Pronunciamiento
La deuda externa y su impacto en los Derechos Humanos
12/03/2004
- Opinión
Realizado en Lima los días 11 y 12 de marzo 2004
Los asistentes al Seminario internacional "La Deuda Externa
y su impacto en los Derechos Humanos", en el marco de la
campaña "El Impacto de la deuda externa en el Desarrollo
Humano en el Perú" impulsada por la Plataforma
Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
(PIDHDD) - Capítulo Perú; conjuntamente con la Red Jubileo
Perú y la Mesa Deuda y Desarrollo, contando con la
participación de representantes de los capítulos de la
PIDHDD de Bolivia, Ecuador y Argentina; de las Redes
Jubileo de Ecuador y Bolivia; y expertos internacionales de
los mencionados países, bien como con la presencia del
Profesor Fantu Cheru, de la American University de
Washington D.C., Ex Experto Independiente de la Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre los efectos de
las políticas de ajuste estructural en el goce de los
derechos económicos, sociales y culturales y con la
presencia de más de 200 líderes sociales, señalamos:
Reconociendo la importancia de analizar la situación de la
deuda externa en la Región Andina y en el Mercosur, con el
propósito de medir su impacto en el desarrollo humano y en
el cumplimiento efectivo de las obligaciones derivadas del
Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; la formulación de propuestas de desarrollo
encaminadas a solucionar el problema de la deuda externa, e
incorporar el debate de este tema en las agendas públicas
de nuestros países, así como promover acciones y gestiones
ciudadanas orientadas a enfrentar esta dura realidad;
Conscientes de que la deuda externa es un problema global
que afecta a todos los países en desarrollo por igual,
limitando sus posibilidades de crecimiento y con una
incidencia que limita la realización de los derechos
consagrados en el Pacto Internacional de los derechos
económicos, sociales y culturales, y cuyas secuelas se
expresan en el deterioro de la calidad de vida de sus
pobladores;
Comprendiendo que este problema se ha convertido en un
"círculo vicioso" para las economías de nuestros países,
haciendo que cada vez se destine un mayor porcentaje de
nuestros recursos fiscales para el pago de las obligaciones
derivadas del endeudamiento externo;
Reiterando que los efectos de la deuda externa en términos
económicos y, sobre todo, para la realización de los
derechos económicos, sociales y culturales de nuestras
poblaciones son graves, por cuanto los recursos que se
utilizan para pagar el principal y los servicios de la
misma, trae como consecuencia la imposibilidad de invertir
en los programas sociales tendientes a cumplir con la
realización de los derechos humanos, dando lugar a
situaciones de frecuentes violaciones de estos derechos,
afectando la dignidad de la personas y, con mayor
incidencia, en aquellas de menos recursos por ser las más
vulnerables de nuestras sociedades;
Remarcando que el problema de la deuda externa es sistémico
y está ligado a los ciclos económicos globales; siendo que
actualmente se manifiesta en las emisiones de bonos,
principalmente globales, que la hacen más onerosa,
incentivando así la adquisición de nueva deuda que es
utilizada para seguir pagando la anterior, financiar el
déficit fiscal, el gasto corriente, entre otros;
Recalcando que la problemática de la deuda externa se
combina con nuevas prácticas de endeudamiento interno, que
igualmente comprometen recursos públicos e in viabilizan
el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y
culturales de los pueblos;
Preocupados porque el Banco mundial ha perdido el sentido
original para el cual fue creado, ya que su postura actual
es más conservadora, aplicadora de los programas de ajuste
estructural y no responde a las demandas de los países
miembros, sino a intereses particulares de los bloques
económicos más poderosos;
Considerando la necesidad de iniciar procesos judiciales en
tribunales nacionales e internacionales a efectos de
obtener sentencias que impliquen a las autoridades públicas
responsables de actos de corrupción en el manejo de
negociaciones relacionadas con el endeudamiento externo de
nuestros países, individualizar a los responsables y que
califiquen dichas deudas como "corruptas" y no generadoras
de obligaciones a luz del derecho internacional;
Concientes de que los gobiernos vienen adoptando prácticas
que apuntan a maximizar el valor presente de la deuda
externa en dirección contraría al legítimo interés de los
pueblos de gozar de sus derechos humanos, merced a
prácticas que institucionalizan procesos de negociaciones
basadas en "modelos de corrupción", como se evidencian en
varias de las negociaciones realizadas en las últimas
décadas por los gobiernos de la región.
Reconociendo que en muchos casos la deuda externa es
utilizada como instrumento político por los gobernantes
frente a presiones económicas externas e internas.
Recordando que la repercusión interna de todo este fenómeno
en nuestros países tiene como denominador común el
permanente circulo vicioso de nuevos endeudamientos,
constante que es alimentada por los grupos de poder
económico como formas de resistencia a procesos de
auténticas reformas tributarias en las que primen los
principios de equidad y progresividad en las acotaciones
tributarias;
PROPONEMOS:
Reconocer que el problema de la deuda externa es un
problema político y por ello es necesario desarrollar una
estrategia política.
Seguir alentando una ciudadanía activa y vigilante en
materia de deuda externa, desendeudamiento, lucha contra la
pobreza, respeto a los derechos humanos y por el
desarrollo sostenible. Para ello, se deben alentar los
procesos de vigilancia, prevención y cuestionamiento de la
deuda; plantear topes al endeudamiento en los que se
respeten los derechos económicos, sociales, culturales y
el desarrollo de los pueblos de la región, y que los
recursos del desendeudamiento sean aplicados a la
satisfacción y realización de todos los derechos humanos
reconocidos en los tratados internacionales que ponen como
prioridad la reducción de la pobreza y la promoción del
desarrollo integral.
Aportar a la construcción de nuevos indicadores que midan
la sostenibilidad de las deudas externas, insistiendo por
el análisis de factibilidad real de los proyectos de
financiamiento. Evaluando si dichos proyectos podrán
efectivamente generar desarrollo y no sólo represente un
peso más a las economías de los pueblos.
Rescatar la experiencia argentina y sus grandes esfuerzos
por gestionar su economía fuera de los parámetros del
programa de ajuste del FMI; así como, ver la vinculación de
estrategias al respecto con Brasil para promover una
estrategia continental frente al problema de la deuda
externa, la cual debe ser apoyada por el conjunto de
nuestros países.
Diferenciar las deudas ilegítimas de las legítimas, a
través de procesos transparentes, que cuenten con la
participación de la sociedad civil. Además de impulsar la
judicialización de las deudas ilícitas, ilegítimas y
odiosas en vistas a su anulación y sanción a los
responsables.
Proponer a la Corte Interamericana de Derechos Humanos un
pronunciamiento sobre la base de una solicitud de opinión
consultiva, formulada por alguna de nuestras cancillerías,
sobre los efectos de las políticas de ajuste y el pago de
la deuda externa en el goce efectivo de los derechos
humanos de nuestros pueblos.
Desarrollar nuevas políticas económicas y financieras, que
incluyan nuevas alternativas y nuevas instancias
internacionales, tales como la creación de: (a) Un Banco
Central Mundial que tenga autonomía en la toma de
decisiones en materia de política monetaria mundial el
mismo que esté supeditado a un sistema de gobierno
democrático y equitativo por parte de los países; (b) Una
Superintendencia Mundial de Bancos, una de cuyas tareas
sería la de levantar el secreto bancario a nivel mundial,
además de asegurar que los límites de crédito se encuentren
dentro de parámetros internacionales justos; y (c) un
código financiero internacional.
Vigilar que la deuda privada no se transforme en deuda
pública y poner un límite al pago del servicio de la deuda
externa de acuerdo con nuevos indicadores económicos y
sociales de sostenibilidad de la deuda externa. Para ello,
es importante impulsar referéndums en nuestros países para
lograr incluir los topes de pago de la deuda en nuestras
constituciones.
Continuar con la labor de incidencia política de manera
articulada entre los países de la región, orientada a un
proceso de arbitraje justo y transparente de las deudas
externas soberanas; mientras se establezca el mencionado
código financiero internacional que regule los arbitrajes
internacionales en esta materia.
Desarrollar una estrategia regional con enfoque en los
derechos humanos, donde jueguen un papel importante los
organismos promotores y defensores de los derechos humanos.
Articular las propuestas, por el desendeudamiento de los
movimientos de la sociedad civil del norte y sur del
continente.
Enfocar estas propuestas dentro de la construcción de un
nuevo orden económico mundial, con la característica de que
los países tengan una representación justa en la toma de
decisiones, entre otras, respecto de las agencias
multilaterales de finanzas y comercio, que se encuentren
dentro de la competencia del Consejo Económico y Social
dependiente de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
de conformidad con los artículos 57, 58, 60 y 63 de la
Carta de las Naciones Unidas.
Lima, 12 de marzo del 2004
https://www.alainet.org/es/articulo/109802?language=en
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