Con los once periodistas asesinados entre 2004 y 2006, 22 en total de 2000 a la fecha, dos desaparecidos y cientos de agresiones de toda índole, han marcado al gobierno de derecha de Vicente Fox Quesada como el más violento y fatídico de la historia para los informadores, y para vergüenza nuestra, México pasó a ocupar el primer lugar en el mundo en asesinatos y agresiones a periodistas por arriba de Colombia que resiste una larga guerra intestina no declarada, e Irak que sufre una de intervención. Un informe denuncia fue presentado ante el subprocurador de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad, doctor Mario I. Álvarez Ledesma y el Fiscal Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas de la Procuraduría General de la República, doctor David Vega Vera, en la reunión conjunta con la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos FAPERMEX, Club Primera Plana y Federación Latinoamericana de Periodistas FELAP-México, que se llevó al cabo en las instalaciones de esta última organización el jueves 30 de marzo de 2006. El informe se envía para su publicación y transmisión sin restricciones de ninguna especie. Ya son 22 los periodistas asesinados en este sexenio y por consiguiente 56 en el documentado y preciso registro de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos FAPERMEX, que abarca el periodo de 1983 a la fecha, y del cual toma nota solidaria y puntual la Federación Latinoamericana de Periodistas FELAP. Cifras fatales, sin tomar en cuenta el último homicidio, la del compañero, Rosendo Pardo Osuna. Articulista del diario La Voz del Sureste de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, muerto en una carretera en circunstancias cuando menos extrañas, con lo cual se elevaría a 57 los informadores sacrificados. Las últimas víctimas: En menos de 24 horas, 9 y 10 de marzo de 2006, fueron baleados y asesinados por esbirros los compañeros periodistas, Jaime Arturo Olvera Bravo, en la Piedad, Michoacán y Ramiro Téllez Contreras en Nuevo Laredo Tamaulipas. Nuevos crímenes que tiene como objeto socavar las libertades de prensa y expresión y que seguramente como los anteriores quedarán en la más absoluta y vergonzosa impunidad. Jaime Arturo Olvera fue ultimado a mansalva por un sicario que lo esperaba en un cruce de calles en el municipio de La Piedad, Michoacán, en el momento en que el informador llevaba de la mano a la escuela a su menor hijo de cinco años, quien afortunadamente resultó ileso. Ramiro Téllez Contreras fue tiroteado frente a su domicilio, a las 5:35 horas, cuando se dirigía a transmitir su noticiario diario en la radiodifusora Exa 95. 7 FM, en el cruce de avenida Tecnológico y Pedro Pérez Ibarra, de la colonia Infonavit, Nuevo Laredo, Tamaulipas. Fue trasladado al Hospital San José, donde falleció a las 6:15 horas. Afirmamos que estos asesinatos de informadores quedarán como los anteriores en la impunidad porque así lo vislumbramos, ante el apresuramiento, que no nos extraña, del procurador General de Justicia del estado de Michoacán, Juan Antonio Magaña de la Mora, por declarar “que no se tienen elementos que permitan establecer que el móvil del crimen tenga relación con el ejercicio periodístico y que, por lo tanto se trate de un atentado a las libertades de expresión”; en lugar de comprometerse a investigar precisamente si el asesinato es otro más de los 21 ocurridos en cinco años a la fecha y que tienen como propósito quebrantar las libertades de prensa y expresión así como el derecho a la información. A este nuevo asesinato, debemos de denunciar la desfachatez de los gobernadores de Chiapas y Puebla, los cuales con sendas acciones mediáticas presuponen sorprender a la sociedad y sólo resultan tomaduras de pelo para mejorar, según creen, sus desprestigiadas imágenes. Por lo pronto no es de negarse la confianza en esta nueva instancia, la Fiscalía Especial para atender los delitos contra los periodistas. - Teodoro Rentería Arróyave, periodista y escritor mexicano, es vicepresidente de FELAP. Le invitamos a visitar: www.fapermex.com