Las anunciadas acciones a tomar en busca de una solución al grave conflicto oaxaqueño son confusas y contradictorias porque tal parece que sólo tienen el objetivo de asegurar la permanencia en el poder del todavía gobernador, Ulises Ruiz Ortiz. El secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza declara que en el caso de recurrir al uso de la fuerza, es decir enviar a los elementos de la Policía Federal Preventiva y probablemente del Ejército, se hará con “medidas y límites”, es decir, será un tantito de fuerza. Además se coló la información de que la inteligencia oficial ha propuesto la intervención policíaca mediante grupos de disuasión que logren detener a los líderes del movimiento. Como se puede apreciar, todo se concreta en otra aberración: el acotamiento de poderes de Ulises Ruiz Ortiz, pero por ningún motivo sacarlo, por aquello de las repercusiones en el cambio de mando presidencial. La declaración gubernamental no aclara nada. Revisémosla: de recurrirse al uso de la fuerza para resolver el conflicto en Oaxaca se hará "con medida y límites", pero eso sí, se agrega contradictoriamente, con respeto a los derechos humanos, y sigue la incongruencia, además con la decisión necesaria. Así textual lo afirmó el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza. Y continuó con este lenguaje incomprensible, al agregar que se busca una solución integral, prudente y gradual porque el presidente Vicente Fox "está más comprometido que nunca con la paz, la estabilidad y la entrega ordenada del gobierno". La otra parte es todavía más "bella", cuando se asegura que la estrategia para Oaxaca, es minimizarle poder a Ruiz Ortiz, mas no sacarlo, porque aquello de que se molesten los gobernadores y la cúpula priísta, no vaya a ser que a la hora de la toma de posesión del presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, los tricolores se unan con los perredistas y no permitan el desarrollo del acto protocolario de la unción presidencial. Mientras tanto la caravana oaxaqueña llegó a territorio poblano rumbo a la Capital de la República, donde los operadores del Gobierno Federal temen una situación aún más grave que la que se vivió con el plantón de la Coalición por el Bien de Todos, pues temen que a los oaxaqueños se les unan los maestros de Michoacán, Guerrero, Puebla, Distrito Federal y un sin número organizaciones sindicales y sociales de diferentes partes de la República, exacto en los prolegómenos del cambio presidencial. La estrategia del gobierno federal para resolver el conflicto en Oaxaca, se dice irá en tres vías: la firma de un acuerdo político con diversos sectores y personajes de la entidad, el cual incluye una significativa disminución del poder del Ejecutivo estatal; un paquete económico para el magisterio, reforma educativa y autonomía presupuestal para este gremio, así como el envío ''inminente'' de la Policía Federal Preventiva para ''restablecer el orden, liberar las vías de comunicación y garantizar el libre tránsito''. La anterior es una apreciación suscitan del diario La Jornada, la cual demuestra que el Gobierno se entrampa en una encrucijada sin orden y sin sentido, máxime que fracasó el movimiento de paro del sector empresarial y la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca rechazaron el llamado de la Secretaría de Gobernación para reanudar el dialogo, además del llamado de la Federación Internacional de los Derechos Humanos de descartar el uso de la fuerza, aunque sea tantito, como lo anunció el secretario Abascal. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.