Mumbai 2004
Un FSM que va mucho mas allá del simple folklore
17/01/2004
- Opinión
Concebida para «asiatizar» el Foro Social Mundial (FSM) y
universalizar así el proceso arrancado en Porto Alegre-
la convocatoria de Mumbai ha logrado ya sus primeros
objetivos.
Con sus complejidades y riquezas, contradicciones y
simbologías, India ganó su apuesta y Asia tendrá a partir
de ahora en Mumbai un punto de referencia geográfico y
altermundialista. Las 13 lenguas oficiales del FSM no
hacen más que testificarlo: Hindi, Marathi, Tamil,
Bengalí, Malayalam, Coreano, Bahasa, Indonés, Thai,
Japonés... Inglés, Francés y Español.
El color y la danza: la primacía de la identidad
Fue la misma apertura, la tarde del viernes 16, la que
sirvió de termómetro y sacudió a los escépticos. Entre
los cuales algunas organizaciones locales (aldeanas) y
campesinas indias que no creyeron en la validez de un
Foro así concebido. Algunos de los cuales se replegaron
en un foro paralelo, el «Mumbai Resistencia 2004»,
minoritario, emplazado enfrente del «oficial».
Y desde el mismo arranque, una marea humana desbordó las
amplias instalaciones del Nesco Ground, antigua fábrica
abandonada reconvertida en «ciudad de la solidaridad y
sin fronteras», al decir de P. K. Das, el joven
arquitecto-militante que la diseñó.
Desde entonces -y seguramente será así hasta la clausura
del próximo miércoles 21- todo parece pequeño en un
recinto de más de 1 kilómetro de frente y que equivale a
varios estadios de fútbol adyacentes en forma de barrio
popular encercado.
La marea humana va y viene sin cesar, recorriendo las
calles del predio al ritmo imparable de cantos y danzas
de las más variadas regiones del continente, desde el
folklore paquistaní, hasta los monjes tibetanos, pasando
por grupos tribales con arco y flechas... casi todos con
pancartas o distintivos del FSM.
Y de esta manera si bien los participantes superan
largamente los 100 mil previamente calculados, todavía
parecen muchísimos más -el doble o el triple- porque el
circular es incesante y repetido.
Detrás del ritmo, del bullicio constante y los colores
deslumbrantes, todo este movimiento humano con rostro
asiático va más allá del simple folklore o del show
mediático. Es la irrupción de otra forma de entender al
FSM que se formaliza en Mumbai. La que privilegia el
encuentro con los otros a partir de una fuerte identidad
cultural propia. La que no acepta ser mediatizado por
nadie. La que reconoce la diversidad extrema de pueblos
y lenguas -sólo en India con sus casi 1.100 millones de
habitantes se hablan 15 lenguas oficiales y más de mil
dialectos autóctonos.
Identidad cultural que exige un ejercicio etnológico para
entender lo político. La que afirma que otro mundo será
posible... a partir de la diversidad. Y que sostiene que
a la globalización uniformante se la combate con un
altermundialismo construido desde lo local, de abajo para
arriba, de lo propio al consenso, de la vivencia diaria a
la alternativa macro.
Entre la multitud... nuevos rostros protagónicos
Llamativa a simple vista la presencia masiva de las
mujeres en esta cuarta edición del FSM. Circulando en
las calles del recinto; ejerciendo como voluntarias en la
organización; asegurando la traducción. Y casi
equiparadas a los hombres en el centenar de moderadores y
panelistas estrellas que animan las principales
conferencias, así como los actos de apertura y de
clausura.
Significativo también, el carácter marcadamente popular
de los miles que se dieron cita en la capital económico-
financiera del país. Si las organizaciones nacionales de
los *Dalits* (intocables, sin casta) proyectaban asistir
con 30 mil delegados, el gran resto, la mayoría, está
hegemonizada por representantes de pueblos tribales o de
sectores muy bajos en la escala social india y de los
países vecinos. Los «blancos» proporcionalmente son
pocos; los mestizos latinoamericanos aún menos y los
africanos, con apenas entre 300 y 400 delegados, los más
ausentes.
No menos sorprendente, la milenaria cantidad de grupos,
organizaciones y movimientos de los más variados:
políticos, tribales, castas bajas o sin castas, sectas y
religiones, homosexuales-lesbianas; de niños; de defensa
de todo tipo de minoría etc.
Un abanico socio-cultural-generacional-sectorial tan
imponente como la multitud que desborda el Nesco Ground.
Una composición que va mucho más allá del grupo de ocho
organizaciones brasileras originalmente convocantes al
primer FSM del 2001. Que supera ampliamente la
representatividad actual del Consejo Internacional del
FSM. Y que obligará a repensar el futuro del mismo foro
a partir de nuevas coordenadas y parámetros
participativos que vivieron en esta edición de Mumbai una
verdadera explosión multiplicadora.
El ya visible desafío de futuro
Si se buscaba masificar y asitatizar el proceso nacido en
Porto Alegre, nada mejor que este aterrizaje del FSM en
India. Será, sin embargo, fundamental proponer ahora
nuevas metodologías en la forma, ser y funcionamiento del
Foro para poder deglutir ordenadamente la «explosión
mumbaina».
Los desafíos inmediatos ya comienzan a perfilarse y de su
correcta resolución dependerá la viabilidad misma del
salto cuantitativo vivido.
En primer lugar, la para nada novedosa pregunta de ¿cómo
convertir cantidad en calidad, multitud en síntesis,
participación masiva en conclusiones sintetizables y
socializables? Nadie parece tener hasta ahora una
respuesta acabada.
En segundo lugar, ¿cómo hacer para que el próximo Porto
Alegre 2005 asegure la participación tan marcada y masiva
de los sectores sociales más marginales y explotados, al
mejor estilo de lo que vivió Mumbai?
En tercer lugar, ¿cómo lograr para el futuro que desde lo
masivo, autóctono, por momentos casi tribal-local, puedan
sistematizarse las nuevas propuestas alternativas para
que otro mundo sea realmente posible? Permitiendo que
los nuevos rostros protagónicos de este encuentro alter-
mundialista lo sigan siendo de aquí en más.
Al margen de los desafíos futuros aparece como
irrefutable que el proceso nacido en Porto Alegre, a sólo
tres años de existencia se perfila ya como un espacio
alternativo de referencia mundial. Y que sólo podría
debilitarse por disidencias internas -y en India se
corrió por primera vez ese riesgo- o por cooptación
ideológica.
Por ahora el FSM vive, crece y rompe todos los esquemas
de las expresiones políticas tradicionales,
fortaleciendo, cada año, en cada encuentro, una nueva
manera de cultura política universal.
* Sergio Ferrari, desde Bombay/Mumbai.
https://www.alainet.org/es/articulo/109130
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