Terrorismo y Política
17/03/2004
- Opinión
Vivimos la era del terror. Con los atentados perpetrados el día 11
de marzo en la ciudad de Madrid, en España, los ciudadanos del mundo
aumentamos nuestros miedos. Ese es el éxito que está asociado con
cualquier política terrorista: tener miedo. Cuando la política se
ejerce a través del terror, estamos en presencia del terrorismo. No
se consigue convencer a nadie con argumentos. Se pretende convencer
a todos con el terror. Es el mismo caso de quien obtiene favores de
una dama a través de la coacción y las amenazas. Llamemos las cosas
por su nombre: eso es violación.
El 11 de marzo la tragedia española fue doble. Por un lado, morían
cruel y absurdamente, cerca de 200 personas, sin contar los heridos.
Por otro lado, la televisión española acusaba a ETA, aún cuando
tenían información privilegiada que señalaba que los atentados
provenían de otra parte. Los medios de comunicación no informaron,
sólo transmitieron un juicio en el cual el acusado ya estaba
previamente condenado. Los españoles asistieron a un juego en donde
ellos eran víctimas de los dueños de los medios de comunicación y
eran atemorizados por estos, es decir, sufrían el terrorismo de los
medios.
En España se vivió la consecuencia de su intervención en Irak. Los
españoles se aliaron a los estadounidenses y a los ingleses para
invadir, por encima de la negativa de las Naciones Unidas, a Irak.
Ahora, con la reciente derrota electoral de Aznar, el pueblo reclamó
ante tan nefasta alianza. Aquí el terrorismo no fue una política,
sino la consecuencia de más terrorismo y de haberse aliado con el
terrorismo de Estado. El gran terrorista, el Gobierno Estadounidense
no ha cesado de imponer el terrorismo, aún a costa de perder las
elecciones. O tal vez, a pesar de eso. Por eso, arrastró al gobierno
español y se los llevó con sus soldados a sacrificarlos sin importar
que, luego pudiera perder un aliado tan servil, como en efecto
sucedió.
Pero esa ha sido y seguirá siendo la política del gobierno
estadounidense: el terrorismo. Ellos se expandieron y enriquecieron
como nación ejerciendo el terrorismo contra los pueblos
latinoamericanos. Incluso han apoyado la creación de nuevos Estados
bajo el signo del terror. El Estado de Israel, por ejemplo, nació
como consecuencia del terrorismo, cuando el 9 de abril de 1948, un
comando liderizado por Menahen Begin penetró en la aldea de Deir
Yassin y dio muerte a 254 civiles, atemorizando a más de 10.000
palestinos quienes huyeron. Un mes después, Israel se proclamó país
independiente el 14 de mayo de 1948.
El acuerdo de la Convención Interamericana contra el Terrorismo, del
2 de junio de 2002, realizado en Barbados señala que el terrorismo
es una amenaza para los valores democráticos, para la paz y la
seguridad internacional. ¿Quién atentó contra la democracia
venezolana el 11 de abril del 2002? ¿Quién derrocó al presidente de
Haití, Jean-Bertrand Aristide? ¿Acaso no han sido estas amenazas
contra los valores democráticos y la paz? Y si analizamos fuera del
continente, podemos preguntarnos también, ¿no han sido los EEUU los
que han violado consetudinariamente la Convención Internacional
contra la toma de rehenes, en el caso de Afganistan y de Irak,
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de
diciembre de 1979? Observemos que sólo estamos colocando casos
pertenecientes a este recién nacido siglo.
En Venezuela, los EEUU financian pública y abiertamente a grupos que
luchan contra el Gobierno Constitucional con medios no democráticos.
La violencia con la que actúan dichos grupos, bajo la asesoría
estadounidense, es claramente una demostración de terrorismo y es
una expresión de la política estadounidense de conseguir, en
Venezuela particularmente, sus objetivos por la vía que sea. En
diciembre de 1987 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó
la Resolución 42/159 que señala las medidas para prevenir el
terrorismo internacional que "pone en peligro vidas humanas
inocentes o causa su pérdida, o compromete las libertades
fundamentales y estudio de las causas subyacentes de las formas de
terrorismo y los actos de violencia que tienen su origen en las
aflicciones, la frustración, los agravios, y la desesperanza y que
conducen a algunas personas a sacrificar vidas humanas, incluida la
propia, en un intento de lograr cambios radicales". Cuando la
oposición venezolana llamó recientemente a cerrar las calles, a
crear barricadas y a sabotear las vías de comunicación,
evidentemente estaba atentando contra derechos fundamentales de los
venezolanos, lo que produjo la muerte de ciudadanos que no pudieron
llegar a centros asistenciales a tiempo, entre otros casos. Los
opositores señalaron reiteradamente que estas muertes se debían a
una "lucha contra la tiranía y por la liberación nacional". Pero,
las guerras de liberación nacional están incluidos en el artículo 1,
inciso 4 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra, pues
están considerados conflictos internacionales y quienes las llevan a
cabo deben respetar el derecho internacional humanitario, cuestión
que no ocurrió en Venezuela.
El más reciente acto de terrorismo llevado a cabo en Venezuela, se
ha producido por la vía del asalto jurídico que la Sala Electoral
Accidental del Tribunal Supremo de Justicia ha hecho contra el
fraude electoral cometido por la oposición. Esta forma de hacer
política los ha llevado a torcer la naturaleza del juego
democrático, en donde se deben contar votos y no dólares o balas,
logrando decisiones arbitrarias del Tribunal Supremo y no por la vía
en que realmente se dirimen los conflictos en Democracia, es decir,
por la vía Constitucional. Todavía están frescos en la memoria los
muertos del 11, 12 y 13 de abril de 2002 como consecuencia del
Golpe de Estado y de la salvaje represión del efímero Gobierno
Dictatorial. No se ha borrado de nuestra memoria colectiva las
tragedias vividas por el paro empresarial y el sabotaje petrolero de
finales del 2002 y principios del 2003, y más recientemente, la
violencia vivida producto de la "Guarimba".
Por último, el caso venezolano demuestra que las consecuencias del
terrorismo implican más terrorismo. Si no se detiene la escalada
terrorista propiciada por el gobierno estadounidense, Venezuela y el
mundo serán empujados a vivir la violencia cotidiana del terror. Tal
vez el mundo deba adoptar medidas drásticas, como dice el célebre
Noam Chomsky "el terrorismo internacional es un problema muy grave,
y si se lo quiere parar, lo más fácil sería enviar tropas a
Washington".
https://www.alainet.org/es/articulo/109599
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