ALCA y marginación social en América Latina

13/09/2004
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“Avance lentamente hacia atrás” Letrero en la puerta de entrada de un autobús en una ciudad de América Latina

Cuando se mencionan los nueve temas que conforman las negociaciones centrales del ALCA, llama la atención el hecho de que en ninguno de ellos aparece la llamada “agenda social”, tal parece que esta se considera un tema secundario. Sin embargo, otros hechos muestran que la “cuestión social” no puede ser tomada a la ligera por los decidores de política de la región

En mayo de 2003 se produce un interesante encuentro, en una cumbre cerca de Ciudad de México se reunieron los 34 empresarios más acaudalados de América Latina, encabezados por el mexicano Carlos Slim Helú, dueño de Teléfonos de México (Telmex) y se comprometieron a realizar un ''combate frontal a la pobreza con alto sentido de urgencia'' ya que el bienestar de la población ''no es sólo un asunto ético, de justicia y de responsabilidad social, sino también de conveniencia económica''.

De los 34 empresarios que asistieron al encuentro, una decena de ellos, con Carlos Slim a la cabeza, aparecen en la más reciente lista de multimillonarios de Forbes, con una fortuna conjunta de $25.000 millones, cantidad equivalente a 4 % del producto interno bruto de México o a un tercio de la deuda externa pública mexicana.

Los magnates latinoamericanos realizaron el Encuentro de Empresarios Latinoamericanos, Padres e Hijos; se reunieron en la ciudad de México y en Ixtapa, para analizar y discutir los temas económicos y sociales que enfrenta la región, así como el ambiente en el que se desenvolverán las nuevas generaciones que dirigirán los destinos de los corporativos

Cuando a puertas cerradas, los dueños y herederos de las más grandes empresas latinoamericanas incluyeron entre los temas tradicionales la cuestión social, deberíamos preguntarnos: ¿A que se debe esta creciente preocupación de la élite empresarial latinoamericana por la situación social de la región?

¿Qué ha ocurrido recientemente con la situación social de la región que ha provocado esa creciente preocupación en los grupos empresariales? Debemos entonces pasar a examinar el comportamiento de los principales indicadores sociales y si estos nos permiten demostrar que estamos en presencia de una llamada “segunda década perdida”.

1. Evolución de la pobreza

El optimismo que caracterizaba a las proyecciones de la CEPAL sobre una supuesta reducción de la pobreza y la indigencia a partir del año 2000 parece llegar a su fin. Durante los últimos cinco años, a la población pobre de la región se han sumado 20 millones de latinoamericanos.

De acuerdo al reciente Informe “Panorama social de América Latina 2002-2003”, el porcentaje de personas que en 2002 viven en situación de pobreza se ubica en torno al 43%, unos 224 millones de personas, mientras que el número de indigentes alcanzó la cifra de 95 millones de personas. (ver cuadro 1).

Por otra parte, las proyecciones de la CEPAL para América Latina y el Caribe en el 2003 basadas en el crecimiento económico previsto para los distintos países y el conjunto de la región indican que en el presente año se volverá a producir un aumento de las tasas de pobreza e indigencia a nivel regional, provocado principalmente por la caída del crecimiento del producto por habitante.

Con estas cifras se hace muy difícil que la región pueda cumplir la meta de la Cumbre del Milenio de reducir a la mitad la pobreza extrema para el año 2015. La CEPAL indica que para reducirla a la mitad se requiere que el producto interno bruto (PIB) aumente a un ritmo de entre 5 % y 6 % por año.

Cuadro 1

AMÉRICA LATINA: EVOLUCIÓN DE LA POBREZA Y LA INDIGENCIA.1990-2003

1990

1997

1999

2000

2001

2002

2003a

Porcentaje de personas pobres

48.3

43.5

43.8

42.1

42.5

43.4

43.9

Porcentaje de personas indigentes

22.5

19.0

18.5

17.9

18.2

18.8

19.4

Fuente: CEPAL. Panorama social de América Latina 2002-2003.

a/ las cifras para 2003 corresponden a una proyección.

La pobreza y la desigualdad social que afecta a la sociedad latinoamericana también recaen sobre los pequeños, el 52% de los pobres son niños y adolescentes, cerca de 39 millones tienen entre 0 y 5 años de edad, y 43 millones, entre 6 y 12 años.

Por países, el caso más extremo ha sido el de Argentina, donde 21 millones de personas, (el 58% de una población de 36 millones) vive en la pobreza y alrededor de 10 millones son indigentes (28% de la población), en un país considerado como uno de los mayores productores de alimentos.

A fines de los noventa, seis de cada diez personas pobres habitan en zonas urbanas, situación que convierte a América Latina en la región subdesarrollada que mejor ejemplifica el proceso mundial de “urbanización de la pobreza”

A su vez en el recién publicado Informe sobre Desarrollo Humano Sostenible de Centroamérica del PNUD, se destaca que Centroamérica es la subregión donde con mayor rapidez se han deteriorado los principales indicadores sociales. (Ver cuadro 2).

Cuadro 2

Centroamérica: incidencia de la pobreza total y extrema.2001

(Porcentajes de la población).

Centroamérica

(2001)

Costa Rica

(2001)

El Salvador (2000)

Guatemala

(2000)

Honduras

(2002)

Nicaragua

(2001)

Panamá

(2000)

Pobreza total

Total

50.8

22.9

45.5

56.2

71.6

45.8

40.5

Area urbana

33.6

18.6

35.3

27.1

63.4

30.1

23.4

Area rural

67.9

28.5

59.9

74.5

78.5

67.8

68.9

Pobreza extrema

Total

23.0

6.8

19.8

15.7

53.0

15.1

26.5

Área urbana

10.8

3.9

11.1

2.8

32.5

6.2

11.1

Area rural

35.1

10.5

31.9

23.8

70.4

27.4

52.2

Fuente: Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá, capítulo 2.

Según dicho documento, la mitad de la población de la región centroamericana de 38,7 millones de habitantes vive en la pobreza, tiene baja escolaridad y muestra significativos problemas de salud. Un 33,6% de los residentes urbanos es pobre y un 76,6% de la población rural sufre de pobreza extrema (ver cuadro 3).

Cuadro 3

Centroamérica: Índice de pobreza humana (IPH) según países 2000.

País

Valor IPH

Probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta los 40 años de edad

1995-2000 (%)

Tasa de analfabetismo de adultos

2000

Población sin a acceso a fuentes de agua mejoradas

(%)

Número de menores de 5 años con peso insuficiente (%)

1995-2000

Centroamérica

18.3

12.4

23.3

13

18

Costa Rica

4.0

4.0

4.4

2

5

El Salvador

18.1

10.9

21.3

26

12

Guatemala

23.5

15.6

31.4

8

24

Honduras

20.5

16.0

25.4

10

25

Nicaragua

24.4

11.5

33.5

21

12

Panamá

8.4

6.4

8.1

13

7

Fuente: Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá

Si estimamos la pobreza desagregada en Centroamérica, llama a atención el hecho de que 1 de cada 10 personas pobres centroamericanas reside en la región sur-occidental de Guatemala, que aparece como la zona donde se concentra más la pobreza. Le siguen la región nor-occidental de Guatemala, que alberga a un 6.6% de los pobres, las regiones central y pacífica de Nicaragua, con 5.3 % y un 4.1 % respectivamente, y la norte de Guatemala (4.2 %). En conjunto, en estas cinco regiones residen 3 de cada 10 pobres centroamericanos.

Especialistas de diferentes organismos regionales han dedicado recientemente varios estudios a la problemática de la reducción de la pobreza y a orientar estrategias de gobierno para cumplir con las metas propuestas en la Declaración del Milenio. Todos estos estudios coinciden con que con una tasa de crecimiento igual al promedio de los cinco mejores años de la última década, sólo 9 países alcanzarían la meta de pobreza extrema al 2015. A su vez una reducción del Coeficiente de Gina en 5 % permitiría a 12 países alcanzar la meta.

En cuanto a la necesidad de crecimiento para reducir la pobreza total a la mitad, el producto por habitante de la región debiera crecer un 2.6% anual durante 15 años, que se descompone en un 4.8% de crecimiento para los países más pobres, un 2.8 % para los países medianamente pobres, y un 1.7% para los países con menor pobreza. De acuerdo con estos resultados, las posibilidades de los países más pobres de alcanzar la meta son muy reducidas, a que un crecimiento del 7 % anual del producto total está lejos de sus antecedentes históricos.

Pero otro elemento que hay que considerar es que aunque se logren estos niveles de crecimiento económico sino varía la desigual distribución del ingreso que caracteriza a la región no se puede reducir la pobreza como ha sido pronosticado por los organismos regionales.

2. Evolución de la desigualdad

La variable ingreso y sus formas de distribución no pueden pasarse por alto si nos detenemos en el análisis de la situación social de la región. Desde el punto de vista teórico, todo cambio en la tasa de pobreza puede obtenerse mediante un desplazamiento de la distribución de ingresos (crecimiento), un cambio en sus formas (cambio en la desigualdad) o ambos a la vez.

Desde que se disponen de datos sobre los niveles de vida, la región latinoamericana clasifica como la de peor distribución del ingreso a nivel mundial. En un reciente estudio realizado por el Banco Mundial con el título “Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia?”, se señala que el 10% más rico de la población percibe el 48% del ingreso total, mientras que el 10% más pobre sólo recibe 1,6 %.

Esta tendencia supone que los segmentos más ricos de la población acumulan proporciones muy altas del ingreso en relación con los más pobres La situación más extrema la encontramos en Brasil, donde para el año 2000, el 10% más rico de los hogares percibe 70 veces los ingresos del 10 % más pobre.

Incluso la relación más baja de la región en 2000, el 15.8 en Uruguay, también supera a la mayoría de las cifras de Europa (la comparación más cercana es una relación de 12,2 en Italia).

Estas enormes diferencias en los ingresos de las personas del mismo país se ha convertido en una característica estructural de la región y que no disminuye aún en períodos de crecimiento económico (ver cuadro 4).

La creciente desigualdad de ingresos supone al mismo tiempo un desigual acceso a los bienes y servicios que necesita la población para satisfacer sus necesidades básicas. Además la desigualdad de ingresos y acceso a recursos se manifiesta de manera muy marcada entre grupos étnicos, razas y género.

En el mencionado informe del Banco Mundial se señala que en la región los hombres indígenas ganan entre 35-65% menos que los hombres blancos.

En países como Guatemala, Bolivia y Brasil, de acuerdo al mencionado informe del Banco Mundial se muestra que más del 50 % de los hogares encabezados por hombres blancos tienen acceso a alcantarillados en comparación con el 30 % de los hogares encabezados por hombres indígenas.

Cuadro 4

América Latina (13 países): Cambios en la distribución del ingreso. Total nacional, 1999-2000

País

Índice de Gini/a

Participación en el ingreso total del 1999

Participación en el ingreso total en 1999 comparada con la de 1990

Años

1990

1999

40% de los hogares más pobres

10% de los hogares más ricos

40% de los hogares más pobres

10% de los hogares más ricos

Argentina

0.51

0.54

15.4

37.0

disminuyó

aumentó

Bolivia

0.53

0.58

9.2

37.2

disminuyó

aumentó

Brasil

0.62

0.64

10.1

47.1

disminuyó

aumentó

Ecuador b/

0.46

0.52

14.1

36.6

disminuyó

aumentó

Costa Rica

0.43

0.47

15.3

29.4

disminuyó

aumentó

El Salvador

0.50

0.51

13.8

32.1

disminuyó

aumentó

Guatemala

0.58

0.58

12.8

40.3

disminuyó

aumentó

Honduras

0.61

0.56

11.8

36.5

disminuyó

aumentó

Nicaragua

O.58

0.58

10.4

40.5

disminuyó

aumentó

México c/

0.53

0.54

14.6

36.4

disminuyó

aumentó

Panamá

0.56

0.55

12.9

37.1

disminuyó

aumentó

Uruguay d/

0.49

0.44

21.6

27.0

disminuyó

aumentó

Paraguay

0.44

0.56

16.5

32.8

disminuyó

aumentó

Fuente: CEPAL. Panorama social de América Latina 2001-2002

a) corresponden a 1990 y 1999, excepto para los casos de Guatemala que la segunda cifra corresponde a 1998 y el caso de Nicaragua que la primera cifra corresponde a 1993 y la segunda a 1998.

b) Total urbano.

c) Año 2000

d) Área metropolitana de Asunción

3. Género y pobreza

El análisis de la pobreza en la región requiere contemplar su perspectiva de género ya que nos permiten visualizar en las estadísticas como las políticas económicas no son neutrales y tienen un impacto diferenciado entre hombres y mujeres, además nos permite entender por qué las mujeres son más vulnerables a la pobreza

Tal como muestra la CEPAL en su Informe “Panorama social 2002-2003” cuando analiza al grupo de las personas que no tienen ingresos propios y muestra que las mujeres están más afectadas por esta situación y que es particularmente grave en el caso de las cónyuges. El porcentaje de mujeres mayores de 15 años sin ingresos propios supera ampliamente el de los varones. En las zonas urbanas el 45 % de las mujeres no obtienen ingresos propios mientras que sólo el 21 % de los hombres se encuentran en esta situación.

Cuando se toman los datos de ingreso per cápita se tiende a mostrar una situación de igualdad en los hogares y se oculta el hecho de que la mayoría de las mujeres tienen menores ingresos monetarios que los hombres.

Las mujeres jefas de hogares cuentan con menos ingresos monetarios que los hombres jefes, tanto en los hogares pobres como en los no pobres. El porcentaje de hogares pobres con jefatura de mujer en la región se han incrementado. (Ver cuadro 5)

Cuadro 5

AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): MAGNITUD Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBREZA Y LA INDIGENCIA EN HOGARES ENCABEZADOS POR MUJERES, ZONAS URBANAS, 1990-2000.

País

Año

Porcentaje de hogares encabezados por mujeres en cada estrato de pobreza

Total hogares

indigentes

pobres

No pobres

Argentina(Gran Buenos Aires)

1990

21

26

12

22

1999

27

37

28

27

Bolivia

1989

17

23

16

15

1999

21

24

19

21

Brasil

1990

20

24

23

18

1999

25

24

24

26

Chile

1990

21

25

20

22

2000

24

28

23

24

Colombia

1991

24

28

22

24

1999

29

31

27

29

Costa Rica

1990

23

36

25

21

1999

28

56

39

25

Ecuador

1990

17

22

16

15

1999

20

23

21

18

El Salvador

1995

31

38

31

29

1999

31

36

36

29

Guatemala

1989

22

23

21

22

1998

24

24

22

25

México

1989

16

14

14

17

2000

20

14

16

21

Nicaragua

1993

35

40

34

32

1998

35

39

36

30

Panamá

1991

26

34

29

24

1999

27

45

28

26

Paraguay

(Asunción)

1990

20

21

23

18

1999

27

30

23

29

Perú

1997

20

21

19

21

1999

21

17

21

21

República Dominicana

1997

31

50

31

29

Uruguay

1990

25

28

22

26

1999

31

29

26

31

Venezuela

1990

22

40

25

18

1999

27

34

27

25

Fuente: CEPAL. Panorama social de América Latina 2001-2002.

Es más cruel la situación de la mujer en el campo. Se calcula que entre 8 y 10 millones de hogares rurales están encabezados por mujeres, unos 2 ó 3 millones de mujeres realizan trabajos estacionales relacionados con la agricultura o la agroindustria y entre 30 ó 40 millones de mujeres con pareja son parcialmente o totalmente responsables de la producción agrícola y la pequeña industria rural.

4. Situación del mercado laboral

Del funcionamiento del mercado laboral de la región depende en gran medida el deterioro de la situación social de los países.

Según Latinobarómetro, una encuesta de opinión pública que desde 1996 se realiza en 17 países de la región, los problemas relacionados con el mercado laboral han ocupado año tras año el primer lugar en la lista de las inquietudes de la gente. Aún más, la importancia asignada a estos problemas ha ido aumentando. En 2001 en promedio más de 20% de los encuestados señalaron que el desempleo era el problema más apremiante de la región, más grave que la corrupción, la delincuencia u otros complejos problemas. Por otro lado, más de 40% de los encuestados señalaron que los bajos salarios, la inestabilidad del empleo y el desempleo son los problemas más acuciantes de la región. En Argentina, Chile, Nicaragua, Perú y Uruguay, ese porcentaje fue mayor, alrededor de 50 % (BID 2003).

El mercado laboral de la región se caracteriza por los siguientes elementos:

  • Los mercados laborales tienen cada vez más dificultades para asignar trabajadores a los puestos de trabajo.

  • Los salarios han aumentado lentamente y uno de cada dos trabajadores recibe una remuneración que lo coloca en el umbral de pobreza.

  • La región padece un alto nivel de desigualdad salarial determinada por la diferencia de calificaciones, género y raza.

  • Incremento de la precariedad y la informalidad del empleo generado

  • Más de la mitad de los trabajadores no reciben la protección que confiere la legislación laboral y, la mayoría de ellos corren el riesgo de perder sus ingresos como consecuencia del desempleo, la enfermedad y la vejez.

Se mantiene el deterioro de los mercados de trabajo en 2003, según se manifiesta en el Informe de la CEPAL “Panorama social 2002-2003”.Como resultado de la insuficiente creación de puestos de trabajo la desocupación alcanzó a fines de la década de los 90, el 8,6% y terminó el 2002 con una tasa de 9,1% (el nivel más alto alcanzado a escala regional y supera los peores registros de la “década perdida”), mientras que las remuneraciones reales cayeron en promedio, en un 1,5%.En 1998,el promedio regional del salario mínimo se encontraba 28% por debajo del nivel de 1980.

Según la Oficina Regional de la OIT en un reciente informe presentado en Brasilia, la tasa promedio de desempleo urbano en la región en el primer semestre de este año fue del 11 % de la población económicamente activa (PEA), lo que quiere decir que 20 millones de trabajadores no tienen empleo. Si a ello se le suma los cerca de 80 millones de trabajadores informales, comprobamos que unos 100 millones, es decir el 57% de la población activa de la región no tiene empleo o tiene un empleo muy precario.

La creciente urbanización incide fuertemente en la evolución de la oferta laboral. De los 44 millones de personas que integraron la población económicamente activa (PEA) durante la década de los 90, el 93% reside en dichas áreas lo que condujo a que más de tres cuartas partes de la fuerza de trabajo de la región (76,3%) se localice actualmente en las ciudades, comparado con un 73% en 1999.

Cuadro 6

América Latina (17 países): Desempleo urbano años 1990 y 2001

(Porcentaje)

País

Año

Desempleo urbano

Argentina

1990

7.4

2001

17.4

Bolivia

1990

10.2

2001

…..

Brasil

1990

4.3

2001

6.2

Chile

1990

7.8 a/

2001

9.1

Colombia

1991

10.5

2001

18.2

Costa Rica

1990

5.4

2001

5.8

Ecuador

1990

6.1

2001

10.4

El Salvador

1990

10.0

2001

…..

Guatemala

1989

6.0 a/

2001

Honduras

1990

7.8

2001

6.3

México

1989

2.7

2001

2.5

Nicaragua

1990

7.6 a/

2001

10.7 a/

Panamá

1991

19.3

2001

16.2

Paraguay

1990

6.6

2001

10.8

Perú

1990

8.3

2001

9.3

República Dominicana

1990

2001

15.6 a/

Uruguay

1990

8.5

2001

15.3

Fuente: CEPAL: Panorama social de América Latina 2001-2002

a/ Total nacional.

Con respecto a la demanda de profesionales y técnicos, se ha establecido un cuadro nuevo y complejo de relaciones entre la educación y el mundo del trabajo, que ha alterado las formas de aprovechamiento de estos recursos.

Se ha incrementado el desempleo abierto entre las personas que han alcanzado niveles elevados de calificación. Los países que experimentaron los mayores incrementos del desempleo urbano: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, El Salvador, Uruguay y Venezuela indican que éste afectó no sólo a los trabajadores menos calificados sino también a los técnicos y profesionales (subió de 3.8% a 6.6%) y en mayor medida a las mujeres que a los hombres.

Por otro lado, el incremento del personal calificado en actividades terciarias de menores ingresos (alrededor del 50% de ellos se ocupan en actividades de servicios sociales, comunales y personales) revela la incapacidad de las economías para absorber productivamente el aumento de la oferta de recursos calificados.

En las zonas urbanas están subutilizadas cerca de 4.5 millones de personas de un total de 19 millones de profesionales y técnicos, de los cuales poco más de un millón están abiertamente desocupados, y el resto se desempeñan en puestos de trabajo en los que obtienen ingresos cuyo monto no corresponde a la inversión educativa realizada.

Además del desempleo se observa una situación de mayor precariedad e inestabilidad para la fuerza de trabajo, ante el debilitamiento de los derechos laborales y de la base organizativa de los trabajadores. En el marco de las políticas de flexibilización laboral, se han favorecido las contrataciones de corta duración (temporal, estacional o a tiempo parcial), la ampliación de las causales de términos de contrato, la reducción de las indemnizaciones por despido y la limitación del derecho a la huelga.

En particular, ha aumentado la proporción de trabajadores asalariados en ocupaciones de carácter temporal. Por ejemplo, en Costa Rica, la proporción de la fuerza de trabajo no permanente aumentó más de ocho puntos porcentuales entre 1981 y 1997, pasando de 1,1% a 9,5% de los empleos. Para el Salvador esta proporción alcanzaba en 1995 el 26.3 % de los trabajadores asalariados.

Por su parte, la expansión de las maquiladoras en las zonas francas, aprovechando la cercanía al mercado norteamericano hace que se ofrezca empleos en condiciones laborales muy desventajosas, a mano de obra de baja especialización, sobre todo femenina. Así a las ventajas fiscales concedidas a las maquiladoras se le suman el bajo costo laboral y la carencia de prestaciones sociales.

Otra manifestación de la precariedad laboral se refleja en los elevados porcentajes de asalariados urbanos sin contrato. De acuerdo con la información disponible de 1990 a 1998 el porcentaje de salariados sin contrato aumentó cerca de 11 puntos porcentuales en Argentina (a 33%) y Brasil (a 46 %) y más de siete puntos porcentuales en Chile (a 22%).En Paraguay la cifra se elevó a 64.9% en 1995.En 1996 se advierten todavía elevados porcentajes de asalariados urbanos sin contrato con tasas del 41% en Perú y 31% en Colombia.

Fuentes de la CEPAL señalan que se ha producido un deterioro en la calidad de los empleos, dado que 7 de cada 10 nuevas plazas ocupacionales en las zonas urbanas se generaron en el sector informal y de baja productividad. Alrededor de 66 millones de personas en las áreas urbanas trabajan actualmente en el sector informal, que proporciona el 48% de los empleos urbanos en América Latina. A su vez, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Informe Anual señala que de cada 100 nuevos empleos, 88 son informales, lo que representa un importante incremento de la participación de este sector en la creación de nuevos puestos de trabajo.

El deterioro de la calidad de los empleos se hace más visible cuando se comprueba que la proporción de los nuevos empleos absorbidos por el sector informal ha venido creciendo en los últimos años al pasar de 67,3% en el período 1990-1994 a 70,7% en el de 1997-1999.

A fines de la década del noventa, el porcentaje de personas pobres con empleo ascendía a más del 50% en Honduras, Bolivia, Nicaragua y el Salvador y a más de 20 % en los demás países exceptuando Venezuela, Chile y México.

Las diferencias de género también se manifiestan en el mercado laboral de la región. En 1990, la tasa de participación femenina alcanzaba el 38%, lo que implicaba que de un total de 140 millones de mujeres en edad de trabajar, solo 53 millones estaban integradas o proponían integrarse en el mercado de trabajo. En 1999, eran casi 73 millones de mujeres las que formaban parte de la población económicamente activa, con una tasa de participación del 42%.

Sin embargo, las mujeres enfrentan mayores dificultades para ingresar al mercado de trabajo. Mientras la población económicamente activa femenina aumentó a un ritmo de 3,6% anual, el empleo de las mujeres sólo creció al 2,8%, en consecuencia el desempleo femenino se elevó de 5,1% a 11,2% en el decenio de los noventa.

América Latina es la región del mundo con las mayores disparidades de ingresos entre hombres y mujeres. En 1999, los ingresos que percibían las mujeres en el mercado de trabajo eran aproximadamente el 75% de los ingresos masculinos y la brecha se hace más acentuada entre las mujeres de mayor educación.

Las brechas de ingreso por sexo son más pronunciadas a medida que aumenta el número de años de estudio. Como promedio en la región la remuneración por hora de las mujeres con 13 o más años de educación es alrededor de 30% más baja que la de los hombres. Se puede concluir que la educación para las mujeres, particularmente la de ciclo superior no tiene el mismo retorno que para los hombres, es decir que no se traduce en igualdad de ingresos para los mismos años invertidos en educación.

El trabajo doméstico no remunerado y de reproducción imprescindibles para la sobrevivencia de los hogares se encuentra casi totalmente en manos de las mujeres, tanto en las áreas rurales como en las urbanas.(ver gráfico)

Gráfico 7

AMÉRICA LATINA

Trabajo total: trabajo remunerado más trabajo doméstico no remunerado

Zonas urbanas.

Trabajo total: trabajo remunerado más trabajo doméstico no remunerado.

Zonas rurales.

Los mecanismos de protección social contra el desempleo en la región son muy escasos y donde existen, su grado de cumplimiento es mínimo. Un reciente Informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que menos del 50% de los trabajadores están asegurados contra el riesgo de perder sus empleos, lo que hace más angustiosa la pérdida del empleo

Otro problema que afecta seriamente a la región es la proliferación de diferentes formas de trabajo infantil. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo sólo en América Latina y el Caribe existen cerca de 20 millones de niños menores de 15 años trabajando. Si a esta cifra se le añade el grupo de adolescentes que trabajan desde que cumplen los 15 años hasta antes de los 18, es muy probable que la cifra fuera de no menos de 30 millones de niños y adolescentes que trabajan en la región. De acuerdo con esta misma fuente más de la mitad de estos trabajadores infantiles son niñas y la gran mayoría de estas realizan labores que ni siquiera son reconocidas ni se toman en cuenta en las estadísticas oficiales. (Ver recuadro 1).

Recuadro 1.

En Argentina, según datos de la consultora privada Equis, la crisis que vive el país ha forzado la incorporación al mercado laboral del 22 % del total de 6,7 millones de niños entre cinco y 14 años que viven en el país. Es decir, casi un millón y medio de niños salen a las calles cada mañana a realizar cualquier tipo de trabajo.

Tras la devaluación del peso argentino en enero del 2002 se empobrecieron en Argentina 2,7 millones de niños, un promedio de 150,000 niños pobres más por mes, es decir, unos 5,000 nuevos niños pobres por día, o lo que es lo mismo, unos 208 por hora, según indica la misma fuente.

En México, la situación no es muy distinta, el trabajo se ha convertido en el denominador común para 3,5 millones de niños, en edades que oscilan entre 12 y 17 años, y que trabajan en las calles de las principales ciudades del país

En el Salvador, la realidad es difícil de esconder. Más de 223 mil niños trabajan para colaborar con los escasos ingresos familiares. Los números más alarmantes se encuentran en Bolivia (25,9%), en República Dominicana (33,8%), en Ecuador (39,1%), en Perú (16,5%),según datos de la UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

5. Situación alimentaria

Informes de la FAO y la CEPAL señalan que en el 2002 en América Latina y el Caribe casi 55 millones de personas sufrían hambre y desnutrición. Según estas mismas fuentes los escasos avances en materia de seguridad alimentaria registrados desde 1990-1992 en la mayoría de los países sólo permitieron reducir un poco más de un millón el número de personas que la padecían.

En la región hacia fines de los noventa, encontramos que la subnutrición afectaba a más del 20% de la población en Bolivia, Guatemala, Haití, Nicaragua y República Dominicana.(ver cuadro)

CUADRO

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: POBLACIÓN SUBNUTRIDA EN 1998-2000

Países

Porcentaje de la población subnutrida (%)

Haití

50

Nicaragua

29

Rep Dominicana

26

Guatemala

25

Bolivia

23

Venezuela

21

Honduras

21

Panamá

18

Guyana

14

El Salvador

14

Colombia

13

Trinidad y Tobago

12

Surinam

11

Perú

11

Brasil

10

Jamaica

9

México

5

Costa Rica

5

Chile

4

Uruguay

3

Argentina

2

América Latina a/

15

Fuente: Panorama social de América Latina 2002-2003

a/ corresponde al promedio simple de los 24 países.

En la mayoría de los países de la región la manifestación más habitual del hambre y la pobreza extrema entre los niños es la desnutrición crónica (insuficiencia moderada o grave de talla con respecto a la edad o retardo en el crecimiento). El retardo en el crecimiento sigue siendo muy elevado en numerosos países, en nueve de ellos afecta a más del 20 % de los menores de cinco años (Bolivia, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, zonas rurales de México, Nicaragua y Perú).(ver cuadro)

Cuadro América Latina: desnutrición infantil a fines de los noventa. Insuficiencia de talla o retraso del crecimiento.1998.

Países

Porcentaje de niños menores de 5 años con retraso del crecimiento (moderado-grave)

Guatemala

49.7

Honduras

38.9

México

33.9

Nicaragua

24.9

Bolivia

26.8

Perú

25.8

Haití

31.9

El Salvador

23.1

Colombia

15.0

Brasil

10.5

Argentina

10.7

Venezuela

14.9

Guyana

20.7

Chile

2.3

Jamaica

9.6

Uruguay

3.5

Trinidad y Tobago

4.3

América Latina

19.4

Fuente: CEPAL Panorama social 2002-2003

Otro aspecto a tener en cuenta es la denominada “hambre oculta”, que son las deficiencias alimentarias y nutricionales que afectan a los niños y los hacen más vulnerables al contagio de enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a los déficit en diversos micronutrientes. Por ejemplo, siendo una de las causas principales de la ceguera, la deficiencia de vitamina A afecta aproximadamente a 14 millones de niñas y niños menores de cinco años en la región.

Situaciones de esta naturaleza pueden evitarse, si tenemos en cuenta que según la FAO un adulto requiere para su adecuado desempeño de 2 300 cal/día, bien podríamos, para el caso de los niños, hacer el siguiente cálculo: cada niño consumiría (y conforme a las necesidades de los adultos) 839500 cal/año. Es decir una sola tonelada de cereal nutriría a más de 4 niños, bastarían 1.5 millones toneladas/año para evitar la muerte de los 6 millones de niños menores de cinco años que mueren anualmente. Tal inversión es apenas un 4.5 % de la fortuna de Bill Gates, suponiendo que se comprase el trigo más caro del mercado mundial (norteamericano, por supuesto).

6. Las múltiples dimensiones de la pobreza: los indicadores de desarrollo humano.

Los fracasos de las dimensiones estrechas del crecimiento económico van de la mano de los fracasos de las dimensiones más amplias del desarrollo humano, que abarcan no solamente la pobreza, sino también la salud y la educación.

El neoliberalismo no ha contribuido en absoluto a reducir la brecha que existe entre el Índice de desarrollo humano (IDH) de la región y el de los países industrializados.

Cuadro 8

América Latina y el Caribe: Indicadores de salud

1970

1982

1993

1997

1998

2001

Esperanza de vida al nacer

61

65

68

70

70

70

Mortalidad infantil (por cada 1.000 nacidos)

84

41

38

32

31

28

Mortalidad de menores de 5 años(por cada 1000 nacidos)

123

78

49

41

38

34

Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano

En el caso de América Latina como se puede observar en el cuadro, el promedio de mortalidad de menores de un año era de 28 por 1000 nacidos vivos en el 2001, y la tasa promedio de mortalidad de menores de cinco años en América Latina y el Caribe era de 34 por mil nacidos vivos; pero estos promedios ocultan diferencias, tanto entre los países como al interior de ellos donde las tasas de mortalidad y de morbilidad son más altas en áreas rurales y entre grupos de bajos ingresos.

Estos indicadores no muestran como los resultados en la salud varían en forma significativa junto con la distribución del ingreso. En Brasil, los niños nacidos en hogares del quintilo más pobre de la población tienen tres veces más probabilidades de morir antes de llegar a los cinco años que los niños nacidos en hogares pertenecientes al quintilo más rico. En Bolivia, esta cifra es más de cuatro veces mayor, puesto que los niños del quintilo inferior presentan tasas de mortalidad de menores de cinco años de 146,5 por cada mil, o tan altas como el promedio del sur de Asia.

Otro indicador de salud como la mortalidad materna muestra que el promedio regional para 2001 era todavía de 190 (por cada 100 000 nacimientos), comparada con 140 en Asia Oriental y el Pacífico, y con 36 en Europa y Asia Central. La tasa regional de fecundidad adolescente fue de 73 en el mismo año (nacimientos por cada 1 000 mujeres entre 15 y 19 años), muy por encima de los niveles del Oriente Medio y África del Norte, Asia Oriental y el Pacífico, así como de Europa y Asia Central.

En América Latina, el aborto en malas condiciones causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones derivadas de la maternidad. Al menos un cuarto de todos los abortos realizados en esas condiciones corresponden a niñas entre 15 y 19 años de edad.

En el contexto de América Latina y el Caribe, las tasas de infección del VIH / SIDA son superiores en el Caribe que tiene la segunda tasa más alta de prevalencia en el mundo después de África Subsahariana.

A su vez, Centroamérica cuenta con 4 de los seis países de más alta prevalencia de VIH/SIDA en América Latina, estos son Belice, Honduras, Panamá y Guatemala.

En América Latina y el Caribe, una prevalencia de VIH/SIDA mayor de 5% se ha registrado en poblaciones de alto riesgo, sobre todo de drogadictos y personas que practican la prostitución. Las mujeres constituyen ya un grupo de riesgo importante, con 23 % de todos los casos.

Según informaciones de la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 90% de niños y niñas que son VIH positivos lo adquirieron de sus madres. El número acumulado de niños y niñas que se han convertido en huérfanos a causa del SIDA en América Latina es de 91.000 y en el Caribe, 48.000.

Además el 70% de las jóvenes entre 15 y 19 años de edad no usan preservativos y se han venido incrementando las cifras de infectados del virus entre la población femenina sobre todo las jóvenes.

La supervivencia de los niños y las niñas de la región se ve constantemente amenazada por enfermedades, epidemias e infecciones que son susceptibles de contraer en cualquier momento. En el mundo entero cada año mueren 2.2 millones de niños y niñas por causa de la diarrea y para América Latina y el Caribe las muertes infantiles por esta causa siguen representando un problema serio de salud.

Las infecciones respiratorias agudas, tales como la influenza y la neumonía, producen un tercio de todas las muertes de niños y niñas menores de cinco años en al región. Cerca del 60% de las consultas pediátricas de la región están relacionadas con tales afecciones y la mayor parte de las muertes que resultan de las infecciones respiratorias son prevenibles mediante un diagnóstico oportuno y el tratamiento indicado.

Para asegurar la salud de la población es absolutamente indispensable garantizar el acceso a agua potable y saneamiento. Alrededor de 76 millones de latinoamericanos no cuentan con servicio de agua potable.(ver cuadro 9).

Más de 116 millones de personas en la región son afectadas por la falta de tratamiento sanitario de las aguas servidas. Hasta un 20 % del ingreso familiar cuesta la adquisición de agua potable.

Cuadro 9

América Latina: Hogares urbanos no provistos de servicios básicos

(En porcentajes)

Países

Años

No provistos de agua potable

No provisto de alcantarillado

Argentina

1998

1.8

42.0

Bolivia

1997

12.6

54.3

Brasil

1997

9.0

51.0

Chile

1998

1.2

10.9

Colombia

1997

1.6

7.4

El Salvador

1998

41.3

41.4

Honduras

1998

10.7

39.5

México

1998

24.1

77.0

Uruguay

1998

6.5

38.1

Fuente: CEPAL: sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

Entre 20% y 50% de las poblaciones urbanas de la región permanecían sin acceso a servicios de saneamiento al final de la década de los noventa. En las áreas rurales, el 50% de la población no tiene acceso alguno al suministro de agua potable, y más del 60% no puede acceder a servicios de saneamiento. Más del 40% de los niños viven en una situación de riesgo de contagio de enfermedades ante la ausencia de sistemas adecuados de saneamiento.

Otras enfermedades infecciosas han aumentado en la región. El número de casos de dengue se ha elevado de 66 011 en 1980 a 700 000 en 2002.De los cinco países de mayor riesgo en América Latina, tres se encuentran en Centroamérica (Honduras, Costa Rica y El Salvador)

Se ha incrementado la incidencia de la tuberculosis y la malaria. Los casos de tuberculosis aumentaron de 195,7 a 220,5 mil en la última década y se han producido más de 1,2 millones de casos de malaria.

Según datos del Informe Mundial sobre asentamientos humanos de la ONU, en América Latina cerca de 127 millones de personas viven en condiciones de insalubridad. La ONU calcula que el 32 % de la población urbana (399 millones) vive en asentamientos precarios y que los pronósticos son muy pesimistas, ya que se calcula que el crecimiento de las viviendas precarias será mayor que el de las viviendas formales y que la creación de nuevos asentamientos no se detendrá en el futuro.

Educación.

Con respecto a otras regiones las mejoras en el campo educativo han sido muy lentas. Si comparamos a América Latina con los países más avanzados de Asia observamos que en 1960 el promedio de años de escolaridad de la población de más de 25 años de Corea del Sur, Singapur y Taiwán era similar al de América Latina. Sin embargo en 2000, los años promedio de escolaridad en estos países asiáticos fueron entre 35% y 75 % más altos que el promedio de los países latinoamericanos.

En Asia del Este, la tasa de aumento de la escolaridad durante el período 1980-2000 fue de 1,4 años por década, en América Latina la cifra respectiva fue sólo 0,75 años por década

Si estos datos se comparan con el hecho de que en la Región, de 26 países y territorios latinoamericanos y caribeños evaluados en el último Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, 9 tienen una tasa de analfabetismo de dos dígitos y 9 exceden el 5% de analfabetismo, vemos que hay una parte importante de la población que queda al margen de las ventajas de la educación y los conocimientos.

Las tasas de analfabetismo de América Latina y el Caribe son muy heterogéneas (desde un mínimo de 2 % en Uruguay hasta un máximo de 51 % de la población total de Haití). Estas cifras son muy altas sobre todo en los grupos minoritarios y marginados (como por ejemplo las mujeres indígenas). En Guatemala, por ejemplo, sólo un 51 % de las mujeres mayores de 15 años sabe leer y escribir, en el caso de las mujeres indígenas, sólo el 14 % está alfabetizado.

En materia de cobertura educativa, la región presenta dificultades en las tasas de asistencia en los diferentes niveles. Las tasas de asistencia a la educación primaria en la región varían entre 95% (en Chile, Panamá y Venezuela) y menos de 75% (Guatemala). En la educación secundaria son más bajas las tasas de asistencia (70%) y en la educación superior (26%), además la educación está muy segmentada.

Aunque el gasto público en educación en la región aumentó durante el período 1998-1999,representando el 4,0% del PIB, resulta insuficiente si se le compara con la inversión educativa de los países de la OCDE y con los rezagos educativos que presenta en cobertura y calidad de la educación.

También se han visto afectadas las tasas brutas de ingreso escolar por una serie de factores como son la matrícula tardía, la repitencia y la deserción escolar, por lo que disminuye el número de niñas y niños que terminan la educación primaria. En toda la región se estima que del 20 % de los niños y niñas que se matriculan tarde en el sistema escolar, el 42% repite el primer grado y el 30 % repite segundo. La tasa promedio de repitencia en todos los grados primarios está alrededor del 30%.

Ocho de cada diez niños y niñas permanecen en la escuela durante siete años, pero muchos de ellos no terminan el ciclo completo de educación primaria. Sólo el 80% de los niños y niñas en la región llegan al cuarto grado y el 73% al quinto grado. Ocho de cada diez alumnos permanece 7 años en la escuela, pero el promedio de escolaridad es de aproximadamente 4 años.

Datos sobre la deserción escolar en 18 países de América Latina indican que hacia el año 2000 cerca de 15 millones de jóvenes entre 15 y 19 años de edad, de un total de 49.4 millones, habían abandonado la escuela antes de completar 12 años de estudios. Alrededor de 70% de ellos (10.5 millones) lo habían hecho tempranamente, antes de completar el primer año básico del ciclo secundario. Persisten las diferencias entre las zonas rurales y urbanas, hacia el año 2000 la tasa total de deserción en zonas rurales era de (48%) y casi duplicaba la tasa urbana (26%). (Ver cuadro 10)

Cuadro 10

AMÉRICA LATINA (18 PAÍSES): JÓVENES DE 15 A 19 AÑOS DE EDAD QUE DESERTARON DEL SISTEMA ESCOLAR ANTES DE COMPLETAR EL CICLO SECUNDARIO.

(En miles de personas)

Año

Jóvenes de 15 a 19 años que nunca asistieron a la escuela

Jóvenes de 15 a 19 años que asistieron a la escuela y desertaron

Total grupo etario

Tempranamente

(durante el ciclo primario)

Al finalizar el ciclo primario

Durante el ciclo primario

Total

Total nacional

1990

2 277

9 629

4 491

4 343

18 463

43 597

2000

1 408

6 555

4 069

4 317

14 941

49 412

Zonas urbanas

1990

933

5 390

2 551

3 218

11 159

31 324

2000

653

3 763

2 481

3 258

9 502

37 342

Zonas rurales

1990

1 344

4 239

1 940

1 125

7 304

12 272

2000

755

2 792

1 588

1 059

5 439

12 070

Fuente: CEPAL: Panorama social de América Latina 2001-2002

En cuanto a las diferencias por sexo, el análisis indica que en las zonas urbanas las niñas abandonan la escuela con menos frecuencia que los niños y una mayor proporción de las jóvenes de entre 15 a 19 años de edad egresan de la secundaria sin retraso. En cambio, en las zonas rurales, las mujeres tienden a abandonar la escuela más tempranamente que los hombres, particularmente durante los primeros años de la primaria, y en algunos países (Bolivia, Guatemala, Paraguay, Perú y República Dominicana) un porcentaje mayor de niñas que de niños no ingresan al sistema o lo abandonan sin completar el primer grado.

Mientras los efectos de la creciente crisis económica recaen sobre los más pobres, el cuadro de inseguridad nacional se acentúa. La seguridad personal se ha visto afectada por el aumento de la delincuencia y la violencia en muchos países. (Ver cuadro)

América Latina (15 países): Tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes.

Países

Fines del decenio de 1970

Fines del decenio de 1980

Mediados del decenio de 1990

Argentina

3,9

4,8

4,7

Brasil

11,5

19,7

23,0

Chile

2,6

3,0

3,0

Colombia

20,5

89,5

61,6

Costa Rica

5,7

5,6

5,4

Ecuador

6,4

10,3

15,3

El Salvador

n. d

138,2

55,6

México

18,2

17,8

15,9

Nicaragua

n. d

18,3

8,4

Panamá

2,1

10,9

10,9

Paraguay

5,1

4,0

12,3

Perú

2,4

11,5

n. d

Trinidad y Tobago

2,1

12,6

12,1

Uruguay

2,6

4,4

4,4

Venezuela

11,7

15,2

16,0

Fuente: Revista de la CEPAL agosto 2003.

La violencia adquiere una dimensión más dramática cuando se ejerce en el hogar y genera situaciones de violencia sobre los niños. Según la Organización Panamericana de Salud, la violencia es una de las principales causas de muerte entre los niños y niñas de 5 a 14 años. Aunque no existen cifras exactas del maltrato, diversos estudios realizados por UNICEF hablan de por lo menos 6 millones de niños, niñas y adolescentes en la región que son objeto de agresiones severas y que de éstos alrededor de 80 mil mueren cada año víctimas de la violencia ejercida en sus propios hogares.

Otra forma de maltrato y violencia sobre la niñez, lo constituye la explotación sexual a que son sometidos muchos niños y niñas.

En el Foro Internacional sobre Explotación Sexual Infantil celebrado recientemente en México se señala que en América Latina hay 34 millones de niños que viven en las calles y son posibles víctimas de explotación sexual, en particular los adolescentes entre 14 y 18 años. El 60 % de los niños pobres de América Latina están involucrados de algún modo con la explotación sexual, en su mayoría las niñas y que el 15% de los niños de la calle de la región sobrevive de lo que obtiene al prostituirse.

Sólo en México hay unos 16 000 niños explotados sexualmente, de los cuales el 80% son niñas entre 10 y 14 años. El 90 % de los niños abandonados en las calles son víctimas de explotación sexual.

En dicho evento se informó que la explotación sexual infantil genera unos 7000 millones de dólares al año, que serían suficientes para que todos los niños del mundo tengan acceso a la educación primaria.

Recuadro 2:

Un estudio realizado por la Conferencia Mundial contra la Explotación Sexual, de 1996, reveló que en 1995 el 47% de las niñas que fueron explotadas sexualmente en Costa Rica, El Salvador Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay fueron víctimas del abuso y la violación en sus hogares. Casi la mitad de ellas habían comenzado la actividad sexual comercial entre los 9 y 13 años de edad, entre 50 % y 80% de ellas usaban drogas. El estudio también descubrió que la explotación sexual tendía a comenzar a la edad de doce años.

La creciente industria del turismo sexual revela un panorama aún más crítico en varios países de la región. Por mencionar un ejemplo, en Brasil, cerca de 100.000 niños y niñas viven y trabajan en las calles, y muchos de ellos son víctimas de la explotación sexual, en Paraguay, solo en la capital, el 65% de las mujeres que trabajan en la prostitución son menores de edad, 42% de ellas menores de 16 años

Toda este breve recorrido por la situación social de la región nos muestra que la llamada “cuestión social” debe urgentemente dejar de ser considerada como un subproducto del resto de las negociaciones económicas y ser situada en su justo lugar: como el mayor desafío que debe enfrentar la región en los próximos años .

Bibliografía

Banco Mundial (2003): “Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia?”.

Banco Interamericano de Desarrollo (2003): Se buscan buenos empleos: los mercados laborales de América Latina.

CEPAL (2002): Panorama social de América Latina 2001-2002.

CEPAL (2002): Globalización y Desarrollo

CEPAL (2003): Hacia el objetivo del milenio de reducir la pobreza en América Latina y el Caribe.

CEPAL (2003): Panorama social de América Latina 2002-2003

PNUD (2003): Informe sobre Desarrollo Humano

PNUD (2003) : Segundo Informe sobre Desarrollo Humano de Centroamérica

UNICEF (2003): Estado Mundial de la Infancia

https://www.alainet.org/es/articulo/110537

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