Violencia contra la mujer

03/10/2005
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La violencia hacia la mujer ahora se conceptualiza como “violencia de género”. Es un problema de derechos humanos (1) y de salud pública(2). La violencia de género se define como: “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluso las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública o privada”. (ONU, 1993). “Todo acto de fuerza física o verbal, coerción o la privación amenazadora para la vida, dirigida al individuo mujer o niña, que cause daño físico o psicológico, humillación o privación arbitraria de la libertad y que perpetúe la subordinación femenina”. (ONU, 1993). La violencia se produce generalmente cuando se pone en tela de juicio el poder del “fuerte”, quien se convierte en victimario y deja de reconocer y respetar los derechos humanos fundamentales de la víctima- libertad, dignidad, derecho a la paz y a la seguridad- La violencia de género se produce por todos los factores socializantes que se aprenden en el círculo familiar, escolar y comunitario( incluido el religioso). Aquí se enseñan los roles de género, lo permitido y lo prohibido parta hombres y mujeres, el control de la corporalidad, de las sensaciones y de los sentimientos. Se nos enseña que las “características masculinas” son el poder y control sobre l@s otr@s, la independencia, la fuerza, la superioridad, inexpresión de tristeza, afecto y necesidades. A su vez se nos enseña que las mujeres son dependientes, sumisas, pasivas, obedientes, fieles y resignadas, su valor está en el dolor, el sufrimiento, la abnegación, en ser víctimas (“es tu cruz”), aprendizajes que se van fortaleciendo con el paso del tiempo cuado ellas solo tienen valor si un hombre las “quiere”, las encuentra “bonitas” o se quiere casar con ellas. En el ámbito de la sexualidad a la mujer se le enseña que el erotismo solo puede realizarse por amor, para la reproducción y dentro del matrimonio, nunca por placer, tiene prohibido tocarse los órganos sexuales externos pélvicos y el autoerotismo; no puede tener más de una pareja sexual ni hablar de erotismo, mucho menos sentirlo, ella no tiene derecho al placer (“eso es de putas”, “de mujerzuelas”) lo cual le dificulta experimentarlo y hablarlo abiertamente, dando como resultado una vida erótica como “obligación”, con culpa y en muchas ocasiones con disfunciones de la vida erótica. Los medios de comunicación refuerzan los estereotipos sociales con los cuales las mujeres deben de cumplir: prototipos de belleza, pureza, de buena mujer (madre- esposa), virginidad, sumisión, abnegación, decencia, renuncia de sus necesidades (de recreación, cariño, diversión, aprendizaje), heroísmo (no se cansan, soportan, “dejan todo” y “hacen todo” por los seres amados). Los problemas de pareja no resueltos, la dificultad de identificar necesidades, dialogar y pedir asertivamente aunado a las normas culturales que apoyan la expresión de conductas violentas y agresivas como también las formas que estas deben tomar, justifica y valora positivamente la violencia dirigida a niñ@s en forma de castigos físicos y verbales como técnicas disciplinarias así como a las mujeres. De éstas conductas rígidas y estereotipadas aprendidas resultan los “introyectos” (verdades de otros que las hacemos nuestras y las tomamos como ciertas). Los introyectos dan a la persona una vivencia de culpa, inadecuación o vergüenza, lo cual produce una inestabilidad personal generando violencia a tres niveles, a saber: Auto agresión: frustración, enajenación del cuerpo, aislamiento, pensamientos excesivos, insatisfacción, anestesia de las sensaciones y disfunciones de la vida erótica. Lo que permito: humillación, vejación, golpes, control, insultos, manipulación, indiferencia o no caso, burla, sometimiento, amenazas, intimidación, abuso( emocional y económico), aislamiento. Agredo a otros: humillando, vejando, golpeando, manipulando, sometiendo, ignorando, insultando, omitiendo, burlando, etc. En la familia, según Walker, L(1970) se da el círculo del maltrato de los hombres hacia las mujeres, que consta de tres fases: La primera fase, de acumulación de tensión, se origina por los problemas cotidianos, relacionados con el rol de género rígido y estereotipado que deben realizar hombres y mujeres, problemas que al no son resueltos van generando un acumulo de sentimientos no expresados, los que en la segunda fase de agresión se manifiestan de manera pasiva con silencios, gestos, respuestas verbales agresivas sutiles, intolerancia o agresión manifiesta desde la verbal, sexual, económica, física(golpes leves-severos) y abandono. Una vez dado este evento, viene la culpa (de no ser un buen padre, un buen esposo, de no cumplir las expectativas) y el arrepentimiento, tratando de reparar lo sucedido, surge el “cambio” de actitudes y aparecen las promesas que no pasará más y las justificaciones de lo acontecido, dándose así el período de estabilidad llamado “luna de miel” siendo esta la tercera fase. Al no haber un esclarecimiento de la problemática y no siendo asertivos nuevamente viene s los desacuerdos, él enojo y la pérdida de control lo cual lleva a la ruptura de las promesas y así se inicia nuevamente el círculo con mayor intensidad y frecuencia. En la sociedad la agresión a la mujer se da en la cotidianeidad, en lo laboral, escolar, religioso, político, etc. reforzando los roles rígidos y estereotipados y los mitos que a la “normalidad” y “natural” en relación con las mujeres se refiere. Desde los piropos callejeros (“que nalgotas”,”tu biscocho me lo desayuno”, etc.), los dichos (“último, vieja”, “solo las mujeres lloran”, “tenía que ser vieja”), los chistes hasta los tocamientos en los medios de transporte y los fundamentos de la así llamada “caballerosidad”( donde los varones ayudan a la mujer por ser frágil o inútil). “La persona tiene derechos por el solo hecho de ser persona” la falta de respeto a estos derechos da como resultado a agresión, no solo hacia las mujeres sino también a l@s niñ@s, a las personas con limitaciones observables, a l@s ancian@s y a las personas por su orientación sexual o sus manifestaciones de la diversidad sexual, etc. Diagnóstico: 1. - Reconociendo la propia mujer que sufre algún tipo de violencia y pidiendo ayuda y/o denunciando. 2. -Identificación por parte de los trabajadores de la salud la existencia de violencia en las personas que a ellos acuden. 3. -Identificación por la sociedad en general las diferentes formas de violencia que existen. Propuestas de manejo: A rasgos generales y a manera de esbozo, los “antídotos” y propuestas de manejo del fenómeno de la violencia hacia las mujeres son los siguientes: a) SOCIAL: Intensa y permanente promoción de una cultura no sexista, que reivindique los derechos de las mujeres y que desaliente formas de agresión por género. Está demostrado que NO BASTA CON LA LEGISLACIÓN, sino que lo que verdaderamente urge es que en la familia, la escuela, la calle, los medios de difusión, las iglesias, se viva actitudinalmente “la equidad en la diferencia” de tal forma que se asegure la igualdad ontogénica, social, jurídica, conyugal, estudiantil, laboral, familiar, filial, y fraterna de las mujeres y los hombres. b) PSICOLÓGICA: La prevención y tratamiento eficaz de la violencia hacia las mujeres se logrará mediante cursos, talleres y sesiones de psicoterapia con perspectiva de género en los que se cubran mínimamente 3 aspectos fundamentales 1)fomento de la autoestima personal con énfasis en las potencialidades de las mujeres; 2) trabajo psicoterapéutico para erradicar los introyectos que perpetúan la supuesta pasividad y la pretendida sumisión de las mujeres, lo que condiciona una resignificación de su realidad concreta; 3) ejercicios de entrenamiento actitudinal para el refuerzo tanto de la autoestima como del lenguaje asertivo. c) ORGÁNICOS: Habida cuenta de que hay formas de violencia masculina hacia las mujeres cuyo tratamiento puede ser apoyado con la utilización de terapia medicamentosa (por ejemplo la utilización de inhibidores de la recaptura de serotonina y otros psicofármacos) es deseable la actualización del personal de salud en el tratamiento farmacológico de la violencia, el cual NO PUEDE SER AISLADO, sino formando parte de un proceso de psicoterapia integral. Las actividades que como personal de salud debemos realizar están basadas en la Norma Oficial Mexicana, NOM 190 SSA1-1999 Prestación de servicios de salud. Criterios para la atención médica de la violencia familiar. En ella, podemos concretar las actividades de la siguiente manera: Atención médica: Diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y referencia. Atención psicológica y referencia. Atención legal y referencia. Quiero concluir con una frase acotada en la Convención Interamericana para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, celebrada en la ciudad de Belem Do Pará, Brasil, 1994. “Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público, como en el privado”. Bibliografía: 1. Norma Oficial Mexicana, NOM 190 SSA1-1999 Prestación de servicios de salud. Criterios para la atención médica de la violencia familiar. 2. Olamendi T. Patricia. LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER. Legislación, políticas públicas y compromisos de México. Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, 1997. 3. Ley de Asistencia y Prevención de la violencia familiar para el distrito federal y reglamento. Modelo de unidad de atención a la violencia familiar 4. Apodaca, R. Lourdes. Violencia Intrafamiliar, UNAM, 1995. 5. Violencia doméstica. Red de referencia del Distrito Federal. 6. Memorias del Congreso Nacional de Trabajo Social Médico, realizado en el Hospital general de México, DF, 2002. - La aurora es doctora y psicoterapeuta de Caleidoscopía, A. C. www.caleidoscopia.com
https://www.alainet.org/es/articulo/113127

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