La verdad, a toda costa

04/05/2005
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  • Opinión
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La información es una de las funciones de la comunicación, indispensable para presentar la verdad y también para hacerla creíble. La democracia es el régimen político que se asocia directamente con la existencia de la libertad de emisión del pensamiento y de prensa. Pero esta libertad, para que sea efectiva, requiere también de una interacción que supere la unilateralidad de quien la ejerce. No puede haber prensa libre, ni democracia, sin lectores, oyentes o televidentes informados y críticos. Es impensable, en términos políticos, un proceso participativo si no se cuenta con información adecuada. En América Latina, aunque indudablemente soplan vientos democráticos, los asesinatos, agresiones, amenazas, e intimidaciones en contra de los periodistas persisten, con diferentes modalidades y con nuevos verdugos. En Guatemala, durante la época del conflicto armado, era mucho más fácil identificar a quienes se interponían entre la verdad y la sociedad, a quienes se empeñaron en cooptar, censurar, secuestrar o desaparecer a los periodistas comprometidos con su profesión. Ahora los actores y ejecutores están más escondidos y resguardados en su fatídica labor, llámense crimen organizado, narcotráfico, autoridades prepotentes o abusadores de sus privilegios. Este es el poco halagüeño escenario nacional y regional en el que celebramos el día mundial de la libertad de prensa. Los profesionales de la información en este continente vivimos y desarrollamos nuestra labor en un círculo marcado por la violencia, las violaciones al derecho a la información, el deterioro en su ejercicio y hasta el asesinato. México, Colombia, Ecuador, Brazil y Haití reciéntemente han aportado a nuestro gremio nuevos mártires, hombres y mujeres que vieron segadas sus vidas en aras del ejercicio de un derecho. En Guatemala, se han reportado a la fecha diecisiete hechos de violencia que incluyen el asesinato de un operador de radio, amenazas de muerte, agresiones, golpes, órdenes de captura, restricciones a la información e intento de soborno. Eduardo Bertoni, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la OEA, considera que el gran desafío para enfrentar los ataques a la libertad de expresión y de prensa es que la sociedad en su conjunto los asuma como derechos propios y fundamentales para su desarrollo y vida en democracia, y no como un derecho de unos pocos privilegiados. Por eso convocamos a los colegas periodistas, a los medios y a las organizaciones sociales a sumarse a esta tarea, ya que sólo una prensa libre, pluralista e independiente garantiza nuestra convivencia en democracia. Todos esos actos de violencia pretenden disuadirnos de nuestro propósito de transparentar los hechos noticiosos, pero afortunadamente hay suficientes ejemplos de que a toda costa, aún de la propia vida de los comunicadores sociales, prevalecerá la verdad. - Ileana Alamilla. Guatemala / Cerigua
https://www.alainet.org/es/articulo/111908
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