25 años de lucha contra el SIDA
28/09/2006
- Opinión
Fue en 1981 cuando el Centro para el Control de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (CDC) comunicó los primeros casos de neumonía por Pneumocystis carinni entre hombres homosexuales. Un año después se creó el término Síndrome de Inmunodeficientes Adquirida (sida).
Han pasado 25 años desde aquella fecha y no hay motivos para la satisfacción en la lucha contra el sida. Aunque hemos observado avances significativos en la cobertura de los servicios de prevención y en el número de personas que tienen acceso a tratamiento antirretroviral, no es menos cierto que los éxitos obtenidos en la lucha contra la epidemia son insuficientes y escasos si los comparamos con su impacto internacional y muy en especial en los países de renta media y baja. Si hiciéramos ese análisis, comprobaríamos, que el sida es ya la primera causa de mortalidad entre la población adulta africana y que sólo en el año 2005 murieron más de tres millones de personas en el mundo como consecuencia de esta enfermedad. Lo que es aún más trágico es que ese no fue el primer año en que nos enfrentamos a datos similares, y que año tras año soportamos con estoicismo vergonzante esta situación.
Nos queda por hacer mucho. Hay que empezar por reconocer que desde hace una década el sida es una enfermedad relacionada con la pobreza (el 95% de las personas infectadas viven en países de renta media y baja), que dejó de ser algo prioritario en los países más desarrollados a partir del momento en el que se desarrollaron terapias antirretrovirales y que la terrible carga de la enfermedad hoy en día la soportan directamente las personas de los países empobrecidos, carentes de recursos necesarios. Creo que todos compartimos la idea de que no hay receta mágica contra el sida, que no existe una solución única y que debemos apostar por respuestas integrales y que puedan relacionar el sida como causa y consecuencia de la pobreza.
Desde 1999, Médicos del Mundo trabaja en la lucha contra el sida con proyectos de prevención del VIH y Sida en diversas comunidades, como San Pedro de Sula, en Honduras, o en la región de Costa de Tanzania. El impacto del sida en muchos países ha hecho que esta organización trabaje con un plan estratégico donde se integran proyectos en las estructuras sanitarias locales para fortalecer la respuesta local en la lucha contra el sida y consolidar las acciones preventivas.
Durante los siete últimos años se ha conseguido incorporar en muchas comunidades el control de las infecciones de transmisión sexual y se ha promovido, gracias al apoyo de ONG, la descentralización y extensión de los servicios de consejo y diagnóstico voluntario como medida preventiva. También, en muchas comunidades, se ha logrado organizar junto con los servicios de salud regionales, programas de prevención de la trasnmisión del virus de la madre al bebé. Además, desde ONG y organismos internacionales, no se ha olvidado la sensibilización de la comunidad, y en especial de las personas en situación de riesgo, para promover el uso del preservativo en las relaciones sexuales.
Todas estas acciones deben ser integrales para reducir la mortalidad asociada al sida. Además del enfoque preventivo, se necesita incorporar el terapéutico y realizar diversas actividades que tienen que ver con el tratamiento de enfermedades oportunistas, la atención a domicilio o la mejora al acceso de tratamientos antirretrovirales.
Son muchos los retos más inmediatos: mejorar el acceso de la población a los tratamientos, sobre todo, en los contextos rurales; apoyar las estrategias dirigidas a las mujeres y a los niños huérfanos; promover el cambio de comportamientos de riesgo desde el respeto y el diálogo intercultural; denunciar la violación de los derechos de las personas que viven con el VIH, los abusos de los gobiernos nacionales y las prácticas nefastas de algunas agencias internacionales de cooperación y empresas del sector privado; coordinar las acciones entre actores nacionales e internacionales con las organizaciones y organismos implicados en la lucha contra el sida; integrar las acciones preventivas y terapéuticas en un misma lógica de intervención; e implicar a las comunidades en la lucha contra el sida. Sólo así conseguiremos ganar la batalla.
- Fernando Valdés
Médicos del Mundo Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
Médicos del Mundo Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
https://www.alainet.org/es/articulo/117309
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