Efectos del calentamiento de la Tierra

29/04/2007
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Es casi seguro que en el momento en que se produzca un incremento de 40 centímetros en el nivel del mar por el derretimiento de grandes casquetes polares, lo que podría ocurrir en las próximas tres décadas, cerca de 50 millones de personas en todo el mundo se verán afectadas por inundaciones, y los gobiernos tendrán que hacerle frente a un problema de dimensiones sociales y económicas apocalípticas.

Miles de personas morirán ahogadas. Millones se desplazarán y romperán cualquier tipo de barrera limítrofe para ponerse a salvo, creando situaciones geopolíticas complejas entre países vecinos, que incluso podrían conducir a la guerra. Se presentarán enfermedades mortales y habrá hambre y sed generalizadas, tal como se vivió en New Orleans en 2005.

Para quienes crean que este es un panorama que sólo se puede ver en películas, es bueno recordar que el exjefe del Estado Mayor del Ejército Norteamericano, Gordon Sullivan y otros generales retirados[1] emitieron una declaración donde advierten que "Vamos a pagar por esto de una manera u otra. O pagamos ahora reduciendo las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, y afrontamos las consecuencias económicas de ello, o pagamos más tarde en términos militares. Eso supone vidas humanas".

Las consecuencias del calentamiento global son tan graves, que gran parte de los políticos norteamericanos y los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se han pronunciado en el sentido de que ellas representan un problema de seguridad nacional para los distintos países y que se requiere actuar de emergencia. Un primer ejemplo de esto lo presentó Basile Ikouebe de la república del Congo, quien afirmó que “Por primera vez en la historia, los hombres y las mujeres de mi país han empezado a luchar por alimento, energía y agua, debido a los efectos desastrosos que trajo el cambio del clima”. Un segundo ejemplo fue mostrado por la Comisión Económica de Naciones Unidas en África, que reveló que en el desierto del Sahara se han presentado graves enfrentamientos entre tribus por el uso del agua y los pastizales para el ganado.

Los voceros de las naciones del primer mundo ahora sí creen que las conclusiones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático son ciertas y muchos de ellos reconocen que grupos de presión, especialmente relacionados con las industrias petrolera, petroquímica y automotriz pagaron a científicos para que crearan confusión sobre los efectos ambientales de los combustibles fósiles, al punto de que lograron adormecer y aislar las reacciones sociales por lo menos durante dos décadas.

Los gobernantes y los científicos consideran que aun es posible frenar el calentamiento global dándole paso a nuevas fuentes de energía y restringiendo al máximo el uso de aquellos combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, lo cual se puede lograr a través de grandes consensos nacionales. Sin embargo, se requiere, adicionalmente, un altísimo nivel de compromiso ciudadano, especialmente en cuanto a la modificación de los hábitos de consumo, variable que ha sido la causante de la desbocada demanda de energías contaminantes.

El mundo entero debe cambiar su relación con el medio ambiente, llegando incluso a adoptar medidas de choque como la propuesta por el subsecretario de Estado para los asuntos exteriores de Italia, Vittorio Craxi, en el sentido de llegar a un acuerdo post-Kioto para disminuir de un golpe las emisiones atmosféricas de CO2 en un 30% y acudir de inmediato a la utilización de fuentes renovables de energía.

- Humberto Tobón y Tobón es economista y comunicador social, especialista en Finanzas, Ciencia Política y Medio Ambiente.

Nota

[1] Ver http://securityandclimate.cna.org/mab/
https://www.alainet.org/es/articulo/120832
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