Beijing+10: Confrontando las agendas conservadoras

10/03/2005
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  • Opinión
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La primera semana de la 49a. Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) / Beijing +10 concluyó el pasado viernes. Luego de una semana de fuertes movilizaciones de mujeres y organizaciones feministas progresistas de todas las regiones, y tras continuos intentos por parte del gobierno de los Estados Unidos, el Vaticano y sus aliados conservadores (en su mayoría, grupos de los EEUU), la sesión de la CSW adoptó una Declaración Política que reafirma el consenso de Beijing. El gobierno de EEUU utilizó diversas tácticas para presionar a los países en desarrollo con el fin de conseguir el apoyo de éstos a una enmienda que introdujo al borrador del texto de la Declaración Política, preparado por el buró de la CSW. Dicha enmienda decía literalmente: “a la vez que se reafirma que no crean ningún nuevo derecho humano internacional y no incluyen el derecho al aborto”. El gobierno estadounidense declaró que estaba dispuesto a retirar su enmienda desde el inicio de la sesión, pero no lo hizo sino hasta el fin de la semana, creando así mucha incomodidad y confusión, mientras a la vez intentaba conseguir apoyo a su posición. Al cierre de la sesión, la CSW adoptó la Declaración Política por consenso y unos pocos países (EEUU, Costa Rica, Panamá y Nicaragua) introdujeron “explicaciones de posición” como adiciones al informe de esta reunión. En ellas declaran su propia interpretación de la reafirmación del consenso de Beijing, según la cual éste no produce nuevos derechos humanos internacionales ni reconoce el derecho al aborto. La movilización en apoyo al consenso de Beijing llevada a cabo por organizaciones feministas y de mujeres progresistas, como también por organizaciones afines, logró asegurar que no tuviera éxito la intención del gobierno de EEUU, el Vaticano y otras fuerzas conservadoras de cuestionar y reabrir dicho consenso. Fue muy claro en esta sesión de la CSW, como en otros ámbitos internacionales, que el gobierno de EEUU continúa con sus políticas orientadas a socavar los sistemas de derechos humanos internacionales y los multilaterales, a la vez de romper el consenso internacional en temas clave. Además de la Declaración Política, esta sesión de la CSW adoptará diversas resoluciones que han sido presentadas por varios países. La intención de EEUU de socavar los derechos humanos internacionales y defender su agenda conservadora se reflejó también en los borradores de dos resoluciones que introdujo: una sobre el tráfico de mujeres y la segunda referida al avance económico de las mujeres. Otros borradores de resolución que fueron presentados son: sobre Mujeres Palestinas (usualmente elaborada cada año en la CSW por el Grupo de los 77), sobre Transversalización de Género (también elaborada por el G-77), otra relativa al Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer, INSTRAW (elaborada por el G-77), una sobre el VIH/SIDA (elaborada por los Países en Desarrollo del Sur de África, SADC), una más referida a Mujeres Afganas (elaborada por el Reino Unido), otra relacionada con una Relatora Especial sobre Leyes Discriminatorias hacia las Mujeres (elaborada por Ruanda) y una sobre los Pueblos Indígenas (elaborada por Bolivia). Aunque las negociaciones iniciaron sobre los textos de las resoluciones relativas al tráfico y al avance económico de las mujeres, la mayoría de las negociaciones para las resoluciones se llevará a cabo durante la segunda semana de la sesión de la CSW. Organizaciones feministas y de mujeres progresistas y grupos afines se han organizado para preparar lenguaje y trabajar para asegurar que cualquier documento adoptado en esta sesión de la CSW promueva la agenda de los derechos de las mujeres y prevenga cualquier rebote por parte de los grupos conservadores y gobiernos afines en la ONU. La reafirmación del consenso de Beijing podría parecer un logro sumamente pequeño. Sin embargo, dentro del actual contexto político en la ONU, tal reafirmación es una declaración clave de que ese consenso está vivo y coleando, además de que constituye un documento importante que reconoce y promueve los derechos humanos de las mujeres, incluido el derecho a ejercer libremente nuestra sexualidad. Como movimientos de mujeres y feministas progresistas, una vez más fuimos capaces de mantener el frente. * Lydia Alpizar, AWID Para más información desde Beijing + 10 ver: www.alainet.org/mujeres/, www.womensmediapool.org
https://www.alainet.org/es/articulo/111559
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