La muerte de los hijos de Hussein y del doctor Kelly
22/07/2003
- Opinión
Las muertes del doctor Kelly y de los hijos de Saddam
están afectando la vida política de los vencedores de la
guerra.
El ejército estadounidense proclamó que el martes 22
ultimó a Uday y Qusay Hussein y con ellos 34 de las 55
cartas más buscadas.
No hay fotos de los rostros de los herederos abatidos de
Saddam. La versión oficial sindica que tal ha sido la
desfiguración de éstos que se ha debido recurrir al DNA
para identificarlos. Si bien la prensa occidental le da
crédito a esa versión es probable que dentro del mundo
árabe ello sea recibido con esceptiscismo. Los dos
hermanos se cuidaban de no aparecer juntos a fin de no
caer simultáneamente. Por otra parte no es la primera vez
que las FFAA norteamericanas afirman haberlos asesinado.
Anteriormente dijeron haberlo hecho en Abril y luego
atacando a un convoy que iba para Siria. En Mansur, como
en dos bombardeos a Bagdad o en el ataque en el cual se
afirmó que se acabó con la vida del 'químico' Alí en
Basora, hubieron muchos civiles muertos, pero los
supuestos blancos no fueron tocados.
El anuncio de tales muertes viene como anillo al dedo
para Washington y Londres, donde hay muchos
cuestionamientos. Por una parte está el hecho de que casi
a diario vienen siendo emboscadas tropas extranjeras y
que los costos en vidas y dinero es muy alto. El
presupuesto militar en Irak está subiendo de $2 mil
millones mensuales a $ 3,900 mil millones mientras que
tanto en los EEUU como en Gran Bretaña hay sectores que
se quejan por la falta de inversiones sociales en
educación y salud.
Por otra parte están las denuncias hechas acerca que la
guerra fue impuesta con datos manipulados. Esto ha
conducido a la mayor confrontación en Gran Bretaña entre
un gobierno y el cuasi monopolio radio-televisivo (BBC).
La BBC hizo un reportaje en el cual afirmaba que una de
sus fuentes les había asegurado que el ejecutivo quizo
tergiversar los informes de inteligencia a fin de poner
la afirmación que Bagdad estaba en la capacidad por el
oficialismo como el posible delator y, debido a las
presiones ejercidas sobre él, él se habría suicidado.
El, al quitarse la vida, ha estado arrastrando al abismo
a varias figuras del gabinete de Downing Street. Blair,
el jefe laborista que más tiempo ha sido premier, es el
más afectado. Las encuestas arrojan que 2 de cada 5
británicos quisieran que deje el cargo.
Blair se atrevió a ir hacia una guerra contando con la
oposición de su electorado y haciendo frente a dos
millones de marchistas en la mayor protesta que ha
conodico el Reino Unido. Para él era fundamental
convencer al parlamento del terrible peligro que
representaba Irak. Para ello se elaboraron dos informes,
los mismos que replicaban argumentos esgrimidos por Bush
en sus discursos, incluyendo el del estado de la unión.
En éstos se afirmaba que Bagdad había adquirido uranio
africano y tubos metálicos especiales para fabricar armas
nucleares, las mismas que podían estar listas para el
2003, y que poseía miles de litros de gases mortales y
muchos mísiles de largo alcance.
No se ha encontrado ninguno de esos mísiles o gases ni
aún después de 45 días de haberse iniciado la guerra. Los
inspectores de Naciones Unidas declararon antes del
inicio del conflicto que eran fraudulentas las pruebas
sobre adquisión de implementos para cabezas atómicas.
Para tratar de eludir las críticas, Blair ha mostrado su
capcidad de estar dispuesto a sacrificar a Alistair
Campbell, su director de comunicación, y Geoff Hoon, su
ministro de defensa. Sin embargo, la comisión de
investigaciones presidida por Lord Hutton ha planteado
que durante 2 meses hará audiencias televisadas.
Con la muerte de los hijos de Hussein, Bush y Blair
tratarán de cubrir la del doctor Kelly. Quienes no han
podido dar con Bin Laden, Mula Omar, Saddam o las armas
de destrucción masivas, ahora querrán mostrar progresos.
Queda por ver si tales bajas desmoralizarán a la
resistencia. La mayoría iraquí no simpatiza con la
ocupación y la muerte de éstos o de Hussein podría se
interpretada como que se confirma que la presencia
extranjera se hace más innecesaria. Quienes marchan en
las calles o se enfrentan a las tropas representan
diversas tendencias: desde radicales chiítas hasta
socialistas.
Si se profundizan las investigaciones y el descontento en
Irak y dentro de EEUU y Reino Unido ante la ocupación, es
posible que se produzcan serios remezones dentro de los
propios gobiernos de los países atacantes.
* Isaac Bigio es Analista Internacional
https://www.alainet.org/es/articulo/107948?language=en
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