Verbos de 2007

Caminar, Arar, Cultivar: Personas en Territorio fértil

20/05/2007
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I

 

Un siglo.  Dos tiempos.  Un mismo tema, en breves de Marx y el Che

 

Kart Marx 1844[1]

Ernesto “Che” Guevara 1964[2]

 

“Si el producto del trabajo es la enajenación, la producción misma ha de ser la enajenación activa, la enajenación de la actividad”

 

“el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado”

 

“el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo”…”Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado (…) no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo”

 

“De esto resulta que el hombre sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y al atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal.  Lo animal se convierte en lo humano y lo humano en animal”.  “Comer, beber y engendrar…son realmente también auténticas funciones humanas…la abstracción las separa del ámbito restante de la actividad humana y las convierte en fin único y último son animales” [p.108 y 109]

 

“tan pronto, pues, como el capital se le ocurre dejar de existir para el trabajador, deja éste de existir para sí; no tiene ningún trabajo, por tanto, ningún salario, y dado que él no tiene existencia como hombre, sino como trabajador, puede hacerse sepultar, dejarse morir de hambre”.  “El trabajador es el hombre que se ha perdido totalmente a sí mismo” [p.123/124]

 

“En lugar de todos los sentidos físicos y espirituales ha aparecido así la simple enajenación de todos estos sentidos, el sentido del TENER.  El ser humano tenía que ser reducido a esta absoluta pobreza para que pudiera alumbrar su riqueza interior” [p.148]

 

“Sólo a través de la riqueza objetivamente desarrollada del ser humano es, en parte cultivada, en parte creada, la riqueza de la sensibilidad humana subjetiva…sólo así se cultivan o se crean sentidos que se afirman como fuerzas esenciales humanas…no sólo los cinco sentidos, sino también los llamados sentidos espirituales, los sentidos prácticos (voluntad, amor), en una palabra, el sentido humano, la humanidad de los sentidos, se constituye únicamente mediante la existencia de su objeto, mediante la naturaleza humanizada” [p.150]

 

“El hombre necesitado, cargado de preocupaciones, no tiene sentido para el más bello espectáculo” [p.150]

 

“así la sociedad constituida produce, como su realidad durable, al hombre en esta plena riqueza se su ser, al hombre rica y profundamente dotado de todos los sentidos (…) sólo es posible mediante la energía práctica del hombre…una verdadera tarea vital…” [151]

 

“No sólo la riqueza, también la pobreza del hombre, recibe igualmente en una perspectiva socialista un significado humano y, por eso, social” [p.153]

 

“Un ser sólo se considera independiente en cuanto es dueño de sí y sólo es dueño de sí en cuanto se debe a sí mismo su existencia” [p.154]

 

“En ésta –en la sociedad capitalista- el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de su comprensión.  El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: La ley del valor.  Ella actúa en todos los aspectos de su vida, va modelando su camino y su destino” [p.5]

 

“Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad” [p.6]

 

“lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado.  Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas” [p.6]

 

“La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia” [p.6, 7]

 

“Entre tanto, la base económica adoptada ha hecho su trabajo de zafra sobre el desarrollo de la conciencia.  Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material, hay que hacer el hombre nuevo…De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas.  Ese instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social” [p.8]

 

“tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo” [p.10]

 

“El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria, que es ver al hombre liberado de su enajenación” [p.12]

 

“es preciso acentuar su participación consciente individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos.  Así logrará la total conciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación (…) Esto se traduciría concretamente en la reapropiación de la naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte” [p.12]

 

 

II

 

La sustancia que cultivó la insurgencia

 

 

Los estudios[3] realizados en los primeros años del siglo XX delatan cómo la exportación de capital, originada en las últimas cuatro décadas del XIX, desde los centros industriales hacia el resto del mundo, pauta una división internacional del trabajo, que aprovechando la información del mercado colonial, establece inversiones privadas sobre los recursos naturales de territorios ajenos, dando lugar a las primeras relaciones de una economía mundial que -a los años-, financiará conexiones constitutivas de monopolios internacionales.  Punto original del Capital Financiero[4].

 

El impacto social sobre los pobladores de los territorios invadidos por la inversión, quedará escrito como la histórica conversión de relaciones sociales ancestrales/tradicionales/coloniales en relaciones sociales capitalistas.  Incorporando naciones pluriculturales incorporadas a/por las fuerzas expansivas del progreso del capitalismo.

 

Recuento, que desde Latinoamérica, se presenta como la confrontación entre los circuitos económicos coloniales y las invasiones de capitales yankis asociados con criollos.  La Doctrina Monroe, la derrota de Bolívar, las 33 invasiones desde 1890 hasta 1933, apoyadas desde 1904 por el Corolario Roosevelt, comprueban el recuento[5].

 

Estos tiempos, establecen relaciones sociales de propiedad sobre territorios comprados y/o recursos naturales concedidos bajo contratos.  Son estos los privilegios originales que alimentan los monopolios internacionales y sobre los cuales tejen relaciones de dominación y dictan deberes y derechos, que los capitalistas convierten en inalienables bajo la égida de propiedad privada.

 

Las invasiones de inversiones de años anteriores quedan reconocidas como propiedades legalmente adquiridas y/o derechos convenidos.  Los monopolios consolidan las redes de poder con gobernantes y socios criollos.  La depresión, la Guerra Civil en España, la segunda Guerra Mundial signaron tiempos en los que las fuerzas sociales guardaron silencio y anidaron la esperanza de que “el cese del fuego”, trajera la paz.

 

En años de Guerra Mundial, las versiones de la política norteamericana lejos estaban de permitir reconquistas.  Cornell Hull, Secretario de Estado de Roosvelt, repetía a menudo[6] “A través de la inversión internacional, debe proporcionarse el capital necesario para el adecuado desarrollo de los recursos naturales y capacidad productiva latente en las zonas relativamente no desarrolladas (…) La tarea de encauzar la implantación de un nuevo sistema de relaciones internacionales en el terreno comercial y en otros asuntos económicos recaerá en gran parte sobre los Estados Unidos”.

 

El Impacto Social de los 60´s, años de transformaciones en las relaciones de poder capitalistas que significó: muerte a los líderes y frustración de grandes ilusiones.  La tentación urbana, como oportunidad de progreso, desocupará territorio y concentrará suburbios de “ciudadanos” a la espera del chance “de la movilidad social”: capacitarse para lograr convertirse en mercancía, venden su fuerza de trabajo retribuida por un salario –tan justo, como insuficiente- para satisfacer las necesidades de una vida digna.

 

El capitalismo, buscando maximizar la ganancia empresarial, fragmentará el espacio geográfico, reubicando técnicamente las fuerzas productivas e institucionalizará los mecanismos represivos de cohesión social.

 

Con el Consenso de Washintong las transnacionales, el Pentágono, sus aliados [socios] continentales privados y gubernamentales reconfiguran los procesos de integración, acoplando los convenios intergubernamentales y las políticas públicas a las intenciones [prácticas] estratégicas del capital transnacional [principalmente usamericano], utilizando variados dispositivos de cohesión[7].

 

Los gobiernos latinoamericanos, amparados en el discurso de “las transformaciones requeridas”, acogieron el financiamiento ofrecido por los organismos multilaterales y la banca comercial internacional.

 

Fue así como, con variados argumentos, los recursos productivos rentables/competitivos, ubicados en los territorios de los Estados endeudados y fiadores, fueron quedando amarrados a las decisiones de los capitales financieros y comerciales transnacionales.  Las unidades de producción de capital transnacional participaron, a través de sus socios bancarios [financieros], en el financiamiento de los préstamos.

Con el dispositivo de la deuda los gobiernos latinoamericanos quedaron anulados política y socialmente y anudados a la estrategia económica del capitalismo mundial [Globalización].  Sin soberanía para diseñar proyectos productivos e impedidos de dictar políticas públicas redistribuidoras de la riqueza.

 

En el Continente Americano como parte sustantiva, como territorio de recursos nutrientes de las corporaciones transnacionales usamericanas, la ofensiva capitalista produce un impacto social al proponerse anexar territorios-con-todo-y-pobladores, buscando garantizar la más irrestricta libertad para los inversionistas internacionales [extranjeros y nacionales].  Pero, en tanto que la ofensiva avanza durante los 90`s del XX, a medida que avanza, los pueblos campesinos e indígenas levantan barricadas contra el ALCA, los TLC’s y la OMC.

 

Es por ello que, en los albores del siglo XXI, los sujetos impactados por siglos estallan en rebeldía.

 

El Capitalismo Transnacional diseñó “un específico patrón de poder” desde donde negocia, entre los suyos, una integración rentable que deja fuera a multitudes tenidas por inútiles, a quienes ofrece la posibilidad de organizarse en nichos, como eslabones de cadenas comerciales.

 

Concluimos con voces de Alí Primera

Cantautor venezolano

 

“No hay mayor grosería que esta misma sociedad

Lograr la paz y cual paz

si quieren dejar el mundo como esta(…)

no, no, no basta rezar

hacen falta muchas cosas para conseguir la paz

nada se puede lograr si no hay revolución (…)

cuando el pueblo se levante

y haga todo cambiar

ustedes dirán conmigo

no bastaba con rezar (…)

campesino por tu propia tierra

obrero por tu propia fabrica

estudiante por tu propia idea

busquemos lo que ha de emancipar”

“la historia se despertó

Abrió su boca de siglos

Ayúdenla, ayúdenla

Que sea humana

La humanidad”

 

 

Curiosa y oportuna la retoma que nos brinda Derrida de Marx.

 

“Los hombres hacen su propia historia, por eso no la hacen por su propio movimiento, ni en las condiciones elegidas por ellos solos, sino en las condiciones que encuentran, aquellas que se les dan y se les transmiten.  La tradición de todas las generaciones muertas pesa con un peso muy pesado sobre el cerebro de los vivos, es decir, pesa como un fantasma, uno de esos seres espectrales que producen pesadillas”[8]y a línea seguida escribe Jacques Derrida, “Se trata, en efecto, de convocar espíritus como espectros con el gesto de una conjura positiva, aquella que jura para reclamar y no para reprimir (...) El espectro pesa, piensa, se intensifica, se condensa en el interior mismo de la vida, dentro de la vida más viva, de la vida más singular (o, si se prefiere, individual).  Desde ese momento, ésta ya no tiene, ni debe ya tener, precisamente porque vive, ni pura identidad consigo misma ni adentro asignado: esto es lo que todas las filosofías de la vida e incluso del individuo vivo o real, deberían sopesar (El pensamiento de Marx nos sitúa ante la cuestión abismal: ¿qué es la vida?) (...) Lo propio del espectro, si lo hay, es que no se sabe si, (re) apareciendo, da testimonio de un ser vivo pasado o de un ser vivo futuro, pues el (re) aparecido ya puede marcar el retiro del espectro de un ser vivo prometido (...) Las sociedades capitalistas siempre pueden dar un suspiro de alivio y decirse a sí mismas: el comunismo está acabado desde el desmoronamiento de los totalitarismos del siglo XX, y no solo está acabado sino que no ha tenido lugar, no fue más que un fantasma.  No pueden sino denegarlo, denegar lo innegable mismo: un fantasma no muere jamás, siempre está por aparecer y por (re) aparecer”.[9]

 

Acogemos el sentido con que Derrida impregna la retoma y, con él, le ponemos atención a los gritos de Tierra, pensando en pulsar por (re)aparecer la abolición del Salario y la disolución del Estado.

 

Viendo hacia atrás, se hace lento el tiempo que ocupó la conversión de dinero en la relación social del Capital, transformando el trabajo en mercancía, fuerza de trabajo, despojando al cuerpo portador de toda propiedad sobre las fuerzas productivas del capital que le permitieran reproducir las condiciones de la vida material, desasistidos de todo otro medio que no fuera el Salario para procurarse la subsistencia.  Hecho crucial de esta historia consistió en expropiar de la Tierra a sus moradores, iniciándose en el proceso ininterrumpido y expansivo del modo de producción capitalista que lo van legitimando con la construcción de una naturaleza artificial que materializa la institucionalidad del Estado, cauce obligatorio de las relaciones sociales mudas que sostienen la forma y de la que emanan las políticas como estrategias de poder del capital, según el ser-hacer-acontecer de las fuerzas sociales en su práctica.

 

La tecnología militar, del tiempo de la Guerra Fría, pobló el espacio de satélites que han encogido el planeta, leen el globo y lo traducen a recursos rentables.  Antes, las tierras eran o no eran cultivables.  Hoy, las tierras son territorios con dimensión de poder en todos los sentidos.  El territorio toma sentido en su suelo, su subsuelo, su plataforma continental, su espacio aéreo, su ubicación geoestratégica.  Quizás lo menos importante en un territorio sean sus moradores.  Domesticar a los moradores trae problemas.  Movilizarlos, reubicándolos como inmigrantes, desplazados, excluidos, focalizarlos socialmente para cercarlos con los mecanismos de control es el objetivo de acción, pero mejor vaciarlo y llenarlo a conveniencia.

 

El proceso, tal como va, brinda la oportunidad de ensayar la abolición del Salario y la disolución del Estado, prestándole atención a los gritos de Tierra y así apoyar la creación de nuevos espacios de libertad superando la sumisión del individuo a las leyes del mercado o al despotismo del Estado que atrapan el deseo, dibujando el ejercicio de la soberanía.  Entre lo viejo y lo nuevo, que no es tal en la geología de las culturas, contribuyamos arando surcos por donde caminemos los sujetos pobladores cambiando las circunstancias y a los sí-mismos a la vez.

 

 

III

 

Delimitado el Panorama

Una visión hacia el adentro de los pobladores de estos territorios

 

“Cómo terminamos de descifrar

 la misteriosa incógnita del hombre en libertad”/Simón Bolívar.

 

Tomemos el camino de la propia práctica.

 

Abordemos el cambio simultáneo de las circunstancias y de sí-mismo, en tiempos complejos.  Cierto.  La contrarrevolución nos mutila cada día.

 

¿Cómo procrear/recuperar/reintegrar espacios de libertad como morada humana?

 

Debemos reconocer las actividades humanas que producen y reproducen la vida, la cadena de actividades humanas que nos ligan para valorar la unidad.  Así, nos vamos dando cuenta de quién y qué producimos y cómo podemos contribuir a satisfacer los deseos de las necesidades.

 

Tal conocimiento nos coloca inmediatamente como seres dentro de la sociedad.

 

Produciendo, en conocimiento de nuestras potencialidades.  Las personas adquirimos la necesidad de la sociedad, que es la unión, el colectivo social solidario.

 

Caminando, con ese sentido a cuestas, nos transformamos a sí-mismos en sujetos capaces de cambiar su (el) mundo.

 

El conocimiento de nuestras necesidades y habilidades es radical, aramos hasta la raíz de los seres humanos.

 

Ese caminar/arando, debe reconocer que las personas tomamos cuerpo y crecemos a través de la actividad.  Es en la práctica en donde devenimos en seres humanos.

 

Como revolucionarios, estamos obligados a inventar dispositivos que nos logren producir como seres humanos, tan plenos como sea posible, en deseos, necesidades y capacidades.

 

Cultivar el poder productivo del trabajo, sabiendo que toda actividad que contribuye a liberar el ser humano debemos reconocerla como la Producción en General.  Trabajar por producir y reproducir las condiciones de la vida humana.

 

Sólo así, las metas que guíen la producción podrán ser las mismas metas de los pueblos.

 

Sólo así, las personas humanas como seres humanos plenos, protagonistas de la sociedad, como sujetos capaces de cambiar su (el) mundo.  Solo así, todos los miembros de estas sociedades unidas serían realmente miembros de los gobiernos.  Sustento imprescindible para que los pueblos se unan integrándose.

 

Para ir construyendo culturalmente la felicidad, diseñadas por el despliegue de las capacidades del trabajo, los deseos y las necesidades de la vida humana.

 

Sólo así, intercambiaríamos actividades, integraríamos mentes/almas creativas, saldríamos de la jaula/trampa, dejaríamos de pensarnos mercancía intercambiando mercancías.

 

De no ser así, los debates –entre gobiernos- sobre la integración seguirán declarando fórmulas ajenas a los deseos y necesidades de los pobladores de estos pueblos.

 

Los pueblos, en siglos caminaban en silencio.  Han retoñado en los últimos 15 años dando pasos firmes, caminando en la constitución de una fuerza humana.  La geopolítica reciente da cuenta de la acumulación de fuerzas.  No de cualquier fuerza.  Viene siendo y ha de ser una fuerza invencible.  Si y sólo-sí, el camino de la propia práctica aborda el cambio simultáneo de las circunstancias y de sí-mismo.

 

Es necesario desalienar los cuerpos.  Nuestros cuerpos que están desintegrados, han sido (y siguen siendo) invadidos, mutilados por los intereses de la cultura del capital.

En palabras de Eduardo Galeano[10]

 

“no hay estadísticas del alma.

no hay manera de medir la profundidad de la herida cultural

no se puede saber hasta donde nos han envenenado los adentros

hasta donde hemos sido mutilados en la conciencia

la identidad y la memoria”

 

 

Caminemos recreándonos como humanos dentro de la naturaleza humanizada.

 

La práctica labora sobre nuestros cuerpos/disponiendo los cuerpos colectivos/ ocupando los territorios.

 

Uniendo los pueblos habitantes y arraigándolos en terrenos fértiles.

 

Debemos caminar por ese sendero si pensamos en revolución, en la reunión social de los pueblos, de hombres y mujeres libres.

 

Los cambios de gobiernos nos permiten hablar, con CHÁVEZ: “de un tiempo mágico”.  Tiempo que brinda ocasiones oficiales, firmando convenios de intercambios compensados, trazando políticas públicas sociales/solidarias.

 

Son ocasiones que impulsan posibilidades para lograr la plenitud humana.

 

Sin embargo, hay riesgos.  También podemos desviarnos acortando camino e “incluir a los mutilados” revitalizando la cultura de la muerte.

 

El esfuerzo es tenaz e intencional.

 

No se trata de más de lo mismo.  De mantener sobreviviendo a los cuerpos mutilados, como intención contrarrevolucionaria.

 

Todos empeñados en reconstituir la vida plena.  Trazando mapas de deseos culturales que reconociéndolos los asumamos como tareas.

 

Todos reconociendo que no hay hacer humano sin intención.  Todo hacer es intencional.

 

Si no centramos la atención sobre este problema sustantivo/fundante, el de lograr producir seres humanos tan plenos que, en la práctica, cambiemos las circunstancias a la vez que, nos transformándonos a sí-mismos, despertando la necesidad de la sociedad.

 

No es intención revolucionaria proponer una integración entre pobladores mutilados/alienados.

 

 

IV

 

En tiempo mágico… el cada día del hacer social se nutre de sentido con la práctica de la Revolución Socialista Bolivariana

 

  1. El ALBA lo elaboramos todos y cada uno de nosotros.  Reúne proyectos múltiples y diversos.  Como son diversos los pueblos que habitan el continente.  Marchamos juntos respetando los ritmos.  Si somos todos, significa ritmos diversos.  Este planteamiento desconcierta.  Todos los sujetos sociales plantean lo suyo sin sujetar a los otros, guiados por la premisa de que la felicidad es una construcción cultural y asumiendo como política de Estado que la pobreza sólo se supera dándole poder a los pobres.

 

  1. Sin disolver el Estado, la sociedad asumió misiones de gobierno.  Los criterios de eficiencia de la forma perdieron la razón ante el experimento social de organizarse partiendo de las necesidades: de saber, de salud, de alimentación.  De saber: desde leer, oficios, profesiones hasta vivir y producir.  De salud: de cuerpo y mente sana en su propia comunidad.  De alimentación: facilitando cómo distribuir un ingreso siempre escaso.  Sin desasistir las necesidades de seguridad, y de información política, las misiones avanzan hacia la formación de un sólo ejército [cívico/militar] en la Producción y la Defensa.  Un colectivo en tensión diaria.

 

  1. Cada ALBA con su perfil.  A las misiones asistimos hombres y mujeres de diversas culturas.  Los pueblos citadinos tienen costumbres de la ciudad pero, según su región originaria y/o su raza, son citadinos culturalmente diversos.  Según será su hogar, sus gustos, sus hábitos, ritmos de comprensión y acción.  En síntesis: sus valores y futuros.  Los pueblos indígenas según su geografía, su cosmovisión, labores, ritos y mitos: Sabrán, tendrán salud, consumirán según la fuerza de su tradición.  Igual con los campesinos, indígenas o afrodescendientes, andinos o isleños.  Cultivadores de la tierra y/o del mar o del rió.  Cada cual tiene lo suyo no transferible.

 

  1. Cada quien a su paso, pero todos a una misma vez, defendiendo la soberanía de los territorios preñados de culturas.

 

Hasta aquí, el renacer de las culturas milenarias contenidas en el imaginario colectivo.  Imaginario depositario de otras visiones, construidas en los cruces mestizos de los haceres mercantiles.  Por ello es que en el ALBA también se incluyen políticas públicas comerciales, que pretenden cambios significativos en las maneras de producir bienes y servicios, concertadas entre privados y entre empresas públicas intergubernamentales.

 

La intención revolucionaria es abordar el cambio simultáneo de las circunstancias y de sí-mismo.  Centrando la atención sobre problemas sustantivos: cómo procrear / recuperar / reintegrar espacios de libertad como morada humana, donde habiten seres humanos plenos protagonistas de la sociedad como sujetos capaces de cambiar su (el) mundo.

 

  1. Salud, Educación, Producción:

 

        Convertir -mediante el trabajo- el potencial creador del pueblo en poder popular.

        Articular el proceso educativo al proceso productivo hacia la economía social.

        Enseñando a leer y escribir, garantizando la consolidación de los conocimientos adquiridos durante la alfabetización.

        Brindando oportunidades de formación en oficios varios.  Proporcionando la oportunidad de continuar los estudios mediante un régimen especialmente adecuado a la condición de adulto y a la exigencia de responsabilidad y autonomía de superación con visión social.

        Constituyendo núcleos como centros de formación en unidades productivas, como espacios territoriales donde confluyan colectivos sociales con vocación productiva.

        Construir redes productivas donde todos participemos, en igualdad de condiciones, con acceso al conocimiento y a la infraestructura del Estado para generar bienes y servicios.

        Explorar el alcance de asociaciones entre empresas estatales y priorizar la formación de cooperativas y otras formas asociativas de participación.

        Consolidar la soberanía alimentaria como el objetivo principal de la actividad productiva agraria.

        Creación de un fondo de compensación cuyos recursos sean destinados al desarrollo de los sectores de la economía popular y solidaria y a proyectos acordes con las decisiones de los pueblos de esos países.

 

Los venezolanos caminamos, aramos y cultivamos, tomando el camino de la propia práctica y cambiando las circunstancias para hacer cierto el Artículo 3: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución”.

 

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999

 

Caracas, 23 de enero 2007

 

 

Ponencia presentada en:

“Cumbre Social por la Integración de los Pueblos.  Cochabamba-Bolivia, Diciembre 2006; y IX Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas de Desarrollo.  La Habana-Cuba, 5 al 9 de Febrero 2007

 

*Judith Valencia.  Profesora Titular de la Universidad Central de Venezuela.  Investigadora adscrita al Departamento de Economía Teórica de la Escuela de Economía.  Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.  Cátedra de Economía Política.  Caracas.

 

 

Nota Sincera: El presente texto enuncia pensamientos sobre la plenitud humana.  Ausencia de peso para abordar la unión entre Pueblos.  Asumo con J.F. Lyotard “La importancia de un texto no es su Significación, lo que quiere decir, sino lo que hace y hace hacer”.



[1] Karl Marx.  “Manuscritos: Economía y Filosofía”.  Alianza Editorial.  Cuarta edición en El libro de bolsillo.  1972.  [elaborados en 1844, primera publicación en 1932]

[2] Ernesto “Che” Guevara.  El Socialismo y el Hombre en Cuba”.- La Habana.  Edición Política CS, 1993.- [escrito en 1964

]

[3] Ediciones Varias.  On Imperialism/J.A.  Hobson 1902.  El Capital Financiero/Rudolf Hilferding 1912.  La Acumulación de Capital/ Rosa Luxemburg 1912.  La economia mundial y el imperialismo/N.Bujarin 1915.  Imperialismo fase superior del capitalismo/V.  Lenin 1916. 

[4] Lenin.  Ob.cit.  “Los cárteles conciertan entre ellos las condiciones de venta, los plazos de pago.  Se reparten los mercados.  Fijan la cantidad de productos que deben fabricar”…”El numero de cárteles era en Alemania, aproximadamente, de 250 en 1896 y de 385 en 1905, abarco cerca de 12.000 establecimientos” “En las manos de los cárteles y trust se concentran a menudo, las siete u ocho décimas partes de toda la producción de una rama industrial”

[5] Doctrina Monroe/2 de diciembre 1823.  El Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe/1904.  [El gobierno de los EEUU debe defender los intereses de sus ciudadanos en cualquier parte del mundo].  Over a Century of U.S.  Military Interventions.  Zoltan Grossman.  World History Archives.  Getaway to World History.

[6] Paul M.  Sweenzy.  “La crisis del capitalismo norteamericano”.  Monthly Review/diciembre 1980.  Vol.  4-3.  Así se expresaba Hull en 1942. 

WW Rostov.  Estrategia para un mundo libre.  Troquel.  1964.

[7] Judith Valencia.  “El personaje Capital (se) disuelve en (su) Territorio.  2001.  Facultad de Ciencias Económicas y Sociales/UCV

[8] Karl Marx – El 18 Brumario de Luis Bonaparte (1852).  Ed.  Progreso.  Moscú p 9.  (citado por Jacques Derrida)

[9] Jacques Derrida.  ‘Espectros de Marx’.  El estado de la Deuda, el trabajo del duelo y la Nueva Internacional.  Editorial TROTTA.  1995.  Fernando Mires más de una vez se preguntó en ‘La rebelión permanente.  Las revoluciones sociales en América Latina’ Siglo XXI – 1988- “que aquello que más ha movido a las grandes multitudes de nuestros países en los períodos revolucionarios no ha sido la ambición de crear un orden nuevo, sino la de recuperar un orden antiguo”.  p 448.- Partiendo de esta observación de Mires trabajo ‘Zafando el pensamiento de ataduras’.  Judith Valencia en ‘Utopía y nuestra América’.  Biblioteca ABYA-YALA 28/1996.  Oscar Agüero y Horacio Cerutti Guldberg (editores).

[10] Eduardo Galeano La Dictadura y Después.  Las heridas secretas”.  Nueva Sociedad Nº 87.  Enero-Febrero 1987.

https://www.alainet.org/es/articulo/121280
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