Por el derecho a la vida, ¡Sí a la paz!

20/03/2004
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Proclama leída al finalizar la Marcha POR EL DERECHO A LA VIDA, ¡SÍ A LA PAZ! en el marco de la movilización mundial en el primer aniversario de la invasión a Irak. A un año de concretada la invasión por aire, mar y tierra de Irak por las fuerzas militares de EE.UU. y sus aliados, las fuerzas invasoras siguen ocupando el país, después de haber asesinado a miles de inocentes. Ha quedado claro que los motivos que se alegaron para la invasión eran falsos. Sólo se encontró un pueblo sufriente, que sigue luchando para liberarse del ejército de ocupación, extraño a su vida y sus costumbres Hace un año, los pueblos del mundo se pronunciaron contra la guerra. Millones de personas salieron a la calle y varios gobiernos no escucharon este clamor. Hoy los uruguayos salimos de nuevo a manifestar por el derecho a la vida, por la paz, y contra todas las guerras de dominación y saqueo. Hoy estas manifestaciones se están multiplicando en todos los países del mundo respondiendo al llamado realizado en el Foro Social Mundial, en enero de este año, en Mumbai, India, donde se reafirmó el compromiso de lucha contra la globalización neoliberal, el imperialismo, la guerra, el racismo, el sistema de castas, el avasallamiento cultural, la pobreza, el patriarcado y las múltiples formas de discriminación. Exigimos enérgicamente la retirada de las tropas de ocupación del territorio de Irak, tal como lo reclaman los propios iraquíes. Pedimos también el retiro de las tropas de Afganistán, de Palestina y de Haití. América Latina y el Caribe tienen una larga y dolorosa experiencia de guerras, agresiones y conflictos de baja intensidad. Aún existen heridas no cicatrizadas, y la memoria de los pueblos trata de superar el drama vivido, luchando por la Verdad y la Justicia. Porque estamos por la paz y la autodeterminación de los pueblos, protestamos y nos indignamos por la multiplicación de las bases militares y constante intervención de EE.UU. en nuestro continente. Rechazamos el acoso permanente, que la superpotencia somete al pueblo hermano de Venezuela. Porque estamos por la paz, no podemos aceptar que EE.UU. impida apoye económica y militarmente al gobierno de Colombia, impidiendo una solución de paz en su conflicto interno. No puede haber paz en el continente si se mantiene el Plan Colombia. Tampoco podemos acostumbrarnos a ese bloqueo inmoral que EE.UU. desde los años 60 somete a nuestros hermanos cubanos desoyendo las resoluciones de las Naciones Unidas. . Porque estamos por la paz protestamos contra todas las formas de guerra y agresión. ¿Cómo no levantar nuestra voz ante un mundo atestado de armas, cuyos principales productores y traficantes se hallan en los países más ricos y desarrollados? Condenamos la inmoral proliferación armamentista en todas sus manifestaciones: fabricación, comercialización y utilización. Esos recursos deben destinarse a resolver los problemas de alimentación, agua potable, salud y educación que padece una parte importante de la población mundial. ¿Cómo no llamar guerra a ese estado de cosas donde mueren millones y millones de personas de hambre en un mundo donde hay superproducción de alimentos? ¿Cómo no hablar de guerra cuando se permite que mueran millones de personas por enfermedades evitables o curables? ¿Cómo no llamar guerra a la política del gran capital financiero, del FMI, del Banco Mundial, que obliga a nuestros países a entrar en la lógica perversa del endeudamiento? ¿Cómo no indignarse cuando los dineros dedicados a la enseñanza, a la salud, a programas sociales y productivos, son desviados para pagar intereses y amortizaciones, de una deuda externa varias veces pagada, pero sin embargo siempre en crecimiento? Porque queremos una paz que se asiente en tierra firme, no podemos cubrir con el manto del olvido los crímenes de lesa humanidad cometidos por las dictaduras militares en nuestro país y en toda América Latina. ¿Podemos acaso en nombre de la paz conformarnos que sean declarados muertos nuestros desaparecidos? ¿De qué paz estaríamos hablando si no la afirmamos en la búsqueda de la verdad y la justicia? Porque sabemos que la paz no es solo la ausencia de guerra, salimos hoy a manifestar por el derecho a la vida. No un derecho a la vida reservado a unos pocos, sino el derecho a la vida de todos los seres humanos. ¿Cómo podremos proteger el derecho a la vida si hoy día no nos protegemos del saqueo de nuestras riquezas naturales? ¿Cómo afirmaremos la paz y la vida si dejamos que grandes multinacionales nos despojen del agua que es patrimonio nuestro, o, en todo caso, patrimonio de toda la humanidad, pero nunca riqueza en manos de insaciables mercaderes en busca de lucro? ¿Cómo afirmaremos el derecho a la vida si el conocimiento científico que pertenece a toda la humanidad queda en mano de las grandes corporaciones como mercadería que se vende para acrecentar sus ganancias? ¿Es posible acaso presenciar pasivamente que millones de personas mueran porque empresas productoras de medicamentos nieguen el acceso a ellos? En nombre de la paz debemos impedir que la Organización Mundial de Comercio legisle para todo el mundo en beneficio de esas grandes corporaciones. El desequilibrio generado por la cultura de saqueo está llevando el mundo al caos. Ahora bien, ¿.será que todavía estamos a tiempo? ¿Es posible poner freno a este estado de cosas? Los primeros pasos se están dando como jamás había sucedido en el mundo, son muchos los movimientos que caminan en ese sentido, es la hora de la globalización de la solidaridad entre los hombres, sin distinción de raza, cultura o religión. Realidad que los sistemas de comunicación intentan ocultar. En esa dirección debemos procurar que la educación, en todas los ámbitos en que se imparta -familia, centros educativos, instituciones sociales, medios de comunicación- contribuya a fomentar los valores humanos definidos en el marco de la Educación para la Paz. Educar para la paz, no para la violencia y la guerra. Queremos unir nuestras voces a las voces que en estos momentos se levantan a lo largo y ancho de nuestro continente, y de todos los países del mundo. El futuro de la humanidad y de todo el planeta dependerá de esta conjunción de sentimientos y voluntades en pro de una convivencia humana en paz, sin guerras y sin saqueos. Una convivencia donde todos podamos sentirnos hermanos. Digamos entonces muy fuerte, ¡no a la guerra, sí a la paz! Por el derecho a la vida ¡sí a la paz! Montevideo, Uruguay, 20 de Marzo de 2004. ORGANIZACIONES CONVOCANTES CRYSOL REDES - Amigos de la Tierra PIT-CNT FEUU FUCVAM Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas - CUDECOOP Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida Iglesia Metodista CONOSUR AFCASMU SERPAJ Comisión de Familiares de Asesinados Políticos Culturas Afro - Amerindias Asociación.Bramma Kumaris Bascuade Inchala Ambito transdisciplinario desde Uruguay Entero - ATDUE FOIE Educadores por la Paz Comisión de Apoyo a Palestina Coordinadora de Apoyo a la Revolución Cubana Círculo Bolivariano del Uruguay Ediles locales y Concejales vecinales de Montevideo Partido de la Seguridad Social / Frente Amplio Alternativa Popular 1815 - Espacio Solidario / Frente Amplio Movimiento 20 de Mayo / Frente Amplio Partido Obrero Revolucionario / Frente Amplio Movimiento por la Utopía. Resistencia Global
https://www.alainet.org/es/articulo/109634?language=es
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS