Sobre la Conferencia de Miami

25/11/2003
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Pronunciamiento

Ante la conferencia de Miami, en la cual fracasó el esquema y el procedimiento originales del ALCA, se puede anotar un relativo triunfo político de sus contradictores, pero se renuevan las preocupaciones: Con el ALCA desinflado habrá desprotección de la economía y con el tratado bilateral una anexión a Estados Unidos Acaba de realizarse, en Miami, la octava conferencia ministerial del proceso del ALCA con resultados ya previstos pero no menos cruciales. El Alca tal como había sido concebido y desarrollado en las últimas reuniones ministeriales, fracasó.

La lucha popular en toda América Latina, la ausencia de acuerdos en la reunión de la OMC en Cancún, las movilizaciones en Miami y en todo el continente y las posiciones criticas de varios gobiernos fueron un factor determinante para que fracasara el proyecto original. No obstante lo sucedido nos deja nuevas y acuciantes preocupaciones.


Ya no se habla de un compromiso único, no se abarcan todos los temas inicialmente contemplados, los plazos perentorios solo quedaron para el tema de acceso a mercados (30 de septiembre de 2004), con lo cual llegó el momento de las definiciones sobre los tiempos de desgravación y han comenzado a temblar los productores nacionales. El acuerdo se hará sobre una base mínima de criterios obligatorios que apenas se establecerán dentro de tres meses en la reunión de viceministros. Varios países como Brasil, Venezuela y Argentina, bloquearon los temas de propiedad intelectual, inversión y compras estatales. Estados Unidos excluyó subsidios a la agricultura y política antidumping. Aunque varios temas quedaron remitidos a la OMC, esta organización todavía no ha incorporado algunos de ellos, con lo cual aparece como si toda América aceptara que ellos se incorporaran a las negociaciones multilaterales, asunto que fue causa importante del fracaso de la reunión de la OMC en Cancún.

Ahora se busca que los países adquieran compromisos mínimos sobre los diversos temas y establezcan un convenio marco que será un esqueleto para ir llenando durante un período más prolongado. Sin embargo, aún está pendiente establecer cual sería este mínimo denominador y como se va determinar. La declaración contempla que los países que quieran ir más allá puedan hacerlo plurilateralmente dentro del marco multilateral de las negociaciones del ALCA, con lo cual todos los convenios que se están suscribiendo, formarían parte de la arquitectura general del ALCA, el cual sería de todas maneras la culminación del proceso. Este ALCA desinflado, sin cronogramas tan exactos, lleno de retazos bilaterales y plurilaterales acentúa aún mas la debilidad de América Latina para actuar conjuntamente y hace prevalecer las posiciones norteamericanas que por medio de tratados bilaterales querrá imponer a cada país o a cada bloque de países sus criterios.

El anuncio de la iniciación de negociaciones con Colombia y Perú, para la posterior incorporación de Bolivia y Ecuador, revela que Estados Unidos presiona fuertemente para que, antes del inicio de las negociaciones Colombia resuelva los litigios con empresas norteamericanas, los cuales costarán millones de dólares al fisco y que siga en la vía de concesiones unilaterales que acondicionen la economía nacional para el tratado.

 Por otra parte, la negociación con los países andinos sin Venezuela, significa el entierro definitivo de la Comunidad Andina, ya que la negociación sería con una montonera, pues los gobiernos de estos países, comenzando por el de Colombia, compiten entre si por el acceso al mercado norteamericano, actúan llenos de recelo con sus hermanos y en lugar de una coordinación previa y posiciones de bloque, se colocan en una situación en la que Estados Unidos aprovechará las diferencias para ganar ventajas. Estados Unidos anunció que, como siempre, tendrá una posición ofensiva y dura, exigiendo apertura total del agro, la industria y los servicios y que va a conseguir con los acuerdos bilaterales lo que no obtuvo con el ALCA.

Lo que quiere es, a cambio de pequeñas concesiones comerciales, vender sus productos, exportar libremente sus capitales, invadir el mercado de servicios y quedar con las manos libres para adoptar retaliaciones cuando lo considere necesario. El escenario sigue siendo peligroso: aun con el ALCA desinflado se impondrá la desprotección de la producción nacional y en el tratado bilateral estamos indefensos y solos ante las exigencias norteamericanas.

El camino es el señalado por la Asamblea Nacional que se realizó en Bogotá el viernes 21, la cual exigió que no se suscriban los tratados y que Colombia promueva otras formas de integración que fortalezcan su desarrollo económico y social.

Noviembre 25 de 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/108889?language=es

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