Comercio Social?
14/07/2003
- Opinión
Hace unas semanas el primer asesor presidencial y consultor privado,
Rudolf Hommes, escribió, para algunos medios, un artículo con un
título traído de los cabellos: "Comercio Social". Desde que los
fenicios iniciaron el arte de llevar y traer y cobrar por ello, nadie
en la historia se había imaginado siquiera que el comercio en su
cabal ejercicio pudiera tener incluido el altruismo. Ese desvarío se
presenta como el más sólido argumento para declarar la conveniencia
de los denominados tratados de libre comercio, bien el ALCA o bien un
TLC de Colombia con Estados Unidos (el todo es que sea con el Tío
Sam), elevando ya a principal ventaja las importaciones y no las
exportaciones, "comprar barato" y no vender mucho. He ahí la esencia
de su tesis manida del "Comercio Social" enfatizada en particular en
el sector de los alimentos.
Este ardid, para llamar a que el país se rinda por la vía de la
viveza de aprovechar los productos alimenticios subsidiados que
Norteamérica expende para nutrir a los colombianos más pobres, no es
más que una " patada de ahogado" en un debate en el cual, aunque
Hommes puso a sonar a toda su orquesta, entiéndase Montenegros,
Mauricio Reina, FEDESARROLLO, Alvaro Balcázar, el Banco Mundial o la
Revista DINERO y Oscar Marulanda, todavía a nadie convence que hay
que permitir el desplome de la producción nacional de maíz, de
azúcar, de leche, de pollo y huevo, de arroz, de soya y, en general
de todos los cereales, oleaginosas y los géneros pecuarios sin
excepción. Y, jugando a la lucha de clases, descalifica a los
productores agrarios como opositores de su campaña, digna de un Robin
Hood de Chapinero, al descalificarlos como "terratenientes".
Un documento de la organización internacional OXFAM de marzo de 2003
acerca de los Créditos para las Exportaciones en Estados Unidos,
acotándolos como "negativos y de doble medida" (para asimilarlos con
"doble moral") sirve como nuevo mentís al "comerciante social",
Rudolf Hommes. Denunciando que en el caso de Asia el 80% de los
productos exportados con créditos subsidiados no fueron a los países
más pobres sino a los más industrializados de esa parte del planeta,
como Corea del Sur y Taiwan, afirma que la hipocresía gringa se
destapa más al comprobarse que es un medio de subvencionar a las
corporaciones que venden al exterior por debajo del costo y que
sabotea la ayuda alimenticia en el mundo.
El documento entrega evidencias. El gobierno norteamericano, entre
1993 y 2002, otorgó créditos a sus corporaciones exportadoras de
"agrobusiness" por 34.000 millones de dólares. Para demostrar que
son un instrumento de expansión de los mercados de EEUU señala que,
si bien en Asia sucedió según lo ya dicho, en África, la paupérrima
región al sur del Sahara participó con una cifra ínfima en tanto que
Egipto y Argelia, economías muy superiores a esa zona, recibieron más
del 70% de lo que fue para dicho Continente. Las exportaciones con
créditos subsidiados a América Latina y el Caribe fueron el 50% del
total en el 2002 pero en México paró un tercio de ellas. OXFAM
deduce que muchos países son perdedores al recibir un impacto
combinado: por un lado, la quiebra de sus productores agrícolas que
ven disminuidos sus ingresos hasta la ruina debido a la presión de
los bajos precios de los productos extranjeros así exportados a causa
de lo cual, por el otro, se trasladan a producir bienes básicos como
café, cacao y palma africana, los que, al ofrecerse en exceso en el
mercado ven declinar las cotizaciones disminuyendo los ingresos de
los productores y añadiendo al final más miseria.
Los granos, las oleaginosas, el trigo, el arroz y las harinas han
recibido el 80% de tales artificiosas "ventajas competitivas" y de
ahí que no sea difícil deducir que los grandes ganadores son los
grupos que hacen de ese comercio, las comercializadoras Zen Noh,
CARGILL y ADM. Finalmente OXFAM dice que, cuando se trata de
créditos para fomentar la ayuda alimenticia, la corrupción es
rampante en cuanto los fondos destinados para tal propósito se gastan
en un 80% en los mismos Estados Unidos.
En el caso del ALCA, hasta los mismos funcionarios gringos hacen
quedar mal a Hommes. El 23 de abril de 2001, la secretaria de
Agricultura de USA, Anne Veneman, en audiencia ante la Cámara de
Representantes de su país, con relación a las expectativas del
despacho a su cargo en el marco de tal tratado, expresó: "El ALCA
permitirá a productores y exportadores de USA un mayor acceso a los
450 millones de consumidores fuera del NAFTA. En tres países
(Argentina, Brasil y Chile) se agregarán otros 50 millones de
consumidores de clase media, con ingresos crecientes, una fuerte
demanda para los productos alimenticios importados... El ALCA
aumentará nuestras exportaciones agrícolas hacia el hemisferio en US
$1.500 millones de dólares anuales. Las ganancias se deberán... a
nuestro sector de granos, especialmente el trigo y los granos
forrajeros. También... productos hortícolas y procesados…La
agricultura genera el 16% de la actividad económica de Estados Unidos
(desde la producción hasta el mercado) y emplea 23 millones de
trabajadores". ¿Alguien leyó aquí algo que suene a "comercio
social"? Sólo el oído neoliberal de Hommes y su banda que no saben
cómo validar la entrega de la agricultura colombiana a sus amos.
Julio 15 de 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/107915?language=en
Del mismo autor
- La corrupción por las esquinas 31/08/2014
- Estrés petrolero en Colombia? 30/08/2014
- Modelo industrial exportador, laberinto sin salida 30/05/2013
- Primeras lecciones del TLC con EE.UU. 16/05/2013
- Esmeraldas, neocolonial y semifeudal 09/04/2013
- Nuevas realidades cafeteras 19/03/2013
- Paro cafetero, segunda fase de la enfermedad holandesa 11/03/2013
- ¿Empleo o “rebusque”? 09/02/2013
- Reforma tributaria de Santos: ¡Archívese! 22/10/2012
- Doctrina Bush-Uribe vs. Doctrina Clinton- Obama-Santos 24/07/2012