Pascal Lamy en la OMC:
Otra vuelta de tuerca del neoliberalismo
17/05/2005
- Opinión
El Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, CADTM,
denuncia la elección de Pascal Lamy como director general de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) y convoca a una movilización
masiva con ocasión de la cumbre del G8, que se realizará a principios
de julio en Edimburgo (Escocia), y durante las reuniones del Consejo
general de la OMC, el 26 de julio y el 19 de octubre en Ginebra
(Suiza).
Con este nombramiento, las poblaciones que padecen la lógica
neoliberal desde hace más de 25 años no tienen ninguna posibilidad de
observar ni una mínima inflexión en las políticas impuestas a la
fuerza por las instituciones multilaterales, todo lo contrario. La
victoria de Pascal Lamy sobre los tres candidatos presentados por el
Sur a la dirección general de la OMC implicará, inevitablemente, una
nueva vuelta de tuerca en el sentido más favorable a las finanzas
mundiales y a las corporaciones transnacionales. Liberal socialista
sin complejos, Lamy logró ser a la vez miembro del Comité Central del
Partido Socialista francés y un ferviente adepto de la religión del
mercado. Ex brazo derecho de Jacques Delors en la Comisión europea, a
la que contribuyó a hacerla un poderoso motor neoliberal, fue uno de
los altos responsables del Crédit Lyonnais que condujo a su
privatización, y se hizo conocer, entre 1999 y 2004, como un comisario
europeo de comercio particularmente arrogante y despreciativo ante los
intereses de las poblaciones más frágiles.
Su elección, que debe ser ratificada el 26 de mayo, marca una etapa
suplementaria en el refuerzo de la dominación de Estados Unidos y de
la Unión Europea sobre las instituciones internacionales. Se suma a
una larga lista, bastante significativa: designación de Rodrigo Rato
(ex ministro de Economía del gobierno español de José María Aznar) en
la dirección del FMI en abril de 2004; elección de Ann Venneman (ex
ministra de Agricultura del gobierno Bush) como directora de la UNICEF
en enero de 2005 y de Paul Wolfowitz (ex número dos del Pentágono)
como director del Banco Mundial en marzo de 2005.
Los pocos miembros de los países del Sur que llegan a estos cargos
están, también ellos, totalmente formados en el molde neoliberal, como
el tailandés Supachai Panitchakdi que pasó de la OMC a la Conferencia
de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED), o el
turco Kemal Dervis, vicepresidente del Banco Mundial y ex ministro de
Economía ultraliberal, que acaba de ser puesto al frente del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Con esta fina malla tejida con los puestos clave en el nivel
internacional, la red planetaria en la cual los bienes comunes, los
servicios públicos y los pueblos están atrapados, se cerrará aún más.
En efecto, Pascal Lamy anunció que su primera prioridad será la rápida
conclusión de las negociaciones de la ronda de Doha comenzadas en
noviembre de 2003, contra las cuales se movilizaron centenares de
movimientos sociales a través del mundo. Mientras que la producción de
medicamentos genéricos está severamente restringida, el acuerdo para
su importación, conseguido con mucho esfuerzo por los países pobres en
agosto de 2003, no nos debe hacer olvidar que, a raíz de las presiones
ejercidas por los grandes laboratorios farmacéuticos, esta importación
solamente está autorizada si va acompañada de un procedimiento largo y
muy restrictivo, que hace a estos medicamentos prácticamente
inaccesibles para los países del Tercer Mundo.
Para empeorar la situación, cediendo a las presiones de la OMC, en
marzo de 2005 la India, que es el principal fabricante de medicamentos
genéricos anti-sida, adoptó una reforma de las patentes, muy
restrictiva, que prohíbe la copia de moléculas patentadas y que
aumentará el precio de los medicamentos anti-sida disponibles en el
Sur, con lo cual millones de personas que padecen el sida no podrán
acceder a ellos.
En estas condiciones, el CADTM propone el abandono de la agenda de
Doha, la supresión de los derechos de propiedad intelectual relativos
al comercio, la anulación del Acuerdo General sobre el Comercio de
Servicios (AGCS) y, en forma general, el abandono de las políticas de
ajuste estructural, impuestas a través del mecanismo de la deuda por
el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la OMC, en
beneficio de unos pocos. Ha llegado el momento de poner fin a esta
funesta lógica, que ha dado abundantes pruebas de su fracaso en
términos de desarrollo humano.
- Autores: Damien Millet, presidente del CADTM-Francia,
france@cadtm.org, Juan Tortosa, CADTM-Suiza, suisse@cadtm.org, Eric
Toussaint, presidente del CADTM-Bélgica, cadtm@skynet.be,
www.cadtm.org
https://www.alainet.org/es/articulo/111980?language=en
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