A emerger las mujeres de la penumbra y el silencio
26/08/2007
- Opinión
A principios de mes se realizó en Quito Ecuador la X Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe. Estuvieron representados 33 países con una delegación de 691 mujeres.
Este encuentro fue organizado por la Comisión Económica de América Latina y el Caribe “CEPAL”. Inauguraron la conferencia el Presidente de Ecuador Rafael Correa y la Presidenta de Chile Michelle Bachelet.
Este hecho no fue noticia y la mayoría de los medios de comunicación de masa de América Latina y el Caribe, salvo a algunas excepciones, lo ignoraron totalmente.
Este encuentro donde participaron los Estados parte del sistema de Naciones Unidas en la Región y donde se debatieron problemas trascendentales que afectan a mas de la mitad de la población de nuestro continente deben ser promovidos y abiertos a un debate en que participemos todas las fuerza políticas sociales de nuestro país.
El documento Final Consenso de Quito entrega orientaciones que comprometen a los Estados firmantes adoptar “Medidas de acción positiva, incluidas reformas legislativas, presupuestarias y reformas constitucionales, para garantizar la plena participación política de las mujeres…”
Este amplio foro de la región analizo a fondo dos ejes principales:
1.- La carga doméstica , que por siglos exclusivamente soporta la mujer, como un hecho natural en el ámbito privado, o sea el cuidado de los niños, la preparación de alimentos y el aseo cotidiano, marginándolas de una participación en los espacios públicos; en la conducción de partidos políticos, en representación parlamentaria, en funciones intermedias y locales.
De lo que se trata, que el estado adquiera una visión de género y se plantee la exacta corresponsabilidad entre hombres y mujeres en los quehaceres domésticos.
La sociedad patriarcal nos ha excluido de asomarnos y caminar por el mundo con nuestros propios pies. Como señaló la Vice Presidenta Primera del Gobierno de España, Maria Teresa Fernández de la Vega: “Estas no son tareas privadas porque la atención de los hijos son asuntos que afectan a toda la sociedad de los que nos tenemos que ocupar todos…” Por lo tanto este trabajo invisible debe ser remunerado como soporte al bienestar de la familia y debe ser considerado en las cuentas nacionales. Esto fue acordado como tarea prioritaria en el Foro de Quito.
Otros de los ejes de debate en el Foro de Quito fue impulsar la participación real de las mujeres en los cargos públicos y políticos.
El concepto de paridad adquiere una dimensión vinculada estrechamente con la ampliación de la democracia con la superación discriminatoria de las mujeres para acceder a funciones en la vida pública institucional de nuestros países.
En Chile en el senado solamente hay dos mujeres que ostentan este cargo, según el SERNAM solo un 15, 8% trabajan en la cámara baja o sea 18 mujeres diputadas de 120 cargos.
En la Cumbre de mujeres la Presidenta Michelle Bachelet anunció que será enviado en el mes de septiembre un proyecto de Ley que modifique la ley de Votaciones Populares y Escrutinios y la Ley de Partidos Políticos que establezca un piso mínimo de mujeres candidatas que cada conglomerado deberá presentar en las elecciones parlamentarias y municipales. Además este proyecto contempla un mayor aporte financiera del Estado a las mujeres candidatas
Sin duda esta iniciativa deberá abrir un amplio debate ciudadano con la participación de hombres y mujeres, no puede ser una discusión limitada a los niveles cupulares. Todas y todos, en las organizaciones de base debieran ser incorporadas a este debate.
La paridad a nuestro juicio no es una cuestión mecánica ni debe ser referida solamente a lo numérico, deberá tomarse en cuenta la realidad de los partidos políticos, las voces de las mujeres militantes y no militantes de ellos.
Se trata en primer lugar de superar la exclusión política de las minorías nacionales y el derecho de las dirigentes sindicales y poblaciones a elegir y ser elegidas. El sistema binominal que reparte el poder en dos coaliciones políticas aparece como contrasentido o mejor dicho excluyendo doblemente la participación política de los que pertenecen a la izquierda extraparlamentaria.
El Consenso de Quito emanado de la X Conferencia Regional de Mujeres de América Latina y el Caribe debe constituirse en un instrumento abierto y democrático, debe bajar al estado llano de mujeres, debe formar y elevar la participación política de mujeres que aun permanecen en la penumbra y el silencio.
Es un reto a la democracia y un desafío para las propias mujeres, para abrirse paso a los espacios públicos.
- Mireya Baltra Moreno, ex Ministra del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Salvador Allende, es miebro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Fuente: Crónica Digital (Santiago de Chile)
Este encuentro fue organizado por la Comisión Económica de América Latina y el Caribe “CEPAL”. Inauguraron la conferencia el Presidente de Ecuador Rafael Correa y la Presidenta de Chile Michelle Bachelet.
Este hecho no fue noticia y la mayoría de los medios de comunicación de masa de América Latina y el Caribe, salvo a algunas excepciones, lo ignoraron totalmente.
Este encuentro donde participaron los Estados parte del sistema de Naciones Unidas en la Región y donde se debatieron problemas trascendentales que afectan a mas de la mitad de la población de nuestro continente deben ser promovidos y abiertos a un debate en que participemos todas las fuerza políticas sociales de nuestro país.
El documento Final Consenso de Quito entrega orientaciones que comprometen a los Estados firmantes adoptar “Medidas de acción positiva, incluidas reformas legislativas, presupuestarias y reformas constitucionales, para garantizar la plena participación política de las mujeres…”
Este amplio foro de la región analizo a fondo dos ejes principales:
1.- La carga doméstica , que por siglos exclusivamente soporta la mujer, como un hecho natural en el ámbito privado, o sea el cuidado de los niños, la preparación de alimentos y el aseo cotidiano, marginándolas de una participación en los espacios públicos; en la conducción de partidos políticos, en representación parlamentaria, en funciones intermedias y locales.
De lo que se trata, que el estado adquiera una visión de género y se plantee la exacta corresponsabilidad entre hombres y mujeres en los quehaceres domésticos.
La sociedad patriarcal nos ha excluido de asomarnos y caminar por el mundo con nuestros propios pies. Como señaló la Vice Presidenta Primera del Gobierno de España, Maria Teresa Fernández de la Vega: “Estas no son tareas privadas porque la atención de los hijos son asuntos que afectan a toda la sociedad de los que nos tenemos que ocupar todos…” Por lo tanto este trabajo invisible debe ser remunerado como soporte al bienestar de la familia y debe ser considerado en las cuentas nacionales. Esto fue acordado como tarea prioritaria en el Foro de Quito.
Otros de los ejes de debate en el Foro de Quito fue impulsar la participación real de las mujeres en los cargos públicos y políticos.
El concepto de paridad adquiere una dimensión vinculada estrechamente con la ampliación de la democracia con la superación discriminatoria de las mujeres para acceder a funciones en la vida pública institucional de nuestros países.
En Chile en el senado solamente hay dos mujeres que ostentan este cargo, según el SERNAM solo un 15, 8% trabajan en la cámara baja o sea 18 mujeres diputadas de 120 cargos.
En la Cumbre de mujeres la Presidenta Michelle Bachelet anunció que será enviado en el mes de septiembre un proyecto de Ley que modifique la ley de Votaciones Populares y Escrutinios y la Ley de Partidos Políticos que establezca un piso mínimo de mujeres candidatas que cada conglomerado deberá presentar en las elecciones parlamentarias y municipales. Además este proyecto contempla un mayor aporte financiera del Estado a las mujeres candidatas
Sin duda esta iniciativa deberá abrir un amplio debate ciudadano con la participación de hombres y mujeres, no puede ser una discusión limitada a los niveles cupulares. Todas y todos, en las organizaciones de base debieran ser incorporadas a este debate.
La paridad a nuestro juicio no es una cuestión mecánica ni debe ser referida solamente a lo numérico, deberá tomarse en cuenta la realidad de los partidos políticos, las voces de las mujeres militantes y no militantes de ellos.
Se trata en primer lugar de superar la exclusión política de las minorías nacionales y el derecho de las dirigentes sindicales y poblaciones a elegir y ser elegidas. El sistema binominal que reparte el poder en dos coaliciones políticas aparece como contrasentido o mejor dicho excluyendo doblemente la participación política de los que pertenecen a la izquierda extraparlamentaria.
El Consenso de Quito emanado de la X Conferencia Regional de Mujeres de América Latina y el Caribe debe constituirse en un instrumento abierto y democrático, debe bajar al estado llano de mujeres, debe formar y elevar la participación política de mujeres que aun permanecen en la penumbra y el silencio.
Es un reto a la democracia y un desafío para las propias mujeres, para abrirse paso a los espacios públicos.
- Mireya Baltra Moreno, ex Ministra del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Salvador Allende, es miebro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Fuente: Crónica Digital (Santiago de Chile)
https://www.alainet.org/es/articulo/122840
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