Foro Mundial Urbano: Sociedad civil, la gran ausente
- Opinión
En el marco del Foro Mundial de las Culturas, que inició en mayo en la ciudad de Barcelona y que concluirá el 26 de septiembre, el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, Un-Hábitat convocó al Foro Urbano Mundial, FUM. La presidencia correspondió al Gobierno Español, representada por el Alcalde Joan Clos y la vicepresidencia al Gobierno Brasileño, representada por el Ministro de las Ciudades, Olivio Dutra.
Cabe destacar que el Gobierno Español invirtió 345 millones de euros, en una superficie de la Barcelona Rebelde, solidaria, mestiza, que fue y que ha dejado su trazo, en este estrecho margen entre los dos ríos Llobregat y el Besós, entre el mar y la montaña, Collserola y el mediterráneo, denominada Meresme, desalojando a miles de familias para construir unas instalaciones monumentales en forma de queso. Esta obra contó con el apoyo financiero de las grandes corporaciones multinacionales de la guerra.
Durante las primeras semanas de haber arrancado el Foro, en los meses de mayo y junio, hubo protestas ciudadanas porque no dejaban entrar en el recinto con alimentos, ni se podía entra y salir cuantas veces se quisiera, además de que a las personas que quisieran entrar a un diálogo tenía que pagar un costo adicional al de la entrada previa, es decir 21 euros. Por lo tanto los organizadores decidieron retirar esas medidas y se ordenó la entrada libre a los diálogos para captar mayor público. Con todo, los grandes ausentes de los diálogos fueron la sociedad civil de Cataluña y los movimientos sociales del planeta. Ahora bien, el tema central del FUM es, Las ciudades: ¿encrucijadas de culturas, inclusión e integración.
De entrada el tema plantea los problemas que tienen una relación más directa con los asentimientos humanos, es decir, con las ciudades en su sentido más amplio, como son el acceso a la tierra y a la vivienda, la pobreza urbana, el deterioro del medio ambiente o la exclusión social, entre otros.
El Fórum constituía una iniciativa global dirigida a enfrentar los retos del nuevo milenio en materia de asentamientos humanos y era por tanto una ocasión propicia para reflexionar sobre el alcance, los objetivos y las medidas más idóneas de las políticas urbanas. En un mundo en creciente y acelerado proceso de urbanización, las ciudades constituyen hoy el complejo escenario de las políticas dirigidas a facilitar el acceso a la vivienda, a los servicios y equipamientos públicos esenciales y a un medio ambiente adecuado para el desarrollo de las personas, cualquiera que sea su posición social.
El desarrollo sostenible de nuestras ciudades es uno de los retos fundamentales en este siglo recién comenzado. El futuro medioambiental del planeta está ligado a la gestión de las ciudades. Sin un desarrollo sostenible y adecuadamente ordenado por los poderes públicos y con la participación directa de la sociedad y los movimientos sociales, no será posible erradicar la pobreza, facilitar a todas las familias e individuos el acceso a la vivienda, a la educación, a la cultura, a la producción, a los equipamientos y los servicios públicos básicos. Durante la inauguración del Foro, la Ministra de vivienda del Gobierno Español declaró: "No creamos que muchos de los problemas que aquí van a tratarse no afectan a nuestro país.
España ha experimentado un proceso masivo y acelerado de urbanización en el siglo pasado cuya sostenibilidad en el futuro debemos plantearnos. La planificación de nuestras ciudades debe incorporar los objetivos de calidad ambiental, eficiencia energética, previsión de riesgos mayores, accesibilidad universal y cohesión social tal y como hoy se entienden. Si a ello le añadimos la riqueza de nuestro patrimonio, que debemos conservar y revitalizar, tendremos que dedicar mayor atención a impulsar con decisión la rehabilitación de nuestras ciudades".
Posteriormente, en uso de la palabra, el Ministro de Ciudades Brasileño, argumentó: "Pedimos que las inversiones públicas para la política de vivienda no computen con la deuda externa y sean entendidas como inversiones que generan vida cualificada, desarrollo humano y una actividad económica que acaba influyendo positivamente en la economía.
El gran problema, pues, es el acceso a una morada digna. Nuestro desafío es transformar esta realidad, integrando las políticas de los distintos estratos federales, dando participación a la ciudadanía para que intervengan en su formulación y en el seguimiento.
En este modelo participativo incluye también al sector de la construcción y el sistema financiero. Una participación del sector privado que se busca favoreciendo a la vivienda de mercado para la población con poder adquisitivo y ampliando los ciudadanos con derecho a una vivienda de interés social".
El Foro Urbano reunió a representantes de los gobiernos federales, estatales, municipales, funcionarios de Un- Hábitat, expertos, ingenieros, arquitectos, universidades, agentes financieros, representantes de los organismos multilaterales, de las corporaciones multinacionales y organizaciones no gubernamentales que durante una semana abordaron los problemas emblemáticos de las ciudades, pero ocurre que los grandes ausentes fueron la sociedad civil y las organizaciones sindicales, gremiales y sociales.
Un Foro que concluye con grandes propósitos declarativos y diagnósticos, pero sin acciones que comprometan a los gobiernos a transitar hacia ciudades justas, sostenibles y democráticas.
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