Seguridad hemisferica: asimetrias y altibajos
25/11/2004
- Opinión
En la Sexta Conferencia de Ministros de Defensa celebrada
recientemente en Quito, el Ministro colombiano propuso crear una
fuerza militar conjunta contra el terrorismo y el narcotráfico,
pero como era previsible no prosperó y sus principales críticos
fueron Brasil, Venezuela y Bolivia invocando razones de
soberanía nacional y el derecho a la no-intervención; ante había
hecho una solicitud similar Donald Rumsfeld Secretario de
Defensa norteamericano. Igualmente, en la Declaración Final de
esta Conferencia se dice "que la seguridad hemisférica atraviesa
por una fase de transición hacia un sistema complejo y
multicéntrico de subregiones, en el que concurren antiguas y
nuevas instituciones y regímenes de seguridad y una pluralidad
de enfoques y concepciones, que demandan el establecimiento de
políticas y acciones concertadas sobre una base multilateral."
Esto refleja la dificultad que históricamente ha existido de
estructurar un sistema de seguridad hemisférico. No sólo por las
profundas asimetrías entre la hiperpotencia, los Estados Unidos,
con su agenda global y los demás países del hemisférico; si no,
porque terminada la guerra fría y desaparecida la amenaza
comunista, que cohesionaba a la región detrás de USA, hay la
tendencia en países como Brasil, México, Argentina, Venezuela,
los de mayor tamaño y peso, a buscar alternativas de seguridad
distintas de la alineación incondicional detrás de la potencia
norteamericana (en esto influye los diversos proyectos
políticos).
Una es la mirada de la seguridad desde USA, -considera que la
amenaza terrorista de alcance global es el enemigo fundamental a
atacar y para el caso americano adiciona el tema del
narcotráfico-, junto con interpretaciones que van desde la
inestabilidad de los gobiernos hasta los llamados 'populismos
radicales' y otra en diversos países y subregiones del
hemisferio. El gobierno colombiano tiene bastante identidad –
sumisión dicen otros- con la lectura norteamericana; pero los
demás países andinos, no comparten en su totalidad la lectura
colombiana acerca de las amenazas y riesgos a la seguridad, para
varios de ellos el tema central es la pobreza, la desigualdad,
la inestabilidad y debilidad de las instituciones políticas y
casi todos ven el conflicto armado colombiano como una amenaza
para su propia seguridad, por los riesgos de desborde de sus
efectos. En el Cono Sur la mirada es completamente distinta,
concluidas las transiciones a la democracia, el tema de
seguridad adquiere más relevancia en aspectos de seguridad
interna, asociada a fenómenos delincuenciales o a nuevas
expresiones de protesta social que rebasan la institucionalidad
jurídica. En Centroamérica, luego de la transición de la guerra
a la paz, se impuso el concepto de seguridad democrática, -no
tiene nada que ver con la denominación que el gobierno Uribe le
dio a su política-, allí el énfasis es la disminución del gasto
militar, las medidas de confianza mutua entre países, la
solución pacífica de conflictos.
Por ello los intentos de modernizar los viejos mecanismos de
seguridad hemisférica, que se impusieron en la 'guerra fría',
como fueron el TIAR y la JID (Junta Interamericana de Defensa),
junto con la OEA, no han permitido avances sustanciales, más
allá de declaraciones un poco retóricas, para algunos y para
otros más optimistas, 'declaraciones marco' que reflejan la
diversidad de situaciones y permiten continuar avanzando.
Queda clara, la necesidad de profundizar estas reflexiones en
los diversos países de la región para ir encontrando puntos de
acercamiento; por ello son muy importantes Seminarios como el
que acaba de hacer FESCOL sobre el triple desafío que representa
para los países andinos, la seguridad global, la seguridad
regional y la seguridad pública, concluyendo que la
fragmentación regional dificulta la cooperación en seguridad y
cómo las diversas culturas políticas se convierten en obstáculos
en este sentido y por supuesto la dificultad de ligar las
reflexiones académicas sobre seguridad con las prioridades de
los formuladores de políticas públicas.
* Alejo Vargas Velásquez. Profesor Universidad Nacional.
https://www.alainet.org/es/articulo/110953
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