lentamente, pero se está acercando a la
decisión de incluir a Guatemala en su lista de Estados
delincuentes.
Más recientemente, el 10 de abril, el Parlamento Europeo adoptó
una declaración por consenso en que se insta al Gobierno de
Guatemala a que "elimine la impunidad, mejore la seguridad civil y
garantice los derechos humanos." En Guatemala se acogió con
satisfacción esa posición, así como la reciente decisión por el
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
de ampliar sus actividades en el país abriendo una oficina
específica en Guatemala, apenas su tercera oficina en todo el
mundo, para vigilar la situación de los derechos humanos.
2.3.2 Contradicciones que sorprenden
Sin embargo, lamentablemente, mientras la situación de los
derechos humanos en Guatemala sigue deteriorándose, algunos
mensajes de la comunidad internacional han resultado
consternantes. Reflejan sea un absoluto desconocimiento de los
acontecimientos en Guatemala, sea un desprecio total de los
derechos humanos en el país. El Centro Internacional con sede en
Washington otorgó al Presidente Portillo -decisión que algunos
calificaron de "broma macabra"- el "Premio de la Libertad" por su
supuesto compromiso con los derechos humanos y su apoyo a la
creación de una comisión para investigar a grupos ilícitos y
estructuras clandestinas de seguridad. Esa organización no
gubernamental aparentemente no puso en tela de juicio los
cabildeos de diplomáticos y asesores guatemaltecos, ni
investigaron los intentos de Portillo de debilitar la labor de la
comisión por cuya creación se le premiaba.
En otro ejemplo, el 29 de abril, el Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas (ECOSOC), reeligió a Guatemala como miembro de
la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (2004 a
2006). Guatemala ya está sugiriendo "reformas" a la Comisión que
pueden obstaculizar las investigaciones de los Estados que cometen
graves violaciones de derechos humanos. Unos días antes, en
Viena, Guatemala fue elegido como miembro del Comité sobre las
Drogas de las Naciones Unidas en momentos en que se critica a ese
país como lugar crucial para el trasbordo de drogas y en que ha
perdido la certificación de los Estados Unidos. Además, en
Guatemala existe un vínculo firme entre las violaciones de los
derechos humanos y las operaciones de tráfico de drogas.
III. Percepciones acerca de las situación de los derechos
humanos en 2002
Además de nuestro propio análisis, consideramos importante incluir
los análisis principales y las conclusiones de otras
organizaciones que presentaron informes con relación a la
situación de los derechos humanos en Guatemala durante 2002. En
primer lugar, señalaremos los resultados y las conclusiones que el
Grupo de Apoyo Mutuo (GAM, la organización principal para
enfrentar la práctica de las desapariciones forzadas o
involuntarias y sus terribles consecuencias), con sede en la
ciudad de Guatemala, presentó en su reciente documento que se
titula "Informe sobre las violaciones de derechos humanos en
Guatemala, enero a diciembre de 2002". En segundo lugar,
citaremos algunas de las observaciones más notables que Amnistía
Internacional hiciera en su informe "El legado letal de Guatemala:
la Impunidad del pasado y las renovadas violaciones de los
derechos humanos". En tercer lugar, presentaremos otras
cuestiones sobresalientes que se incluyen en el informe de
derechos humanos de MINUGUA, de fecha 22 de agosto de 2002.
Finalmente, analizaremos las opiniones del Departamento de Estado
de los Estados Unidos que aparecen en su más reciente informe de
marzo pasado. [Las citas son traducciones del autor de los textos
originales en inglés]
3.1 Análisis del GAM
El informe más completo de Guatemala fue elaborado por el GAM, con
un excelente resumen de todo tipo de violaciones de derechos
humanos, que incluimos en el Anexo "A" de este documento.
Consideramos que vale la pena mencionar algunos de los resultados
más importantes del trabajo del GAM:
"La realidad socioeconómica del pueblo de Guatemala ha empeorado
durante el año reciente. El FRG nunca cumplió su famoso plan de
180 días, que, en teoría, iba a terminar con la criminalidad y
restablecer el orden público. Por el contrario, este gobierno ha
demostrado una incapacidad increíble para controlar la violencia.
Por ejemplo, el gobierno ha admitido la existencia de los grupos
clandestinos pero ha hecho hincapié en la imposibilidad de poder
investigarlos y procesarlos. El propio Presidente Portillo
declaró en un programa de radio que era virtualmente imposible
para el gobierno la erradicación de estos grupos. Estos grupos
clandestinos pueden definirse como una red que se origina a partir
de las estructuras militares de inteligencia. Estos grupos
también se han extendido al sistema judicial y las agencias de
aplicación de la ley para proteger a individuos poderosos, a fin
de impedir investigaciones judiciales a fondo por medio de la
intimidación de testigos y funcionarios del Poder Judicial. La
violencia que estos grupos producen se disfraza siempre de
delincuencia común, pero se han encontrado diversos nexos entre
los criminales "comunes" y los miembros activos y de baja en el
ejército".
"El año 2002 estuvo lleno de amenazas, intimidaciones,
persecuciones, vigilancia y aún asesinatos (Guillermo Ovalle,
Jorge Rosal Zea, Antonio Pop Caal y otros), allanamientos y robos
contra los activistas sociales y de derechos humanos,
particularmente contra quienes trabajan en el esclarecimiento de
las violaciones del pasado y que luchan contra la impunidad por
medio de exhumaciones, investigación académica y la promoción de
casos judiciales contra los responsables. Se han dado ataques
contra la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG),
Casa Alianza, la Asociación para el Avance de las Ciencias
Sociales (AVANCSO), la Auxiliatura de la Procuraduría de Derechos
Humanos en Escuintla, y otras...Además, han habido ataques contra
los campesinos que participan en las tomas de tierra. Hay una
tendencia evidente de violaciones de derechos humanos de este tipo
de activistas...En muchos casos, los terratenientes les pagaron a
miembros del ejército o de la policía para intimidar, perseguir
sin dar respiro, amenazar, atacar y hasta matar a esos
campesinos".
"La lista no tendría fin. A la luz de estas violaciones resulta
obvio que el gobierno no tiene la voluntad ni el interés de
garantizar la seguridad de los activistas sociales, ya que el
Estado tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos y no lo ha
hecho. Aun más, no cabe duda de que las amenazas y las
intimidaciones provienen de estructuras vinculadas al Estado".
"Adicionalmente, resulta evidente que en la agenda oculta del
gobierno la prioridad principal es fortalecer al ejército en
tiempos de paz y fortalecer los poderes ocultos para que se
institucionalicen dentro de la maquinaria del estado. Se ha
probado fehacientemente que durante el año pasado ha continuado la
participación de miembros de las fuerzas armadas y policías en el
crimen organizado, el secuestro, el narcotráfico y el contrabando.
La militarización se ha producido junto con el fortalecimiento de
los poderes ocultos y ambos han venido ocupando espacios
extremadamente importantes dentro de las diversas esferas del
estado. Al mismo tiempo, la corrupción en el sistema judicial ha
quedado demostrada y la misma no ha permitido el encausamiento de
los responsables (la mayoría de los cuales son militares) de los
crímenes cometidos durante el conflicto armado".
"El partido en el gobierno ha creado, prácticamente, su propio
ejército de seguidores que están dispuestos a hacer cualquier cosa
a cambio de compensación económica. Las ex-PAC han tenido a su
cargo las amenazas, los acosos y los ataques de opositores y
activistas de derechos humanos en el campo, y han amenazado con
hacer el boicot a las próximas elecciones".
3.2 Amnistía Internacional
Debemos darle crédito a Amnistía Internacional (AI) por poner la
situación de los derechos humanos en Guatemala en primera fila de
las preocupaciones de derechos humanos. En un informe
extraordinario emitido el 28 de febrero de 2002, AI evaluó el
sistema judicial de Guatemala, "describiendo el abismo entre lo
que debería ocurrir según la ley y lo que ocurre en realidad". AI
no solamente vincula las prácticas del terrorismo de estado del
pasado con la grave situación de hoy, tanto en materia de crímenes
como de violaciones de los derechos humanos, sino introduce el
concepto que define las estructuras secretas y violentas del poder
político-militar-económico: el estado de la mafia corporativa.
En su capítulo 5 sobre la impunidad y el "estado de la mafia
corporativa", AI afirma: "Una categoría de abusos incluye los
crímenes perpetrados por el llamado 'estado de la mafia
corporativa" o en su nombre. Este término abarca la 'no santa
alianza' entre sectores tradicionales de la oligarquía, algunos
'nuevos empresarios', elementos de la policía y de los militares y
delincuentes comunes. Miembros de todos estos sectores se unen
para controlar lucrativos negocios 'negros', 'sucios' o ilícitos,
incluyendo el tráfico de drogas y de armas, el lavado de dinero,
bandas para el robo de autos, el negocio de las adopciones, los
secuestros por rescate, la tala ilegal de árboles y otros usos
prohibidos de las tierras protegidas por el estado. También
conspiran para asegurarse el control monopólico de industrias
lícitas tales como la del petróleo".
AI señala que dichos crímenes fueron siempre un hecho en el país,
pero que ahora resultan más evidentes en la Guatemala posterior al
conflicto. Las prácticas tipo mafia se explican en el informe:
"Quienes se encuentran involucrados utilizan sus conexiones --
políticas y con los militares y la policía-- para extraer provecho
e intimidar o aun eliminar a los que se ponen en su camino, saben
demasiado, compiten con ellos o tratan de investigar sus
actividades...Ello, más el hecho de que agentes del estado son
cómplices en los crímenes o ayudan a encubrirlos, quiere decir
que...tales actos [deberían ser]motivo de preocupación no
solamente para los guatemaltecos sino también para la comunidad
internacional".
El informe de MINUGUA
El 22 de agosto de 2002, la Misión de Verificación de las Naciones
Unidas en Guatemala (MINUGUA) presentó su décimo tercer informe
sobre los derechos humanos, que cubre el período de julio de 2001
a junio de 2002. La conclusión principal fue: "durante el período
bajo estudio, la situación de los derechos humanos en Guatemala de
hecho se deterioró. MINUGUA verificó casos de amenazas o
asesinatos de defensores de los derechos humanos, religiosos,
jueces, testigos, periodistas, activistas políticos y
sindicalistas. Continuó el fenómeno de los linchamientos y la
violencia de multitudes. Grupos ilegales y estructuras
clandestinas operaron con impunidad. Los hechos de violaciones de
los derechos humanos perpetrados por la policía aumentaron
drásticamente. La impunidad siguió siendo sistemática, al
desatender el estado su obligación de investigar los crímenes y
aplicar sanciones a los responsables, al mismo tiempo que sus
propios funcionarios obstruían la aplicación de la justicia".
Esta terrible situación en términos de la falta de respeto de los
derechos civiles y políticos es solamente una parte de la crisis
de los derechos humanos, la cual también "abarca la violación
constante y vasta de los derechos sociales, económicos y
culturales".
MINUGUA también fue muy crítica con las ex-PAC (que en el
documento se identifican como comités voluntarios de defensa
civil, es decir, CVDC): "muchos de los ex-comisionados militares y
miembros de los ex-CVDC siguen estando en posiciones de liderazgo
en sus comunidades, y no han cambiado ni su discurso ni sus
métodos, incluida la incitación a la violencia de multitudes y los
linchamientos". También criticó enérgicamente la respuesta del
gobierno a los pedidos de compensación por parte de las ex-PAC:
"En junio de 2002, miembros de los ex-CVDC escenificaron protestas
masivas en el Departamento de El Petén para exigir indemnización
por sus servicios durante el conflicto armado interno como fuerza
auxiliar bajo la dirección del ejército. El gobierno señaló que
buscaba fondos para responder a sus exigencias, provocando la
crítica de que el hacerlo equivaldría a premiar a gente por
cometer abusos de los derechos humanos durante el conflicto. Al
mismo tiempo, el plan nacional de compensación para las víctimas
de los derechos humanos durante el conflicto armado...aún no se ha
establecido y algunos proyectos piloto quedaron estancados por
falta de fondos".
Otra cuestión importante fue el cambio del papel y de los recursos
del ejército: "Contrario al espíritu de los acuerdos de paz, se
dio una ampliación del papel del ejército en la seguridad pública
y en otras esferas de acción gubernamental...las repetidas
transferencias financieras hacia el presupuesto del ejército
contrastaron con cortes en el presupuesto social del gobierno, el
presupuesto para la administración de la justicia y los fondos
para la compensación de las víctimas del conflicto, en violación
flagrante de los acuerdos de paz". Además, los efectos de la
mentalidad contrainsurgente trascienden las fuerzas armadas y de
seguridad, como lo evalúa MINUGUA: "Muchos ex-policías y ex-
soldados fueron incorporados en la nueva Policía Nacional
Civil...en donde han cometido abusos que hacen recordar las
prácticas del conflicto armado...Hay indicios de que algunos ex-
miembros de las fuerzas contrainsurgentes son ahora miembros de
los grupos ilegales y las estructuras clandestinas que se dedican
al crimen organizado".
3.4 El informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos
Como indica en su documento "Guatemala: informe del país sobre las
prácticas de derechos humanos, 2002", el Departamento de Estado de
los Estados Unidos está de acuerdo, en general, con las opiniones
de todos los que critican la situación de los derechos humanos en
Guatemala.
En primer lugar, el Departamento de Estado no observa ninguna
voluntad política de aplicar los Acuerdos de Paz: "Pese a sus
reiteradas promesas, el gobierno de Portillo y el Congreso no
tomaron sino limitadas medidas para aplicar los Acuerdos de Paz
que se finalizaron con las guerrillas de la Unidad Revolucionaria
Nacional Guatemalteca (URNG) en 1996. El sistema judicial es
independiente; sin embargo, padece de ineficacia, corrupción e
intimidación".
En segundo lugar, hay una evaluación de que el país se está
remilitarizando: "El gobierno ordenó al ejército con frecuencia
que apoyara a la policía, ya que ésta carece de recursos y está
pobremente equipada. La Misión de Verificación de las Naciones
Unidas en Guatemala (MINUGUA) informó que esta práctica constituye
un grave revés para la desmilitarización de la seguridad pública,
que es exigida por los Acuerdos, y que no habían indicios de que
las operaciones conjuntas disminuyeran los niveles de
crimen...Algunos miembros de las fuerzas de seguridad cometieron
abusos de derechos humanos. Varios oficiales retirados del
ejército con vínculos ampliamente conocidos al crimen organizado y
violento siguen teniendo influencia importante dentro del
ejército, la policía, el sistema judicial y el poder ejecutivo".
Aunque el Departamento de Estado le da mas crédito al Gobierno de
Guatemala de lo que merece, el cuadro que presenta claramente
señala el fracaso del estado de proporcionar seguridad y
condiciones para la justicia: "El gobierno generalmente respetó
los derechos humanos de sus ciudadanos; sin embargo, siguen
existiendo graves problemas y la situación de los derechos humanos
se deterioró en algunas esferas. Hubo varios informes de
ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad.
Hubo cada vez más informes de muertes violentas, asesinatos y
"limpieza social", actos en los cuales las personas consideradas
como indeseables para la sociedad (por ejemplo, miembros de
pandillas, delincuentes comunes, niños de la calle, prostitutas y
homosexuales) fueron muertas...en muchos casos, los sistemas de
procuración de la justicia y judiciales no fueron capaces de
asegurar investigaciones plenas y oportunas, juicios justos o el
debido proceso. Las detenciones arbitrarias y las detenciones
prolongadas previas a los juicios siguieron siendo problemas. Los
jueces y otros funcionarios de aplicación de la justicia fueron
sometidos a intimidación y corrupción. En mayo, el Relator
Especial de las Naciones Unidas para los defensores de los
derechos humanos destacó el deterioro significativo de la
seguridad de los que trabajan en derechos humanos. Las cada vez
más frecuentes amenazas contra el personal del organismo judicial,
los periodistas, los testigos, los asesores laborales, los
religiosos y los sindicalistas elevaron los niveles de inseguridad
pública. La obstrucción de la justicia, las amenazas y la
intimidación también tuvieron su origen en 'fuerzas paralelas' o
'grupos clandestinos' relacionados con el gobierno. MINUGUA
encontró que la mayoría de las violaciones de los derechos humanos
fueron el resultado de la falta de investigación y castigo para
quienes han violado la ley...la impunidad fue sistémica".
Como comentario final, el Departamento de Estado admite que los
defensores de los derechos humanos parecen ser el blanco primario
de la violencia con motivaciones políticas: "Los ataques contra
los activistas de los derechos humanos aumentaron durante el año.
Si bien algunos de estos ataques pueden haber sido casos de
delincuencia común, el número de los ataques y sus características
señalan la existencia de esfuerzos deliberados y sistemáticos para
intimidar a los activistas de derechos humanos. En marzo,
miembros de una coalición de grupos de derechos humanos exigieron
que el gobierno tomara medidas para garantizar la seguridad de los
activistas de derechos humanos, investigara y procesara a los
autores intelectuales y materiales de los ataques, investigara la
existencia de grupos clandestinos y fuerzas paralelas vinculados a
las instituciones del estado que se creía que estuvieran detrás de
los ataques y que los desmantelara. La Secretaría de Análisis
Estratégico (SAE) elaboró un informe sobre la existencia de tales
grupos, aunque otros funcionarios públicos refutaron sus
conclusiones. Los grupos de derechos humanos se retiraron del
diálogo, afirmando que el gobierno no respondió de manera adecuada
a sus preocupaciones y no aceptaron los ofrecimientos del
Presidente de reunirse con ellos. Algunos funcionarios públicos
hicieron comentarios públicos desestimando a los activistas de
derechos humanos y a los observadores internacionales, y afirmaron
que algunos de ellos habían inventado los supuestos abusos".
IV. Actualización sobre la situación de los derechos humanos
y el contexto político a la altura de abril de 2003
4.1 Los derechos humanos y las elecciones
Analizamos acá el deterioro mayor que tiene lugar en Guatemala a
principios de 2003. Creemos que además de las condiciones
estructurales que llevan a la violencia y a las violaciones de
derechos humanos, la situación se agrava porque éste es un año
crucial en términos políticos. En primer lugar, habrán elecciones
generales a finales de 2003, y las dos corrientes principales de
la derecha que han estado en el poder, una de 1996 a 1999 y la
otra a partir de 2000, se enfrentarán con fuerza una a la otra
para disputarse el control del gobierno de 2004 al 2007. Además
de estos dos partidos, más de una docena de otras organizaciones
políticas, incluida la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
(URNG, la ex-guerrilla que firmara los Acuerdos de Paz y que es
ahora partido político) y otras organizaciones de izquierda
intentarán fortalecer su presencia política en todo el país. En
segundo lugar, luego de más de 6 años, el país se encuentra casi
al final del período de aplicación de los Acuerdos de Paz. Pese
al hecho de que el proceso de aplicación de los Acuerdos de Paz se
ha visto estancado por más de dos años y que casi la mitad de sus
disposiciones todavía no se han hecho efectivas, las Naciones
Unidas seguirán vigilando su cumplimiento, de manera directa,
solamente hasta el 31 de diciembre de 2004. Sin el acompañamiento
de las Naciones Unidas, los Acuerdos de Paz pueden terminar siendo
un proceso de paz incompleto o quizás un fracaso. Los actores en
favor de la democracia seguirán exigiendo que el gobierno cumpla
plenamente con los Acuerdos, pero sectores poderosos preferirán
que se descarten.
Es importante, entonces, comprender el contexto político y sus
implicaciones para los derechos humanos. Los actores en favor de
la democracia están bajo ataque, al prepararse el país para las
próximas elecciones del 9 de noviembre, en las cuales se elegirán
Presidente, Vicepresidente, Congreso y autoridades municipales. A
menos que una amplia alianza pro-democracia reconozca que el
objetivo estratégico clave es derrotar en las elecciones al Frente
Republicano Guatemalteco (FRG), se consolidarán el proyecto y la
ideología del General Ríos Montt. La situación general se ha
empeorado en los últimos tres años bajo el Presidente Alfonso
Portillo, al tiempo que el FRG ha fortalecido el poder del
partido. Pese a la existencia de una prohibición constitucional,
Ríos Montt puede ser elegido Presidente para el período 2004-2007.
La situación política de Guatemala es en verdad alarmante. En
primer lugar, la violencia en aumento y las violaciones de los
derechos humanos generan un clima de terror. En segundo lugar, el
estancamiento del proceso de aplicación de los Acuerdos de Paz de
1996 ha frustrado las expectativas de una vasta mayoría de
guatemaltecos, particularmente de las poblaciones indígenas y de
los movimientos sociales. Al finalizar su visita a Guatemala, en
su condición de coordinador de una delegación de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, el Sr. José Zalaquett afirmó
el 30 de marzo: "La Comisión ha encontrado señales alarmantes de
que han sufrido retroceso los esfuerzos por proteger los derechos
humanos". Señaló a las amenazas de muerte contra los jueces y la
corrupción de la policía como factores importantes, pero también
subrayó que jugaban un papel importante la proliferación de los
grupos clandestinos armados que están vinculados al narcotráfico,
al secuestro para obtener rescate y al contrabando, combinado con
la falta de cumplimiento de las disposiciones de los Acuerdos de
Paz que establecen la desmilitarización de Guatemala.
4.2 El movimiento de derechos humanos se encuentra bajo ataque
El 7 de abril de 2003, doce organizaciones de derechos humanos de
Guatemala denunciaron que la casa de Mario Polanco, dirigente del
Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), y de Nineth Montenegro, fundadora del
GAM y actual congresista del partido en formación Alianza Nueva
Nación (ANN), fue allanada por hombres armados, ese día a las
12:30 horas. Los hombres armados preguntaron por el paradero del
Sr. Polanco y se llevaron archivos y equipo de computación.
Apenas cuatro días antes, otro miembro del GAM, Diego Xon Salazar,
fue secuestrado y asesinado en su aldea de Chichicastenango. Como
reacción a esto, los defensores de los derechos humanos
insistieron en la necesidad de desmantelar todos los grupos
clandestinos y exhortaron al gobierno a acelerar el proceso para
establecer la Comisión para la Investigación de Cuerpos Ilegales y
Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS).
El 13 de marzo, el Procurador de los Derechos Humanos, Sergio
Morales, y el representante del Presidente Portillo firmaron el
acuerdo para la creación de CICIACS, la cual originalmente había
sido propuesta por el movimiento de derechos humanos de Guatemala.
En este acuerdo, el Presidente se comprometió a solicitar a la
Organización de los Estados Americanos y las Naciones Unidas que
nombraran representantes ante la comisión, pero una de las
disposiciones indicaba que el trabajo solamente comenzaría en
septiembre. Además de este tardío inicio, representantes del
gobierno han dado a entender que la falta de fondos podrían
socavar la composición y las funciones de CICIACS o podrían
retrasar más sus operaciones.
La necesidad de investigar y desmantelar los escuadrones de la
muerte que han resurgido fue provocada por la ola constante de
acosos, amenazas de muerte y ataques que han venido soportando
durante los tres últimos años los defensores de los derechos
humanos y las personas que participan en casos de búsqueda de la
verdad. A lo largo de febrero y marzo de 2003 hubo un aumento
agudo de los casos de violencia con motivación política, y a la
fecha, en abril, la ola no se ha abatido, como lo informa
constantemente la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en los
Estados Unidos (GHRC/USA), con sede en Washington DC. Esa
violencia trascendió los sectores de derechos humanos y de
búsqueda de verdad y justicia.
4.3 Otros sectores son blancos evidentes
Los activistas campesinos María Antonia Asencio y Romero López
denunciaron amenazas de muerte luego del asesinato del compañero
activista Pedro Méndez, el 2 de febrero, en Izabal; y el dirigente
campesino Juan Tiney denunció que su casa en la ciudad de
Guatemala fue rodeada por 20 policías, el 8 de marzo, para
intimidarlo y acosarlo. El Sr. Tiney y otros líderes campesinos
han sido llevados a los tribunales por terratenientes bajo la
acusación de incitar a los campesinos a cometer acciones ilegales.
El 4 de abril, el Comité de Unidad Campesina (CUC) condenó el
asesinato de Jorge Gómez, en Izabal. La tierra sigue estando en
el centro de los conflictos del país y se han intensificado las
acciones violentas y los casos judiciales por parte de los
terratenientes y del estado en contra los activistas campesinos.
Sus familias también están en riesgo: el 19 de marzo, un intento
de ataque en contra de Marcelino Choc, de la Unión Verapacense de
Organizaciones Campesinas (UVOC), dejó herida por varias balas a
su hija de 7 años; y Daniel Chanchavac, el hijo de 16 años de uno
de los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Organizaciones
Campesinas (CNOC), fue secuestrado el 4 de abril y sigue estando
desaparecido.
Los líderes políticos también se están convirtiendo en blancos.
La diputada Anabella de León informó que había sido víctima de un
ataque armado en la ciudad de Guatemala. Arturo Méndez, alcalde
de Colotenango, de la URNG, escapó ileso luego de un atentado en
su contra; y un dirigente de la Alianza Nueva Nación, Arnulfo
Gutiérrez, fue muerto a tiros en Chiquimula. Los periodistas y
personas vinculadas a los medios de comunicación social también
están bajo ataque. En la última semana de febrero, Isabel
Enríquez, Maricely Enríquez y Carmen Judith Morán fueron agredidas
y amenazadas en la sede de CERIGUA, la agencia de noticias en que
trabajan; y el 9 de abril, la Directora de la agencia, Ileana
Alamilla, sufrió el robo de su vehículo y documentos enfrente de
su oficina. El 2 de marzo, varios asaltantes allanaron la casa de
Marielos Monzón, columnista de Prensa Libre. Anteriormente, luego
de que ella escribiera en su columna acerca de la desaparición de
Antonio Pop Caal en diciembre pasado, se le dijo por teléfono que
a menos que dejara de escribir sobre este caso, ella encontraría
el mismo destino (el cuerpo decapitado de Pop Caal fue encontrado
después, el 17 de diciembre de 2002).
A partir de principios de 2003, ha habido un escalamiento de los
ataques a los jueces y a otra gente que tiene que ver con casos
judiciales. El 11 de enero, el periódico Prensa Libre indicaba
que en los últimos dos años 134 jueces habían recibido amenazas de
muerte: luego de que la magistrada Jackelin España fuera atacada
el 9 de enero, habiendo recibido su carro 26 impactos de bala, la
Junta Directiva de la Asoación de Jueces afirmó que en el año 2001
habían recibido amenazas de muerte 56 administradores de justicia
y que en 2002 habían sido 76. El 14 de febrero, Dina Ochoa,
Presidenta de la Asociación de Jueces, denunció que su hijo había
sido atacado por dos personas, a mediodía, en un centro comercial
de la ciudad de Guatemala. El 18 de febrero, el juez Francisco
Coz, de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, y otros 9
administradores de justicia habían informado de limitaciones en el
cumplimiento de sus funciones debido a amenazas de muerte. El
Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Larios Ochaita,
informó el 26 de febrero que ni siquiera el personal de seguridad
especial ni las denuncias han impedido que sigan las amenazas de
muerte contra los jueces; para finales de febrero, 31
administradores de justicia habían sido amenazados.
Más recientemente, el 8 de abril, Amnistía Internacional expresó
su preocupación por la seguridad de Waldemar Barrera,
representante de la Procuraduría de Derechos Humanos en Izabal,
luego de que se entraran a su carro y de que su oficina fuese
asaltada. El 10 de abril, hombres armados en el oriente del país
atacaron al conocido fiscal Manuel Barquín, rociando su carro con
docenas de balas. Un día después, hombres armados con máscaras de
ski atacaron a Roderico Tello, juez de paz de Quetzaltenango.
Siguieron más casos en la segunda mitad de abril, pero el más
notable fue el de Karen Fischer, fiscal para casos de corrupción,
quien renunció a su cargo luego de que el Procurador General de
Guatemala le ordenara detener las investigaciones de las cuentas
secretas supuestamente abiertas en Panamá por el Presidente, el
Vicepresidente y personas cercanas. Debido a amenazas de muerte,
la Sra. Fischer dejó el país pocos días después.
4.4 El enfoque de "laissez-faire" del gobierno del Presidente
Portillo
Los resultados obtenidos tanto por Amnistía Internacional como por
la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala
(MINUGUA) señalaron claramente que grupos secretos se encontraban
acumulando poder y de manera creciente ejerciéndolo. Todos los
hechos descritos anteriormente suceden sin que exista ninguna
acción gubernamental para restingir las actividades criminales.
El reciente informe del Departamento de Estado de los Estados
Unidos afirma: "También se pudo seguir la pista de los actos de
obstrucción de la justicia, las amenazas y la intimidación a
'fuerzas paralelas' o 'grupos clandestinos' relacionados con el
gobierno". La falta de acción del gobierno con relación a las
violaciones de los derechos humanos y la violencia está vinculada
al comportamiento del Presidente Portillo y del FRG. El gobieno
ha mostrado el más alto nivel de flagrante corrupción desde que el
gobierno civil se iniciara en 1986. Como indica el Global
Corruption Report 2003 (Informe Mundial sobre la Corrupción,
2003), publicado por Transparencia Internacional, la corrupción
ocurrió de varias maneras: se hicieron contratos fantasmas en el
Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas, se sobrevaloraron
las placas de circulación de los automóviles, fondos públicos
fueron succionados por funcionarios del Ministerio del Interior y
hubo hallazgos de que millones de dólares estaban siendo
sobregirados en bancos estatales. Aun el Presidente, el
Vicepresidente y su hijo se encontraban bajo investigación por
haber supuestamente transferido docenas de millones de dólares a
cuentas personales en bancos panameños, como se mencionó antes.
4.5 El Presidente Portillo y la aplicación del doble rasero
Portillo fue electo en 1999 principalmente porque la población se
encontraba encolerizada con el gobierno del Presidente Arzú y con
su Partido de Avanzada Nacional (PAN), por sus políticas
neoliberales, que habían beneficiado a los grandes ricos y habían
afectado negativamente a las capas medias y las clases pobres.
Dado que las capas medias han seguido encongiéndose, gracias a la
continuidad de las políticas neoliberales y a los agudos problemas
económicos generados por la crisis del café, Portillo concentra
ahora sus esfuerzos electorales en los sectores más pobres. Eso
explica su desdén ante la reciente huelga de maestros que
interrumpió el año escolar durante casi dos meses. Mientras que
62,000 maestros (80 % del total) exigían un aumento en sus
salarios y mejores condiciones para la educación, Portillo
elaboraba un plan para derrotar el movimiento y reemplazar el
sistema actual de escuelas con un sistema decentralizado basado en
un modelo de privatización, a ser dirigido por los padres de
familia. Solamente el fuerte apoyo de otros sectores de la
sociedad civil forzó al gobierno y al Congreso a dar respuesta
finalmente a algunas de las exigencias económicas de los maestros,
concluyendo la huelga el 13 de marzo. Desafortunadamente, el
movimiento de maestros tuvo que pagar con sangre los beneficios
alcanzados. El hermano de Moisés Fuentes, dirigente de la
Asamblea Nacional de Maestros, fue secuestrado y asesinado, en
forma de ejecución, el 9 de marzo; y Enma Aguilar Durán, maestra
de escuela primaria que apoyaba la huelga, que tenía 7 meses de
embarazo, fue asesinada por tres hombres desconocidos en presencia
de su hijo de 6 años de edad, el 27 de marzo, en la ciudad de
Quetzaltenango.
Al mismo tiempo que los maestros encontraban oídos sordos,
Portillo y el FRG finalizaban un plan financiero para compensar a
los ex-miembros de las PAC (Patrullas de Autodefensa Civil), la
organización paramilitar utilizada por el ejército para controlar
a la población durante la guerra, por "los servicios prestados al
país". El sistema de las PAC supuestamente fue desmantelado
durante la fase final del proceso de negociaciones de búsqueda de
la paz, pero nunca existió la verificación del proceso. Hay
abundantes evidencias de que muchos de los grupos de las PAC
siguieron estando vinculados a las fuerzas armadas, respondiendo a
ellas en caso de necesidad. En su informe especial sobre el
flagelo de los linchamientos, MINUGUA declaró que había verificado
que la autoría por instigación, que estaba presente en muchos de
los casos de linchamiento, correspondía a personas que
anteriormente habían pertenecido a las PAC. En 2002, las PAC
reaparecieron oficialmente como "ex-PAC", tomándose el aeropuerto
de Tikal, reteniendo a los turistas como rehenes y exigiendo
compensación personal por haberle prestado servicios al estado
guatemalteco. Pese al hecho de que las víctimas de las políticas
represivas del estado están todavía a la espera de que el gobierno
las compense, debido a que dicho goiberno no ha aplicado todavía
las recomendaciones pertinentes de la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico (CEH), Portillo respondió prontamente a
las ex-PAC, le dio validez a sus reclamos y ofreció pagarles. Era
evidente para todos, tanto opositores como amigos del gobierno,
que ésta era una maniobra política con el propósito de
garantizarse los votos de las ex-PAC y de sus familiares, y por
medio de expectativas infundadas y del temor, también los votos de
las comunidades rurales pobres.
4.6 Cría cuervos y te sacarán los ojos
De alguna manera, sin embargo, la maniobra con las ex-PAC parece
ahora estarse convirtiendo en un tiro por la culata, porque el
gobierno ha encontrado grandes dificultades para cumplir las
exigencias de las ex-PAC. En primer lugar, se dio un problema
financiero, dado el hecho de que los patrulleros exigían $ 2,500
por persona y el gobierno sufría una crisis financiera. Todos los
esfuerzos realizados por Portillo y el FRG por encontrar los
fondos necesarios fracasaron: la comunidad internacional y los
donantes se negaron a dar recursos para ese propósito; se
rechazaron posibles nuevos impuestos; y la colocación de bonos
especiales en el mercado financiero, no obstante la utilización
impropia de los recursos nacionales de instituciones del estado,
no ha producido el dinero suficiente. Un revés mayor ocurrió
cuando aquellos que fueron forzados a servir al ejército y
participar en el sistema de las PAC contra su voluntad también
solicitaron compensación.
Así, el gobierno se encontró a finales de 2002 con exigencias de
aproximadamente 628,000 ex patrulleros, para lo cual se requería
un monto de $ 1570 millones. El gobierno ofrece ahora pagar una
cantidad menor --menos de $ 700 (Q 5,241), con un pago a ser
efectuado por el gobierno de Portillo y dos pagos por el futuro
gobierno-- y solamente a cerca de 250,000 patrulleros. Como
respuesta, durante la primera semana de abril ex-PAC se tomaron
carreteras, puestos fronterizos y estaciones de bombeo de petróleo
y enfrentaron violentamente a la policía. Ahora, las fuerzas
armadas y el Presidente amenazan con el uso de la fuerza en contra
de cualquier tipo de exigencias violentas adicionales y la
situación luce bastante inestable. Los primeros pagos para las
ex-PAC comenzaron a finales de abril para grupos cercanos al
gobierno y, al mismo tiempo, el Presidente Portillo alabó
públicamente a los patrulleros como salvadores de la patria. No
cabe duda de que existe ahora una división entre las ex-PAC
vinculadas al ejército y el resto de los ex-patrulleros. Vale la
pena mencionar que, con base a encuestas y expresiones públicas,
la mayoría de los guatemaltecos se oponen a la compensación de las
PAC por asuntos de principios: resultaba increíble pagarle a los
victimarios, los responsables de las masacres y otras violaciones
graves de los derechos humanos, al tiempo que se ignoraba a las
víctimas.
4.7 El ejército vuelve a ser factor de poder
Como se afirmó anteriormente, el ejército también regresa a la
vida pública. Aunque el Presidente Arzú recobró, tempranamente en
su período, el derecho de que un presidente civil por lo menos
nombre al Ministro de la Defensa, y una de las principales
enmiendas a la Constitución que exigían los Acuerdos de Paz era
eliminar el papel del ejército en la seguridad interna, ésta y
otras enmiendas fueron derrotadas en el referendo de 1999, con la
intensa participación del FRG y de otras fuerzas de derecha.
Desde entonces, todas las recomendaciones que se refieren a la
transformación del ejército han sido ignoradas. El Ministerio de
la Defensa sigue en poder del oficial de más alto rango del
ejército; el siniestro Estado Mayor Presidencial (EMP) no ha sido
desmantelado y sigue a cargo de asuntos de seguridad para la
presidencia e inteligencia interior; la doctrina y la educación
militares no han sido modificadas; las tropas siguen desempeñando
funciones en la seguridad interna, tales como el patrullaje de
pueblos y ciudades y la vigilancia de prisiones; y el presupuesto
militar vuelve a aumetarse drásticamente (24% en la segunda parte
de diciembre de 2002).
Si bien es cierto que muchos generales y otros oficiales se han
retirado desde 1996, la mayoría de ellos siguen teniendo cuotas de
poder militar y económico tanto al interior como fuera del
ejército. Ex oficiales del ejército ocupan altos puestos en la
mitad de los partidos políticos que se encuentran inscritos en la
actualidad. Los Generales Ortega Menaldo y Alfonso Callejas, por
ejemplo, utilizan la organización de oficiales veteranos para
promover sus agendas político-económico-militares. De manera
institucional, sin embargo, las alianzas principales dentro de las
fuerzas armadas parecen ahora moverse en dirección al General Ríos
Sosa, hijo de Ríos Montt y potencialmente el próximo Ministro de
la Defensa. Mediante rotaciones internas en los años pasados el
FRG se ha garantizado de que todos los comandantes de tropa sean
leales y lo apoyen.
4.8 La estrategia del FRG versus la falta de estrategia de la
Oposición
Con el objetivo de consolidar su imagen populista, el FRG y su
dirigente máximo, el General Ríos Montt, han nombrado a puestos de
gobierno a varios izquierdistas y figuras democráticas durante los
últimos tres años, utilizando una estrategia que combina varios
factores: cooptando figuras de la oposición, enfrentándose con el
sector privado y los medios de comunicación asociados con el
mismo, ganándose a la comunidades rurales pobres con alguna
infraestructura y suministros de alimentos y agrícolas,
garantizándose el apoyo de la línea dura dentro del antiguo
sistema de las PAC, provocando temor entre las comunidades rurales
por medio de acciones de las ex-PAC, incluidos los linchamientos y
asesinatos, manteniendo un clima de intimidación y temor mediante
los grupos secretos y estructuras de inteligencia clandestinas,
fortaleciendo los sectores militares incondicionales y dividiendo
a la oposición. Es importante destacar que, aunque la mayor parte
del sector privado, particularmente CACIF, se opone al gobierno,
el FRG ha acumulado una cantidad sustancial de fondos. Hay nuevos
ricos que han acumulado fortunas por medio de la corrupción y los
negocios ilícitos, que tienen vínculos estrechos con el FRG.
Además, al igual que en las elecciones de 1999, el FRG tendrá
acceso a fondos de los Estados Unidos, tanto de la extrema derecha
como de muchas iglesias fundamentalistas. También existen
sospechas bien fundadas de que recursos del estado y la ayuda
exterior sean utilizados para la campaña electoral. Por último,
no sería una sorpresa que el FRG recurriera al fraude generalizado
para ganar las elecciones.
Mientras tanto, la Oposición de Guatemala se encuentra fragmentada
en múltiples partidos políticos, con cerca de 15 ya inscritos en
el Tribunal Supremo Electoral y 10 más a la espera de su admisión
final. Peor aún, tienden a creer ciegamente en las encuestas, que
al apoyarse en muestras en los centros urbanos presntan al FRG más
débil de lo que es. La mayoría de estos partidos son de la
derecha y actúan bajo la premisa de que el FRG será derrotado y
que la población busca una nueva opción; varios caudillos se ven a
sí mismos como la nueva opción. Sobre la base de estas
suposiciones irrealistas, no toman en cuenta el apoyo del que el
FRG aún goza con las masas pobres apolíticas. La URNG es
probablemente la expresión más fuerte de la izquierda, pero otros
partidos más pequeños pueden atraer a algunos de los disidentes de
la URNG y algunos grupos progresistas nuevos. El movimiento
social, que sigue autoidentificándose como progresista, también se
partirá, con alguna organizaciones deseosas de apoyar aun a
partidos del centro-derecha.
Por consiguiente, aunque algunas alianzas empiezan a tomar forma,
los analistas políticos no prevén una coalición pro-democracia
amplia antes de la primera ronda de elecciones, el 9 de noviembre.
Al día de hoy, parece como que si el FRG será la primera o la
segunda fuerza. Aunque es muy temprano como para llegar a
conclusiones acerca del próximo proceso electoral, todo parece
indicar que ningún partido o coalición de partidos alcanzará la
necesaria mayoría para ganar. El sistema electoral considera una
segunda elección para Presidente y Vicepresidente, entre las dos
primeras fuerzas políticas, si no existe mayoría en la primera
vuelta, la cual ha sido programada para el 21 de diciembre. Ese
momento será crucial para los próximos cuatro años. Si la
Oposición no se da cuenta de que el objetivo estratégico deberia
ser el del "cambio de régimen", Guatemala, bajo un nuevo gobierno
del FRG, sin lugar a dudas entrará en un período más violento,
regresivo e inestable, que pondrá en peligro el joven sistema
democrático guatemalteco.
V. Conclusiones y Recomendaciones
Conclusión 1. La única manera en que Guatemala puede salir de su
actual crisis política es actuando de inmediato para enfrentar las
causas profundas de la violencia y de las violaciones de los
derechos humanos fundamentales y reactivar el proceso de
aplicación de los Acuerdos de Paz. Para que ambas cosas ocurran,
es evidente que las acciones de los diversos agentes de la
sociedad civil han demostrado ser insuficientes para hacer que el
gobierno tome las acciones necesarias. Guatemala necesita de
nuevo el firme apoyo de la comunidad internacional y la
solidaridad de otros pueblos.
Recomendación. Es fundamental que la comunidad internacional
actúe de cara a la situación de los derechos humanos en Guatemala
y garantice la terminación exitosa del proceso de aplicación de
los Acuerdos de Paz. Con ese propósito, todos los mecanismos
posibles, políticos, económicos y financieros, deberían ser
utilizados, con sentido de urgencia, incluyendo sanciones de ser
necesario.
Conclusión 2. Dadas las nuevas condiciones internacionales, no
resulta fácil para ningún estado o grupo de estados involucrarse
en la situación de los derechos humanos de Guatemala. Se ha
sugerido por parte de algunos representantes que la crítica fuerte
del gobierno puede ser contraproducente para el proceso de
aplicación de los Acuerdos de Paz. Esto podría ser solamente una
excusa; pero ninguno de los países interesados en Guatemala quiere
ser percibido como uno de los factores que contribuyen al fracaso
de la aplicación de los Acuerdos de Paz. Sin embargo, es claro
que la falta de crítica hacia el gobierno por sus políticas
contrarias a los derechos humanos y la consolidación de la paz ha
contribuido a la crisis actual. La comunidad internacional tiene
la responsabilidad de prevenir cualquier deterioro adicional de la
situación general de Guatemala.
Recomendación. Todos los mecanismos posibles para la protección
de los derechos humanos deberían aplicarse de inmediato en
Guatemala, tanto por parte de las Naciones Unidas como de la
Organización de los Estados Americanos. Entre otros, recomendamos
los siguientes aspectos:
a) Dado el hecho de que el estado guatemalteco ha firmado ya una
carta de invitación permanente para que todos los Relatores
Especiales y Grupos de Trabajo visiten el país, las Naciones
Unidas deberían organizar visitas de manera que cada año Guatemala
pudiese contar con la presencia de dos Relatores Especiales o
Grupos de Trabajo, como mínimo;
b) Se le debería dar un mandato apropiado y recursos suficientes a
la Oficina de Guatemala del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, que según noticias de prensa
debe funcionar en julio próximo, para enfrentar enérgicamente las
violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, la apertura de
esta Oficina no debería poner en riesgo la extensión y la calidad
del mandato irreemplazable de MINUGUA;
c) El mandato de MINUGUA con relación a la vigilancia de los
compromisos sobre los derechos humanos debería fortalecerse y
financiarse apropiadamente, y se debería estudiar la posibilidad
de prorrogar dicho mandato en la esfera de los derechos humanos
hasta el año 2005.
Conclusión 3. El movieminto más sólido de oposición a la
violencia y a las violaciones de los derechos humanos ha surgido
del movimiento de derechos humanos de Guatemala. A fin de
intensificar sus actividades y sostener el movimiento, las
organizaciones de derechos humanos harán peticiones concretas a la
comunidad internacional, que son esenciales para mejorar las
condiciones y el entorno de las luchas por los derechos humanos.
Recomendación. La comunidad internacional debe responder de la
manera más apropiada posible a las peticiones del movimiento de
derechos humanos de Guatemala. En este momento, el llamamiento
esencial de las organizaciones de derechos humanos es a que las
Naciones Unidas y la OEA nombren cada una un integrante de la
CICIACS. Es importante que se nombren personas que puedan
producir efectos sobre la situación de los derechos humanos en
Guatemala, como ocurrió en el pasado. El Sr. Christian Tomuschat
fue un excelente Representante Especial para Guatemala, habiendo
sido después el Coordinador de la Comisión para el Esclarecimiento
Histórico, y la experta argentina Mónica Pinto desempeñó un papel
esencial com Representante Especial de las Naciones Unidas para
Guatemala a cargo de vigilar la situación de los derechos humanos.
Conclusión 4. Luego de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996,
la mayoría de los fondos que la comunidad internacional aportó
para su aplicación fueron transferidos al Gobierno de Guatemala.
Sin embargo, es evidente que los fondos son utilizados
inadecuadamente o desviados, y percibimos la necesidad de cambiar
dicha situación. Los fondos para el gobierno deberían estar
sujetos a controles muy estrictos, a fin de impedir su utilización
para campañas políticas. Además, se deberían encontrar canales
para enviar los fondos a organizaciones de la sociedad civil que
sean totalmente representativas.
Recomendación. Los fondos y el acompañamiento a la sociedad civil
de Guatemala son fundamentales. El Grupo Consultivo de Donantes
debería preparar planes concretos para potenciar a las
organizaciones de la sociedad civil para que asuman el papel más
amplio posible en las acciones de consolidación de la paz, aun en
el caso de que se logre un cambio de régimen por medio del próximo
proceso electoral. La comunidad internacional y las
organizaciones en solidaridad con el pueblo de Guatemala deberían
proporcionar acompañamiento a Guatemala en esta difícil etapa.
Conclusión 5. Evidentemente, la situación de los derechos humanos
en Guatemala no mejorará significativamente, y puede de hecho
deteriorarse más, si el Frente Republicano Guatemalteco (FRG)
resulta reelegido para el gobierno o logra mantener su control.
La comunidad internacional, y en particular los Estados Unidos,
debería estar consciente de que la continuación del FRG en el
gobierno tendrá como resultado el fin de los esfuerzos de
consolidación de la paz en Guatemala.
Recomendación. La comunidad internacional debería abstenerse
tanto de acciones económicas como de acciones políticas que el FRG
pudiese utilizar para aumentar sus posibilidades de ganar las
próximas elecciones. Adicionalmente, debería cooperar con las
autoridades electorales de Guatemala para impedir todo tipo de
fraude electoral. Deberían existir esfuerzos vigorosos y
sostenidos por garantizar la participación libre de todos los
ciudadanos guatemaltecos, así como por vigilar de manera apropiada
el proceso electoral. A este respecto, exhortamos a la comunidad
internacional, de manera particular, que proporcione los fondos
necesarios para garantizar la más amplia inscripción de ciudadanos
antes de las elecciones y proporcionar transporte en el día de las
elecciones para que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho
al voto.
Conclusión 6. Una conclusión final, que es muy importante para
los 1.2 millones de guatemaltecos que, según una estimación
oficial reciente, viven fuera del país, es que los ciudadanos en
el exterior deberían estar capacitados para ejercer su derecho de
participar en la vida política de Guatemala y su derecho al voto.
Actualmente, la fuente principal de divisas para Guatemala la
constituye el envío de dinero de los guatemaltecos que trabajan en
los Estados Unidos y otros países. Es inconcebible que este
sector importante de la población guatemalteca esté marginada por
la Ley Electoral de la vida política de Guatemala.
Recomendación. El Gobierno de Guatemala, todos los partidos
políticos y la comunidad internacional deberían garantizar que el
proceso electoral de 2003 sea el último que prohiba la
participación directa de los guatemaltecos en el exterior. Los
guatemaltecos deberían gozar, al igual que lo hacen ciudadanos de
muchos otros países desarrollados y en desarrollo, el derecho al
voto y a determinar el futuro del país, aun cuando viven en el
exterior.
30 de abril de 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/107530