Medios, presupuesto y aumentos
17/11/2003
- Opinión
Silencio de los medios
Si de algo no podemos quejarnos en Argentina es de la capacidad
que tienen nuestros gobiernos para crear la idea de que su accionar
va en el mejor de los sentidos. Un país que todos los días va
teniendo anuncios rimbombantes desde el Poder Ejecutivo
necesariamente termina creando en el inconsciente colectivo la
percepción, solo ella, que se está haciendo mucho y sin descanso en
el camino de conseguir el bienestar general.
Qué todo vaya mejor y que se haga mucho no es la realidad
verificable que viven la mayoría de los habitantes, más allá que una
mueca de satisfacción aparezca por momentos ante determinadas
medidas, esa que se va rápidamente al comprobar que nada ha
cambiado, que los padecimientos y sufrimientos de ayer, persisten
hoy y seguirán estando mañana. Ahí mismo, siempre estando presentes.
Policía corrupta-secuestradora-asesina, amenazas anónimas a
funcionarios y a sus familiares, descalificaciones y
desautorizaciones a ministros y vicepresidente, malversación de
fondos y corrupción en el manejo del transporte aéreo presidencial,
incrementos de tarifas y su inmediata negación, funcionarios
supuestamente tomados como rehenes, judicialización de la protesta
social, viajes al exterior confirmados a último momento, espías en
consulados, abrazos y mimos a reyes, besos y abrazos que complican a
la custodia presidencia, denuncias de narcodemocracia y demás
puestas en escena; son temas que son irrelevantes a la hora de hacer
que el país comience a salir de la crisis a la que fue llevada por
una clase política, la que hemos permitido llegar, representante de
los intereses corporativos nacionales y extranjeros.
Si en medio año de gestión presidencial no se ha podido
explicitar cuales serán los programas que se llevarán adelante es un
problema muy serio, y más aún cuando no alcanzan los micrófonos y
las imágenes para decirnos a cada rato que nos convocan para
participar y trabajar en el diseño del futuro. No admitimos que se
trate de un problema de saber como comunicarlo a los ciudadanos
sobre hacia donde vamos de forma eficaz y convenientemente, se trata
sencillamente de la ausencia de políticas activas y superadoras.
Advertimos, eso sí, que cada día con mayor ímpetu se van
retirando de las opiniones periodísticas las críticas, las que
deberían ser indispensables para hacer que se corrijan los errores
gubernamentales. Ni que decir de las columnas de opinión que otrora
nos ayudaban a construir una idea extra oficialista de la realidad
nacional. Esa siempre padecida.
Es por eso que sospechamos de aquellos que se apuran por subir
al avión presidencial y formar parte de las comitivas en los viajes.
Errores, fallos y desaciertos en esta gestión hay muchos, en
demasiados ámbitos y parecería que la publicidad prebendaria
oficialista y las apretadas realizadas a los medios y periodistas
van dando resultado en la indisimulada pretensión de hacernos creer
que no existen y que todo va en el buen camino. Eso no es así.
Presupuesto Nacional o Presidencial
En la última semana se han producido hechos que tienen una gran
significación al momento de establecer sí es verdad que los cambios
de rumbo, y de prácticas, se van produciendo y sí verdaderamente
existe una reconsideración del envión político llevado adelante
desde la instauración de la democracia hace veinte años atrás. Poco
se advierte.
La Cámara de Diputados con el voto de 90 legisladores, un 35%
del total de sus miembros, ha dado media sanción al Presupuesto
Nacional del año 2004, que analizaremos una vez que sea sancionado
definitivamente por el Senado Nacional. Debemos señalar que el Poder
Legislativo le cuesta al país 1.100.000 pesos diarios y emplea a
9.600 personas, que dicho de otra forma son 221.000 subsidios
anuales de los Planes de Jefas y Jefes de Hogar Desocupados. Aquí
nos preguntamos si tantos recursos humanos como materiales no
deberían quedar reflejados en una mejor actuación de sus miembros,
los que solamente se han convertido en meros "levantamanos" de cada
uno de los proyectos enviados desde el Ejecutivo, de éste y de los
anteriores. Hay un grupo de representantes que honrosamente siguen
dando el debate de las ideas en un cuerpo cada día más sordo e
impenetrable a cualquier tipo de crítica o propuesta que se
realicen. ¿Es así la democracia?. Seguro que no.
Pero a la hora de entregar "superpoderes" lo hacen a favor del
jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández. Éste fue
vicepresidente del grupo BAPRO desde el año 1996 al 2000 período en
el cual fue quebrado el Banco de la Provincia de Buenos Aires;
gestor para que Domingo Felipe Cavallo apoyara la candidatura de
Carlos Ruckauf en la elección para la gobernación bonaerense en
1999; estuvo a cargo de la fundación que administró los fondos de la
campaña de Eduardo Alberto Duhalde para su intento de llegar a
presidente por el voto, además de ser su jefe de campaña; y que en
el año 2000 llegó a ser legislador porteño por Encuentro por la
Ciudad, o sea, parte de las huestes del anterior "superministro"
menemista y aliancista y que produjo el polémico ingreso de la
actriz Elena Cruz tras su renuncia para integrar el gabinete de
Néstor Carlos Kirchner. Paradigmáticas herencias sin dudas.
Los ciudadanos ya sabemos que esta administración, en este
tema, no ha sido nada original y podemos esperar que en función de
la impronta hegemónica que presenta será muy difícil el fiel
cumplimiento de la asignación de partidas que el Legislativo
terminará sancionando por más de 62.000 millones de pesos. El jefe
de Gabinete podrá realizar todas las reestructuraciones que quiera
sin el control establecido constitucionalmente por parte de nuestros
supuestos representantes legislativos. Recordemos que el Presupuesto
Nacional es la Ley Madre desde donde se fijan las políticas que van
a llegar al pueblo y que se aplicará, en este caso, para una cuarta
parte del mandato presidencial.
Una vez más ha quedado demostrado que uno de los poderes del
Estado carece de toda importancia e injerencia a la hora de ejercer
nuestra representación, y que solamente se limitan, desde el
parlamento, en confirmar absolutamente todo lo pedido desde el
Ejecutivo. Siempre ha sido igual. Cuando por algún cortocircuito se
han demorado en votar a libro cerrado, las coimas y los aprietes han
estado a la orden del día, obviamente no "en el Orden del Día".
Para que todo esto suceda ¿Son necesarios 400 millones de pesos
para mantener al Poder Legislativo?. La respuesta es obvia. No.
Aumentos de miseria
Que para el ministerio de Economía la "Canasta Básica Total" -
alimentos, bienes, vestimenta, transporte, educación y salud-, esté
actualmente por persona adulta en 228 pesos (149 pesos en diciembre
de 2001), y que 705 pesos (461 en diciembre del 2001) sea la línea
que se utilice para determinar si una familia de cuatro miembros
está bajo el límite de la pobreza, en función de sus ingresos, son
datos que nada tienen que ver con los estudios serios realizados.
Con datos ciertos su verdadera cuantía alcanza a por los menos 1.100
pesos mensuales, lo que significa que en este concepto existe un
arbitrario error de cálculo de un 30% menor.
Con los datos oficiales antes mencionados el Gobierno Nacional
ha establecido un nuevo incremento en los sueldos del sector privado
a partir de enero próximo, y que totalizarán desde diciembre del
2001 la suma de 250 pesos. Es por eso que al escuchar que los
funcionarios se quejan de que sean 3.000 pesos el tope de sus
sueldos políticos nos produce una gran repulsión, como así también
los contratados que superan en mucho a éste importe y son cobrados
por personas que ocupan puestos políticos y que también nos causan
repugnancia.
Para el sector público no existe aumento salarial alguno
otorgado desde que estalló la crisis económica y financiera a partir
de aquel diciembre de sangre del año 2001, como tampoco está
previsto presupuestariamente ninguno para todo el año 2004. Una
discriminación absurda que intenta decirnos que para las familias de
los agentes del Estado Nacional no se ha incrementado el costo de
vida.
Conforme a datos oficiales en mayo del 2003 la indigencia era
del 26,3% y la pobreza del 54,7%, datos estos por demás mendaces de
una realidad manifiesta, y donde el drama del hambre y la exclusión
social son superiores, alarmantes y humanamente repudiables. El
aumento del costo de vida supera ampliamente 80% desde diciembre del
2001, ya que muchos precios han quedado fijados a un valor dólar de
4 pesos, fines de junio del 2002, muy superior al actual de 2,9
pesos. 19.000.000 son los pobres en el país que tiene recursos,
riquezas y tierras que hacen definir al hambre como una inmoralidad,
de la que son responsables nuestros millonarios políticos.
La preocupación de los gobiernos no es la de solucionar el
problema de la pobreza, sino simplemente poder presentar
estadísticas que digan que algunos indigentes han pasado a ser
pobres, que algunos pobres han pasado a ser no pobres. Es una
vergonzante realidad. Es por eso que no nos llama la atención que
los máximos responsables del INDEC sean cambiados y que no se
permita, aunque sea allí, tener a funcionarios de carrera
administrativa y alejados de las necesidades políticas en sus
informes, censos y estadísticas.
El desempleo y subempleo que también según datos oficiales
alcanzaban en mayo pasado al 15,6% y 18,8% respectivamente son
alarmantes, toda vez que por los artilugios políticos-estadísticos
se han incluido a los beneficiarios de los planes de subsidios; de
no haber sido considerados llevarían el desempleo por encima del
22%. La cantidad de personas a las que hacemos referencia son por lo
menos 6.000.000 y que conforme al criterio oficial de incluir a los
subsidiados nos hablan de 4.000.000. Es más alarmante saber que
aproximadamente unas 500.000 personas deberían incorporarse a la
población económicamente activa cada año con un trabajo digno y bien
remunerado, sin embargo, engrosarán las filas de los desplazados y
desocupados. De los que trabajan 1.300.000 lo hacen en forma no
registrada, o sea marginal, o sea en "negro".
Para los jubilados la recomposición del haber mínimo quedó
establecido para enero próximo en 240 pesos, lo que representa un
aumento de 90 pesos desde diciembre del 2001, un 60% que tampoco
alcanza a cubrir el aumento que han tenido las necesidades de
nuestros mayores. Total para los que toman las decisiones y hacen
política tienen sus jubilaciones de privilegio.
Conclusiones
Ahora bien, no comprendemos cómo desde el gobierno se hace
hincapié que los aumentos otorgados tienen por finalidad permitir
una mayor actividad económica, y que el virtuoso círculo donde el
motor de la economía es el consumo interno, a partir del cual se
darán los aumentos necesarios en las inversiones productivas. La
mayor recaudación que la esperada y las reservas permiten otorgar
los aumentos de inmediato y sin tener que esperar hasta enero
próximo. Desde ya que, como nos referíamos al inconsciente popular,
los anuncios tienen un efecto mediático muy considerable y que no
esté disponible en los bolsillos del pueblo ahora mismo es un simple
detalle.
Por todo la mencionado y mucho más, mientras se demore la
implementación de políticas tendientes a generar empleo genuino se
corre el grave riesgo que los diferentes planes de trabajo, a un
miserable costo para el Estado, se mantengan en el tiempo y produzca
inevitablemente cada día más un no retorno de las fuerzas de trabajo
a la actividad, cuestión ésta que parece no preocupar a los
dirigentes sindicales cómplices de la dictadura, engordados durante
el menemismo y ahora hermanados al Gobierno Nacional. Desde el punto
de vista humano ocasionaría serios problemas en el desarrollo de las
personas, ya que perderían el entrenamiento, actualización y
capacitación laboral, la pertenencia de clase y fundamentalmente el
poder generar mayores ingresos para el bienestar de su grupo
familiar. Además tentaría la ejecución de las prácticas prebendarias
que demasiado aprecian y aplican nuestros políticos, y que utilizan
como base para crear su poderío electoral. Muchas provincias las han
aplicado y lo siguen haciendo con resultados nada despreciables al
momento del recuento de los votos. Obviamente para ellos.
Jamás podrá lograr un gobierno el respeto de sus ciudadanos
hasta tanto no realice políticas de un irrestricto y veraz respeto
hacia los habitantes, donde SOLIDARIDAD, TRABAJO, EDUCACIÓN, SALUD y
BIENESTAR estén contempladas en sus presupuestos y acciones
gubernamentales, dentro de un marco de la DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA
DEL INGRESO NACIONAL.
https://www.alainet.org/es/articulo/108812
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