Se puso en marcha Nyéléni 2007
Foro Mundial de Soberanía Alimentaria:
08/02/2007
- Opinión
Varias organizaciones sociales de todo el mundo preparan el Nyéléni 2007: el Foro Mundial de Soberanía Alimentaria que se realizará en Mali el próximo febrero.
Está previsto que en ese encuentro para "reafirmar el derecho a la soberanía alimentaría y precisar sus implicaciones económicas, sociales, medioambientales y políticas" participen unos 500 delegados.
Los convocantes provienen de diferentes ámbitos: campesinos, pescadores, indígenas, mujeres, trabajadores, ecologistas, consumidores, ONG y jóvenes.
De acuerdo a un comunicado de los organizadores, el objetivo de Nyéléni 2007 es poner en marcha un "movimiento internacional para lograr el reconocimiento verdadero del derecho a la soberanía alimentaría". Estiman que la actividad permitirá definir una "estrategia mundial y colectiva".
"La lucha para la soberanía alimentaría es una lucha de largo plazo en que son esenciales todas las personas, organizaciones, gobiernos e instituciones que aprueban al concepto", agregan.
Según indican, la participación de más organizaciones es fundamental para la "lucha contra la dominación corporativa de nuestra comida, pescado y agricultura", y para elaborar estrategias "alternativas a las corrientes políticas neoliberales".
"Las consecuencias de las dominantes políticas neoliberales son el hambre, la miseria y el daño ambiental. Mientras que las transnacionales toman el poder, los campesinos y los pescadores son marginalizados, y los consumidores reciben muchas veces la comida malsana", sostienen.
Los organizadores del foro aseguran que la suspensión de las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio "remarca la necesidad" de un cambio completo en las políticas de la alimentación, la agricultura y las pesquerías. "Ya es el tiempo para la Soberanía Alimentaria", enfatizan.
Foro contra los Agronegocios: "El proyecto mundial de las empresas es un campo vacío destinado a la agricultura industrial"
Las siguientes son expresiones de Jorge Rulli, del Grupo de Reflexión Rural, uno de los organizadores del Foro Social de Resistencia a los Agronegocios, que se realizó el viernes y sábado en Buenos Aires, capital de Argentina.
Rulli dialogó con los corresponsales de Radio Mundo Real en ese país, Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik, integrantes de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Buenos Aires. A continuación presentamos sus consideraciones.
"Estamos impulsando este Foro de Resistencia a los Agronegocios, que consideramos que es un tema clave, pero además un tema ausente en las agendas políticas de Argentina. Nuestra intención, nuestra ambición, es que vengan organizaciones de la sociedad civil, organizaciones políticas, y que sepan apreciar desde sus propios abordajes el valor de la impronta colonial que nos fijan los agronegocios, las cadenas agroalimentarias, los supermercados. Consideramos que los derechos alimentarios, que están tan traicionados, implican también una falta de potestad de los que tienen hambre, de resolver su hambre por sí mismos. Cuando Monsanto nos dice que puede resolver el hambre del mundo, no solo es una mentira, porque los transgénicos no han hecho más que provocar el hambre en el mundo, sino que también podemos preguntarnos quién es Monsanto para resolver nuestro hambre.
Estamos con la soberanía alimentaria, que implica que la gente pueda resolver por sí misma sus temas, de vivienda, de hambre, de producción de alimentos. Los agronegocios lo que hacen es quitarnos esa potestad, entregarnos alimentos industrializados sacándonos dinero en una cadena donde siempre perdemos y quedamos sometidos a los regímenes de ellos.
La clase política ignora cuáles son las políticas de estado que se desarrollan en Argentina. Los funcionarios son los últimos en enterarse de lo que nosotros estamos diciendo y combatiendo. Estamos combatiendo contra las empresas y contra una clase política incapaz de entender la complejidad de la globalización. La izquierda no termina de entender lo que está pasando, no entiende las complejidades crecientes de la globalización.
Hay que reconstruir un estado nacional que recobre el manejo de las políticas públicas y fijar nuevas pautas de gobierno que nos permitan ir hacia un cambio de paradigmas. Estamos a favor del desarrollo local, de los mercados locales, de la pequeña escala. Necesitamos un estado en construcción constante que permita una democracia participativa, donde la gente opine y participe, tratando de salir de la normativa, de la órbita de los mercados internacionales, de hecho esto implica salir de la Organización Mundial de Comercio, sino no hay solución posible. El país va de pies y manos a la producción masiva de biocombustibles, para reemplazar los combustibles del petróleo por los combustibles vegetales de la agricultura. El objetivo es abastecer los requerimientos de energía del primer mundo y eso va a ocupar todas las tierras fértiles que hoy permiten alimentar a los argentinos.
Aquí hasta ahora vivimos en la matriz del petróleo, todo lo que nos rodea es petróleo o está hecho de petróleo. El petróleo ha marcado nuestras vidas. Se termina, pero podríamos tener 20 años más de petróleo, podríamos ahorrarlo. Argentina se está permitiendo exportar petróleo crudo, lo cual es una locura. Nosotros entramos en un colapso ambiental en unos 6 o 7 años, sin embargo Repsol se está llevando todas nuestras reservas y no lo evitamos.
También se está implantando otra matriz, la matriz de la biotecnología. Lo que viene ahora es el poder del conocimiento, lo que más importa es la privatización de las invenciones, las tecnologías, la privatización del conocimiento. Patentes, marcas, el nuevo alimento de la globalización, y la industria del petróleo ya no tiene patentes, son viejas, están vencidas. En cambio, un grano de soja tiene 300 o 400 patentes.
Lo que viene ahora es que Texaco y otras compañías ya no tienen poder, y las corporaciones que van asumiendo el poder del mundo son empresas como Monsanto, Cargill, que manejan la biotecnología, y como parte de esto vienen los biocombustibles.
En Argentina la gente está de espaldas al campo, nuestra lucha es justamente para que la gente entienda que los problemas de la ciudad provienen del campo, el hacinamiento, el desempleo. Ocho de cada diez desempleados del Gran Buenos Aires provienen del medio rural. El proyecto mundial de las empresas es un campo vacío destinado a agricultura industrial, a biocombustibles, a vertederos de tóxicos, o a lo sumo, en
las zonas de alta biodiversidad, a turismo de alto poder adquisitivo, pero sin gente. Después grandes ciudades, megalópolis insustentables, siempre al borde del colapso ambiental, con una inseguridad fabulosa".
- Radio Mundo Real - Precobertura del Foro Mundial de Soberanía Alimentaria - Malí, febrero 2007
www.radiomundoreal.fm
Está previsto que en ese encuentro para "reafirmar el derecho a la soberanía alimentaría y precisar sus implicaciones económicas, sociales, medioambientales y políticas" participen unos 500 delegados.
Los convocantes provienen de diferentes ámbitos: campesinos, pescadores, indígenas, mujeres, trabajadores, ecologistas, consumidores, ONG y jóvenes.
De acuerdo a un comunicado de los organizadores, el objetivo de Nyéléni 2007 es poner en marcha un "movimiento internacional para lograr el reconocimiento verdadero del derecho a la soberanía alimentaría". Estiman que la actividad permitirá definir una "estrategia mundial y colectiva".
"La lucha para la soberanía alimentaría es una lucha de largo plazo en que son esenciales todas las personas, organizaciones, gobiernos e instituciones que aprueban al concepto", agregan.
Según indican, la participación de más organizaciones es fundamental para la "lucha contra la dominación corporativa de nuestra comida, pescado y agricultura", y para elaborar estrategias "alternativas a las corrientes políticas neoliberales".
"Las consecuencias de las dominantes políticas neoliberales son el hambre, la miseria y el daño ambiental. Mientras que las transnacionales toman el poder, los campesinos y los pescadores son marginalizados, y los consumidores reciben muchas veces la comida malsana", sostienen.
Los organizadores del foro aseguran que la suspensión de las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio "remarca la necesidad" de un cambio completo en las políticas de la alimentación, la agricultura y las pesquerías. "Ya es el tiempo para la Soberanía Alimentaria", enfatizan.
Foro contra los Agronegocios: "El proyecto mundial de las empresas es un campo vacío destinado a la agricultura industrial"
Las siguientes son expresiones de Jorge Rulli, del Grupo de Reflexión Rural, uno de los organizadores del Foro Social de Resistencia a los Agronegocios, que se realizó el viernes y sábado en Buenos Aires, capital de Argentina.
Rulli dialogó con los corresponsales de Radio Mundo Real en ese país, Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik, integrantes de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Buenos Aires. A continuación presentamos sus consideraciones.
"Estamos impulsando este Foro de Resistencia a los Agronegocios, que consideramos que es un tema clave, pero además un tema ausente en las agendas políticas de Argentina. Nuestra intención, nuestra ambición, es que vengan organizaciones de la sociedad civil, organizaciones políticas, y que sepan apreciar desde sus propios abordajes el valor de la impronta colonial que nos fijan los agronegocios, las cadenas agroalimentarias, los supermercados. Consideramos que los derechos alimentarios, que están tan traicionados, implican también una falta de potestad de los que tienen hambre, de resolver su hambre por sí mismos. Cuando Monsanto nos dice que puede resolver el hambre del mundo, no solo es una mentira, porque los transgénicos no han hecho más que provocar el hambre en el mundo, sino que también podemos preguntarnos quién es Monsanto para resolver nuestro hambre.
Estamos con la soberanía alimentaria, que implica que la gente pueda resolver por sí misma sus temas, de vivienda, de hambre, de producción de alimentos. Los agronegocios lo que hacen es quitarnos esa potestad, entregarnos alimentos industrializados sacándonos dinero en una cadena donde siempre perdemos y quedamos sometidos a los regímenes de ellos.
La clase política ignora cuáles son las políticas de estado que se desarrollan en Argentina. Los funcionarios son los últimos en enterarse de lo que nosotros estamos diciendo y combatiendo. Estamos combatiendo contra las empresas y contra una clase política incapaz de entender la complejidad de la globalización. La izquierda no termina de entender lo que está pasando, no entiende las complejidades crecientes de la globalización.
Hay que reconstruir un estado nacional que recobre el manejo de las políticas públicas y fijar nuevas pautas de gobierno que nos permitan ir hacia un cambio de paradigmas. Estamos a favor del desarrollo local, de los mercados locales, de la pequeña escala. Necesitamos un estado en construcción constante que permita una democracia participativa, donde la gente opine y participe, tratando de salir de la normativa, de la órbita de los mercados internacionales, de hecho esto implica salir de la Organización Mundial de Comercio, sino no hay solución posible. El país va de pies y manos a la producción masiva de biocombustibles, para reemplazar los combustibles del petróleo por los combustibles vegetales de la agricultura. El objetivo es abastecer los requerimientos de energía del primer mundo y eso va a ocupar todas las tierras fértiles que hoy permiten alimentar a los argentinos.
Aquí hasta ahora vivimos en la matriz del petróleo, todo lo que nos rodea es petróleo o está hecho de petróleo. El petróleo ha marcado nuestras vidas. Se termina, pero podríamos tener 20 años más de petróleo, podríamos ahorrarlo. Argentina se está permitiendo exportar petróleo crudo, lo cual es una locura. Nosotros entramos en un colapso ambiental en unos 6 o 7 años, sin embargo Repsol se está llevando todas nuestras reservas y no lo evitamos.
También se está implantando otra matriz, la matriz de la biotecnología. Lo que viene ahora es el poder del conocimiento, lo que más importa es la privatización de las invenciones, las tecnologías, la privatización del conocimiento. Patentes, marcas, el nuevo alimento de la globalización, y la industria del petróleo ya no tiene patentes, son viejas, están vencidas. En cambio, un grano de soja tiene 300 o 400 patentes.
Lo que viene ahora es que Texaco y otras compañías ya no tienen poder, y las corporaciones que van asumiendo el poder del mundo son empresas como Monsanto, Cargill, que manejan la biotecnología, y como parte de esto vienen los biocombustibles.
En Argentina la gente está de espaldas al campo, nuestra lucha es justamente para que la gente entienda que los problemas de la ciudad provienen del campo, el hacinamiento, el desempleo. Ocho de cada diez desempleados del Gran Buenos Aires provienen del medio rural. El proyecto mundial de las empresas es un campo vacío destinado a agricultura industrial, a biocombustibles, a vertederos de tóxicos, o a lo sumo, en
las zonas de alta biodiversidad, a turismo de alto poder adquisitivo, pero sin gente. Después grandes ciudades, megalópolis insustentables, siempre al borde del colapso ambiental, con una inseguridad fabulosa".
- Radio Mundo Real - Precobertura del Foro Mundial de Soberanía Alimentaria - Malí, febrero 2007
www.radiomundoreal.fm
https://www.alainet.org/es/articulo/119179
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