Che, Fidel y la UNCTAD

17/06/2004
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  • Opinión
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Hace 40 años sesionó en Ginebra la primera Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo(UNCTAD), a la que Che Guevara acudió en representación de Cuba. Leer su discurso de entonces es constatar que la mayoría de los problemas que enfrentaban los países subdesarrollados "no sólo subsisten sino se han agravado", como afirma Fidel Castro en sendos mensajes enviados al Grupo de los 77 y a la XI UNCTAD, reunidos ahora en Brasil. Tanto en lo dicho por Che a la primera conferencia como por el presidente Lula cuatro décadas después a la oncena, se evoca una constante del subdesarrollo. Casi con las mismas palabras empleadas ahora por el mandatario brasileño el comandante guerrillero denunciaba "el estancamiento total de una gran parte de los países llamados subdesarrollados, que presentan a veces(...) tasas de crecimiento económico inferiores a las del(...) demográfico". Che iba más allá y señalaba que este fenómeno respondía " a la naturaleza del sistema capitalista(...) que traslada hacia los países dependientes las formas más abusivas y menos enmascarables de la explotación". Insistía también en que el FMI, el Banco Mundial, el GATT y el BID "son ejemplos de organismos internacionales puestos al servicio de las grandes potencias capitalistas, fundamentalmente del imperialismo norteamericano". Pese al tiempo transcurrido entre las dos reuniones, los mensajes de Che y Fidel coinciden en señalar el intercambio desigual, la deuda externa, la fuga de capitales, el astronómico gasto en armamentos, los subsidios a la agricultura de los países ricos, como causas fundamentales de la postración de los países dependientes. Obviamente, los conceptos centrales del presidente cubano no han sido publicadas por la prensa corporativa. En ellos se explica por qué esta situación ha llegado a un punto crítico. Mientras los productos básicos constituyen más de la mitad de los ingresos por exportaciones de los países subdesarrollados, su poder de compra, excepto el petróleo, es hoy menos de la tercera parte del que tenían al crearse la UNCTAD. Es casi imposible -afirma Fidel Castro- medir el daño ocasionado a esos países por el tipo de relaciones comerciales que, a través de los senderos sinuosos de la OMC y los tratados de libre comercio, se imponen a los países pobres, incapaces de competir con la tecnología sofisticada, el monopolio casi total de la propiedad intelectual y los inmensos recursos financieros de los países ricos. Y apunta: "A estas formas de saqueo se añaden otras, como la grosera explotación de la mano de obra barata con maquiladoras que llegan y se marchan a la velocidad de la luz, la especulación con las monedas al ritmo de millones de dólares cada día(...) la invasión cultural y otras decenas de acciones(...) imposibles de enumerar(...) El dinero de todo el mundo se fuga hacia Estados Unidos para protegerse de la inestabilidad monetaria y la fiebre especulativa(...) Sin ese regalo que(...), fundamentalmente los países pobres, le hacen(...), su actual administración no podría sostener los enormes déficit fiscal y comercial, que ascienden entre ambos en el año 2004 a no menos de un millón de millones de dólares". El líder cubano argumenta que en los países pobres vive el 85 por ciento de la población, pero su participación en el comercio internacional es sólo un 25 por ciento. Su deuda externa era en 1964 de unos 50 mil millones de dólares y hoy llega a 2.6 millones de millones, cifra que ha sido pagada más de dos veces. Esta deuda -sentencia- debe ser condonada porque es imposible alcanzar el desarrollo con una carga "tan onerosa" y existen los recursos para financiarlo; lo que falta es la voluntad política de los países desarrollados, que "tienen el deber y la responsabilidad" de hacerlo con las que fueron sus colonias. Refiriéndose a la carrera armamentista y a la depredación acelerada de la naturaleza afirma: "En la disyuntiva a que ha sido arrastrada por el sistema no hay otra alternativa para la humanidad: o la actual situación cambia, o la especie corre el riesgo real de extinción". Concluye Fidel: "Los pueblos se harán ingobernables. No existen métodos represivos(...) que puedan impedirlo. Y en la lucha por la supervivencia(...) estarán no sólo los hambrientos del tercer mundo(...); estarán igualmente todas las personas conscientes del mundo rico, sean trabajadores manuales o sean trabajadores intelectuales".
https://www.alainet.org/es/articulo/110110
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