Optimismo por recuperación no es bien visto por los neoliberales
Repunta la economía mundial
16/02/2006
- Opinión
Desde el inicio de la década de los 70 trabajamos con la hipótesis de que a partir de 1994 se iniciaría una fase A de las ondas largas de Kondratiev, caracterizada por una recuperación significativa del crecimiento económico en la economía mundial. Hemos visto entre 1994 y 2000 el crecimiento impresionante de la economía estadounidense, su interrupción al final de 2000 y la recuperación del crecimiento en 2002. Ahora, en 2003, 2004 y 2005, el impulso hacia el crecimiento ha asumido un carácter de auge económico que asusta a los analistas no acostumbrados a la teoría de los ciclos, cortos o largos.
El informe anual de las Naciones Unidas (World Economic Situation and Prospects 2005) sigue esta perplejidad al lado del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y todos las instituciones volcadas hacia el análisis de la coyuntura económica mundial. El organismo afirma en su sumario ejecutivo: "En el comienzo de 2005, la recuperación cíclica en la economía mundial alcanzó su cenit. El crecimiento del Producto Bruto Mundial (PBM) alcanzó 4% en 2004, comparado con 2.8% en 2003, y una previsión de 3 1/4 para 2005. El crecimiento en los países en desarrollo fue el más rápido en más de dos décadas, mientras que la producción en las remanentes economías de transición continúa a crecer más rápidamente que en la mayor parte de los otros grupos de países".
El mismo optimismo encontramos en el caso de América Latina, según el informe anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que ve finalmente romperse el bloqueo al crecimiento en la región. Esta situación común a los países en crecimiento se explican, según los analistas de las Naciones Unidas, por tres factores: rápido crecimiento del comercio de manufacturas, precios crecientes del petróleo y otras materias primas y commodities y, finalmente, condiciones más calmadas en los mercados financieros internacionales (es decir, menores tasas de interés).
La verdad es que los factores favorables a la recuperación del crecimiento son globales. El aumento de la tasa de ganancia, en función de la caída de los precios de las máquinas y equipajes, las ventajas derivadas de la liquidación del pleno empleo en los años 70 a 94.
Y la baja del precio de la mano de obra, la devaluación de los capitales financieros a partir de 1987 con la caída drástica de la tasa de interés y, finalmente, la incorporación de un vasto universo de innovaciones tecnológicas acumuladas en los años de recesión.
Nueva fase
Todo esto facilita una tendencia deflacionaria mundial iniciada en los 90. Al mismo tiempo en que se rompen varios espacios monopólicos tradicionales, desde adentro pero sobre todo desde afuera de las economías centrales. Mientras en los 70 tenemos la estagflación y en los 80 la tendencia a la hiperinflación, en los años 90 vemos desaparecer las inflaciones de dos dígitos. Se trata de fenómenos universales bien explotados por los políticos locales que se presentan como los magos del fin de la hiperinflación.
La verdad es que la revolución científico-técnica va abriendo camino hacia una nueva fase de crecimiento que demuestra el fantástico potencial de solución de los problemas mundiales que tenemos a nuestra disposición y que se encuentra en las manos de una minoría que se siente amenazada por este desarrollo de la tecnología. La mantención de los limitados marcos institucionales, en los cuales el neoliberalismo tiene aprisionado el pensamiento social contemporáneo, bloquea el avance de las fuerzas productivas en el mundo. Los bancos centrales y otras instituciones del régimen actual van a hacer todo para contener este crecimiento que, según ellos, representan una amenaza al equilibrio económico. Este es el ideal máximo del neoliberalismo como ideología y doctrina.
Como la mayoría de los pueblos desean avanzar y superar sus límites actuales, y como la revolución científico-técnica pone a disposición de la humanidad los medios para hacerlo, parece que la lucha entre las fuerzas del avance y las del bloqueo alcanzará niveles excepcionales en los próximos años.
Theotonio Dos Santos es profesor de la UFF y director de la REGGEN.
https://www.alainet.org/es/articulo/117492
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