Tendencias políticas mundiales a la luz de la resistencia irakí
27/04/2004
- Opinión
En las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, Vietnam se convirtió en el
centro de condensación de la humanidad.
La resistencia vietnamita concentró una energía ecuménica en contra del poder
imperial poniendo en acción a los movimientos de liberación nacional y a los
gobiernos revolucionarios del entonces Tercer Mundo, contó con el apoyo de la
URSS y China, y, con la solidaridad activa de los trabajadores, intelectuales y
estudiantes y europeos y, en especial, de los EE.UU..
La resistencia vietnamita además llevó a su mayor potencia y eficacia la teoría
y la práctica de la guerra de guerrillas de base campesina, imaginada por Mao
Tse Tung y perfeccionada por Von Nguyen Giap.
La resistencia irakí parece estar a punto de convertirse en el equivalente
vietnamita del siglo XXI. Las diferencias son, empero, notables, en particular
luego del desmoronamiento del llamado campo socialista y la emergencia de un
nuevo actor, el integrismo islámico.
Analicemos esas característica de lo que hemos denominado el Vietnam urbano del
siglo XXI.
@STITg = Las fuerzas en conflicto
El integrismo islámico
La ausencia del marxismo en los escenarios intelectuales, políticos y
académicos ha producido graves efectos en la lectura de los acontecimientos
políticos.
El análisis de Al Qaeda y lo atentados del 11 de Septiembre y del 11 de Marzo
es quizá el lugar de la mayor confusión y degradación intelectuales. Si
cualquier novel lector de novelas policiales sabe que la primera pregunta de
cualquier indagación es ¿a quien favorece el crimen?; la inicial interrogación
del análisis político no puede ser otra que la de los intereses y fuerzas
económico-sociales y políticas de los protagonistas.
Empero, salvo muy contados analistas(1), la mayoría de los estudiosos de Al
Qaeda y sus criminales atentados terroristas, se refugiaron en una absurda
explicación a partir de las creencias y el discurso del integrismo islámico,
confundiendo además el rigorismo wahhabista de Bin Laden, extremadamente
minoritario, con el Islam que contiene distintas corrientes religiosas y
políticas mucho más significativas. Hipnotizados por las seudoteorías de
Huttington no encontraron otra explicación que la del choque de culturas,
religiones o civilizaciones(2).
Tan exóticas tesis tampoco han sido contrarrestadas por los análisis de
corrientes liberales o socialdemócratas de pensamiento para quienes los
problemas del Medio Oriente se derivan de las dificultades del mundo islámico
para vivir o construir la democracia.
Hay que imitar entonces a los noveles lectores de novelas policiales y
preguntarse ¿Quiénes son los beneficiarios?, o volver al propedéutico de
sociología e indagar cuales son los intereses en juego, las fuerzas económicas
y sociales que se mueven detrás de los hechos.
En "El Apocalipsis perpetuo"(3), hemos señalado una serie de indicios que
apuntan hacia las elites del Golfo Pérsico(4). Una ojeada histórica nos
permite comprender las causas. Luego del bloqueo petrolero árabe de 73 y del
excepcional aumento de los precios del crudo que produjo altas tasas de
crecimiento(5), el enriquecimiento multimillonario de los jeques y una
elevación significativa del nivel de vida de sus sociedades(6), hacia los 80 se
inició una crisis y decadencia progresiva, generada por la presión
norteamericana y la primera guerra del Golfo de 1990.
Por otra parte, la casa Saudí que gobierna Arabia Saudí, ha vinculado
estrechamente sus intereses con los EE.UU. y el capital financiero global(7).
Era y es inevitable que amplios sectores de las elites de Arabia Saudí y de los
países del Golfo Pérsico resientan de la dominación norteamericana y de la
monarquía saudí. Tal es el actor oculto y primordial de la guerra.
La estrecha alianza entre EE.UU. y las monarquías del golfo pérsico, en
especial la Casa Saud, convirtió al wahhabismo saudí, una minúscula corriente
en extremo rigorista, tosca y elemental frente al refinamiento y profundidad
filosófica de otras corrientes islámicas como el sufismo, en un arma política
para la derrota del nacionalismo laico y la izquierda de los países árabes y
musulmanes. Allí surgió el ejército de Bin Laden que en alianza con EE.UU.
combatió al régimen de izquierda de Afganistán y a las tropas soviéticas. La
posterior Guerra del Golfo en que Arabia Saudí, región de los lugares sagrados
del Islam, permitió la presencia de tropas norteamericanas, fue el motivo
público de la escisión política y religiosa: el wahhabismo de Bin Laden se
volvió contra la monarquía saudita y los EE.UU.
Al Qaeda es pues resultado de la confluencia de los intereses de las elites
petroleras marginadas por la Casa Saud y su contubernio con EE.UU., con las
corrientes wahabbistas.
Mas allá de su carácter criminal, el terrible atentado del 11 de Marzo en
Madrid mostró a una fuerza poderosa, organizada con gran eficacia para eludir a
los servicios secretos occidentales, y construir una infraestructura en la
propia Europa, dotada de fuerte financiación y de una gran coherencia política
e ideológica. No se trata, por supuesto, de terroristas generados por el
hambre: sus militantes son miembros de las elites profesionales capaces de
fraguar atentados de gran precisión y generar un lenguaje de gran convocatoria.
Al Qaeda ha mostrado, sobre todo, gran inteligencia política. El efecto sobre
las elecciones españolas lo muestra.
En el futuro inmediato, Al Qaeda no quiere destruir o derrotar a Occidente. Su
objetivo es ganar influencia en el mundo árabe e islámico, tratar en principio
de derrocar a los gobiernos de Pakistán y Arabia Saudita(8) y construir un
poder mundial fundado en la alianza explosiva de Islam y petróleo.
En esa perspectiva su accionar ha sido monstruoso pero políticamente eficaz.
Su programa político –retirada de las tropas norteamericanas de todo el mundo
islámico, en especial de Irak y de los territorios sagrados de Arabia Saudí,
fin del dominio israelí sobre Palestina- sintetiza las aspiraciones de millones
de árabes y musulmanes. La acción del 11 de Marzo y la derrota de Aznar fue
una gran victoria política que seguramente habrá aumentado su influencia sobre
el mundo árabe e islámico.
La resistencia irakí
La resistencia irakí ha dado un salto gigantesco, no solo por la mayor eficacia
–el promedio de soldados norteamericanos abatidos ha pasado de 1 a 4 diarios-
sino por la unidad política de las fuerzas, el carácter masivo alcanzado y los
comienzos de una reflexión que bien puede convertirse en la teoría de la guerra
popular del siglo XXI.
La rebelión shii ha puesto la puntilla final al proyecto norteamericano de
lograr la adhesión del clero moderado, apoyado por Irán, y ha mostrado la
mayoritaria posición de la base shii por luchar con todos los medios posibles
para expulsar a las tropas de ocupación. Así, se ha gestado la gran unidad de
todo el pueblo de Irak, independiente de su fe religiosa.
Las distintas fuerzas de la resistencia se han agrupado en tres polos, aquel
integrado por la Alianza patriótica irakí, el comité islámico, los naseristas y
comunistas, fuerzas perseguidas y opuestas al régimen de Husssein que se
orientan hacia un nacionalismo laico y de izquierda, con el Consejo Nacional
Revolucionario Iraki, agrupado en torno al Partido Baaz y las estructuras
militares de los fedayines del antiguo ejército, y, ahora, con la resistencia
armada shii.
A la vez, la insurgencia ha remontado el carácter clandestino y selectivo, para
convertirse en una inicial guerra del pueblo. La resistencia de Faluya ha
obligado al ejército invasor a reconocer el carácter político de la insurgencia
y a negociar directamente con los otrora llamados terroristas(9).
Al Qaeda no tiene nada que ver con la resistencia irakí(10). Empero es
indudable que pretenderá influir en amplios sectores de los movimientos
islámicos. Al Qaeda es una fuerza de extrema derecha, ferozmente
antiizquierdista y opuesta al nacionalismo laico. Tal fue la razón de su
nacimiento, apadrinada por los EE.UU. Incluso en 1994, una vez provocada la
ruptura, volvieron a aliarse en la guerra de Bosnia.
Al Qaeda representa un peligro para las corrientes revolucionarias, laicas y de
izquierda nacional, que intentan abrirse paso en el mundo árabe y que comandan
la resistencia en Irak. Los EE.UU.(11) pretenderán encerrar a la humanidad en
el cerrojo del enfrentamiento de la extrema derecha neoliberal con la extrema
derecha integrista.
Romper ese cerrojo es vital para una alternativa moderna, democrática y radical
en el mundo. E Irak puede ser el punto de confluencia de ese proceso. De
hecho, en el plano interno, Al Qaeda no tiene ninguna presencia y las fuerzas
nacionalistas y de izquierda son las grandes protagonistas del proceso.
El problema internacional es fundamental en el curso de los acontecimientos.
Al Qaeda tiene una presencia espectacular, alimentada por la propaganda
occidental. Sin embargo, su ferocidad wahhabista la aísla del mundo y, en el
propio orbe islámico, representa corrientes minoritarias. El apoyo mundial a
la resistencia irakí y al fin de la ocupación norteamericana por parte de las
fuerzas pacifistas, de los movimientos sociales agrupados en el Foro de Porto
Alegre y de las corrientes políticas libertarias del llamado movimiento
antiglobalizador, es vital para cohesionar una tercera gran fuerza política a
nivel mundial y en el Medio Oriente.
Las llamadas contradicciones interimperialistas
Las célebres tesis de Negri y Hardt fueron elaboradas en el período de Clinton
en que la guerras imperiales del Golfo y Kosovo tuvieron el apoyo de la ONU y
de Europa occidental. Las crítica acerbas a las mismas se dieron en la era de
Bush y de la actual guerra de Irak.
La tesis sobre el llamado "Imperio" habría sido una de las bajas de la guerra
de Bush. Negri ha respondido diciendo que Bush dio un golpe de Estado a la
formación del imperio pero que únicamente ha retardado su plenitud. ¿Un
triunfo de Kerry volvería las cosas a la era de Clinton?
En este punto, la discusión interesa por el significado político para una
estrategia política democrática y revolucionaria, de las antiguamente llamadas
contradicciones interimperialistas. ¿Las hay ahora o nos encontramos frente a
un capital multinacional y un campo imperial unificados?
La comprensión de ese fenómeno es básica: sin la presencia del antiguo campo
socialista y de las llamadas contradicciones interimperialistas las
perspectivas para los movimientos sociales y libertarios se presentan oscuras y
casi sin salida.
¿Las hay o no las hay?. ¿Pondrían en peligro la unidad político-militar de
Occidente?. Es difícil dar una respuesta en este momento. Sin embargo, las
oscilaciones de los gobiernos de Francia, Alemania y el cambio de posición de
España con relación a la guerra de Irak expresan un sentido muy claro: frente a
la aparente victoria norteamericana con la entrada a Bagdad, se movieron hacia
EE.UU. En los días previos a la invasión en que la movilización de la
humanidad fue gigantesca se pusieron en contra, y, hoy que la resistencia irakí
está mostrando su fuerza tienden otra vez a tomar distancia, en especial con la
decisión del gobierno del PSOE de retirar las tropas. La clave está pues en el
desarrollo de la resistencia y del apoyo internacional.
El Vietnam urbano
¿La resistencia irakí promoverá una teoría de la insurgencia urbana a la manera
de las tesis de Mao y Giap sobre la resistencia nacional de base campesina?
La actual insurgencia iraquí es expresión de uno de las tesis de la guerra
popular enunciada por Mao y Giap: dejar penetrar profundamente al enemigo y
luego hostigarlo con tácticas de emboscadas y asaltos. La toma de Bagdad por
las tropas de ocupación fue una gran trampa. A partir de entonces comenzó la
guerra de hostigamiento que ha llegado a los niveles actuales.
Como pez en el agua fue la metáfora usada por Mao para señalar que la fuerza de
la guerrilla radica en el apoyo del pueblo. El lanzamiento de misiles desde
carretas tiradas por burros en pleno centro de Bagdad ha sido la nota
emblemática de una insurgencia claramente apoyada por el pueblo. En la
resistencia actual, en especial en Faluya, y en la rebelión de los shiies
radicales, el carácter popular de la resistencia se ha mostrado de manera
transparente. Son ya los comienzos de una guerra de todo el pueblo.
Empero, el cerco norteamericano a varias ciudades irakíes, en especial a Nayaf
y Faluya, expresa uno de los puntos nodales del conflicto. Implicaría pasar de
una guerra de guerrillas a una guerra de posiciones y tal tránsito puede ser
muy riesgoso.
Es en ese momento que el pensamiento estratégico deviene en fundamental. En la
estrategia china y vietnamita, la toma de las ciudades y el paso a una guerra
de posiciones fue el resultado de un largo proceso en que el campo, incluidas
las pequeñas ciudades, gracias al total apoyo de los campesinos, había sido
tomado. Pero, Vietnam fue una guerra campesina, en lo fundamental.
¿Cuál es el camino en regiones desérticas como Irak que son básicamente urbanas
y en el que los combatientes surgen de los barrios populares de las ciudades?.
En el caso de Faluya y Nayaf la mayoría de la población está participando
activamente con la insurgencia.
En un artículo publicado en la revista digital Causa Arabe, "Diez lecciones
estratégicas de la experiencia de Faluya", el intelectual jordano-palestino,
Ibrahim Alloush(12), ha señalado algunas definiciones tácticas, tales como:
1. Cuando el enemigo se adentra en las zonas urbanas y en calles y callejones
estrechos pierde mucha de la ventaja tecnológica que le proporciona sus
avanzados instrumentos militares.
2. El secreto del logro de la victoria es honrar las pequeñas victorias.
3. Es preferible una descentralización de las decisiones militares.
4. El enemigo no dispone de los medios necesarios para la guerra de guerrillas
o los enfrentamientos urbanos o para luchar contra acciones suicidas.
Son el esbozo de un pensamiento político militar para las guerra nacionales de
base urbana que comporta definiciones tácticas y alguna visión estratégica que,
por hoy, comprende una larga fase de hostigamiento y es expresión de la misma
pero aun no permite resolver problemas tan decisivos como el cerco de Faluya o
Nayaf.
Sin duda, la formulación no es aún suficiente para elaborar una nueva teoría de
la resistencia de base urbana. Tal será uno de los acontecimientos decisivos
de este siglo e Irak bien puede ser el Vietnam urbano del siglo XXI.
El kamikaze
Ibrahim Alloush nos dice que "El enemigo no dispone de los medios necesarios
para luchar contra acciones suicidas".
La furia de Sharon contra los kamikazes muestra la verdad de esta tesis. El
ensayista español, Santiago Alba Rico, ha escrito un excelente artículo sobre
el desconcierto filosófico y político de Occidente frente al kamikaze. Al
final señala que frente a la superioridad tecnológica de EE.UU. o Israel, los
combatientes han encontrado el poder inconmensurable de sus cuerpos como arma
de combate.
Si en Vietnam, tal como lo decimos en Apocalipsis Perpetuo, los guerrilleros
pusieron a la naturaleza, orgánica e inorgánica, en contra del poder
tecnológico imperial, los kamikazes han puesto a la naturaleza humana
primordial, el cuerpo, en contra de ese poder.
El kamikaze es además la máxima elección de la libertad. En un famoso poema,
el gran poeta palestino Mahmud Darwish implora a sus amigos mártires "pensad en
mí un poco,/ amadme un poco, /no muráis /así, por favor, no muráis, /esperadme
otro año, /un año, /sólo otro año", se comprende que las y los jóvenes
palestinos tienen sobre su cabeza el espectro inminente de su asesinato por los
tropas israelíes. El acto kamikaze es el único acto posible de su libertad:
elegir su muerte. Creo que nos pone ante los límites de la condición humana,
algo que lo entendió muy bien el gran escritor y novelista francés, André
Malraux, al construir el personaje de Chen, en La Condición Humana.
Las resistencias irakí y palestina son , sin duda, el venero de toda la riqueza
actual del planeta y el punto de crisol de la humanidad del siglo XXI.
Notas:
1) Todorov y Negri fueron los únicos que sugirieron el problema del petróleo
como telón de fondo.
2) Uno de los geniecillos de la derecha española, por ejemplo, llegó a sostener
que la causa de los atentados del 11 de Marzo no era la participación del
gobierno de Aznar en la guerra y ocupación de Irak, sino el fanatismo de los
integristas para quienes la expulsión de los árabes de España –entre los Siglos
XIII y XV- fue el acontecimiento decisivo del ascenso de Occidente y la caída
del mundo islámico. En esa perspectiva, España sería, en la percepción
alucinada de los integristas, El Andhalus, parte de la Umma islámica, que
habría cometido apostasía entregándose a Occidente y merecido por lo tanto ser
aniquilada por la ira de Alá.
3) Moreano, Alejandro, El Apocalipsis perpetuo, Ed. Planeta, Quito, 2003.
4) La monarquía saudí no ha podido hasta la fecha intervenir en los bienes de
Bin Laden porque están entrelazados con miembros de la familia saudí, así, por
ejemplo, los multimillonarios fondos de obras de caridad que son fuente de
financiamiento de Al Qaeda, muchas de cuyas transacciones financieras se
realizan a través de la banca de los Emiratos Árabes. En la lista de 370
sospechosos de colaborar con Bin Laden en Europa y EE.UU., el 85% son saudíes y
ciudadanos de los Emiratos del Golfo. Además, varios de los presuntos
atacantes del 11 de Septiembre llevaban pasaportes de los Emiratos Árabes
Unidos.
5) En los Emiratos Árabes, por ejemplo, se mantuvo en el 10% durante los 70
6) La década de los 80 había significado un duro revés en sus economías -por
primera vez sufrieron déficit presupuestarios, así el abultado déficit con el
que ha operado la economía saudí desde 1983-, gracias a la baja del precio al
que contribuyeron ellos mismos, en especial Arabia Saudí. Y, en los 90, no
solo que sufrieron enorme pérdidas con la guerra y los daños ambientales sino
que debieron sufragar gran parte de sus costos -para Kuwait, los costos de
guerra ascendieron a 22 mil millones de dólares y para Arabia Saudí 51.000
millones -, aumentar sus gastos militares, ver mermada su soberanía, seguir
sufriendo la caída de las exportaciones -las de Arabia Saudí cayeron de 111.000
millones de dólares en 1981 a 52.027 millones en 1998,- y el aumento de la
deuda externa-la deuda saudí se cifra en 140 mil millones de dólares-, hollados
sus lugares santos, experimentar un descenso de su tradicionalmente alto nivel
de vida -en los últimos veinte años la renta per cápita de los saudíes cayó,
según algunas estimaciones de 15.000 a 7.000 y, según otras de 28.000 a 6 u
8.000 dólares anuales en el 2001- y un aumento de las disparidades sociales y
de las distancias entre la corte real y la población, incluida la jerarquía
religiosa. Las monarquías respondieron con el fin de ciertos devaneos
nacionalistas del pasado y la total apertura de sus economías al capital
multinacional, el endurecimiento de la autocracia y la represión policial y con
un grado sin precedentes de corrupción.
7) Se trata de un poder trasnacional inmenso: cerca de 5 mil príncipes que
tienen inversiones en EE.UU. y otras regiones del mundo desarrollado, por mas
de 600 mil millones de dólares. Los intereses reales de la Casa Saud no están
en Arabia Saudí sino en los centros del capital multinacional.
8) EE.UU. fortaleció un eje Arabia Saudí-Pakistán que funcionó a partir de la
guerra contra el régimen del PDPA, y luego contra la presencia de tropas
soviéticas. Juntos trabajaron para establecer el Gobierno Talibán en
Afganistán.
9) Los componentes de la resistencia irakí son similares a los de la
resistencia palestina: fuerzas nacionalistas de izquierda como el Frente
Popular, el Frente Democrático y corrientes del Al Fatah, el movimiento al
Fatah que congrega a amplios sectores de la burguesía y del pueblo palestino y
los movimientos islamistas, Hamas y la Yihad.
10) El líder de la Alianza Patriótica Irakí (API), Abdel Yabar al-Kubays, en
una entrevista del 9 de Febrero de 2004, sobre la presencia de Al Qaeda en Irak
declaró: "No, eso es ridículo (...) Por lo que respecta a los wahabíes conviene
saber que el pueblo de Irak se ha opuesto a ellos desde hace 200 años. Tanto
la shi'ia como la suna lucharon juntos para defender Irak de ellos. ¿Por qué
los iraquíes iban a dar la bienvenida a los wahabíes ahora?.
11) No hay que olvidar que los EE.UU., apoyados por Arabia Saudí, promovieron
en los 70 y 80 a los grupos fundamentalistas y Al Qaeda para derrotar el
nacionalismo laico y de izquierda que comandó la independencia de los países
árabes y otros como Indonesia, Pakistán e Irán,
12) Jordano de origen palestino, es doctor en Ciencias Económicas, miembro de
la asociación jordana AZAR (Asociación Árabe contra el Racismo y el Sionismo) y
del Movimiento Anti-normalización de Jordania.
Alejandro Moreano, escritor, novelista y ensayista ecuatoriano. Su
novela "El devastado jardín del paraíso" fue Premio único de la Primera Bienal
de Novela, 1990. Ha escrito numerosos ensayos sociales, políticos y
literarios. Su texto "El Apocalipsis Perpetuo", 2002-3, fue elegido entre los
cinco textos señalados para las últimas deliberaciones del Jurado del XXX
premio Anagrama de Ensayo, el más importante de la lengua española, y recibió
el Premio ecuatoriano de ciencias sociales 2003.
https://www.alainet.org/es/articulo/110015
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