Apasionado y amante de la democracia, como forma de vida en lo social, económico, político y cultural, en estos días he sentido indignación, impotencia, rabia y dolor por la forma sistemática en que los Arias y sus entorno de allegados han sistematizado sus acciones dictatoriales.

La respuesta de los Arias, con "mano dura" y "militarización del entorno presidencial", para ganarse por miedo a diversos sectores a partir de una propaganda inusual de descalificación, ha promovido el desenfreno de los insultos y las agresiones, combinada con una actitud prepotente, dada la explicita debilidad en la argumentación.

Los Arias no han querido ver más allá de sus narices; e insisten acerca de la necesidad de la negociación, el diálogo, el consenso y el acuerdo nacional, sin renunciar a ninguno de los privilegios a ellos "autootorgados", cuando apenas falta un mes y pocos días para el referéndum. ¿Qué tipo de acuerdo podemos alcanzar, sino quieren hablar de equidad y justicia, y tan solo hablan de conciliación, entendida ésta como el deber de sumisión y de paz, como el deber de pasividad ante la agresión y la prepotencia? ¿Qué tipo de acuerdo podemos alcanzar, si ante el llamado al debate de ideas, responden con el insulto, la burla y las palizas, impidiendo que "el amor y la conciliación" sean una realidad?

¿Tienen voluntad de diálogo los Arias, cuando su propaganda continúa despatriándonos, en nombre del comunismo y el terrorismo, con los cuales nos relacional? ¿Tiene voluntad de diálogo el Señor Volio, cuando él en persona conduce la campaña? ¿Tienen voluntad de diálogo, cuando sin medir sus palabras, advierten que la Agenda de Implementación continuará en la corriente legislativa, se apruebe o no en el referéndum el TLC? ¡Más claro no canta un gallo!

De acuerdo, no a la confrontación, no a la violencia, qué vivan la paz y la armonía entre las y los costarricenses … La confrontación y la violencia institucional han sido y son estrategias de los Arias. Su soberbia, autoritarismo y actitud vertical, tratando siempre de imponer agendas, decisiones y acciones, descalificando todo tipo de crítica, nada tiene que ver con los excesos verbales que hemos analizado, más bien son parte de una estrategia sistematizada para santificar el poder del dinero ante las ideas. Se trata de un esfuerzo amplio e integrado entre los diversos grupos de poder, para dominar en forma absoluta el conjunto social, tratando de encasillar la crítica social en "el comunismo", haciendo siempre de la pobreza y los más pobres sus objetos de Poder. ¡Es mentira que quieren cambiar o modificar esta realidad, todo lo contrario, tratan de justificarla con amenazas de "trabajo esclavo", ante los embates de la "competitividad" (la urgencia de bajos salarios y menos cargas sociales, cuando la China Comunista hasta aquí ya …)!

En este contexto, he tratado de hacer una evaluación crítica del proceso político organizativo, tratando de identificar paradigmas de referencia, avances y dificultades de las políticas estatales, desde los ochentas y hasta nuestros días, con el único fin de llamar la atención acerca de la peligrosa orientación político-organizativa que implementa el régimen arista con vistas al referéndum, sin perder de perspectiva la Costa Rica de corto, mediano y largo plazo, una centrada en el poder del dinero, los negocios y la rentabilidad ("alias competitividad laboral"). Lo dicho, se ha basado en el análisis de las realidades políticas e instituciones, y no en FICCIONES, para despertar la conciencia, levantar la voz y decir; ¡Basta ya!

Basta ya porque los Arias y sus allegados del Partido Único Neoliberal explotan la democracia, como una mercancía más en sus negocios; basta ya porque nos tratan de "humillar y avergonzar" socialmente relacionado nuestra identidad ideológica con estereotipos mediáticos; bata ya de vivir bajo el imperio de arrogancias y caprichos totalitaristas, pero sin olvidarnos que la dinámica del referéndum continua

La misma, sin duda alguna, genera de por si conciencia social acerca de todo lo analizado, fortaleciéndose y construyéndose nuevos puentes para la coordinación y cooperación social. Es así como, el proceso "crítico de la democracia que vivimos" se ha ido desarrollando con la lucha permanente de las organizaciones sociales y los partidos políticos, hoy unidos en la Coordinadora Nacional de Lucha contra el TLC. Unos y otros hemos coincidido en la necesidad de crear, mediante y con la integración de los grupos de trabajo nacionales y Comités Patrióticos Cantonales, un espacio amplio de diálogo, intercambio, coordinación, encuentro, análisis, solidaridad, compromiso activo, concertación y capacitación para el trabajo de organización, divulgación, electoral y el electoral. La invitación a que todos nos comprometamos y participemos en estos esfuerzos sigue vigente.

Debemos seguir tejiendo este espacio, sin que esto nos detenga en nuestro deber democrático de procurar siempre el mejoramiento de nuestras instituciones, expresando ideas, opiniones y críticas ante los gobernantes y la comunidad en general, con el objetivo de tejer entre todos soluciones a los problemas institucionales, para seguir proyectando y fortaleciendo, también, la democracia.

En esta dirección, mi exhorto ha sido y seguirá siendo, hasta donde la fuerza de las instituciones democráticas alcancen, para que los y las gobernantes abran espacios amplios de diálogo, ponderen su verbo y promuevan la tolerancia antes que la sumisión, como mecanismos eficaces para gestionar los conflictos y buscar soluciones, ante los grandes restos de la sociedad costarricense.

Sin embargo, ¡en las actuales circunstancias, equidad y justicia institucional son el insulto más grande que los Arias le hacen al país!