Declaración de Guayaquil: El pueblo ecuatoriano contra el TLC
26/10/2004
- Opinión
Frente al afán del gobierno de Lucio Gutiérrez de
firmar el Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., las
organizaciones sociales, populares, indígenas,
campesinas, gremiales, sindicales, productivas,
industriales, profesionales, barriales, juveniles, de
mujeres, iglesias comprometidas, políticas democráticas
y de izquierda, personalidades patriotas, pueblos y
nacionalidades del Ecuador reunidas en la ciudad de
Guayaquil entregamos nuestro pronunciamiento:
Estados Unidos pretende imponer una política que
afianzará la dominación a los países de América Latina
y que subordina no sólo la economía y el comercio, sino
toda la vida de los pueblos a los designios de las
empresas mafiosas multinacionales y de los llamados
organismos multilaterales, como el FMI, Banco Mundial,
BID, OMC. A cambio de la falsa oferta de abrir su
mercado a algunos productos ecuatorianos, el Gobierno
de los Estados Unidos pretende controlar en su
beneficio la propiedad de los bienes tangibles
(recursos, agricultura, empresas públicas) y de los
bienes intangibles (biodiversidad, propiedad
intelectual, servicios – educación, salud, seguridad
social-) de nuestros países. Busca controlar los
mercados para tener un área exclusiva que resuelva su
crisis de sobreproducción, a fin de enfrentar la
competencia de los otros bloques económicos
capitalistas. Este TLC destruirá la producción
nacional, perjudicando a la gran mayoría de los
ecuatorianos.
Se trata de un doble discurso: Estados Unidos nos exige
total apertura para sus productos y capitales; pero se
mantiene inflexible ante las demandas de nuestros
pueblos, para eliminar la deuda externa y los subsidios
agrícolas, para garantizar la transferencia de
tecnologías, para establecer relaciones comerciales
justas y equitativas y establecer reglas de la
propiedad intelectual que privilegien las necesidades
básicas de la salud y la educación.
De aceptar este tratado, las consecuencias serán la
destrucción de nuestra producción, empezando por la
agropecuaria y la pérdida de la soberanía alimentaria;
el encarecimiento y reducción de los servicios básicos,
sobre todo de la educación, la salud y la seguridad
social y la subida de precios de las medicinas; el
crecimiento del desempleo, la precarización de los
derechos laborales y la sobreexplotación de los
trabajadores; el saqueo de los recursos estratégicos,
de los conocimientos ancestrales y la biodiversidad.
En general, el TLC que pretende imponer Estados Unidos
profundizará la violación de los derechos humanos e
incrementará la pobreza.
Con complicidad de gobiernos sumisos, neoliberales y
vendepatrias, como el de Lucio Gutiérrez, y en medio de
una generalizada corrupción se pretende imponer el TLC
a espaldas del pueblo, atentando a la vida de los
ecuatorianos y ecuatorianas. Convertido en "el mejor
amigo de los Estados Unidos", el gobierno ha dado
fehacientes muestras de renuncia a nuestra soberanía,
consolidando la entrega de la Base de Manta a Estados
Unidos e involucrando irresponsable y criminalmente al
país en el Plan Colombia pretendiendo además instalar
una nueva base en San Lorenzo. Basta al sometimiento y
al entreguismo.
En realidad no hay negociación; existe una marcada
desigualdad en todos los campos y que empieza por el
carácter jurídico: para nosotros será un tratado
supraconstitucional que nos obligará a cambiar nuestra
Carta Política; pero para Estados Unidos es un acuerdo
subordinado a sus leyes.
Hemos levantado nuestra voz, hemos roto el cerco
informativo y el secreto. Hemos aprendido del dolor y
de la experiencia de otros países que ya firmaron
tratados similares; hemos realizado una vigilancia
permanente del proceso de negociación-sometimiento; y,
hemos presentado innumerables propuestas alternativas,
que como era de esperarse jamás han sido escuchadas.
Frente al libre comercio impuesto por los Estados
Unidos, proponemos el comercio justo, responsable y
solidario y una integración que se base en los
intereses sociales, económicos, políticos y culturales
de nuestros pueblos, empezando por consolidar la unidad
de nuestros países en la Comunidad Andina de Naciones y
la unidad Sudamérica y de América Latina. Bolívar
regresa a señalarnos el camino de la unidad y la
autodeterminación de nuestros pueblos.
Frente a esta grave situación, en toda América crece la
resistencia a los Tratados de Libre Comercio y a la
recolonización estadounidense. La mayoría de las
organizaciones sociales que se comprometieron en el
Foro Social de las Américas, realizado en Quito, a
finales de julio, a convertir el 12 de octubre en un
día de lucha continental cumplieron su compromiso; en
esa fecha se produjeron grandes movilizaciones en
Centroamérica, especialmente en Costa Rica y Salvador
exigiendo que los parlamentos no ratifiquen los
tratados comerciales firmados ya por sus gobiernos con
Estados Unidos; en Colombia, la Gran Coalición
Democrática, que agrupa a todas las organizaciones
sociales y políticas de oposición al gobierno, logró
movilizar a más de un millón de personas en medio de un
paro nacional contra el TLC, la reelección del
presidente Uribe y el nuevo paquete legislativo
antipopular; en Bolivia decenas de miles de indígenas
se reunieron durante varios días y se manifestaron
contra los intentos del presidente Mesa de involucrar a
ese país en las actuales negociaciones de los países
andinos con los Estados Unidos; en Perú, se ha iniciado
una campaña de recolección de firmas, para exigirle al
Congreso que convoque un referendo popular, para
decidir sobre la firma o el rechazo al TLC que
actualmente negocia Toledo con EE.UU.; en Ecuador, se
ha iniciado con gran fuerza una campaña que involucra a
organizaciones sindicales, campesinas, indígenas,
empresariales, barriales, políticas, de mujeres, de
jóvenes y de todos los sectores sociales, que bajo el
nombre "Ecuador Decide", busca convocar una consulta
popular en la que sea la población la que tome la
determinación sobre la firma de un TLC y no el gobierno
de Lucio Gutiérrez, al que consideran carente de
legitimidad.
Tenemos un derecho contemplado en la Constitución; pero
el Gobierno y algunas cámaras empresariales, bajo el
pretexto de que es un tema "complejo" y "técnico", no
sólo se oponen a que se consulte al pueblo, sino
también a que se le informe. Cuando un Tratado pone en
juego no sólo la vida de las actuales, sino también de
las próximas generaciones, el pueblo tiene derecho a
conocer y a decidir.
Los ecuatorianos y ecuatorianas que amamos a nuestra
Patria no estamos representados por los que aparecen
como negociadores, ya que éstos actúan en defensa de
los intereses de las corporaciones mafiosas
multinacionales y de un grupo reducido de mercaderes,
importadores y banqueros corruptos. Por ello,
demandamos, el cese inmediato de las negociaciones del
TLC, la convocatoria a la consulta popular para que el
pueblo se pronuncie, y la destitución de la Ministra de
Comercio Exterior.
Convocamos a todos los patriotas, hombres y mujeres, a
levantar la bandera de nuestro Ecuador, a participar en
la campaña de recolección de un millón de firmas para
exigir la consulta, a generalizar el debate y construir
una propuesta sobre el país y la integración que
queremos.
Esta batalla es decisiva: del otro lado está el poder
del imperialismo y sus secuaces. La respuesta es la
más amplia unidad social y productiva tanto en el país
como en el Continente, nuestra acción organizada y la
decisión de defender la soberanía y la
autodeterminación de nuestros países.
ECUADOR DECIDE
Guayaquil, 27 de Octubre del 2004
https://www.alainet.org/es/articulo/110782
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