EL ALBA, una esperanza para América Latina

28/04/2005
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“El ALBA es una integración para la vida y no para la muerte” expresó Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en una intervención especial en el teatro Carlos Marx, a la que asistieron representantes de diversos movimientos sociales y populares que participan en el IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA, que concluye mañana en La Habana. Al referirse a esta nueva propuesta de integración dijo que América Latina está ante un momento importante con el estancamiento de las negociaciones del ALCA, y es preciso aprovechar este particular momento que viven las fuerzas progresistas y los movimientos sociales del continente para lograr la verdadera unidad con la que soñaron Martí y Bolívar. “Sólo unidos podremos lograrlo, sólo unidos saldremos del coloniaje, de la exclusión, de la pobreza —acotó— No podemos perder esta nueva oportunidad que la historia nos está presentando, de las varias que nos ha hecho en estos últimos doscientos años”, agregó. Al reflexionar en torno al ALCA, advirtió sobre los peligros que engendra no solo en materia económica y comercial, sino también cultural, con sus nefastas consecuencias para las creaciones espirituales y la identidad de los pueblos. “Tenemos que volver a redescubrirnos desde lo que somos y desde lo que fuimos, dijo al referirse a la cultura de las naciones que pueblan esta parte del mundo. En diciembre de 2004 Cuba y Venezuela firmaron el acuerdo para la aplicación del ALBA, cuya materialización garantizaría cada vez mayor intercambio de bienes y servicios mutuamente beneficiosos para las necesidades económicas y sociales de ambas naciones. Los pasos hacia ese proceso de integración se consolidaron en una Declaración Conjunta suscrita en la misma fecha, la cual defiende la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, uno de los ejes del ALBA. A juicio del presidente venezolano, el ALBA intenta darle poder a los de abajo, a los pobres y los excluídos. El momento histórico presenta una situación, condiciones subjetivas y objetivas, que no deben pasar por alto los revolucionarios del continente, dijo Chávez, quien, además recordó la idea del el presidente Lula que si el siglo XIX fue el siglo de Europa, el XX de Estados Unidos, entonces, el presente será el de la América Latina. Pero inmediatamente preguntó cómo lograr que la conciencia colectiva de nuestro continente comprenda esta verdad en un mundo signado por la desigualdad y la dominación mediática. En este sentido, señaló “no debemos subestimarnos, porque una de las armas que tiene el imperialismo es la presión, el chantaje, la amenaza y hay quienes llegan a pensar, aun cuando sean muy revolucionarios, que es imposible avanzar, luchar, conquistar los sueños”. Al evocar la historia de las luchas del Sur - un concepto con más peso ideológico que geográfico al decir de Chávez-, confirmó que el proceso que dirige sigue siendo bolivariano, pero también es socialista. “Debemos reinventar el socialismo, un socialismo adecuado a nuestra realidad, un socialismo del siglo XXI.” Uno de los elementos que más reiteró Chávez a lo largo de su discurso fue la importancia de la historia y el conocimiento en el contexto de la lucha política que realizan los hombres y mujeres revolucionarios del continente. Al recomendar la lectura de Los Miserables de Víctor Hugo, uno de sus libros de cabecera, el presidente expresó la necesidad de tomar conciencia de la situación de los latinoamericanos en los últimos quinientos años de historia. “Se trata, dijo, de una masa de pueblo que se levanta de nuevo en este continente dispuesto a ser libre o morir.” Con el tono informal que lo distingue, el líder de la revolución bolivariana, saludó a los representantes de los movimientos sociales del continente, a jóvenes latinoamericanos que estudian en Cuba y, en especial, bendijo a los médicos cubanos, que bajo las batas blancas llevan “tanta esperanza, dicha y felicidad al pueblo venezolano”. Con relación al tema de la salud, ambos presidentes dieron a conocer que Cuba y Venezuela extenderán la Misión Milagro —que facilita el tratamiento y curación de enfermedades oculares a personas de bajos ingresos—a todos los países del continente. En un momento de su intervención, en la que mezcló anécdotas personales, comentarios sobre la política y la cultura y pasajes de la vida de Simón Bolívar, Chávez recordó la conocida frase de Carlos Marx, “Trabajadores de todos los países, uníos”, para hacer un llamado de unidad a los sujetos revolucionarios de América. ¡Campesinos, uníos!, ¡estudiantes, uníos!, ¡intelectuales, uníos!... El presidente cubano Fidel Castro, al referirse al ALBA dijo que es una expresión concreta de que otra integración latinoamericana es posible. “Cuba y Venezuela ya lo han demostrado, apuntó finalmente
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