Desafío para el MERCOSUR
29/06/2003
- Opinión
La decisión del nuevo gobierno argentino de poner impuestos a
los capitales especulativos que permanezcan menos de 180 días
en el país introduce un elemento nuevo que puede comenzar a
dar forma al nuevo MERCOSUR propuesto originalmente por
Brasil. A pesar de haber declarado la moratoria del pago de
sus deudas, Argentina también fue contemplada para una gran
entrada de capitales, como resultado de las tasas de interés
muy bajas en los países centrales del capitalismo, comenzando
por Estados Unidos. Se mantiene bajo control la cotización del
peso, se reduce la capacidad exportadora del país y afecta su
balanza de pagos. De ahí la decisión del presidente argentino.
Una medida similar existía en Chile antes a la crisis
brasileña de 1999, sin embargo, tuvo que ser suspendida porque
los países vecinos marchaban en dirección opuesta, creando
cada vez más facilidades para el ingreso del capital
financiero. Una medida de ese orden se torna inviable si los
países vecinos mantienen la oferta de altas tasas de interés
sin ningún tipo de impuestos. La medida del gobierno argentino
coloca a Brasil en el desafío de aplicar algo similar o
renunciar al proyecto de construcción de un MERCOSUR
fortalecido, que incluya un Parlamento y una moneda común. Sin
coordinación de sus políticas cambiarias, poco o nada se podrá
avanzar. No obstante, en este momento Brasil asume, al
finalizar el primer semestre del nuevo gobierno, una postura
liberal delante de la política cambiaria y nada hace prever
que nuestro país acompañe ahora a Argentina. Con todo, al no
hacerlo, a pesar de decir que apoya la medida de Kirchner, en
realidad estaría saboteándola, por las altas tasas de interés
real -más altas que hace dos meses- y por la disposición del
gobierno brasileño de seguir atrayendo capitales
especulativos.
La situación coloca al MERCOSUR en el desafío inesperado de
tener que pronunciarse sobre una medida que hoy divide al
bloque. Lo que podría cambiar la situación, seria un giro de
rumbo en la política económica del gobierno Lula, en el pasaje
anunciado de lo que sería su segunda fase. En ese caso, se
combinaría el reimpulso del desarrollo con el desaliento al
capital especulativo. Pero, para entonces el gobierno de Lula
tendrá que abandonar su pretensión actual de retomar el
desarrollo en el marco de las políticas microeconómicas, sin
sacudir los pilares de la política macroeconómica. Al no
hacerlo, estará, en la practica inviabilizando la medida
argentina y abriendo un foso entre los dos principales
miembros del MERCOSUR. (Traducción ALAI)
https://www.alainet.org/es/articulo/107782
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