Elogio de la concientización

12/02/2007
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Concientización deriva de conciencia; tener ciencia o conocimiento de algo. El término se introdujo en el lenguaje de los sectores progresistas de América Latina a través de las obras del profesor Paulo Freire (1921-1997), educador brasileño que desarrolló la

pedagogía del oprimido -método de alfabetización que favorece el aprendizaje de la lectura y la escritura mediante la contextualización de las "palabras generadoras". De ese modo, padre está en la raíz de país y patria, abriendo la conciencia del alfabetizando a la percepción de la coyuntura sociopolítica y económica en que está situado.

Una obra imprescindible, radiografía completa de la vida y de la pedagogía de Freire, llega ahora a las librerías: "Paulo Freire, una historia de vida" (São Paulo, Villa das Letras, 2006), firmada por Ana María Araújo Freire, educadora y viuda del renombrado profesor pernambucano. Con amplia documentación, el libro expone en detalle la trayectoria vital del biografiado, la evolución y la aplicación de su método, los años de exilio, así como los efectos de su trabajo en diversos países y los homenajes recibidos.

Impelido por el método de Paulo Freire, en la década de 1970 se intensificó en América Latina el "trabajo de base" con sectores populares, asesorados por equipos de educación popular empeñados en "concientizar" campesinos, obreros y personas de bajo poder adquisitivo. El verbo implicaba volver al educando "consciente" políticamente, o sea, crítico con el sistema capitalista, con las dictaduras, con la opresión social y, al mismo tiempo, adepto al proyecto de construcción de una sociedad socialista.

Poco a poco se fue advirtiendo que no basta "concientizar", dotar al militante de nociones políticas de matiz crítico. La cabeza piensa donde pisan los pies. Aunque se adquiera "conciencia" de los problemas sociales y de los desafíos políticos, el peligro de idealismo sólo se supera en la medida en que el militante mantiene vínculos orgánicos con los movimientos sociales. Sin práctica social no hay teoría que transforme la realidad, enseñó Paulo Freire.

En las últimas décadas, el "trabajo de base" amplió el significado de concientización. El conocimiento no deriva sólo de la razón o de los conceptos que llevamos en la cabeza. Es producto también de factores no racionales o transracionales, como la emoción, la intuición, el sentido estético, etc. En la Biblia, conocer es experimentar. Cuando se dice que "Sara conoció a Abrahán", significa más que ser presentado a otra persona; es hacer la experiencia de aquella persona, tocarla física y subjetivamente, amarla.

Con la introducción, en el trabajo político, de las relaciones de género y de la

preservación del medio ambiente, concientizar adquirió un significado más amplio, articulando conciencia y subjetividad, actuación efectiva y relaciones afectivas, práctica social y solidaridad individual. De este modo se descarta la figura del militante maniqueísta, que aboga por la transformación de la sociedad sin empeñarse en el cambio de sí mismo. Ahora, concientizado es el militante que conjuga, en su actividad social y política, principios éticos y compromiso con la causa liberadora de los pobres.

La mente del oprimido, reza un principio marxista rescatado por Paulo Freire, tiende a ser "hotel" del opresor, pues en ella hospeda ideas y actitudes inoculadas en nosotros por los medios de comunicación, de la cultura vigente, del argot. Pues el modo de pensar y de actuar de una sociedad tiende a reflejar el modo de pensar y actuar de la clase que domina en esa sociedad.

Concientizar es propiciar en los oprimidos y en los militantes políticos un

distanciamiento crítico de esa ideología dominante, de modo que asuman prácticas innovadoras y renovadoras, rechazando, en la medida de lo posible, influencias que puedan inducirlos a -en nombre de una nueva sociedad- adoptar prácticas típicas de los opresores, como es el caso del guerrillero que tortura al soldado enemigo para obtener información. Una de las causas de la caída del socialismo en el Este europeo fue el descrédito de dirigentes políticos que reproducían en su comportamiento lo que era propio de tiranos y caudillos que ellos mismos habían derribado y a quienes tanto

criticaban.

En América Latina, el avance de los movimientos sociales y de la movilización por

cambios estructurales depende hoy de la intensificación del trabajo de base. Éste muchas veces se ve amenazado por el síndrome del "electorerismo" que contamina a los partidos de izquierda, más interesados en mantenerse en el poder que en promover las transformaciones sociales, políticas y económicas propugnadas en sus programas y reivindicadas por su base social de apoyo.

Dos criterios debieran guiar ahora esa concientización: el vínculo personal y orgánico con las diferentes formas en que los pobres se mantienen organizados, y el perfeccionamiento de la democracia por el compromiso irreductible con la promoción de la vida en toda su amplitud, desde la defensa del medio ambiente a la lucha por reformas estructurales, como la agraria, que reduzcan la desigualdad social y

aseguren a todos una existencia digna y feliz. (Traducción de J.L.Burguet)

- Frei Betto es escritor, autor, junto con Paulo Freire y Ricardo Kotscho, de "Esa escuela llamada vida", entre otros libros.

https://www.alainet.org/es/articulo/119224
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