La guerra contra la inconformidad
25/11/2003
- Opinión
En diciembre de 1990, el presidente estadounidense
George Bush viajó a Sudamérica para promover a lo largo
del continente su más novedosa e intrépida quimera: "un
programa de comercio libre que una a las Américas".
Ante el congreso argentino, anunció que el plan, que
más tarde se llamaría Area de Libre Comercio de las
Américas, sería una "nueva declaración de
interdependencia en nuestro hemisferio.... el
deslumbrante amanecer de un esplendoroso nuevo mundo".
La semana pasada, los dos hijos de Bush cerraron filas
con la intención de inaugurar ese nuevo mundo
celebrando las negociaciones del ALCA en la cordial
Florida. Recordemos que dicho estado fue el que Jeb
Bush prometió "otorgar" a su hermano durante los
comicios del 2000 aunque, al hacer esto, se
restringiera el derecho al voto de multitud de
afroamericanos. Esta vez, Jeb Bush intentaba conferir
el codiciado tratado de comercio a su hermano, aunque
al hacerlo se restringiera el derecho de manifestarse a
miles de personas.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo de los hermanos Bush,
la quimera de un hemisferio unificado por una economía
de comercio libre murió la samana pasada. No fueron los
manifestantes de Miami los que la mataron, sino los
pueblos de Brasil, Argentina y Bolivia, que dejaron
claro a sus políticos que si acaso rubricasen más poder
a las multinacionales, más les valdría no regresar a
casa.
Los brasileños negociaron una postura intermedia que
convierte el tratado en un simple acuerdo selectivo, el
cual permite a los gobiernos aceptar las partes que les
conviene y rechazar las demás. Claro que Washington
seguirá atosigando a cada país y grupo de naciones para
que acepten acuerdos generales de comercio del tipo del
NAFTA, pero no habrá un acuerdo único y global.
Dentro del Hotel Inter-Continental, se le llamaba a tal
acuerdo "ALCA ligero".
Los que estábamos afuera presenciamos algo mucho más
grave: la "guerra ligera". De hecho, cuanto más control
perdían los delegados de comercio estadounidenses en la
mesa de negociaciones, mayor era el abuso que se
ejercía en las calles.
"Nuestro objetivo era ahogar sus voces", me explicaba
un policía municipal del condado de Dade-Miami, y esto
es exactamente lo que habían logrado. Grupos pequeños y
pacíficos se vieron agredidos con extrema violencia. La
policía secreta se infiltró en ciertas organizaciones,
aplicando paralizadores en contra de los activistas.
Hubo autobuses llenos de sindicalistas a los que se
impidió unirse a las manifestaciones autorizadas;
docenas de jóvenes rostros fueron machacados contra el
pavimento y se les aporreó con macanas. A los
activistas de derechos humanos se les apuntaba a la
cabeza con fusiles en retenes de tipo militar.
La violencia de la policía afuera de las cumbres de
comercio no es ninguna novedad; pero lo extremo del
caso de Miami fue la desproporción entre la actuación
de las fuerzas de seguridad y la falta de elementos
amenazadores del orden. Desde el punto de vista de un
activista, las marchas fueron excepcionalmente pequeñas
y vergonzosamente obedientes, una actitud comprensible
tras semanas de intimidación por parte de la policía.
La cumbre del ALCA en Miami representa la instauración
oficial de la "guerra contra el terror". Las técnicas
estratégicas y propagandísticas más avanzadas, puestas
a prueba en Irak - desde una milicia hollywoodizada
hasta una prensa militarizada - se han practicado gran
escala en una metrópolis estadounidense. "Esto debería
ser un modelo a seguir para la defensa nacional",
anunció ufano el alcalde Manny Diaz, refiriéndose a la
operación de seguridad que reunió a más de cuarenta
agencias policiales, entre las que se encontraba tanto
al FBI como al Departamento de Pesca y Fauna.
Sin embargo, para que el "modelo Miami" llegara a
funcionar, la policía tenía que establecer una conexión
entre los activistas legítimos y los terroristas
peligrosos. Para eso está el comisario de policía John
Timoney, acérrimo enemigo de los "mugrosos" activistas,
que a menudo se refiere a los oponentes del ALCA como
"fuereños que vienen a espantar y a destrozar nuestra
ciudad".
Una vez que se etiquetó a los activistas como
peligrosos forasteros, la ciudad de Miami se ganó el
acceso franco a las arcas públicas que costean la
"guerra contra el terror". De hecho, 8,5 millones de
dólares que se utilizaron en el dispositivo de
seguridad durante la reunión del ALCA procedían
directamente de los 87000 millones que el presidente
Bush consiguió que el congreso aprobara el pasado mes
para Irak -un dato poco difundido fuera de la prensa de
Miami.
Pero la guerra de Irak proporcionó algo más que dinero
. La policía de Miami invitó también a los periodistas
a "emparejararse" con ellos en los vehículos blindados
y helicópteros. Al igual que en Irak, muchos reporteros
se abocaron a su papel de seudomilitares con un
entusiasmo perturbador, ataviándose con ridículos
cascos de combate y estrenando chaquetas de camuflaje.
Por consiguiente, la cobertura de los medios quedó en
la conocida combinación de imágenes dramáticas y
desinformación. Se sabe, gracias a un "emparejado" del
Miami Herald, que Timoney, el jefe de la policía, había
estado tan ocupado atrapando buscapleitos que, a las
3:30 de la tarde del jueves, "sólo había comido una
galleta y un plátano desde las 6 de la mañana".
Los canales de televisión no cubrieron las marchas,
sino más bien las sobrevolaron. Sus helicópteros
mostraron imágenes de los enfrentamientos pero, en
lugar de escuchar la opinión en las calles - las voces
de los manifestantes rogando a la policía que dejara de
disparar y siguiendo debidamente las órdenes de
circular - a los únicos que escuchamos fue a los
oficiales de policía de alto rango y a los afanados
presentadores de noticieros condoliéndose con los
novatos que estaban en la línea de fuego.
Entretanto, los reporteros independientes que se
atrevieron a cumplir con su deber filmando la violencia
policíaca de cerca, se vieron especialmente acosados.
"Esta no está con nosotros", dijo un gendarme a otro,
mientras agarraba a Ana Nogueira, corresponsal del
programa Democracy Now! de Pacifica Radio, que se
encontraba cubriendo una protesta pacífica en la cárcel
municipal de Miami-Dade. Cuando la policía estuvo
segura de que Nogueira, de hecho, no estaba "con
nosotros" (o sea, que ni estaba emparejada ni era de la
policía secreta), la arrastraron y pusieron bajo
custodia.
El Modelo Miami para resolver la inconformidad va más
allá de esta reunión. El domingo, el New York Times
difundió un boletín del FBI donde se revela un
"esfuerzo coordinado a nivel nacional para obtener
información" relacionada con el movimiento pacifista en
EEUU. En el boletín se mencionan actividades totalmente
legales, tales como clases de antiviolencia, filmación
de actividades policíacas y organización en la red.
Anthony Romero, director ejecutivo de la American Civil
Liberties Union (ACLU), afirma que el documento revela
que "el FBI dirige una campaña peligrosa contra
ciudadanos que no hacen nada más que manifestar su
inconformidad por la vía legal. La línea que divide a
la legítima desobediencia civil y el terrorismo ha
desaparecido.
Podemos esperar muchas más maniobras de este tipo en el
frente interno. Así como los abusos a las libertades
civiles aumentaron cuando Washington perdió el control
durante el proceso del ALCA, la represión se va a
incrementar en cuanto el equipo Bush se enfrente a su
amenaza más real: perder el control sobre la Casa
Blanca.
Es ya un hecho que Jim Wilkinson, director de estudios
estratégicos en el Comando Central de EEUU en Doha,
Qatar (el operativo que brindó al mundo el rescate de
Jessica Lynch), se ha mudado a Nueva York para dirigir
las operaciones de publicidad de la Convención Nacional
Republicana. "Estamos considerando emparejar
reporteros", dijo al New York Observer, acerca de sus
planes para aplicar algunos de los trucos aprendidos en
Irak durante la convención. "Estamos considerando
algunos enfoques nuevos y muy interesantes".
La guerra está llegando a casa.
Naomi Klein es autora de "No Logo" y "Cercas y
Ventanas"
Título Original: The war on dissent
Autor: Naomi Klein
Origen: Znet
Traducido por Miguel Alvarado y revisado por Maria
Fernandez
https://www.alainet.org/es/articulo/110017?language=en
Del mismo autor
- Uma semana contra o Capitalismo de Desastre 17/09/2019
- A promessa de um New Deal ambientalista para mudar os EUA 03/01/2019
- The Game-Changing Promise of a Green New Deal 03/01/2019
- A saída de Trump do acordo de Paris vai colocar o mundo em chamas? 02/06/2017
- O gabinete dos amiguinhos de Trump parece forte, mas tem medo 14/02/2017
- Prepare-se para o capitalismo do desastre de Trump 27/01/2017
- Get ready for the first shocks of Trump’s disaster capitalism 27/01/2017
- Por que proibiram as manifestações durante a Conferência do Clima de Paris? 26/11/2015
- Lo que está en juego en la Conferencia sobre Cambio Climático de París ahora que se han prohibido las manifestaciones 23/11/2015
- Laudato si': a defesa de um clima mais estável e uma economia mais justa 03/07/2015
Clasificado en
Clasificado en:
Integración
- Facundo Escobar 14/01/2022
- Eduardo Paz Rada 03/01/2022
- Francisco Eduardo de Oliveira Cunha 03/01/2022
- Adalid Contreras Baspineiro 13/10/2021
- Juan J. Paz-y-Miño Cepeda 21/09/2021