En el marco de la IV Conferencia Internacional de Vía Campesina se realizaron dos asambleas de suma importancia para el movimiento rural; la Segunda Asamblea Internacional de Mujeres Rurales y la Primera Asamblea de Jóvenes. Las dos instancia generaron un espacio de debate y reflexión entorno a las temáticas que afectan al campo, y las implicaciones directas que tienen en ambos sectores. En la I Asamblea de Mujeres de Bangalore se estableció que “Las mujeres tienen una tradición larga de recolectar, escoger y propagar variedades de semillas para usos alimenticios y medicinales. Son las protectoras primarias de los recursos genéticos en el mundo y la biodiversidad. El conocimiento tradicional de las mujeres debería ser honrrado y respetado, y sus habilidades traspasadas a las nuevas generaciones para continuar su rol vital de proteger y mejorara la biodiversidad. El futuro de los seres humanos depende de eso”. En este contexto, el segundo encuentro reunió a más de un centenar de mujeres de 47 países de todos los continentes. Ellas manifestaron que más allá de los documentos e insumos que se extraigan de dicha discusión, se generaron momentos de mucha fuerza, de encuentro entre mujeres luchadoras y activas en el movimiento campesino mundial. Sus principales líneas de acción política van orientadas al derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, como parte de un proceso de cambio cultural; al fortalecimiento de experiencias y concimientos; a los procesos continuos de formación; a la anulación del modelo patriarcal que genera el modelo; a los avances de los canales de formación como campañas y programas conjuntos; profundización en los derechos políticos de las personas; y agendar los temas relacionados con los derechos reproductivos de las mujeres y todas las formas de violencia. Itelvina Massioli, del Movimiento Sin Tierra, de Brasil, expresó: “Las mujeres estamos convencidas que tenemos que participar en la construcción de una sociedad en donde el ser humano este en el centro de las políticas de vida y no así el capital”. Por su parte, lo jóvenes, en su primer encuentro a nivel de Vía Campesnia, en un hito histórico dentro del proceso de articulación del movimiento, generaron un espacio de solidaridad y de intercambio, donde mujeres y hombres de 37 países socializaron sus realidades y sueños. Dentro del análisis realizado por ellos establecieron las problemáticas comunes que los afectan, a pesar de la diversidad de culturas, el modelo económico influye en las políticas de cada nación y en conjunto para el mundo campesino. Así constataron tres ejes comunes: La monopolización y la falta de recursos naturales; la imposición de políticas neoliberal; y la carencia de políticas efectivas que incentiven la permanencia e instalación de jóvenes en el campo. Para enfrentar este panorama se han propuesto diversas acciones como el fortalecimiento de las organizacioes, fomentar el intercambio de experiencias, desarrollar programas para la permanencia de los jóvenes en las zonas rurales, construcción de alianzas, aplicación de la equidad de género, generar procesos de formación ideológica, respeto de los derechos individuales y lucha contra los tratados de libre comercio. La juventud campesina del mundo quiere globalizar la lucha y la esparanza mediante el fortalecimiento de tres áreas de trabajo centrales; la comunicación, la formación y la coordinación, con estos lineamientos de trabajo fortalecerán durantes los próximos cuatro años la construcción y consolidación del movimiento.