Declaración del Foro: ALCA y TLC, el espejismo del libre comercio
13/05/2003
- Opinión
Bogotá, junio 13 y 14 de 2003
En este Foro se ha ilustrado detalladamente el devastador
impacto económico y social que le acarrearía a Colombia
su incorporación al Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA).
Fue fundamental examinar la experiencia mexicana con el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ya que es
uno de los modelos sobre el cual se está negociando el
ALCA. Se mostró que la propaganda oficial mexicana es un
engaño. Dicho gobierno ha presumido que se multiplicaron
las exportaciones por tres, pero no dice que sigue
habiendo déficit en el comercio exterior pues las
importaciones crecieron aún más. Presume de que logró
atraer grandes cantidades de inversión extranjera
directa, pero no dice que ésta en su mayoría se redujo a
la compra de los buenos negocios mexicanos. Y, sobre
todo, no dice que en realidad fue un fracaso ya que la
estrategia era exportar y atraer inversión para crecer y
la tasa de crecimiento ha sido la más baja en 60 años.
La realidad es que el TLCAN promovió unas pocas grandes
empresas exportadoras que importan todos sus insumos, con
lo que ganan ellas y pierde el país. El sector
exportador está desconectado del resto de la economía, es
una isla exitosa en un modelo que fracasa, y la
consecuencia ha sido deterioro del medio ambiente, pocos
y malos empleos y aumento de la pobreza.
Los resultados en el terreno agrario no podían ser
peores. El incremento de las importaciones de productos
agrícolas, incluyendo el maíz y el fríjol, esencia de la
dieta mexicana, ha causado la pérdida de la
autosuficiencia alimentaria y quebrado a miles de
campesinos, factores estos que, junto con la eliminación
de aranceles, han desatado grandes movilizaciones de los
productores del campo que exigen suspender y renegociar
las cláusulas agrarias del TLCAN.
Como lo han señalado numerosas personas y organizaciones,
y lo corroboró este Foro, la incorporación de Colombia al
ALCA significará la continuación y profundización de las
políticas de privatización y liberalización que han
llevado al país a la ruina; la eliminación de los
aranceles condenará ramas enteras de la producción a
desaparecer; se perderá definitivamente la soberanía
alimentaria; la salud, la educación y demás servicios
sociales, al regirse por el afán de lucro, serán más
inaccesibles para la población. Con el ALCA, Colombia
profundizará la desindustrialización y se convertirá en
el paraíso de las multinacionales, y el Estado perderá
toda posibilidad de influir y moldear el desarrollo
nacional. El gobierno de Colombia cederá gran parte de
su soberanía al aceptar someterse a paneles
internacionales de solución de controversias –no
tribunales- cuando sea demandado, no por otro gobierno,
sino por una simple empresa extranjera.
Muchas de las definiciones contenidas en el ALCA han
venido siendo adoptadas en Colombia o están dentro de la
agenda gubernamental.
Las medidas en esta misma dirección, y adoptadas en los
últimos doce años, han mostrado su efecto perverso sobre
el desarrollo económico y la realidad ha demostrado que
aun las preferencias del ATPA tuvieron poco impacto sobre
el empleo y concurrieron con un período de grave
decrecimiento de la economía colombiana.
Las negociaciones del ALCA, que ya llevan varios años, se
acercan a decisiones cruciales. Los últimos gobiernos
las han adelantado sin tener en cuenta los intereses de
los sectores productivos y populares del país y las
posiciones que en ellas han formulado no se han puesto en
conocimiento ni siquiera de los sectores directamente
afectados. Los criterios que Colombia lleva a las mesas
de negociaciones internacionales se elaboran con
participación de voceros de las multinacionales y es
evidente el propósito de conducir aceleradamente la
nación, recurriendo a presiones y sin mayores análisis
sobre el impacto negativo del ALCA, a una situación que
supeditaría el desarrollo nacional a acuerdos
internacionales desiguales de carácter irreversible.
Cuando el Foro examinó tanto el tema del ALCA como el
acuerdo bilateral de libre comercio con Estados Unidos,
tan anhelado por el gobierno, tuvo presente que se trata
de un proyecto concreto de asociación permanente, entre
la superpotencia más fuerte y arrogante de la historia y
una economía débil como la nuestra. Consideró que es un
acuerdo que reforzará la dependencia de Estados Unidos,
es una carta marcada a favor del más poderoso.
Por estas y muchas otras razones que fueron debatidas
ampliamente y que cuentan con una importante base
documental y analítica, el Foro considera tajantemente
que Colombia no debe suscribir el ALCA.
No realizamos una crítica ciega y sin propuestas. Desde
esta orilla hay muchas alternativas viables. Colombia
debe ampliar y fortalecer su mercado interno, promover la
industrialización, garantizar la autosuficiencia
alimentaria mediante la producción agrícola propia,
elevar el nivel de vida de la población, dar prioridad en
sus relaciones comerciales a la Comunidad Andina y al
MERCOSUR, así como diversificar sus relaciones
comerciales en lugar de reducirlas a la exclusividad con
Estados Unidos, con quien también se deben mantener
relaciones económicas, pero en pie de igualdad y con
beneficio recíproco.
El Foro propone una gran coalición entre todos los que
quieran defender la nación; aprecia todos los esfuerzos
hechos hacia lograr este objetivo por las fuerzas vivas
del país y llama a la defensa del bienestar de la
población, la producción y la preservación de la
soberanía nacional.
Por ello propone una agenda inmediata que, junto a la
articulación de los esfuerzos ya en curso de muchas
organizaciones, incluye:
1.. Convocar en noviembre de 2003 una Asamblea Nacional
de Defensa de la Nación frente al ALCA, que coincida con
la Reunión Ministerial de Miami y a la cual se lleven
pronunciamientos de todos los sectores gremiales,
académicos y sociales, que deben aprobarse en el curso
del segundo semestre del año.
2.. Adelantar una Jornada Nacional en septiembre,
coincidente con la reunión de la OMC en Cancún, que
critique "el espejismo del libre comercio" y se sume al
torrente que en toda América protestará contra el ALCA.
3.. Promover comités amplios y pluralistas que en todas
las ciudades adelanten actividades de educación y
divulgación sobre el nefasto contenido del ALCA y, con
ese mismo fin, desarrollar tareas entre todos los
sectores sociales.
4.. Consideramos indispensable la constitución de una
organización estable, amplia, incluyente y democrática
que dirija este proceso y que esté integrada por
representantes de todas las organizaciones participantes
en el Foro, y otras que se vinculen. El Foro hace un
llamado a la sociedad para que debata y asuma una
posición crítica ante este grave problema que afectará el
desarrollo del país durante décadas; al Parlamento para
que vigile y discuta desde ahora y en forma minuciosa los
pasos que adelanta el gobierno, y para que adopte
respecto a ellos pronunciamientos consecuentes con los
intereses nacionales; a los intelectuales, académicos y
centros de investigación para que les den sustento a
estas posiciones; a los medios de comunicación para que
reconozcan la existencia de otras voces y difundan sus
planteamientos, y a las organizaciones sociales y
gremiales de todos los estamentos para que asuman un
papel activo en defensa de la soberanía y los intereses
de la nación y de la sociedad colombiana.
Medidas como la liquidación de Telecom, la anunciada del
Seguro Social y las amenazas sobre Ecopetrol, no hacen
más que llevar el país por la vía de entregar la nación a
las multinacionales y deteriorar la capacidad económica
del Estado.
Recogemos las múltiples iniciativas que diferentes
organizaciones han propuesto durante el Foro, las cuales
deben contribuir a la realización de la Asamblea Nacional
de noviembre.
https://www.alainet.org/es/articulo/107733