El MERCOSUR se puso los pantalones largos

14/11/2005
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El MERCOSUR se puso los pantalones largos frente al máximo representante del imperialismo capitalista, George Bush, quien intentó una vez más en la Cumbre de Presidentes de Mar del Plata imponer su tesis de libre comercio, sin levantar las trabas arancelarias ni el subsidio casero a sus productos primarios. Los presidentes del MERCOSUR se plantaron con una rotunda negativa a poner fecha para reanudar la negociación de un acuerdo continental de libre comercio, en la principal controversia que queda nuevamente por resolver, esta vez después de la ronda de consulta de Doha, prevista para diciembre en Hong Kong. Los otros puntos que dieron pie a polémicas conciernen a los párrafos sobre cuestiones migratorias y sobre las negociaciones de apertura comercial de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Pero la cuestión de saber si el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) puede ser sacada a flote y si el rescate puede iniciarse a corto plazo se convirtió en la piedra de la discordia de la Cumbre, que tuvo su contracumbre con representantes de la sociedad civil. La cumbre paralela coincidió plenamente en la necesidad de decir un no rotundo al ALCA, no porque sea una iniciativa de los Estados Unidos sino porque no contempla las asimetrías de los pueblos no desarrollados, que no están en condiciones de competir con países superindustrializados, como los Estados Unidos. El problema fundamental del libre comercio es que el mismo es impulsado por los países industrializados pero con un fuerte proteccionismo para sus productos agrícolas, justamente los productos que países como el nuestro están en condiciones de vender y no pueden entrar a mercados que pueden generar ganancias. Venezuela no quiere ni oír hablar del ALCA aunque el MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) tuvo una posición más matizada, y presentó un contraproyecto solamente cuando México quiso forzar la mano proponiendo fijar para el primer semestre, o incluso el primer cuatrimestre de 2006. El bloque subregional, que representa un 37% del PIB total de América latina y del Caribe (según datos de la CEPAL en 2003), ya había planteado la posibilidad de un ‘Alca a la carta‘ para dejar las manos libres a sus vecinos que quieran avanzar más rápido en negociaciones bilaterales de libre comercio con Estados Unidos. Su argumento radica en que se trata de un grupo de economías complejas, que quieren negociar en bloque (cosa que hasta ahora Washington no aceptó), con reclamos de apertura a sus productos agrícolas (algo que tampoco encontró respuesta positiva en Estados Unidos) y que tienen mucho que perder si se le exige abrir sus mercados industriales y de servicios sin contemplar plazos de adaptación. En la acera opuesta están México, Canadá y Chile (que ya tienen acuerdos comerciales vigentes con Estados Unidos), acompañados por los países centroamericanos (con acuerdos en proceso de ratificación) y los andinos (en proceso de negociación, al igual que Panamá). Lo cierto es que Estados Unidos se valió de otros para presionar al MERCOSUR a aceptar una oferta que no le conviene en las condiciones actuales y menos aún al sector rural del Paraguay que a pesar de las promesas y expectativas ni siquiera del MERCOSUR pudo sacar hasta ahora ventaja alguna. - Fuente: Observatorio Rural, Proyecto de Monitoreo de políticas e inversiones en el sector campesino del Paraguay: http://www.redrural.org.py/V2/index.php
https://www.alainet.org/es/articulo/113509

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