TLC y reconfiguración de las sociedades centroamericanas

13/10/2003
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Todos conocemos en mayor o menor medida del inicio y desarrollo de las negociaciones tendientes a firmar un Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y Centroamérica, las cuales comenzaron el pasado mes de enero en San José, Costa Rica. Se ha hablado y escrito mucho acerca de los efectos que dicho Tratado tendrá sobre nuestras economías; se han aportado cifras puntuales y probables, se han analizado las experiencias de otros países como México, Canadá, Chile y los mismos Estados Unidos, en términos de los efectos de la apertura sobre los sectores productivos y la dinámica y naturaleza del intercambio comercial entre dichas naciones, así como del creciente poder de las empresas transnacionales frente a los Estados nacionales. No obstante, es poco lo que se ha discutido sobre los efectos de estos tratados en cuanto a cómo pueden reconfigurar y (des)-estructurar nuestras sociedades. La pregunta ¿cuáles son las características de la sociedad que se está construyendo? y la relación de esta interrogante con la implementación de tratados comerciales parece no tener respuesta todavía. En este sentido, en las siguientes líneas deseo hacer una aproximación personal a este tema, a partir de la identificación de ciertos rasgos que me parecen presentes en los procesos y sociedades de la región centroamericana, y que han ido modificando, más profundamente de lo que podríamos admitir de primera entrada, la matriz de relacionamiento entre los distintos actores sociales y productivos, incluyendo al Estado. No obstante lo anterior, no pretendo hacer un diagnóstico exhaustivo de la realidad de la región; en la mayoría de los casos, por tanto, haré referencia al caso costarricense y en alguna medida se podrán extrapolar dichas observaciones al resto de los países. En primer lugar, es primordial hacer la siguiente afirmación: los tratados de libre comercio (en adelante, TLC's) no son estrictamente fenómenos nuevos, sino que representan la continuidad de las políticas de ajuste estructural inspiradas en el "Consenso de Washington". Entendemos aquí el ajuste estructural, como un proceso abarcativo de transformación de la sociedad, que permite asegurar el flujo de riqueza desde los países pobres hacia los países ricos, insertándolos en la dinámica de la globalización de la producción y los mercados(1). Esto es de gran importancia tenerlo claro, ya que solo así podremos contextualizar de forma adecuada los TLC's y comprender las relaciones de causalidad que guardan con la política económica neoliberal. Partiendo, pues, de lo anterior, me permitiré identificar cinco aspectos que me parecen críticos en términos de las características tendenciales de las sociedades donde predomina y/o se entroniza el "libre" comercio. 1. Mercantilización de todos los ámbitos de la vida humana Los tratados comerciales, en cuanto expresión concreta del libre comercio, conducen a la mercantilización de todos los ámbitos de la vida humana. En este sentido, incorporan dentro de una lógica comercial cualquier tipo de relacionamiento entre las personas (tanto al nivel personal como colectivo), lo cual supone un creciente predominio de la lógica del intercambio utilitario y del "costo-beneficio" como criterio de las relaciones sociales. Así, se niegan en su raíz formas de relación social y económica basadas en la reciprocidad, la solidaridad y la equidad en la asignación de los recursos. Además del efecto de lo anterior sobre las relaciones interpersonales, podemos constatar que la institucionalidad social es cuestionada y desmantelada en pro de criterios de utilidad y beneficio (privados). Se llega así a cuestionar y deslegitimar el papel que cumplen en nuestras sociedades (y esto en particular para el caso de Costa Rica) instituciones como la Caja del Seguro Social, el Instituto Costarricense de Electricidad y otras, cuyo funcionamiento se ha regido desde su fundación hasta hace pocos años, por criterios de utilidad y desarrollo social, tanto en lo que atañe a sus formas de financiamiento como en cuanto a la distribución de sus servicios entre la población" sin que ello niegue las deficiencias del sistema. Un aspecto que ilustra de manera crítica la mercantilización de la vida y las relaciones humanas, es la apropiación privada (por parte del capital) de recursos estratégicos como el agua. El agua es un recurso fundamental para la existencia de la vida misma, no solamente humana. En este sentido, es propiedad y patrimonio colectivos, por lo cual su incorporación a la lógica mercantil amenaza directamente el acceso de las personas a un bien sin el cual, simplemente, es imposible vivir. Y dentro del marco de los TLC's, la apropiación privada del agua no solo sería una realidad, sino que ahora es presentada como la única solución a los problemas actuales de acceso al recurso para millones de seres humanos que no lo tienen del todo o que lo tienen de manera restringida(2). Aquí, mercantilizar el recurso agua (y por tanto, todas las relaciones sociales que supone el acceso al mismo) atenta contra la vida en su esencia. Esto es solo un ejemplo, no pretendo por tanto demostrar de manera exhaustiva mi afirmación, solo con el caso de este recurso y las relaciones sociales que se dan alrededor del mismo. En todo caso, los ejemplos no faltan. 2. La normativización de la exclusión y la concentración de riqueza y poder Los TLC's son instrumentos jurídicos de alcance internacional. Tienen por lo tanto, un carácter vinculante para las partes y su modificación, dada la correlación de fuerzas entre las mismas, es altamente improbable (la experiencia mexicana a este respecto es muy ilustrativa). En este sentido, los TLC's consolidan las dos instituciones fundamentales del orden económico capitalista: la propiedad privada y el contrato(3). La liberalización comercial, de un lado, y la inclusión en los TLC's de normas que regulan y extienden a toda la sociedad las reglas de funcionamiento mercantiles, introducen un marco jurídico, en todos nuestros países, que reforzará legalmente la exclusión, así como la concentración de riqueza y poder, tendencias que se han documentado con claridad en el último informe sobre el Estado de la Región. Los TLC's equivalen, por lo tanto, a enormes y complejos contratos que aseguran el control por parte del capital privado, de los recursos productivos de todo tipo así como del acceso (y de las condiciones de dicho acceso) a los bienes y servicios dentro de circuitos de reproducción del capital. Este aspecto de los TLC's es muy poco discutido entre las organizaciones y sectores interesados en la problemática de los tratados comerciales, no obstante ser un elemento fundamental de la reconfiguración societal operada en el contexto del ajuste estructural y su consolidación mediante acuerdos como el que nos ocupa. 3. La sustitución del Estado como agente económico y político Los TLC's no son solamente acuerdos referidos o circunscritos al ámbito comercial. Abarcan muchos otros aspectos de extrema importancia para la vida colectiva. Atentan asimismo contra un posible Estado nacional, capaz de tomar decisiones en cuanto al modelo económico y al régimen político. Me refiero en particular al casi no discutido efecto de los capítulos de "compras del Estado" dentro de estos Tratados, ya que los mismos, con el pretexto de hacer más transparentes los procesos de contratación administrativa (objetivo con el cual nadie estaría en desacuerdo, al menos en principio), hacen que en la práctica los Estados se vean imposibilitados de recurrir a una serie de instrumentos de política pública, particularmente en cuanto al establecimiento de requisitos de desempeño al capital, los cuales permitirían el señalamiento de límites y una direccionalidad social a la inversión extranjera o al flujo de capital. Si los TLC's le prohíben al Estado establecer requisitos de desempeño al capital, esto equivale a que sean las empresas las que determinen los objetivos y naturaleza de la inversión, con lo cual son dichas empresas, no el Estado y mucho menos la población, las que toman el control de la definición de la política pública y del modelo de desarrollo, si es que la libertad irrestricta al capital se puede considerar un modelo de desarrollo. 4. El Estado de "Guerra Perpetua" El vínculo entre libre comercio y militarización ha sido señalado por diversos estudios, en particular y de manera exhaustiva por Ana Esther Ceceña quien señala con gran precisión que: "Los asuntos militares constituyen uno de los campos de expresión de las relaciones de poder y de competencia que rigen la sociedad capitalista [...] Particularmente, la visión de totalidad implícita en la misión militar, coincide con la de las grandes empresas trasnacionales que impulsan procesos de producción o comercialización en dimensión planetaria y que se posicionan en el mercado o en la competencia a través de estrategias de ocupación, dominación o control trazadas deliberadamente. En ambos casos, hay un estudio del campo de batalla y una planeación de acuerdo con los escenarios probables, con el objetivo a alcanzar y con el enemigo a vencer, que puede ser, indistintamente, preciso o difuso". (4) Aparte del recurso a la fuerza como medio para garantizar el control de recursos estratégicos, como en el caso de Irak, me interesa resaltar aquí que lo militar y lo comercial no solamente se necesitan e implican mutuamente, sino que en el momento actual, responden a la misma lógica de totalización y expansión. Es lo que Ignacio Ramonet ha denominado "La era de la Guerra Perpetua"(5), expresado en la doctrina de la guerra preventiva y que extiende las tareas militares a todo el ámbito de la sociedad. Todos somos sospechosos, cualquier disidencia política o intelectual puede ser considerada un desafío al poder que debe ser castigado. En el caso centroamericano, vemos cómo Honduras y El Salvador envían tropas a Irak y las autoridades de Costa Rica, no solo impulsan el establecimiento de la Academia para el Cumplimiento de la Ley (ILEA, por sus siglas en inglés) sino que hacen un uso cada vez mayor de la fuerza como mecanismo para garantizar el orden y las condiciones de acumulación capitalista. La reciente huelga en Limón, en el atlántico costarricense, nos permitió observar un despliegue policial con rasgos nítidamente militares, y cada día se le hace más habitual a la población el recurso a la fuerza para resolver los conflictos sociales. Se nos ha hecho creer que la militarización creciente de los cuerpos policiales es garantía de seguridad, cuando la realidad es exactamente lo contrario. 5. Insuficiencia del sistema de representación política y negación de las alternativas En el proceso de negociación del TLC entre Estados Unidos y Centroamérica, se ha hecho más que evidente la insuficiencia del régimen de representación política. No solamente en cuanto a la vacuidad y engaño de los mecanismos de "consulta y representación" de las autoridades de los Gobiernos (como lo han denunciado múltiples organizaciones sociales de la región), incapaces de comprender y llevar a cabo una verdadera consulta nacional-regional, sobre una negociación de tanto peso y relevancia para nuestras sociedades en su conjunto, sino también en cuanto a que el tradicional sistema de partidos no puede ya generar alternativas reales al libre comercio. Todos los partidos políticos y algunas de las tradicionales organizaciones sociales, para el caso costarricense, parecen haberse alineado en las filas pro TLC, aunque existan críticas superficiales de parte de algunos legisladores o dirigentes en uno u otro tipo de agrupación (en particular para adicionarle al TLC anexos laborales y/o ambientales que nada resuelven en el fondo). Aparte de esto, se demoniza a los grupos y organizaciones que rechazan el libre comercio y se les niega su condición de sujetos sociales; al negar su discurso, la sociedad reproduce uno de los más agudos problemas de nuestra época: la negación de la otredad, y con ello la negación de formas alternativas de organización de la economía y de la sociedad. Todo lo anterior configura una serie de características que me parecen presentes en los países de la región, con mayor o menor fuerza. Por otra parte, los tratados comerciales que se "negocian" en la actualidad no son solo instrumentos donde hay perdedores y ganadores en el marco de las relaciones del comercio exterior; van mucho más allá, redefiniendo y (des)estructurando la naturaleza de nuestras sociedades. En este nuevo escenario, la mercantilización de las relaciones humanas se ve reforzada por la imposición de un marco jurídico que hace de la pobreza y de la concentración de riqueza y poder un proceso refrendado por la legalidad del país, internacional, lo cual se relaciona de manera directa con un repliegue del Estado como agente económico y político, con un creciente recurso a la fuerza militar y con un sistema político incapaz de generar alternativas a la globalización de la producción y de los mercados. Queda planteada la discusión sobre los efectos del libre comercio sobre la cultura, los valores y el medioambiente en nuestros países, y también acerca de las alternativas populares que nos permitan construir una sociedad más justa, solidaria y equitativa. Esta aspiración, contra todos los pronósticos, debe seguir siendo nuestro más profundo criterio de acción política y reflexión social. *** REFERENCIAS 1) Trejos, María Eugenia; Villalobos, Roberto, Lo aparente y lo oculto del Ajuste Estructural en "Del otro lado del Ajuste", Escuela de Economía de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica, 1994. 2) Cerdas Vega, Gerardo, Servicios Públicos y Privatización en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios de la OMC, presentación realizada en el IV Foro Mesoamericano, Honduras, julio de 2003. 3) Duchrow, Ulrich; Hinkelammert, Franz, "La vida o el capital", Departamento Ecuménico de Investigaciones, San José, Costa Rica, 2003. 4) Ceceña, Ana Esther, Lo estratégico en la estrategia estadounidense de dominio, ponencia presentada en el I Encuentro Hemisférico contra la Militarización, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, mayo de 2003. 5) Ramonet, Ignacio, La era de la Guerra Perpetua, en Le Monde Diplomatique, Año I, Nº 10, Marzo de 2003, edición colombiana. * Gerardo Cerdas Vega es sociólogo costarricense, integrante de Encuentro Popular.
https://www.alainet.org/es/articulo/109257

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