La RMALC frente a la migración laboral y el libre comercio
09/08/2006
- Opinión
Desde el inicio de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), la Red Mexicana de Acción frente al Libre
Comercio (RMALC) ha insistido en la necesidad de incluir una agenda
social dentro de los tratados de libre comercio que nuestro país ha
negociado. Mantenemos la postura de que el TLCAN sea renegociado y se
incluya esta agenda social en la cual se considera la dimensión
migratoria laboral como una de las demandas prioritarias.
En la última década, el gobierno mexicano ha venido incorporando la
migración laboral a sus políticas económicas neoliberales y a las de
Estados Unidos y Canadá, para la creación de un mercado regional de
fuerza laboral migrante, donde las relaciones laborales se den con la
intervención mínima de los Estados en pro de los derechos laborales,
de manera que los trabajadores migrantes formen un ejército industrial
de reserva sujeto a la producción y acumulación flexibles de las
corporaciones norteamericanas.
Con Carlos Salinas de Gortari a la cabeza, el gobierno mexicano apostó,
junto con el estadounidense, a que la solución al problema migratorio
se daría a largo plazo por los beneficios que traería el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Durante las negociaciones
del TLCAN, la migración laboral fue dejada fuera bajo el considerando
de que la liberalización económica y comercial de nuestro país fijaría,
a largo plazo, a la mano de obra migratoria en su propio territorio.
Se consideraba que a corto y mediano plazos la migración laboral
inclusive se incrementaría, por lo que se buscaría impulsar mecanismos
de desarrollo regional en las regiones expulsoras. Mientras tanto el
gobierno de Estados Unidos inició una estrategia de control y aun de
militarización de la frontera para impedir el paso de los migrantes
indocumentados. En perspectiva, resulta claro que al apostarle todo al
TLCAN el gobierno mexicano aceptó tácitamente las reglas del juego
sobre la migración laboral impuestas unilateralmente por Estados
Unidos.
Esta política fue continuada por el presidente Ernesto Zedillo para
adecuar las regulaciones migratorias de nuestro país a las estipuladas
por el gobierno estadounidense –específicamente en sus leyes de
inmigración, antiterrorismo y de bienestar social aprobadas en 1996–
constriñendo, por un lado, el paso de migrantes centroamericanos y de
otros países por la frontera sur mexicana y penalizando el tráfico de
indocumentados en ambas fronteras; y, por otro lado, facilitando aún
más la entrada de personas calificadas, de acuerdo con el artículo XVI
del TLCAN. También inició en secreto negociaciones para impulsar un
acuerdo de trabajadores huéspedes y ayudó a regionalizar las políticas
estadounidenses de inmigración a través de un foro que se ha venido
institucionalizando desde 1996 en la región de América del Norte,
Centroamérica y el Caribe: la Conferencia Regional de Migración.
El gobierno de Vicente Fox, para enfrentar el fenómeno migratorio dio
continuidad a lo que se llevó a cabo durante los dos regímenes
anteriores, que se enmarca en una estrategia para profundizar la
integración regional de México a América del Norte, impulsando la
creación de una región energética norteamericana, la creación de un
mercado laboral norteamericano, así como contribuir a la creación del
mercado de fuerza laboral centroamericana (donde se incluye a la de
estados del sur y sureste mexicanos) por medio del llamado Plan
Puebla-Panamá. Y no obstante que los atentados terroristas realizados
en New York y Washington el 11 de septiembre de 2001 llevaron al
gobierno estadounidense a darle un nuevo giro a su política de
inmigración vinculándola a su seguridad nacional, ambos gobiernos han
planteado que las negociaciones sobre un acuerdo laboral de migración
temporal mexicana a Estados Unidos no se detendrán, aunque tal vez
sean un poco más tardadas.
Las grandes movilizaciones realizadas en EU durante marzo, abril y el
1º de mayo de 2006 –de 3 a 5 millones de inmigrantes indocumentados–
para protestar contra la iniciativa de ley Sesenbrenner (aprobada en
diciembre de 2005 por los diputados, que criminalizaría a los
indocumentados y reforzaría el control militarizado de la frontera),
dieron un impulso para que el Senado norteamericano aprobara una
iniciativa de ley que supuestamente beneficiaría a la mayoría de los
indocumentados aunque varios millones tendrían que salir de ese país
para poder volver a entrar y otros serían deportados. Falta que
diputados y senadores de EU consensúen ambas iniciativas (que es como
intentar mezclar el agua y el aceite), lo cual se ve muy difícil antes
de fin de año por las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre
para cambios en el Congreso.
Es necesario insistir en la necesidad de que el próximo gobierno que
resulte de las elecciones del 2 de julio en México se aboque a buscar
un mejoramiento de las relaciones entre ambos países, basado en el
respeto a la soberanía. Y que en este marco se busque avanzar pláticas
sobre los trabajadores migratorios desligadas de la cuestión de la
seguridad.
La RMALC, por su parte seguirá insistiendo en la renegociación del
TLCAN, así como en algunas cuestiones como las siguientes:
- El Primer derecho que defendemos y por el que luchamos es el de
poder quedarse y vivir dignamente en su país natal. Para ello hay que
apoyar el desarrollo económico regional de aquellas áreas que sean
grandes exportadoras de trabajo, por medio de una política de
crecimiento de inversiones, tanto públicas como privadas. El apoyo a
dichas zonas deberá ser diseñado para promover un desarrollo
sustentable con una tecnología apropiada, y contribuir a la
recuperación del ambiente y a la utilización mejorada de recursos
renovables y no renovables. Los acuerdos de comercio e inversión
deberán incluir subsidios internacionales para financiar dichos
programas. Apoyar la canalización mejorada de envíos de dinero de
trabajadores inmigrantes, combinada con recursos públicos y privados,
para mejorar la infraestructura y los proyectos productivos en las
comunidades y las regiones que hayan sido grandes exportadoras de
trabajadores que buscan empleo.
- Si algún mexicano decide migrar, es decir no se ve obligado por
la situación, exigimos que los trabajadores y las trabajadoras
migrantes, sin importar su estatus migratorio, disfruten de los mismos
derechos y condiciones laborales que gozan los ciudadanos del país
receptor. Los patrones que saquen ventaja del estatus migratorio de un
trabajador para explotarlo o explotarla bajo condiciones y salarios
que estén por debajo de los niveles legales, deberán ser sancionados
severamente.
- Exigir a los países de las Américas que no lo han hecho
(principalmente a Estados Unidos y Canadá), y del mundo en general,
que se adhieran a la Convención para la Protección de los Derechos de
Todos los Trabajadores Migrantes y de sus Familias, aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1990, que
entró en vigor en julio de 2003, por medio de su firma y/o
ratificación. Deberá crearse un instrumento similar para las Américas,
con miras a establecer un "piso" de demandas y un marco legal de
referencia.
- Exigir la firma y/o ratificación del Convenio de la OIT sobre
Trabajadores Migrantes (revisado), de 1949 (Número 97) y/o el Convenio
sobre Trabajadores Migrantes (disposiciones complementarias), de 1975
(Número 143); así como la aplicación de las dos recomendaciones con
que se completan estos instrumentos, a saber, la Recomendación sobre
Trabajadores Migrantes (revisada), de 1949 (Número 86), y la
Recomendación sobre Trabajadores Migrantes, de 1975 (Número 151)
- Exigir que México sea coherente con lo anterior y lo aplique en
su frontera sur. México no debe hacer de policía migratorio según los
intereses de Estados Unidos. Los Centroamericanos y Latinoamericanos
en general son nuestros hermanos; deben ser tratados con respeto a sus
derechos humanos independientemente de su calidad migratoria.
- Juan Manuel Sandoval Palacios y Alberto Arroyo Picard son
integrantes de la
Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC)
https://www.alainet.org/es/articulo/116523
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