Poner la barba en remojo
Francia y el estallido social
08/11/2005
- Opinión
A pesar que el detonante fue la muerte de dos jóvenes de origen inmigrante en Cliché-sous- Bois el 27 de octubre, las causas de la violencia actual generalizada son más profundas y se remontan a las últimas décadas de la Francia moderna.
Locomotora a vapor
En tanto se convertía junto con Alemania en locomotora del desarrollo y la integración europeas y en pilar de la "nueva" Unión Europea post-Maastricht, fue mutando su apuesta a favor de una Europa social por la de un continente claramente neo-liberal.
La Francia a "dos velocidades" - y la de los espejos de realidades reflejadas- se fue haciendo así cada vez más perceptible. Con grupos con riquezas crecientes y concentradas en tanto amplios sectores, especialmente de inmigrantes y su descendencia, fueron quedando cada vez más afuera del sistema. Concentrándose en barrios marginalizados donde los índices de desempleo creciente (entre el 20 y el 40 %), supera ampliamente la media nacional.
A partir de fin de octubre y lo que va de noviembre, las regiones suburbanas de París y de más de 300 ciudades del interior son el escenario de una ira social descontrolada que explota con violencia y se manifiesta con metodología y actores similares. Son estallidos especialmente nocturnos, protagonizados por jóvenes, con métodos incendiarios rústicos, promovidos sobre la base de una activa solidaridad barrial y que encuentra en la quema de autos un objetivo esencial. Casi 5 mil vehículos incendiados en dos semanas expresa el cuestionamiento espontáneo a uno de los símbolos del estatus más corriente entre la clase media y alta.
Dos mentiras flagrantes
Como lo señala Marco Gregori, un agudo editorialista del periódico suizo-francés "Le Courrier", en su edición del 8 de noviembre, este estallido social de nuevas formas y ritmos, desenmascara la mentira francesa. En todo caso, dos de las más chocantes mentiras.
Cuando un atardecer de julio de 1998 el equipo de Francia ganaba la Copa del Mundo del fútbol, el sistema galo se apresuraba a "vender" la imagen de la victoria de la interculturalidad, teniendo en cuenta que la gran mayoría de sus jugadores era de origen africano, sea negro o árabe. Mentira fatal en ese sistema de espejos. El éxito de una minoría de hijos de inmigrantes no representaba, en realidad, el estrepitoso "fracaso" social mayoritario de ese sector.
El muro legal de la política migratoria europea selectiva -y por momentos inhumana- logrará asegurar una nueva estabilidad nacional y continental, recita la clase política del viejo mundo. Segunda gran mentira de este continente de espejos y espejismos. La rabia de importantes sectores galos indica que aunque se cierren todas las puertas que dan hacia el sur, hoy el sur ya existe en el hexágono (y en el norte enriquecido). El sur, mucho sures, con o sin pasaporte europeo, se multiplican en el otrora norte opulento.
Marginalidad económica; desprecio cultural; exclusión racialtal la experiencia cotidiana de esos jóvenes que, sin miedo a perder nada, salen a quemar todo lo que encuentran a su paso. El Estado, enceguecido, anticipa mano dura, más seguridad y represión geométrica. La clase política se pincha. Vuelve a aparecer la imagen del cachetazo francés del "no" a la Constitución europea en el referéndum de mayo pasado. Un montón de gente está harta. Francia arde. París tiembla...Buen momento para poner la barba en remojo.
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